947 resultados para Concilios y sínodos ..-s.XVI textos
Resumo:
Diseñar un programa interdisciplinar de comprensión y explicación de textos y documentos, que posibilite la consecución de los objetivos generales del nuevo Bachillerato, a través de programas modulares elaborado por un equipo de profesores en intervención con los alumnos de centros con índices culturales medios/bajos, como los que se registran en Extremadura. 35 Alumnos de primero de BUP. El programa diseñado consta de módulos de instrucción con las características siguientes, en un documento que proporciona el profesor la base para planificar su enseñanza. Contiene enunciados sobre su uso. Formular unos objetivos, ya sean referentes a conocimientos, a destrezas o a valores. A los objetivos se subordinan unos contenidos, que se dan en forma de sinopsis y se aplican a la actividad-modelo, dichos contenidos están estructurados. El programa es suceptible de ser realizado continuamente, permitiendo su continua evaluación y mejora. Se da participación activa en el desarrollo del mismo a profesores y alumnos. Se adapta el calendario real escolar. Permite ser repartido entre dos cursos, así como ser simultaneado con otros programas. Integra las actividades extracurriculares dentro del módulo. Los módulos de instrucción son: distinguimos registros idiomáticos; diferenciamos tipos de escritos; hacemos resúmenes; leemos la prensa; matizamos; exponemos opiniones; redactamos escritos; imitamos y hacemos textos. Documentos escolares (cuadernos de apuntes, bloc de notas, composiciones, trabajos, redacciones, interpretaciones de textos), documentos con actividades de explotación de los mismos, fichas, notas, guiones, resúmenes y otros materiales usados por el alumno como documentación. Otro tipo de textos (documentos verbo-icónicos, cómic, murales, etc.). El principal resultado es la validación de los programas diseñados, en el contexto de la experimentación y para el tipo de alumno objeto de la experiencia y pueden ser extrapolables a alumnos de un perfil sociocultural semejante. Estos programas tienen una incidencia positiva en cuanto a dificultades de comprensión de textos y documentos, en sus diversos aspectos de comprensión pragmática, semántica y sintáctica. Tienen un efecto más pausado en las conductas de explicación y análisis/síntesis de textos, si bien el aumento de la comprensión va en aumento de estas capacidades, de tal forma que una lectura estructural debe apoyarse siempre en una lectura comprensiva. A medida que un chico aumenta sus técnicas de lectura y comprensión, también aumenta su competencia verbal. El trabajo cooperativo es importante como implicación grupal en un trabajo creativo comunitario. La situación de comunicación que fomenta el desarrollo de los PCETD favorece la adaptación a los contrastes entre el registro idiomático oral y el escrito.
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Encontrar tácticas que, dentro de la amplia gama de hábitos de estudio, se centren en comprensión, interpretación y velocidad lectoras. Realizar en el aula lo que cualquier profesor podría llevar a cabo e investigar operativamente con los alumnos a través de un modelo fácilmente ejecutable. Proponer actividades válidas para el aprendizaje individualizado y a distancia. En primer lugar se eligen unos textos socio-literarios sobre los cuales se va a apoyar todo el proceso de investigación. Dado que el colectivo es prácticamente indefinido y dado que no todos los autores producen obras adaptables al segundo ciclo de EGB, se ha optado por una selección de textos de los siguientes autores: Cela, Delibes, García Pavón, Sánchez Ferlosio, Sánchez Silva y Vargas Llosa. El siguiente paso se apoya en la pre-evaluación de la primera hipótesis del proyecto: cabe determinar, facilidad, interés, densidad, abstracción y familiaridad de los textos. Posteriormente, se manipulan experimentalmente los dos primeros pasos, aplicando las formulas difundidas por Fernández Huerta y centradas sobre: facilidad lectora estructural, interés humano estructural y abstracción estructural. Se aportan tácticas didácticas apropiadas