949 resultados para disability, musculoskeletal disorders, comorbidity.
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RESUMEN El dolor dorso lumbar es un síntoma que afecta a gran cantidad de personas y población trabajadora en el mundo y comprende un importante problema de salud. La prevalencia de dolor de espalda baja en población trabajadora se estima en un 60% a un 85%, mientras que la prevalencia anual en la población general varía entre un 15% al 45%. La incidencia anual de dolor de espalda en la población general se estima entre 10% y 15%. Objetivo Determinar la prevalencia de síntomas musculoesqueléticos de la región dorso lumbar y los hábitos de vida de trabajadores en una empresa de construcción en la ciudad de Bogotá. Metodología Se realizó un estudio de corte transversal. Se analizaron datos secundarios procedentes de una base de datos de una empresa de construcción ubicada en la ciudad de Bogotá, con 282 trabajadores. Se incluyeron variables sociodemográficas, laborales, hábitos de vida y síntomas musculoesqueléticos. Se hizo un análisis descriptivo considerando las medidas de tendencia central para las variables cuantitativas y distribución de frecuencias para variables cualitativas. Resultados Se incluyeron a 282 trabajadores con un promedio de edad de 33.4 años (DE=10.2). El 93% correspondió al sexo masculino. La prevalencia de síntomas musculoesqueléticos en región dorsal fue de 26% y región lumbar 31.2%. La mayoría de trabajadores se encuentra en el área operativa con un 87,9% en la tercera década de la vida y con un tiempo en la empresa de 11 a 18 años (42.8%). Otros factores que se asociaron con la presencia de síntomas en la región dorsolumbar fueron: realizar oficios domésticos, el sedentarismo y dormir menos de 6 horas. Conclusiones Los síntomas musculoesqueléticos derivados de la actividad laboral en la construcción constituyen un problema significativo influenciado por los factores de riesgo relacionados con el trabajo, las características sociodemográficas y hábitos de vida que pueden jugar un papel fundamental para la aparición de sintomatología. Por lo tanto, se requiere que los trabajadores sean incluidos en programas de vigilancia epidemiológica, con el fin de establecer acciones de prevención que permitan disminuir la aparición de dichos síntomas.
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Los trastornos musculoesqueléticos (TME) tienen alta relación con la industria automotriz afectando a los trabajadores en quienes se puede encontrar varias patologías como Síndrome Del Túnel Del Carpo, Epicondilitis, Síndrome del Manguito Rotador, discopatía lumbar y lumbalgias, entre otros. Entre los factores de riesgo asociados a estos trastornos están los movimientos repetitivos, posturas inadecuadas, vibración, uso manual de herramientas, tareas físicas demandantes y el mal levantamiento de pesos. Todas estas patologías son causa de ausentismo laboral en todo el mundo, lo que conlleva a un aumento en el costo económico por incapacidades, ayudas diagnósticas y tratamientos. Se realizó una revisión de la literatura científica de artículos publicados del año 2000 a 2016 con relación a los trastornos musculoesqueléticos en la industria automotriz en las bases de datos de Pubmed, Ebsco Host, ScienceDirect y Embase. La evidencia encontrada sugiere que la patología lumbar es la que presenta mayor prevalencia en la industria, con 65% en la población Europea, 42% en Asia, Norteamérica en un 20% y en América Latina en un 46%. A pesar que en la industria automotriz predominan como fuerza laboral los hombres, se reportó que las mujeres eran las que tenían mayores factores de riesgo para desarrollar un TME y dentro de estos las posturas inadecuadas, movimientos repetitivos, sobrecarga laboral y levantamiento de pesos, sumado al tiempo de exposición que fue un común denominador en cada uno de los estudios analizados. Las conclusiones fueron que la prevalencia de TME en esta industria es elevada y esto amerita la implementación de programas de prevención más enfocados en este tema. Además no se encontró en la literatura la existencia de un método eficiente para análisis postural y de sobrecarga física, lo que habla de una necesidad urgente de realizar más investigaciones enfocadas en este tipo de población.
