1000 resultados para Cuina-Receptes-S.XIX


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Esta investigación pretende averiguar cómo evolucionó la Escuela Normal de La Laguna a lo largo del siglo XIX, en función de los condicionantes geográficos, sociales, políticos y culturales de esa época: el tipo de formación que se propugnaba a través de los diferentes planes de estudio; el nivel y variedad de los conocimientos y destrezas profesionales que los alumnos adquirían en su formación; los medios de que se disponía para llevar a cabo esa tarea; el nivel de preparación de su profesorado y las características que reunían los alumnos que cursaron sus estudios en ese Centro. La estructura que se le ha dado a este trabajo es la siguiente: Capítulo I: dedicado a analizar cómo estaba la Instrucción Primaria en Canarias en esa época, ofreciendo una panorámica general del estado de la Instrucción Primaria en ese siglo, como paso previo para el estudio de la Escuela Normal. Para ello se dividió esta etapa en tres períodos: el anterior a la Ley Moyano, el de su puesta en marcha, abarcando también el Sexenio Revolucionario, y, por último, el período de la Restauración. Capítulo II: se hace un recorrido histórico de los hechos más significativos acaecidos en las distintas etapas por las que pasó este Centro en ese siglo: como Escuela Normal Elemental, Escuela Normal Superior y, de nuevo, como Escuela Elemental. Capítulo III: se analizan los diversos planes de estudio, marco ideológico-académico-administrativo, alrededor de los cuales giraba toda la actividad de la Escuela Normal. Capítulo IV: se estudiaron los medios (contenidos y materiales) utilizados para la formación de los maestros. Capítulo V y VI: dedicados al estudio de los actores, profesores y alumnos respectivamente. Como conclusión final queremos hacer unas reflexiones acerca de la problemática de la Escuela Normal en el siglo XIX y su situación en el momento actual: 1. La indefinición de los centros encargados de la formación del profesorado en general y del Magisterio en particular, pues si en el siglo XIX no eran del todo profesionales, aunque se les tildaba de tales, actualmente, aunque su misión es formar profesionales de la enseñanza, no acaban de ejercer esa función en su plenitud. 2. La deficiente formación profesional del Magisterio que sale de sus aulas, pues tanto en el siglo XIX como en la actualidad las enseñanzas de carácter profesional ocupan un lugar secundario en la formación del profesional. 3. El predominio de los contenidos culturales, tanto antes como ahora, ante la convicción de muchos de que la eficacia de la tarea docente estriba en estar en posesión de muchos conocimientos. A lo que se le añade que, en los momentos cruciales de elaborar planes de estudio, las decisiones fundamentales las toman personas desligadas de la realidad de la escuela e imbuídas de ese criterio culturista. 4. La escasa práctica docente, aunque de la que se llevaba a cabo en La Laguna en el siglo XIX no hay constancia clara. Pero sí es patente el poco tiempo dedicado actualmente a las prácticas. 5. Otros aspectos han empeorado, como que en el siglo XIX la formación se basaba en los estudios de maestro y una mediana preparación pedagógica.