al estudio, se explican las primeras fases de adiestramiento didáctico y se da una fase alternativa de aplicación de criterios estrictos o cuantitativos y amplios o cualitativos en la decisión sobre los datos iniciales. A/ Los problemas del aula se centran en la comprensión de textos socio-literarios y en el adiestramiento de los alumnos para componer textos adecuados a su edad. B/ Los textos difíciles son muy leídos si alcanzan una gran dosis de interés. C/ Los textos fáciles quedan arrinconados si no ofrecen líneas de alto interés. D/ Un alto nivel de concreción aproxima los textos a la etapa psico-evolutiva de los alumnos. E/ Densidad de ideas y familiaridad con el estilo son dos variables de alto interés, que deben considerarse, pero no deben quedar para otros niveles de escolaridad. F/ No solo es posible determinar facilidad, interés y concreción, sino que pueden emplearse técnicas para que los mismos escolares corrijan tales textos cambiándoles el nivel detectado en las primeras aplicaciones. G/ Conviene emplear didácticamente fórmulas fáciles con dos variables para posteriormente emplear fórmulas con tres o cuatro variables. H/ Se apoya el inicio didáctico con fórmulas cuantitativas, que no exijan decisiones personales, para pasar rápidamente a las cuantitativas-cualitativas, que combinan ambas posturas.
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Este trabajo compara el refranero atribuido al Marqués de Santillana con la Philosophía vulgar de Juan de Mal Lara. Comienza presentando las dos colecciones paremiológicas. Reconstruye aspectos del contexto de producción y consumo de las obras. Examina las relaciones entre los refranes y otras "formas simples". Analiza el proceso de puesta por escrito de las paremias. Compara las dos colecciones en el plano ideológico. Finaliza con conclusiones que explican las convergencias y divergencias entre ambos textos.
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Este trabajo compara el refranero atribuido al Marqués de Santillana con la Philosophía vulgar de Juan de Mal Lara. Comienza presentando las dos colecciones paremiológicas. Reconstruye aspectos del contexto de producción y consumo de las obras. Examina las relaciones entre los refranes y otras "formas simples". Analiza el proceso de puesta por escrito de las paremias. Compara las dos colecciones en el plano ideológico. Finaliza con conclusiones que explican las convergencias y divergencias entre ambos textos.
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Este trabajo compara el refranero atribuido al Marqués de Santillana con la Philosophía vulgar de Juan de Mal Lara. Comienza presentando las dos colecciones paremiológicas. Reconstruye aspectos del contexto de producción y consumo de las obras. Examina las relaciones entre los refranes y otras "formas simples". Analiza el proceso de puesta por escrito de las paremias. Compara las dos colecciones en el plano ideológico. Finaliza con conclusiones que explican las convergencias y divergencias entre ambos textos.
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Sign.: []2
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La escalera de caracol es uno de los elementos que mejor define la evolución de la construcción pétrea a lo largo de nuestra historia moderna. El movimiento helicoidal de las piezas de una escalera muestra, con frecuencia, el virtuosismo que alcanzaron los maestros del arte de la cantería y la plasticidad, expresividad y ligereza de sus obras. A pesar de su origen exclusivamente utilitario y de su ubicación secundaria, se convertirán en signo de maestría y en elementos protagonistas del espacio que recorren y de la composición de los edificios, como es el caso de las grande vis de los Châteaux franceses del XVI como Blois, Chateaudun o Chambord o los schlosses alemanes como el de Hartenfels en Torgau. Este protagonismo queda patente en los tratados y manuscritos de cantería, elaborados fundamentalmente en España y Francia, a partir del siglo XVI que recogen un gran número de variantes de escaleras de caracol entre sus folios. Breve historia de la escalera de Caracol Los