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ANTECEDENTES: Los desórdenes musculo esqueléticos DME son una de las alteraciones más frecuentes y una de las principales causas de ausentismo laboral en el continente americano, y Unión Europea, generando graves repercusiones económicas a nivel empresarial, de la salud pública, y del empleado. Esto es debido a una sobrecarga laboral causada por los trabajos repetitivos, posturas mantenidas, y requerimientos de fuerza muscular, por lo que se hace importante identificarlos a través de distintos métodos ergonómicos con el objeto de generar programas de prevención que permitan la mitigación de los mismos. OBJETIVO: Determinar los síntomas músculo-esqueléticos y su relación con las condiciones de trabajo de los docentes de instituciones educativas distritales de la localidad de Usme, Bogotá, D. C. MATERIALES Y METODOS: Estudio de corte transversal, efectuado en 192 docentes que se evaluaran con el cuestionario Nórdico estandarizado de síntomas musculo esqueléticos y preguntas sociodemográficas de la encuesta de condiciones de trabajo y salud (ECTS) para caracterizar la población estudio. Para el análisis estadístico se realizó distribución de frecuencias y medidas de tendencia central y dispersión. La evaluación de las posibles asociaciones se realizó mediante la prueba de chi-cuadrado de Pearson, con intervalos de confianza del 95%, la prevalencia fue ajustada por género con los intervalos de confianza. RESULTADOS: El 57,8% de los participantes era de sexo femenino, el 41,7% tenían edades entre los 30 y 39 años de edad, el 82,8% de los encuestados manejaban grupos de estudiantes que oscilan entre los 20 a 60 estudiantes, del total de los encuestados el 42,7% (IC95%: 35.9-49.5) presentan un DME ya diagnosticado por un médico o servicio de salud. El 77,1% respondieron afirmativamente a la presencia de esta variable con un IC95%: de 70,3-82,8. En cuanto a la localización del dolor, se observó que la región del cuello con el 51.6% (IC 44.3-58.9) y región lumbar con el 49% (IC95%: 42.2-56.3) fueron las dos regiones anatómicas valoradas con mayor presencia de dolor. Se encontró asociación entre la edad y el dolor (chi-cuadrado: 6,858), el sexo y dolor (chi-cuadrado: 0.250) y el número de estudiantes con el dolor (chi-cuadrado: 2,179) CONCLUSIONES: los resultados obtenidos en el presente estudio confirman la relación existente entre la presencia de desórdenes músculo-esqueléticos (DME) y la actividad docente, pero se hace pertinente la realización de más estudios que permitan valorar los DME con el riesgo psicosocial, jornada laboral y tipo de asignatura que imparten los docentes en sus cátedras para este tipo de población.
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Introducción: actualmente los trastornos músculo esqueléticos (TME) han sido reconocidos como la principal causa de morbilidad en el trabajo, dado el porcentaje de ausentismo laboral que representa, generando reducción en la productividad de las industrias. Una visión general de la prevalencia en TME puede conducir a métodos de prevención de morbilidad adecuados para cada tipo de proceso, y así proporcionar un ambiente más seguro y confortable. Objetivo: determinar la prevalencia de síntomas osteomusculares y su relación con factores individuales y laborales en personal de una empresa dedicada a prestar servicio de seguridad electrónica en Bogotá, en el 2013. Métodos: estudio de corte transversal, desarrollado a partir de fuentes de datos secundarios de una población de 199 trabajadores, con información sociodemográfica y síntomas osteomusculares en los distintos roles laborales (administrativo, soporte y de campo) de una empresa de servicios en seguridad electrónica. Se usaron métodos estadísticos para el cálculo de proporciones, se estimaron las prevalencias osteomusculares globales, realizando comparaciones por rol laboral. La revisión de la asociación entre factores sociodemográficos y laborales con síntomas de TME se hizo a través de la prueba Chi2 de asociación o prueba exacta de Fisher. Resultados: Los segmentos que mostraron la mayor frecuencia en morbilidad de TME fueron espalda, cuello, muñecas y manos. Se encontró asociación entre dolor de hombros y brazos con la edad, OR=0,54 (IC95%=0,30-0,95) y tiempo en el cargo, OR=1,855(IC 95%=1,043-3,297); entre dolor de cuello y edad OR=0,50 (IC95%=0,27-0,90) y entre dolor de muñecas y/o manos con tiempo en el cargo, OR=1,827(IC 95%=1,032-3,235). Conclusión: Se presenta morbilidad por TME en varios segmentos, derivados de factores (individuales y laborales), ratificando la importancia de hacer intervenciones integrales de control de riesgos para su prevención.
