20 resultados para Koestler


Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

"La internacional de los buenos sentimientos", el primer texto de Louis Althusser del que tengamos conocimiento (1946), permaneció inédito hasta 1994. El texto es la intervención de un joven intelectual católico, ya en tránsito hacia el comunismo, frente al movimiento internacional promovido por diferentes intelectuales (Camus, Marcel, Mauriac, Malraux, Koestler y otros), conocido como "Frente humano", enfocado a enfrentar el riesgo de la aniquilación de la especie a través de la bomba atómica. La amenaza nuclear definiría así una condición existencial novedosa, verdaderamente universal, una suerte de "proletariado del miedo" construido por los nuevos "medios y relaciones de destrucción masiva". El escrito de Althusser devela en este movimiento, por un lado, la velada intención de promover un "socialismo sin lucha de clases" como barrera a la amenaza soviética. Pero lo más interesante es que Althusser consigue también cuestionar, en sus propios términos, la matriz presuntamente antitotalitaria que sustenta las posiciones del "Frente humano": la misma exigiría la posposición de todo reclamo sectorial ya que los mismos sólo pueden tener derivas totalitarias o apocalípticas. Reconociendo la matriz teológica de este discurso, Althusser desnuda que esta denuncia de los "falsos profetas" es en realidad herética, ya que se sustenta, sin reconocerlo, en una profecía sobre la inevitabilidad de la catástrofe, que a fin de cuentas encubre que la misma no es un asunto del mañana, sino algo que está entre nosotros, desde anteayer. Su texto constituye, así, una crítica religiosa de la escatología.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

"La internacional de los buenos sentimientos", el primer texto de Louis Althusser del que tengamos conocimiento (1946), permaneció inédito hasta 1994. El texto es la intervención de un joven intelectual católico, ya en tránsito hacia el comunismo, frente al movimiento internacional promovido por diferentes intelectuales (Camus, Marcel, Mauriac, Malraux, Koestler y otros), conocido como "Frente humano", enfocado a enfrentar el riesgo de la aniquilación de la especie a través de la bomba atómica. La amenaza nuclear definiría así una condición existencial novedosa, verdaderamente universal, una suerte de "proletariado del miedo" construido por los nuevos "medios y relaciones de destrucción masiva". El escrito de Althusser devela en este movimiento, por un lado, la velada intención de promover un "socialismo sin lucha de clases" como barrera a la amenaza soviética. Pero lo más interesante es que Althusser consigue también cuestionar, en sus propios términos, la matriz presuntamente antitotalitaria que sustenta las posiciones del "Frente humano": la misma exigiría la posposición de todo reclamo sectorial ya que los mismos sólo pueden tener derivas totalitarias o apocalípticas. Reconociendo la matriz teológica de este discurso, Althusser desnuda que esta denuncia de los "falsos profetas" es en realidad herética, ya que se sustenta, sin reconocerlo, en una profecía sobre la inevitabilidad de la catástrofe, que a fin de cuentas encubre que la misma no es un asunto del mañana, sino algo que está entre nosotros, desde anteayer. Su texto constituye, así, una crítica religiosa de la escatología.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

"La internacional de los buenos sentimientos", el primer texto de Louis Althusser del que tengamos conocimiento (1946), permaneció inédito hasta 1994. El texto es la intervención de un joven intelectual católico, ya en tránsito hacia el comunismo, frente al movimiento internacional promovido por diferentes intelectuales (Camus, Marcel, Mauriac, Malraux, Koestler y otros), conocido como "Frente humano", enfocado a enfrentar el riesgo de la aniquilación de la especie a través de la bomba atómica. La amenaza nuclear definiría así una condición existencial novedosa, verdaderamente universal, una suerte de "proletariado del miedo" construido por los nuevos "medios y relaciones de destrucción masiva". El escrito de Althusser devela en este movimiento, por un lado, la velada intención de promover un "socialismo sin lucha de clases" como barrera a la amenaza soviética. Pero lo más interesante es que Althusser consigue también cuestionar, en sus propios términos, la matriz presuntamente antitotalitaria que sustenta las posiciones del "Frente humano": la misma exigiría la posposición de todo reclamo sectorial ya que los mismos sólo pueden tener derivas totalitarias o apocalípticas. Reconociendo la matriz teológica de este discurso, Althusser desnuda que esta denuncia de los "falsos profetas" es en realidad herética, ya que se sustenta, sin reconocerlo, en una profecía sobre la inevitabilidad de la catástrofe, que a fin de cuentas encubre que la misma no es un asunto del mañana, sino algo que está entre nosotros, desde anteayer. Su texto constituye, así, una crítica religiosa de la escatología.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