ejemplos más antiguos conocidos de escaleras de caracol en Occidente provienen de los primeros siglos de nuestra era y están asociados a construcciones de tipo conmemorativo, funerario o civil, romanas. Destaca de entre ellas la columna trajana, construida en el 113 por Apolodoro de Damasco en los Foros de Roma. Esta columna, conservada en la actualidad, fue profusamente representada por los tratados de arquitectura desde el Renacimento como el de Serlio, Caramuel, Piranesi, Rondelet y, más recientemente, Canina. Choisy describe en El arte de construir en Bizancio un grupo de escaleras de caracol cubiertas por bóvedas helicoidales y construidas entre el siglo IV y VIII; a esta misma época pertenecen otras escaleras con bóvedas aparejadas de forma desigual con sillarejos y sillares de pequeño tamaño sin reglas de traba claras, pensadas al igual que las de Choisy para ser revestidas con un mortero. Herederas de estas bóvedas de la antigüedad son las escaleras de caracol de la Edad Media. Así las describe Viollet le Duc: “compuestas por un machón construido en cantería, con caja perimetral circular, bóveda helicoidal construida en piedra sin aparejar, que se apoya en el machón y sobre el paramento circular interior. Estas bóvedas soportan los peldaños en los que las aristas son trazadas siguiendo los radios del círculo”. En esta misma época, siglos XI y XII, se construyen un grupo de escaleras de caracol abovedadas en piedra de cantería vista: las de la torre oeste de Notre Dame des Doms en Avignon, las de la tour de Roi, de Évêque y Bermonde de los Chateaux de Uzés, las gemelas de las torres de la Catedral Saint Théodorit de Uzés y la conocida escalera del transepto de la Abadía de Saint Gilles. Ésta última dará el nombre a uno de los modelos estereotómicos de mayor complejidad del art du trait o arte de la cantería: la vis Saint Gilles, que aparece en la mayoría de los textos dedicados al corte de piedras en España y Francia. La perfección y dificultad de su trazado hizo que, durante siglos, esta escalera de caracol fuera lugar de peregrinación de canteros y se convirtiera en el arquetipo de un modelo representado con profusión en los tratados hasta el siglo XIX. A partir del siglo XIII, será el husillo el tipo de escalera curva que dará respuesta a las intenciones de la arquitectura a la “moderna” o gótica. Estas escaleras con machón central se generalizarán, insertándose en un complejo sistema de circulaciones de servicio, que conectaban por completo, en horizontal y vertical, los edificios. Estos pasadizos horizontales y estas conexiones verticales, hábilmente incorporadas en el espesor de contrafuertes, machones, esquinas, etc, serán una innovación específicamente gótica, como señala Fitchen. La pieza de peldaño, que se fabrica casi “en serie” reflejará fielmente el espíritu racional y funcionalista de la arquitectura gótica. Inicialmente los peldaños serán prismáticos, sin labrar por su cara interior; después, éstos darán paso a escaleras más amables con los helicoides reglados formando su intradós. Insertos en construcciones góticas y en convivencia con husillos, encontramos algunos ejemplos de escaleras abovedadas en el siglo XIII y XIV. Estamos hablando de la escalera de la torre este del Castillo de Maniace en Siracusa, Sicilia y la escalera de la torre norte del transepto de la Catedral de Barcelona. En ambos casos, los caracoles se pueden relacionar con el tipo vis de Saint Gilles, pero incorporan invariantes de la construcción gótica que les hace mantener una relación tipológica y constructiva con los husillos elaborados en la misma época. En la segunda mitad del siglo XV aparecen, vinculadas al ámbito mediterráneo, un conjunto de escaleras en las que el machón central se desplaza transformándose en una moldura perimetral y dejando su lugar a un espacio hueco que permite el paso de la luz. Los tratados manuscritos de cantería que circulan en el XVI y XVII por España recogen el modelo con su denominación: caracol de Mallorca. Varios autores han mantenido la tesis de que el nombre proviene de la escalera situada en la torre noroeste de la Lonja de Palma de