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Introducción: Contar con un diagnóstico de las condiciones en seguridad y salud en el trabajo en el país permite crear estrategias para minimizar los problemas de la población trabajadora. En Colombia existe el observatorio del Instituto Nacional de Salud, sin embargo, no cuenta, en ninguno de sus tópicos, con información y análisis sobre la salud y seguridad de la población trabajadora. Objetivo: Determinar las condiciones de salud de la población atendida en la IPS SALUD OCUPACIONAL DE LOS ANDES LDTA en la ciudad de Bogotá, durante el año 2015. Materiales y métodos: Se realizó una prueba piloto del observatorio de salud y seguridad en el trabajo mediante un estudio de corte transversal, donde se tomó una base de datos de pacientes evaluados en la IPS SALUD OCUPACIONAL DE LOS ANDES LDTA, de la ciudad de Bogotá D.C. que contiene información de exámenes médicos ocupacionales realizados en el 2015 en la plataforma ISISMAWEB con una muestra representativa de 1923 registros. Se incluyeron variables sociodemográficas y laborales, los paraclínicos registrados como alterados más prevalentes, los diagnósticos y dictámenes emitidos en la población estudiada y las recomendaciones personales dadas por el sistema de gestión de la empresa. Se realizó un análisis descriptivo y para el estudio de las interacciones se empleó el Chi-cuadrado. Resultados: El 62,1% de la población fueron hombres con edad promedio de 34.8 años (DE 10,521). El 41.5% tuvieron estudios secundarios. La evaluación médica más realizada fue el examen de ingreso en el 30.5% de los casos. El cargo operadores de instalaciones y máquinas y ensambladores represento el 27.9% y en última medida los profesionales de nivel medio en operaciones financieras y administrativas con el 0.5%. El diagnostico CIE 10 emitido más frecuente fue con el 15,8% el código Z100 (Examen de salud ocupacional), seguido del Trastorno de la refracción no especificado (H527) con el 9,0%. En cuanto a las recomendaciones generales la que más se repitió fue examen periódico con un 30%. La recomendación preventiva más frecuente fue osteomuscular con el 36,5%. Las recomendaciones SVE de mayor prevalencia fueron ergonómicas con un 40,7%. Se encontraron asociaciones (p<0.05) entre las variables escolaridad, género y estrato. Conclusiones: Se deben optimizar los mecanismos de recolección del dato para ser más viable su evaluación y asociación. Hay un subregístro importante de segundos diagnósticos asociado al no registro de los paraclínicos. Este estudio plantea un modelo a seguir para poder desarrollar el observatorio nacional de salud y seguridad en el trabajo.
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As people spend a third of their lives at work and, in most cases, indoors, the work environment assumes crucial importance. The continuous and dynamic interaction between people and the working environment surrounding them produces physiological and psychological effects on operators. Recognizing the substantial impact of comfort and well-being on employee satisfaction and job performance, the literature underscores the need for industries to implement indoor environment control strategies to ensure long-term success and profitability. However, managing physical risks (i.e., ergonomic and microclimate) in industrial environments is often constrained by production and energy requirements. In the food processing industry, for example, the safety of perishable products dictates storage temperatures that do not allow for operator comfort. Conversely, warehouses dedicated to non-perishable products often lack cooling systems to limit energy expenditure, reaching high temperatures in the summer period. Moreover, exceptional events, like the COVID-19 pandemic, introduce new constraints, with recommendations impacting thermal stress and respiratory health. Furthermore, the thesis highlights how workers' variables, particularly the aging process, reduce tolerance to environmental stresses. Consequently, prolonged exposure to environmental stress conditions at work results in cardiovascular disease and musculoskeletal disorders. In response to the global trend of an aging workforce, the thesis bridges a literature gap by proposing methods and models that integrate the age factor into comfort assessment. It aims to present technical and technological solutions to mitigate microclimate risks in industrial environments, ultimately seeking innovative ways to enhance the aging workforce's comfort, performance, experience, and skills. The research outlines a logical-conceptual scheme with three main areas of focus: analyzing factors influencing the work environment, recognizing constraints to worker comfort, and designing solutions. The results significantly contribute to science by laying the foundation for new research in worker health and safety in an ageing working population's extremely current industrial context.
