897 resultados para Adhd Subtypes
Resumo:
El Déficit de Atención con o sin hiperactividad (ADD ADHD por su sigla en inglés) es un cuadro que aparece descrito bajo esa denominación por primera vez en 1980 en el DSM III, teniendo luego diversas descripciones en las siguientes ediciones del Manual (DSM III-R 1987, DSM IV 1992). El DSM, a diferencia del CIE 10, se ocupa de describir un repertorio de síntomas sin que esto suponga un abordaje conceptual del cuadro. Es un cuadro que aparece descrito bajo esa denominación por primera vez en 1980 en el DSM III, teniendo luego diversas descripciones en las siguientes ediciones del Manual (DSM III-R 1987, DSM IV 1992). El DSM, a diferencia del CIE 10, se ocupa de describir un repertorio de síntomas sin que esto suponga un abordaje conceptual del cuadro. Es un cuadro que aparece descrito bajo esa denominación por primera vez en 1980 en el DSM III, teniendo luego diversas descripciones en las siguientes ediciones del Manual (DSM III-R 1987, DSM IV 1992). El DSM, a diferencia del CIE 10, se ocupa de describir un repertorio de síntomas sin que esto suponga un abordaje conceptual del cuadro. Metodología: Se realiza un muestreo no probabilístico de niños que cursan 1o año escolar, y que concurren a escuelas pertenecientes a una de las tres categorías establecidas por la ANEP1. Este criterio contempla la incidencia de la variable contexto sociocultural en el problema a estudiar. Se estudian una serie de indicadores vinculados a la función atencional, fundamentalmente la atención selectiva, a través de una estrategia cuanti-cualitativa. Objetivo general: Investigar la función atencional desde el punto de vista cognitivo y afectivo, para contribuir al diagnóstico y tratamiento de las dificultades en la atención. Objetivos específicos: 1) Determinar las características afectivas que presentan los niños con dificultades en la atención 2) Caracterizar la modalidad atencional de los niños con dificultades en la atención 3) Analizar si existen diferencias significativas en el modo de atender (desde el punto de vista cognitivo y afectivo) entre los niños que presentan desatención y los que no la presentan. Los resultados que presentamos corresponden a los datos de la primera escuela: urbana de contexto medio. Conclusiones: Al organizar las conclusiones en función de los objetivos que nos proponemos en la investigación decimos 1) Los niños que presentaron dificultades en la atención (manifiestas o no en el aula) no muestran en sus producciones características afectivas que nos permitan considerarlo un grupo diferenciado. 2) La modalidad atencional (al considerar resultados del Denckla y los subtests estudiados del WISC III) no tiene un patrón común entre los niños que podríamos llamar desatentos (por su comportamiento en clase o por su bajo rendimiento en las pruebas) ya que no siempre tienen bajo rendimiento en ambas pruebas. 3) No existen diferencias significativas en los modos de atender entre los niños que presentaron problemas de atención y los que no lo presentaron. Por todo lo anterior podemos concluir que en la muestra estudiada: Los niños que presentan dificultades en la atención son una población muy heterogénea en los diferentes aspectos estudiados. Podemos pensar que no existe una entidad específica, más bien la desatención parece presentarse como un síntoma. Por otra parte resulta significativo desde el punto de vista de los aspectos afectivos puestos en juego en la función, esto es, una función que se desarrolla en la interacción con otros, la alta frecuencia de dibujos en los que el único personaje es el niño
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El Déficit de Atención con o sin hiperactividad (ADD ADHD por su sigla en inglés) es un cuadro que aparece descrito bajo esa denominación por primera vez en 1980 en el DSM III, teniendo luego diversas descripciones en las siguientes ediciones del Manual (DSM III-R 1987, DSM IV 1992). El DSM, a diferencia del CIE 10, se ocupa de describir un repertorio de síntomas sin que esto suponga un abordaje conceptual del cuadro. Es un cuadro que aparece descrito bajo esa denominación por primera vez en 1980 en el DSM III, teniendo luego diversas descripciones en las siguientes ediciones del Manual (DSM III-R 1987, DSM IV 1992). El DSM, a diferencia del CIE 10, se ocupa de describir un repertorio de síntomas sin que esto suponga un abordaje conceptual del cuadro. Es un cuadro que aparece descrito bajo esa denominación por primera vez en 1980 en el DSM III, teniendo luego diversas descripciones en las siguientes ediciones del Manual (DSM III-R 1987, DSM IV 1992). El DSM, a diferencia del CIE 10, se ocupa de describir un repertorio de síntomas sin que esto suponga un abordaje conceptual