Mallorca. Los Manuscritos y tratados de Cantería y las escaleras de caracol Coincidiendo con la apertura intelectual que propicia el Renacimiento se publican algunos tratados de arquitectura que contienen capítulos dedicados al corte de las piedras. El primero de ellos es Le premier tome de l’Architecture de Philibert de L’Orme, publicado en 1567 en Francia. En España tenemos constancia de la existencia de numerosos cuadernos profesionales que circulaban entre los canteros. Varias copias de estos manuscritos han llegado hasta nuestros días. Los más completos son sin duda, las dos copias que se conservan del tratado de arquitectura de Alonso de Vandelvira, una en la Biblioteca Nacional y otra en la Biblioteca de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y el manuscrito titulado Cerramientos y trazas de Montea de Ginés Martínez de Aranda. Todas estas colecciones de aparejos, con excepción de la atribuida a Pedro de Albiz, presentan trazas de escaleras de caracol. En los siglos XVII y XVIII los textos en España más interesantes para nuestras investigaciones son, como en el XVI, manuscritos que no llegaron a ver la imprenta. Entre ellos destacan De l’art del picapedrer de Joseph Gelabert y el Cuaderno de Arquitectura de Juan de Portor y Castro. Estos dos textos, que contienen varios aparejos de caracoles, están claramente vinculados con la práctica constructiva a diferencia de los textos impresos del XVIII, como los del Padre Tosca o el de Juan García Berruguilla, que dedican algunos capítulos a cortes de Cantería entre los que incluyen trazas de escaleras, pero desde un punto de vista más teórico. Podemos agrupar las trazas recogidas en los manuscritos y tratados en cinco grandes grupos: el caracol de husillo, el caracol de Mallorca, los caracoles abovedados, los caracoles exentos y los caracoles dobles. El husillo, de procedencia gótica, permanece en la mayoría de nuestros textos con diferentes denominaciones: caracol de husillo, caracol de nabo redondo o caracol macho. Se seguirá construyendo con frecuencia durante todo el periodo de la Edad Moderna. Los ejemplares más bellos presentan el intradós labrado formando un helicoide cilíndrico recto como es el caso del husillo del Monasterio de la Vid o el de la Catedral de Salamanca o un helicoide axial recto como en el de la Capilla de la Comunión en la Catedral de Santiago de Compostela. La diferencia estriba en la unión del intradós y el machón central: una amable tangencia en el primer caso o un encuentro marcado por una hélice en el segundo. El segundo tipo de caracol presente en casi todos los autores es el caracol de Mallorca. Vandelvira, Martínez de Aranda, y posteriormente Portor y Castro lo estudian con detenimiento. Gelabert, a mediados del siglo XVII, nos recordará su origen mediterráneo al presentar el que denomina Caracol de ojo abierto. El Caracol de Mallorca también estará presente en colecciones de aparejos como las atribuidas a Alonso de Guardia y Juan de Aguirre, ambas depositadas en la Biblioteca Nacional y en las compilaciones técnicas del siglo XVIII, de fuerte influencia francesa, aunque en este caso ya sin conservar su apelación original. El Caracol que dicen de Mallorca se extiende por todo el territorio peninsular de la mano de los principales maestros de la cantería. Los helicoides labrados con exquisita exactitud, acompañados de armoniosas molduras, servirán de acceso a espacios más representativos como bibliotecas, archivos, salas, etc. Es la escalera de la luz, como nos recuerda su apelación francesa, vis a jour. Precisamente en Francia, coincidiendo con el renacimiento de la arquitectura clásica se realizan una serie de escaleras de caracol abovedadas, en vis de Saint Gilles. Los tratados franceses, comenzando por De L’Orme, y siguiendo por, Jousse, Derand, Milliet Dechales, De la Hire, De la Rue, Frezier, Rondelet, Adhémar o Leroy, entre otros, recogen en sus escritos el modelo y coinciden en reconocer la dificultad de su trazado y el prestigio que adquirían los canteros al elaborar este tipo de escaleras. El modelo llega nuestras tierras en un momento histórico de productivo