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The objective of the present study was to establish the frequency of psychiatric comorbidity in a sample of diabetic patients with symmetric distal polyneuropathy (SDPN). Sixty-five patients with type 2 diabetes mellitus were selected consecutively to participate in the study at Instituto Estadual de Diabetes e Endocrinologia. All patients were submitted to a complete clinical and psychiatric evaluation, including the Portuguese version of the structured clinical interview for DSM-IV, the Beck Depression Inventory, the Neuropathy Symptom Score, and Neuropathy Disability Score. SDPN was identified in 22 subjects (33.8%). Patients with and without SDPN did not differ significantly regarding sociodemographic characteristics. However, a trend toward a worse glycemic control was found in patients with SDPN in comparison to patients without SDPN (HbA1c = 8.43 ± 1.97 vs 7.48 ± 1.95; P = 0.08). Patients with SDPN exhibited axis I psychiatric disorders significantly more often than those without SDPN (especially anxiety disorders, in general (81.8 vs 60.0%; P = 0.01), and major depression - current episode, in particular (18.2 vs 7.7%; P = 0.04)). The severity of the depressive symptoms correlated positively with the severity of SDPN symptoms (r = 0.38; P = 0.006), but not with the severity of SDPN signs (r = 0.07; P = 0.56). In conclusion, the presence of SDPN seems to be associated with a trend toward glycemic control. The diagnosis of SDPN in diabetic subjects seems also to be associated with relevant psychiatric comorbidity, including anxiety and current mood disorders.
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Background Mental and physical disorders are associated with total disability, but their effects on days with partial disability (i.e. the ability to perform some, but not full-role, functioning in daily life) are not well understood. Aims To estimate individual (i.e. the consequences for an individual with a disorder) and societal effects (i.e. the avoidable partial disability in the society due to disorders) of mental and physical disorders on days with partial disability around the world. Method Respondents from 26 nationally representative samples (n=61 259, age 18+) were interviewed regarding mental and physical disorders, and day-to-day functioning. The Composite International Diagnostic Interview, version 3.0 (CIDI 3.0) was used to assess mental disorders; partial disability (expressed in full day equivalents) was assessed with the World Health Organization Disability Assessment Schedule in the CIDI 3.0. Results Respondents with disorders reported about 1.58 additional disability days per month compared with respondents without disorders. At the individual level, mental disorders (especially post-traumatic stress disorder, depression and bipolar disorder) yielded a higher number of days with disability than physical disorders. At the societal level, the population attributable risk proportion due to physical and mental disorders was 49% and 15% respectively. Conclusions Mental and physical disorders have a considerable impact on partial disability, at both the individual and at the societal level. Physical disorders yielded higher effects on partial disability than mental disorders.
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Background The aims of this study were threefold. First, to ascertain whether personality disorder (PD) was a significant predictor of disability (as measured in a variety of ways) over and above that contributed by Axis I mental disorders and physical conditions. Second, whether the number of PD diagnoses given to an individual resulted in increasing severity of disability, and third, whether PD was a significant predictor of health and mental health consultations with GPs, psychiatrists, and psychologists, respectively, over the last 12 months. Method Data were obtained from the National Survey of Mental Health and Wellbeing, conducted between May and August 1997. A stratified random sample of households was generated, from which all those aged 18 and over were considered potential interviewees. There were 10 641 respondents to the survey, and this represented a response rate of 78%. Each interviewee was asked questions indexing specific ICD-10 PD criteria. Results Five measures of disability were examined. It was found that PD was a significant predictor of disability once Axis I and physical conditions were taken into account for four of the five disability measures. For three of the dichotomously-scored disability measures, odds ratios ranged from 1.88 to 6.32 for PD, whilst for the dimensionally-scored Mental Summary Subscale of the SF-12, a beta weight of -0.17 was recorded for PD. As regards number of PDs having a quasi-linear relationship to disability, there was some indication of this on the SF-12 Mental Summary Subscale and the two role functioning measures, and less so on the other two measures. As regards mental consultations, PD was a predictor of visits to GPs, psychiatrists and psychologists, over and above Axis I disorders and physical conditions. Conclusion The study reports findings from a nationwide survey conducted within Australia and as such the data are less influenced by the selection and setting bias inherent in other germane studies. However, it does support previous findings that PD is a significant predictor of disability and mental health consultations independent of Axis I disorders and physical conditions.