del cuadro. Metodología: Se realiza un muestreo no probabilístico de niños que cursan 1o año escolar, y que concurren a escuelas pertenecientes a una de las tres categorías establecidas por la ANEP1. Este criterio contempla la incidencia de la variable contexto sociocultural en el problema a estudiar. Se estudian una serie de indicadores vinculados a la función atencional, fundamentalmente la atención selectiva, a través de una estrategia cuanti-cualitativa. Objetivo general: Investigar la función atencional desde el punto de vista cognitivo y afectivo, para contribuir al diagnóstico y tratamiento de las dificultades en la atención. Objetivos específicos: 1) Determinar las características afectivas que presentan los niños con dificultades en la atención 2) Caracterizar la modalidad atencional de los niños con dificultades en la atención 3) Analizar si existen diferencias significativas en el modo de atender (desde el punto de vista cognitivo y afectivo) entre los niños que presentan desatención y los que no la presentan. Los resultados que presentamos corresponden a los datos de la primera escuela: urbana de contexto medio. Conclusiones: Al organizar las conclusiones en función de los objetivos que nos proponemos en la investigación decimos 1) Los niños que presentaron dificultades en la atención (manifiestas o no en el aula) no muestran en sus producciones características afectivas que nos permitan considerarlo un grupo diferenciado. 2) La modalidad atencional (al considerar resultados del Denckla y los subtests estudiados del WISC III) no tiene un patrón común entre los niños que podríamos llamar desatentos (por su comportamiento en clase o por su bajo rendimiento en las pruebas) ya que no siempre tienen bajo rendimiento en ambas pruebas. 3) No existen diferencias significativas en los modos de atender entre los niños que presentaron problemas de atención y los que no lo presentaron. Por todo lo anterior podemos concluir que en la muestra estudiada: Los niños que presentan dificultades en la atención son una población muy heterogénea en los diferentes aspectos estudiados. Podemos pensar que no existe una entidad específica, más bien la desatención parece presentarse como un síntoma. Por otra parte resulta significativo desde el punto de vista de los aspectos afectivos puestos en juego en la función, esto es, una función que se desarrolla en la interacción con otros, la alta frecuencia de dibujos en los que el único personaje es el niño
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El Déficit de Atención con o sin hiperactividad (ADD ADHD por su sigla en inglés) es un cuadro que aparece descrito bajo esa denominación por primera vez en 1980 en el DSM III, teniendo luego diversas descripciones en las siguientes ediciones del Manual (DSM III-R 1987, DSM IV 1992). El DSM, a diferencia del CIE 10, se ocupa de describir un repertorio de síntomas sin que esto suponga un abordaje conceptual del cuadro. Es un cuadro que aparece descrito bajo esa denominación por primera vez en 1980 en el DSM III, teniendo luego diversas descripciones en las siguientes ediciones del Manual (DSM III-R 1987, DSM IV 1992). El DSM, a diferencia del CIE 10, se ocupa de describir un repertorio de síntomas sin que esto suponga un abordaje conceptual del cuadro. Es un cuadro que aparece descrito bajo esa denominación por primera vez en 1980 en el DSM III, teniendo luego diversas descripciones en las siguientes ediciones del Manual (DSM III-R 1987, DSM IV 1992). El DSM, a diferencia del CIE 10, se ocupa de describir un repertorio de síntomas sin que esto suponga un abordaje conceptual del cuadro. Metodología: Se realiza un muestreo no probabilístico de niños que cursan 1o año escolar, y que concurren a escuelas pertenecientes a una de las tres categorías establecidas por la ANEP1. Este criterio contempla la incidencia de la variable contexto sociocultural en el problema a estudiar. Se estudian una serie de indicadores vinculados a la función atencional, fundamentalmente la atención selectiva, a través de una estrategia cuanti-cualitativa. Objetivo general: Investigar la función atencional desde el punto de vista cognitivo y afectivo, para contribuir al diagnóstico y tratamiento de las dificultades en la atención. Objetivos específicos: 1) Determinar las características afectivas que presentan los niños con dificultades en la atención 2) Caracterizar la modalidad atencional de los niños con dificultades en la atención 3) Analizar si existen diferencias significativas en el modo de atender (desde el punto de vista cognitivo y afectivo) entre los niños que presentan desatención y los que no la presentan. Los resultados que presentamos corresponden a los datos de la primera escuela: urbana de contexto medio. Conclusiones: Al organizar las conclusiones en función de los objetivos que nos proponemos en la investigación decimos 1) Los niños que presentaron dificultades en la atención (manifiestas o no en el aula) no muestran en sus producciones características afectivas que nos permitan considerarlo un grupo diferenciado. 