intercambio cultural y profesional entre Francia y España. Vandelvira, Martínez de Aranda y Portor y Castro analizan en sus tratados la “vía de San Gil”. En la provincia de Cádiz, en la Iglesia Mayor de Medina Sidonia, se construirá el más perfecto de los caracoles abovedados de la España renacentista. También en la provincia de Cádiz y vinculadas, posiblemente, a los mismos maestros encontramos un curioso grupo de escaleras abovedadas con generatriz circular horizontal. A pesar del extenso catálogo de escaleras presentes en la tratadística española, no aparece ninguna que muestre una mínima relación con ellas. Desde el punto de vista de la geometría, estamos ante uno de los tipos de escaleras que describe Choisy en El arte de construir en Bizancio. Se trata de escaleras abovedadas construidas por hojas y lechos horizontales. Los caracoles abovedados tendrán también su versión poligonal: la vis Saint Gilles quarré o el caracol de emperadores cuadrado en su versión vandelviresca. Las soluciones que dibujan los tratados son de planta cuadrada, pero la ejecución será poligonal en los raros ejemplos construidos, que se encuentran exclusivamente en Francia. Su geometría es compleja: el intradós es una superficie reglada alabeada denominada cilindroide; su trazado requiere una habilidad extrema y al ser un tanto innecesaria desde el punto de vista funcional, fue muy poco construida. Otro tipo de escalera habitual es la que Vandelvira y Martínez de Aranda denominan en sus tratados “caracol exento”. Se trata de una escalera volada alrededor de un pilar, sin apoyo en una caja perimetral y que, por lo tanto, debe trabajar en ménsula. Su función fue servir de acceso a espacios de reducidas dimensiones como púlpitos, órganos o coros. Encontramos ejemplos de estos caracoles exentos en el púlpito de la catedral de Viena y en España, en la subida al coro de la Iglesia arciprestal de Morella en Valencia. El largo repertorio de escaleras de caracol prosigue en los tratados y en las múltiples soluciones que encontramos en arquitecturas civiles y religiosas en toda Europa. Hasta varios caracoles en una sola caja: dobles e incluso triples. Dobles como el conocido de Chambord, o el doble husillo del Convento de Santo Domingo en Valencia, rematado por un caracol de Mallorca; triples como la triple escalera del Convento de Santo Domingo de Bonaval en Santiago de Compostela. La tratadística española recogerá dos tipos de caracoles dobles, el ya comentado en una sola caja, en versiones con y sin machón central, definidos por Martínez de Aranda, Juan de Aguirre, Alonso de Guardia y Joseph Gelabert y el caracol doble formado por dos cajas diferentes y coaxiales. Vandelvira lo define como Caracol de Emperadores. Será el único tipo de caracol que recoja Cristobal de Rojas en su Teoría y Práctica de Fortificación. No hay duda que las escaleras de caracol han formado parte de un privilegiado grupo de elementos constructivos en constante evolución e investigación a lo largo de la historia de la arquitectura en piedra. Desde el cantero más humilde hasta los grandes maestros catedralicios las construyeron y, en muchos casos, crearon modelos nuevos en los pergaminos de sus propias colecciones o directamente sobre la piedra. Estos modelos casi experimentales sirvieron para encontrar trabajo o demostrar un grado de profesionalidad a sus autores, que les hiciera, al mismo tiempo, ganarse el respeto de sus compañeros. Gracias a esto, se inició un proceso ese proceso de investigación y evolución que produjo una diversidad en los tipos, sin precedentes en otros elementos similares, y la transferencia de procedimientos dentro del arte de la cantería. Los grandes autores del mundo de la piedra propusieron multitud de tipos y variantes, sin embargo, el modelo de estereotomía tradicionalmente considerado más complejo y más admirado es un caracol de reducidas dimensiones construido en el siglo XII: la Vis de Saint Gilles. Posiblemente ahí es donde reside la grandeza de este arte.
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Tesis de la Universidad Central (Madrid), Facultad de Derecho, leída el 12-11-1856.