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Acercarse a la realidad histórica de Canarias durante el siglo XIX, estudiando los aspectos educativos como eje principal y su interrelación constante con lo económico y social. Es decir, trata de profundizar en la realidad educativa como lugar en el que convergen y se interrelacionan aspectos sociales y económicos, pero no como algo secundario, sino como estrechamente vinculados a aquéllos, por cuanto que condicionan su desarrollo.. El estudio comienza con unas consideraciones sobre la educación porque resultaba preciso partir de cómo era concebida la misma en el ochocientos y cuál era el papel que se le atribuye dentro del nuevo orden social. Las referencias al pensamiento educativo ilustrado se hicieron inevitables como precedentes indiscutibles de los postulados propuestos en el siglo XIX. Un segundo apartado habla de la infancia. Partiendo de cómo era concebida la mujer en el siglo XIX, se plantea por qué se le pretende 'educar' en esos momentos. El análisis de las principales disposiciones legislativas y su reflejo la instrucción primaria en Canarias, que muestra la dicotomía existente entre teoría y realidad, constituye un cuarto aspecto objeto de estudio. Tras esta aproximación general a la situación de enseñanza primaria, se detiene el estudio en el municipio del Puerto de la Cruz, analizando sus condiciones sociales, políticas y económicas y su repercusión en la educación.. Las fuentes utilizadas fueron la prensa insular y local, así como los documentos existentes en los diferentes Archivos Históricos de la isla.. El Puerto de la Cruz participa del clima social, político y educativo que impera en Canarias durante el siglo XIX. En este municipio convergen una serie de proyectos y realizaciones pedagógicas desde finales del siglo XVIII y durante el XIX cuyo estudio pormenorizado ha servido para constatar la enorme dependencia entre instrucción primaria y realidad socio-económica, sin cuya interrelación constante no puede entenderse la evolución educativa del puerto de la Cruz. La falta de recursos económicos para crear una escuela municipal, constriñe la instrucción a finales del siglo XVIII a la que proporcionan los conventos, tanto el dominico como el franciscano, a la que suministra el párroco y a la que enseñan las amigas. Coexisten, pues, distintas concepciones educativas. Por una parte, las escuelas conventuales y unas escuelas de amigas, ancladas ambas en una actitud reacia a toda evolución; por otra parte, la escuela parroquial a cargo de Juan Agustín de Chaves, más permeable a introducir nuevos métodos de enseñanza, acorde con los postulados del clero ilustrado. La situación de declive de la economía portuense hace que el proyecto de creación de una escuela pública de primeras letras quedara paralizado. Dicha escuela no se abriría hasta 1821. Sin embargo, era difícil mantenerla por la falta de recursos; la evolución de esta escuela vendría marcada por una deficitaria hacienda municipal y por las vicisitudes políticas..

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El presente trabajo surgió con el propósito de ofrecer un panorama global del quehacer humanístico en Canarias que tratara desde las causas de su gestación hasta la producción en las diversas facetas del mismo. Unicamente han sido tratados los humanistas nacidos en Canarias a pesar de que, en algunos casos, la labor de los mismos haya sido realizada fuera de las islas. El trabajo se halla dividido, aparte del apartado dedicado a la enseñanza, en siete apartados más donde se pone de relieve el trabajo de nuestros humanistas en relación con los métodos de enseñanza, las gramáticas, las retóricas y los estudios de métrica; la producción neolatina, las traducciones, los comentarios históricos y literarios y las disciplinas auxiliares, siguiendo un tanto el orden con que los studia humanitatis se enseñaban, pues antes era imprescindible el estudio de la gramática y de la retórica para pasar a la composición y a la traducción. En cada uno de ellos, se ha procurado ofrecer una semblanza biográfica de los humanistas tratados, haciendo hincapié en aquellas obras que por desgracia no tuvieron la suerte de ser publicadas, si bien es verdad que personajes como Juan de Iriarte, con una producción bastante notable, conforman la mayoría de los capítulos. Como conclusión general se puede decir que, a pesar de constatar el presente trabajo la existencia de un grupo de intelectuales que desarrollaron y se preocuparon