2) La modalidad atencional (al considerar resultados del Denckla y los subtests estudiados del WISC III) no tiene un patrón común entre los niños que podríamos llamar desatentos (por su comportamiento en clase o por su bajo rendimiento en las pruebas) ya que no siempre tienen bajo rendimiento en ambas pruebas. 3) No existen diferencias significativas en los modos de atender entre los niños que presentaron problemas de atención y los que no lo presentaron. Por todo lo anterior podemos concluir que en la muestra estudiada: Los niños que presentan dificultades en la atención son una población muy heterogénea en los diferentes aspectos estudiados. Podemos pensar que no existe una entidad específica, más bien la desatención parece presentarse como un síntoma. Por otra parte resulta significativo desde el punto de vista de los aspectos afectivos puestos en juego en la función, esto es, una función que se desarrolla en la interacción con otros, la alta frecuencia de dibujos en los que el único personaje es el niño
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Previous studies of the dementia continuum have characterized the early disruption of the brain oscillatory activity at the stage of Mild cognitive impairment (MCI). Reduction in power in posterior regions in the alpha band has been one of the landmarks of the Alzheimer Disease accompanied by the anteriorization of the theta band power. However, little is known about the neurophysiological differences between single and multidomain MCI patients.Our goal is to study the differences in oscillatory magnetic activity between amnestic single and multidomain MCI. This will allow us to test whether the effect of the impairment in a single cognitive domain or in a more widespread functional impairment can be reflected in specific neurophysiological profiles.
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The γ-aminobutyric acid type A (GABAA) receptor is the predominant Cl− channel protein mediating inhibition in the olfactory bulb and elsewhere in the mammalian brain. The olfactory bulb is rich in neurons containing both GABA and dopamine. Dopamine D1 and D2 receptors are also highly expressed in this brain region with a distinct and complementary distribution pattern. This distribution suggests that dopamine may control the GABAergic inhibitory processing of odor signals, possibly via different signal-transduction mechanisms. We have observed that GABAA receptors in the rat olfactory bulb are differentially modulated by dopamine in a cell-specific manner. Dopamine reduced the currents through GABA-gated Cl- channels in the interneurons, presumably granule cells. This action was mediated via D1 receptors and involved phosphorylation of GABAA receptors by protein kinase A. Enhancement of GABA responses via activation of D2 dopamine receptors and phosphorylation of GABAA receptors by protein kinase C was observed in mitral/tufted cells. Decreasing or increasing the binding affinity for GABA appears to underlie the modulatory effects of dopamine via distinct receptor subtypes. This dual action of dopamine on inhibitory GABAA receptor function in the rat olfactory bulb could be instrumental in odor detection and discrimination, olfactory learning, and ultimately odotopic memory formation.
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In the goldfish (Carassius auratus) the two endogenous forms of gonadotropin-releasing hormone (GnRH), namely chicken GnRH II ([His5,Trp7,Tyr8]GnRH) and salmon GnRH ([Trp7,Leu8]GnRH), stimulate the release of both gonadotropins and growth hormone from the pituitary. This control is thought to occur by means of the stimulation of distinct GnRH receptors. These receptors can be distinguished on the basis of differential gonadotropin and growth hormone releasing activities of naturally occurring GnRHs and GnRHs with variant amino acids in position 8. We have cloned the cDNAs of two GnRH receptors, GfA and GfB, from goldfish brain and pituitary. Although the receptors share 71% identity, there are marked differences in their ligand selectivity. Both receptors are expressed in the pituitary but are differentially expressed in the brain, ovary, and liver. Thus we have found and cloned two full-length cDNAs that appear to correspond to different forms of GnRH receptor, with distinct pharmacological characteristics and tissue distribution, in a single species.