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Bajo la denominación del verdigrís se incluye una amplia variedad de pigmento de origen sintético cuyo color puede ser verde, verde-azulado o incluso azul. Su proceso de obtención se basa en la corrosión del cobre o sus aleaciones provocada por la acción del ácido acético contenido en el vinagre o por la acción de cloruros (cloruro sódico o cloruro amónico). Ha sido uno de los pigmentos más importantes de la historia y ha sido profusamente utilizado por artistas de todas las épocas y escuelas pictóricas. Sus procesos de obtención se conocen desde la antigüedad clásica, y aparecen recogidos en textos de aquella época y en muchos otros de la época medieval y de los siglos XVI al XIX. Incluso existen patentes de invención de los siglos XIX y XX relacionadas con su obtención y con la propuesta de sistemas para mejorar su producción. Una peculiaridad de este pigmento es su solubilidad en agua, por lo que también ha sido utilizado enla elaboración de tintas que han sido profusamente utilizadas para la elaboración de planos y mapas; en este tipo de usos eran utilizadas para representar las zonas de vegetación o de agua (ríos, lagos, zonas de costa) Son numerosas las investigaciones que se han realizado en torno a este pigmento. Muchas de ellas han estado dirigidas a esclarecer su composición química y aunque son de indudable interés, estas aportaciones no resultan suficientes. La principal razón es que se trata de un pigmento que puede obedecer a una amplia variedad de composiciones; a este respecto han sido identificadas diferentes hidroxiacetatos de cobre(II) hidratados, hidroxicloruros de cobre(II) y acetato de cobre(II) hidratado, entre otros compuestos...
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En estas páginas se pretende proponer un modo de entender lo visto siempre como adaptación inmanente, deseo y simbolización, esto es, entenderlo como imagen. Se hará conforme a un concepto de ‘superficie’ que prolonga la lectura que hiciera Didi-Huberman del concepto de imagen-síntoma de Aby Warburg, y se apoya en textos de teoría psicoanalítica de la mano de Jacques Lacan, en un intento no de arruinar la capacidad de hermenéutica del observador, sino de entender la búsqueda del sentido y de la esencia –del arte por ejemplo– como la investigación sobre un conflicto histórico de pérdidas, crisis y memoria. ‘Superficie’ en tanto que masa átona y sin sentido donde el ojo siempre visiona formas: ver superficie es que el ojo siempre adapte lo visto, deseando abrirlo visionariamente en su significado para recabar su verdad oculta, pero paradójicamente cerrándolo. Porque mirar imágenes supone siempre perder visión respecto de una supuesta totalidad en la que se darían todos los significados en todas sus ambigüedades y en todas sus posibilidades históricas, pérdida sólo decible en su retorno en tanto que resignificación traumática. Aquí postulamos que la ilusión será creer no que las apariencias son ilusorias, sino que más allá de ellas hay “más realidad”. Este planteamiento no sólo ratifica la posición del sujeto, inserto en una superficie/cuadro dada-a-ver, sino que descubre la brecha constitutiva que le rige y que es un “más en él” que él mismo.
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UANL
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La publicación presenta una sección de enlaces web recomendados y un glosario de términos para favorecer la comprensión de los contenidos. - Parte de la bibliografía está comentada
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Resumen basado en el de la publicación
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Unidad didáctica del área de lengua aragonesa. Se trabaja desde un enfoque globalizador e integrador de todas las áreas del currículo, con el fin de desarrollar sus objetivos, contenidos, criterios de evaluación y las competencias básicas. Se trabajan contenidos relacionados con las habilidades lingüísticas de escuchar, hablar, conversar, leer, escribir, participar en situaciones comunicativas cotidianas, comprender y componer textos orales y escritos. También se estudian contenidos acerca de la educación literaria en esta lengua como la escucha y la lectura de textos de tradición oral. La unidad se estructura en dos bloques: uno, referente al material del profesor con orientaciones para el desarrollo; y el otro, al del alumno, con actividades motivadoras de comprensión de conceptos, de aplicación de conocimientos y de evaluación, y en los que se promueven los trabajos individuales con los cooperativos.