por estos studia humanitatis, en diferentes momentos y vertientes distintas, el mismo también demuestra la decadencia que con el paso del tiempo sobreviene a aquéllos. Esperanza vana fue el resugir del período de la Ilustración, porque el siglo XIX vendría otra vez a poner un tupido velo sobre estos estudios. La falta de medios, la remuneración económica escasa, la aparición tardía de la imprenta, la Inquisición con la mirada puesta en la censura de libros, el clima de aislamiento de las islas con respecto de Europa, e incluso entre ellas, la falta de preparación del profesorado, a la que se unía la escasez de materiales que permitieran llevar a buen punto cualquier trabajo intelectual, el escaso nivel social de nuestros estudiantes, la influencia en gran medida negativa de la Iglesia en el desempeño de las obligaciones docentes, por lo que de falta de profesionalidad conlleva, las continuas luchas intestinas entre las órdenes religiosas y entre las dos islas capitalinas por el monopolio educativo, son hechos harto elocuentes cuya incidencia repercute en el desarrollo de cualquier iniciativa cultural. El esfuerzo de algunos prelados e intelectuales, aunque se dejó sentir en su tiempo, cayó luego en el vacío, si bien es verdad que no ocurría lo mismo con aquellos que como Juan de Iriarte, tuvieron la posibilidad de formación fuera de las islas,y, mejor aún, de desarrollar su trabajo docente donde la cultura estaba un tanto más cimentada. Sin embargo, estas circunstancias en vez de propiciar que nos sumerjamos en un mar de lamentaciones, deben conducirnos a valorar más, si cabe, las realizaciones que nuestros humanistas dejaron patentes a pesar de todos los obstáculos que, en las islas, debieron sortear. Una vez más el entusiasmo que en algunos momentos de la vida supieron manifestar unos pocos, mantuvo viva la llama y el encanto de estos estudios que cada día que pasa luchan por no caer en el abismo de la incomprensión y desidia humanos.

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Estudio y análisis de la segunda enseñanza (pública y privada) en Canarias durante la segunda mitad del siglo XIX, desde una dimensión histórica y social. Se profundiza en el papel que jugó la segunda enseñanza en el archipiélago a partir de la supresión de la Universidad Literaria de San Fernando de La Laguna en 1845, en virtud de las reformas que introducía el Plan General de Estudios del ministro Pedro José Pidal. El estudio arranca, por tanto, del Instituto Provincial de Canarias, creado como heredero de la suprimida Universidad, y ubicado en sus mismas instalaciones de La Laguna, ya que este establecimiento constituyó el pilar fundamental de la enseñanza media en el archipiélago hasta su transformación en Instituto General y Técnico, de acuerdo con la reforma de Romanones, ya en el s. XX. La estructuración del contenido de la tesis viene dada por la propia naturaleza de la misma: La segunda enseñanza en su doble dimensión pública y privada. En el primer capítulo, la enseñanza secundaria en España durante la segunda mitad del siglo XIX, se presenta el marco legal nacional y canario, en los que se insertan los centros de enseñanza estudiados. Con el título, La enseñanza secundaria en Canarias: centros, profesores y alumnos, se dedica el segundo capítulo a una reflexíon conjunta sobre dichos centros de enseñanza, sus promotores y responsables, profesores y alumnos, también como datos introductorios, de carácter general, antes del estudio pormenorizado de cada uno de los centros. Capítulo III, los centros públicos de segunda enseñanza, está dedicado a los establecimientos de enseñanza pública, presentando en él a los dos principales: el Instituto Provincial de Canarias y el Instituto de Segunda Enseñanza de Las Palmas, así como, la evolución del Colegio Santa Catalina de Santa Cruz de La Palma. El cuarto capítulo, Los centros privados de segunda enseñanza, comprende el estudio de los catorce centros privados que se crearon en Canarias en la segunda mitad del siglo XIX. La tesis se completa con la relación bibliográfica y de fuentes y el apartado de los apendices, que contiene una relación de todos los profesores de segunda enseñanza que hubo en canarias en el siglo XIX; varias gráficas relativas a las matrículas de alumnos por año, islas y centros y una larga relación de alumnos de centros públicos y privados. Como reusmen de las conclusiones, la educación secundaria en Canarias durante el período que comprende el trabajo, presenta, yn marcado déficit