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Low folate intake as well as alterations in folate metabolism as a result of polymorphisms in the enzyme methylenetetrahydrofolate reductase (MTHFR) have been associated with an increased incidence of neural tube defects, vascular disease, and some cancers. Polymorphic variants of MTHFR lead to enhanced thymidine pools and better quality DNA synthesis that could afford some protection from the development of leukemias, particularly those with translocations. We now report associations of MTHFR polymorphisms in three subgroups of pediatric leukemias: infant lymphoblastic or myeloblastic leukemias with MLL rearrangements and childhood lymphoblastic leukemias with either TEL-AML1 fusions or hyperdiploid karyotypes. Pediatric leukemia patients (n = 253 total) and healthy newborn controls (n = 200) were genotyped for MTHFR polymorphisms at nucleotides 677 (C→T) and 1,298 (A→C). A significant association for carriers of C677T was demonstrated for leukemias with MLL translocations (MLL+, n = 37) when compared with controls [adjusted odd ratios (OR) = 0.36 with a 95% confidence interval (CI) of 0.15–0.85; P = 0.017]. This protective effect was not evident for A1298C alleles (OR = 1.14). In contrast, associations for A1298C homozygotes (CC; OR = 0.26 with a 95% CI of 0.07–0.81) and C677T homozygotes (TT; OR = 0.49 with a 95% CI of 0.20–1.17) were observed for hyperdiploid leukemias (n = 138). No significant associations were evident for either polymorphism with TEL-AML1+ leukemias (n = 78). These differences in allelic associations may point to discrete attributes of the two alleles in their ability to alter folate and one-carbon metabolite pools and impact after DNA synthesis and methylation pathways, but should be viewed cautiously pending larger follow-up studies. The data provide evidence that molecularly defined subgroups of pediatric leukemias have different etiologies and also suggest a role of folate in the development of childhood leukemia.
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The vast majority of HIV-1 infections in Africa are caused by the A and C viral subtypes rather than the B subtype prevalent in the United States and Western Europe. Genomic differences between subtypes give rise to sequence variations in the encoded proteins, including the HIV-1 protease. Because some amino acid polymorphisms occur at sites that have been associated with drug resistance in the B subtype, it is important to assess the effectiveness of protease inhibitors that have been developed against different subtypes. Here we report the enzymatic characterization of HIV-1 proteases with sequences found in drug-naïve Ugandan adults. The A protease used in these studies differs in seven positions (I13V/E35D/M36I/R41K/R57K/H69K/L89M) in relation to the consensus B subtype protease. Another protease containing a subset of these amino acid polymorphisms (M36I/R41K/H69K/L89M), which are found in subtype C and other HIV subtypes, also was studied. Both proteases were found to have similar catalytic constants, kcat, as the B subtype. The C subtype protease displayed lower Km values against two different substrates resulting in a higher (2.4-fold) catalytic efficiency than the B subtype protease. Indinavir, ritonavir, saquinavir, and nelfinavir inhibit the A and C subtype proteases with 2.5–7-fold and 2–4.5-fold weaker Kis than the B subtype. When all factors are taken into consideration it is found that the C subtype protease has the highest vitality (4–11 higher than the B subtype) whereas the A subtype protease exhibits values ranging between 1.5 and 5. These results point to a higher biochemical fitness of the A and C proteases in the presence of existing inhibitors.
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Prostaglandin E2 (PGE2) is a potent lipid molecule with complex proinflammatory and immunoregulatory properties. PGE2 can shape the immune response by stimulating the production of IgE antibody by B lymphocytes and the synthesis of T-helper type 2 cytokines [e.g., interleukin (IL)-4, IL-10], while inhibiting production of Th1 cytokines (e.g., interferon-gamma, IL-12). It is unknown what type of receptor binds PGE2 and modulates these responses. Recent analyses in nonhematopoietic cells have identified six PGE2 receptors (EP1, EP2, EP3 alpha, EP3 beta, EP3 gamma, and EP4). This investigation examines quiescent B lymphocytes and reports that these cells express mRNA encoding EP1, EP2, EP3 beta, and EP4 receptors. The immunoregulatory functions of each receptor were investigated using small molecule agonists that preferentially bind EP receptor subtypes. Unlike agonists for EP1 and EP3, agonists that bound EP2 or EP2 and EP4 receptors strongly inhibited expression of class II major histocompatibility complex and CD23 and blocked enlargement of mouse B lymphocytes stimulated with IL-4 and/or lipopolysaccharide. PGE2 promotes differentiation and synergistically enhances IL-4 and lipopolysaccharide-driven B-cell immunoglobulin class switching to IgE. Agonists that bound EP2 or EP2 and EP4 receptors also strongly stimulated class switching to IgE. Experiments employing inhibitors of cAMP metabolism demonstrate that the mechanism by which EP2 and EP4 receptors regulate B lymphocyte activity requires elevation of cAMP. In conclusion, these data suggest that antagonists to EP2 and EP4 receptors will be important for diminishing allergic and IgE-mediated asthmatic responses.