La obra de arte tiene la capacidad de convocar en la conciencia colectiva aquello que ha sido excluido, funcionando del mismo modo que los sueños, los síntomas o los mitos. La interpretación arquetipal buscará más allá de las relaciones causales entre un tiempo y su arte, otras de complementariedad o de compensación, que nos llevan hacía un análisis profundo, innatista, más simbólico y más espiritual de la obra de arte. Previamente revisamos los referentes de la postmodernidad y nos preguntamos sobre la muerte del arte en nuestro mundo actual. Para finalizar respondemos a esta pregunta abriendo dos posibilidades opuestas, discrepantes y ambas posibles. En una de ellas apostamos por la muerte del arte, justificada desde los postulados de la psicología arquetipal. En la otra, desde la misma perspectiva, optamos por la supervivencia de un mensaje subyacente en el arte postmoderno, que por tanto permanece vivo y preparado para complementar la conciencia colectiva y nuestra psique actual.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Depuis le début du 20e siècle, plusieurs chercheurs (assez originaux il va s'en dire), provenant de disciplines différentes, ont exploré cette avenue de l'humour en démontrant certaines théories concernant son impact en intervention. De la psychanalyse à la sexologie en passant par la philosophie et la thérapie, pour n'en nommer que quelques-uns, tous ont mis leur grain de sel dans cet engrenage humoriste. Ainsi, dans le milieu hospitalier, on croit que les professionnels de la santé hésitent à utiliser l'humour avec les patients. Le contexte sérieux de la souffrance, l'image respectable du professionnel et la question du conservatisme religieux inhérent à la pratique infirmière constituent les trois facteurs expliquant ce fait. En psychanalyse, Freud (1929) indique que l'humour implique un processus de total défoulement. Bergson (1940), quant à lui, après l'avoir défini comme étant un geste social, nous explique que par l'humour, l'être humain réussit à se dégager émotivement de la dure réalité de l'existence, et en arrive, tout comme le mentionne la sexologue Claire Bouchard (1993), à dédramatiser les situations difficiles. Fry (1987) affirme pour sa part que le paradoxe fait partie intégrante de l'humour, et ce, dans le monde entier. Certains médecins, dont le Dr Drouin concluent quant à eux que l'humour, enfin le rire, en favorisant la synchronisation des deux hémisphères cérébraux, permet à l'humain de prendre des décisions à la fois logiques et intuitives. Et qu'en est-il de l'humour en lien avec la créativité ? Si pour Koestler (1964) l'humour constitue un type de créativité, Freud (1929) le relie au processus créateur par leur base commune, c'est-à-dire, le fantasme du retour à l’enfance. Le service social ne sera pas en reste, car aussi curieux, insolite et surtout paradoxal que cela puisse paraître aux yeux de certains, cet essai porte sur l'humour en protection de la jeunesse. Est-il possible ou illusoire de penser que cet outil qu'est l'humour peut contribuer, entre autres, à créer ou améliorer la relation de confiance entre l'intervenant et le client, et ce, dans le contexte tout à fait particulier qu'est la protection de la jeunesse ? À ce sujet, nous avons donné la parole à huit personnes (quatre clients et quatre intervenants) rattachés au Centre jeunesse de l'Estrie. Au terme de ces entrevues, nous avons analysé plusieurs éléments qui ont particulièrement capté notre attention. Nous avons relevé l’importance pour les intervenants de savoir doser l'humour. Nous avons donc défini quatre types de dosage l'humour, dont un dosage qualitatif, un dosage temporel, un dosage humaniste, et enfin, un dosage quantitatif. Nous avons également relevé un type de rapport à l'humour différent d'un participant à l'autre. Certains mettent ainsi l'emphase sur la complicité, d'autres sur le pouvoir que l'on peut obtenir par l'humour. Ah! Le pouvoir! L'humour implique donc, dans certaines situations une prise de pouvoir négative, mais aussi, et heureusement, dans certains cas, une prise de pouvoir positive. De même, l'humour procure à l'occasion une forme de protection positive ou négative (fuite) à son utilisateur, qu'il soit intervenant ou client. Enfin, ce qui ressort principalement de cette recherche exploratoire, c'est combien les participants, autant les clients que les intervenants ont un immense besoin d'humour dans leur vie. C'est une survie pour les clients face à ce qu'ils vivent par rapport à la protection de la jeunesse et à leur situation familiale, et pour les intervenants qui évitent entre autres l’épuisement professionnel.