estructural desde el punto de vista económico y financiero, ligado sin duda a la propia precariedad del sistema económico insular durante el ochocientos, que estuvo jalonado por etapas ciertamente críticas y, en menor medida por pequeñas coyunturas favorables de carácter intercíclico (barrilla, cochinilla o grana, etc). La legislación educativa experimentó un verdadero efecto dominó a la hora de su aplicación en Canarias, hasta el punto que la normativa fue incumplida de modo sistemático, justificándose esta actitud por la carencia de medios. Durante la etapa del sexenio revolucionario, se procedió a la creación de nuevos centros de enseñanza secundaria en Canarias: el Instituto Local de Las Palmas y el Instituto Libre de S/C de La Palma. La importancia de la iniciativa privada en la ejecución y puesta en marcha de algunos proyectos educativos y de distintas asociaciones culturales como el Gabinete Literario de Las Palmas, el Gabinete Instructivo de S/C de Tenerife y la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Laguna. El estudio social del alumnado del Instituto Provincial, nos permite concluir que en gran medida su origen social es fecuentemente más modesto que los alumnos que tuvieron cabida en los centros de carácter privado. Finalmente, todos los centros de segunda enseñanza, tanto oficiales como privados, coincidieron en la búsqueda y en el cumplimiento de los tres objetivos básicos de la enseñanza secundaria a saber: formar para estudio superiores, educar para la vida, e instruir para profesiones de grado medio, lo que, teniendo en cuenta la fragilidad de la estructura financiera, entre otros elementos, realza aún más los logros alcanzados en la formación de los ciudadanos que, sin duda, presentan grandes ejemplos en diversas ramas del saber y del ejercicio profesional.

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1. Qué contenidos se impartían en la Enseñanza Primaria femenina. 2. Cómo evolucionó el número y clase de escuelas de niñas a lo largo de este periodo. 3. Cómo evolucionó el número y clase de maestras. 4. Cual era la procedencia de dichas maestras. 5. Sobre qué base se sustentaba la formación de las maestras. Escuelas de Magisterio de Canarias en la segunda mitad del s. XIX. Es un trabajo teórico, no experimental, en el que se trata de estudiar la situación del Magisterio femenino en la segunda mitad del s.XIX, haciendo un análisis previo de los condicionantes históricos y geográficos de Canarias de aquella época, así como una descripción de lo que fue la Instrucción Primaria en Canarias durante tres momentos concretos: el Plan Provincial de 1838, la Reforma y Revolución y el periodo de Restauración y Movimiento para la Educación de la Mujer. El mayor inconveniente para la realización de este trabajo fue la escasez de datos en los archivos de Tenerife referidos a este tema y el hecho de que estos datos se encuentran muy desperdigados, siendo muy difícil su recopilación. Resultados: En 1783 las niñas aprendían: lectura, catecismo y labores; en 1821, a leer escribir y contar. En 1838 se acomoda la enseñanza de las niñas a la de los niños, añadiendo las labores y se divide en Elemental y Superior. A partir de 1858, con la Ley Moyano, se amplía algo la enñanza de la Aritmética, incluyendo el sistema de pesas y medidas, y se potencian las labores. Hasta 1860, el número de escuelas era muy precario. En 40 años, 1860-1902, el número de escuelas se triplicó, aunque muchos pueblos carecieron de escuelas de niñas. 3. En la primera mitad del s. XIX, la mayoría de las escuelas eran incompletas, regidas por varones. Según la estadística de 1855 se sabe que el 70 por cien de las maestras carecían de título y es a partir de 1864 cuando las maestras comienzan a examinarse en la Escuela Normal. De 1880 a 1901, el panorama mejoró notablemente, pues se incrementó notablemente el número de maestras tituladas. Los sueldos eran raquíticos, de ahí que fuera una profesión poco atractiva. 4. El mayor número de maestras tituladas correspondía a la zona más cercana a donde estaba ubicada la Escuela Normal y procedían de familias económicamente situadas, para poderles costear los gastos de clases y traslados. 5. La preparación de las maestras era pobrísima y se examinaban de los mismos contenidos que tenían que impartir a las niñas, inferior a lo que se exigía a los maestros. A partir de 1881 se tienen que examinar de Ingreso, todas las asignaturas de la carrera y revalida y los conocimientos se equiparan a los de los maestros.