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OBJECTIVE: Our aim was to study the impact of depressive disorders on work disability to discover the determinants of depression for work disability in the European countries. DESIGN: The sample was composed of 31,126 individuals from 29 countries included in the 2002 World Health Survey of the World Health Organization. National representative samples of countries from all regions of Europe and with different levels of economic development and health coverage were selected. RESULTS: Estimates of people not working because of ill health did not differ among European countries in relation to levels of economic development or health coverage. Significant determinants of people with diagnosis of depression not working because of ill health (reference category) versus working were age (odds ratio = 0.97), female sex (odds ratio = 1.71), education (odds ratio = 1.11), marital status (being unmarried indicating less probability), lowest income level, and comorbidity with angina pectoris (odds ratio = 0.51). Moreover, according to previous studies, we found some determinants (comorbidity with other diseases, young age, and unemployment) impacting on health status. CONCLUSIONS: Depression is a substantial cause of work disability and it is a complex phenomenon that involves many variables. Investigation into this relationship should improve, focusing on the role of determinants.
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The national and Victorian burden of disease studies in Australia set out to examine critically the methods used in the Global Burden of Disease study to estimate the burden of mental disorders. The main differences include the use of a different set of disability weights allowing estimates in greater detail by level of severity, adjustments for comorbidity between mental disorders, a greater number of menta I disorders measured, and model ling of substance use disorders, anxiety disorders and bipolar disorder as chronic conditions. Uniform age-weighting in the Australian studies produces considerably lower estimates of the burden due to mental disorders in comparison with age-weighted disability-adjusted life years. A lack of follow-up data on people with mental disorders who are identified in cross-sectional surveys poses the greatest challenge in determining the burden of mental disorders more accurately.
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Background: Between 1998 and 1999, a burden of disease assessment was carried out in Victoria, Australia applying and improving on the methods of the Global Burden of Disease Study. This paper describes the methods and results of the calculations of the burden due to 22 mental disorders, adding 14 conditions not included in previous burden of disease estimates, Methods: The National Survey of Mental Health and Wellbeing provided recent data on the occurrence of the major adult mental disorders in Australia. Data from international studies and expert advice further contributed to the construction of disease models, describing each condition in terms of incidence, average duration and level of severity, with adjustments for comorbidity with other mental disorders. Disability weights for the time spent in different states of mental ill health were borrowed mainly from a study in the Netherlands, supplemented by weights derived in a local extrapolation exercise. Results: Mental disorders were the third largest group of conditions contributing to the burden of disease in Victoria, ranking behind cancers and cardiovascular diseases. Depression was the greatest cause of disability in both men and women. Eight other mental disorders in men and seven in women ranked among the top twenty causes of disability. Conclusions: Insufficient information on the natural history of many of the mental disorders, the limited information on the validity of mental disorder diagnoses in community surveys and considerable differences between ICD-10 and DSM-IV defined diagnoses were the main concerns about the accuracy of the estimates. Similar and often greater concerns have been raised in relation to the estimation of the burden from common non-fatal physical conditions such as asthma, diabetes and osteoarthritis. In comparison, psychiatric epidemiology can boast greater scientific rigour in setting standards for population surveys.
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The title of this editorial evokes the image of a patient with a psychosis, usually schizo phrenia, who abuses or is dependent upon alcohol or an illicit drug. The suffering of these individuals and their families is un deniable, as are the difficulties that mental health and addiction services face in helping them. None the less, this form of comorbid ity has overshadowed more prevalent and remediable patterns of comorbidity between substance misuse and mental disorders (Hall, 1996).