908 resultados para España-Descripción-S. XVIII
Resumo:
Elaborar una propuesta para afrontar el estudio de la historia de la enseñanza de la historia, apoyándose en la revisión del paradigma dominante en España acerca de las disciplinas escolares.. El objeto de estudio son las normas que han regido la enseñanza de la historia durante los siglos XVIII, XIX y XX.. A lo largo de la investigación se han seguido las huellas de la genealogía de la historia escolar en España, explicando la sociogénesis de su código disciplinar y mostrando la compleja dialéctica entre continuidad y cambio. Se ha establecido una periodización de la historia de la enseñanza en la España contemporánea, relacionando su decurso con los avatares de los modos de educación (tradicional-elistista y tecnocrático de masas) característicos de la evolución del capitalismo hispano. Se trata además de explicar los factores que interactúan en los procesos de producción del conocimiento histórico en las aulas. Se analiza la constitución de la historia como disciplina escolar, teniendo en cuenta los discursos administrativos, la cultura general y la historiográfica de cada época, los libros de texto y otros artefactos culturales y las reglas que mueven el campo profesional de los docentes en su vida cotidiana. Todos estos aspectos se materializan en el código disciplinar de la historia.. Se utilizan los siguientes tipos de fuentes y documentos: libros de texto y material de enseñanza; documentos oficiales reguladores de la enseñanza; informaciones y testimonios sobre la situación y práctica de la enseñanza; documentos sobre aspectos profesionales y una amplia bibliografía.. La investigación se desarrolla bajo un enfoque sociohistórico e interdisciplinar. Los datos se presentan de modo descriptivo y se realiza una valoración cualitativa de los mismos.. En un primer momento, durante el Antiguo Régimen, se atisba una larga sedimentación de usos de la educación histórica en la fase previa a la constitución del sistema escolar. El saber histórico y su enseñanza se asienta sobre varios pilares: una disciplina madre (la retórica), un estilo (la elocuencia), un arte o una técnica (la memoria) y un fin social (educación de príncipes y de élites). El estudio de los primitivos manuales de historia confirma la fuerte impronta de la cultura francesa en España desde el siglo XVIII hasta fechas muy recientes. Sobre estos fundamentos y otros nuevos componentes culturales y sociales se levanta la fase constituyente de la historia escolar que se remonta a los años de la revolución burguesa, cuando se crea el sistema educativo liberal. Entonces la historia que se hace y se enseña empieza a separarse de la matriz literaria de la que había nacido, llegando a convertirse en una pieza clave del mosaico curricular impuesto por la burguesía en los distintos planes de estudio del modo de educación tradicional-elistista. La historia como asignatura logra en esta época un estatuto curricular en las enseñanzas medias. Habrá que esperar a principios del siglo XX para que la enseñanza de la historia se generalice a todos los niveles educativos.. Se observa que desde que se funda, la historia escolar posee una diferente configuración simbólica y social en razón de los que reciben la formación histórica. Se distingue así entre una 'historia con pedagogía' y una 'historia sin pedagogía'. La primera es propia de los usos de la educación histórica de las paupérrimas escuelas decimonónicas, y la segunda de la oficiada en los templos del saber de las enseñanzas media y universitaria. Se afirma que la historia escolar ha de ser imaginada como parte de un proyecto social futuro. Nuestro lugar de actuación y crítica se sitúa entre lo existente (las disciplinas como saber codificado) y lo deseable (las disciplinas como conocimiento emancipador); en ese espacio se propugna un estudio de la historia orientado a la comprensión de problemas sociales del pasado y del presente. Esta tarea de reformulación de un programa profundo de renovación de la enseñanza de la historia requiere el concurso colectivo de los agentes sociales implicados.
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El objeto de estudio es la normativa que afecta al ceremonial y protocolo universitario en la España Contemporánea, con especial atención a las ceremonias doctorales, así como constatar su presencia en los planes ministeriales para la creación y administración del sistema educativo, examinar los sucesivos intentos de restaurar los estudios del doctorado, verificar en la medida de lo posible, el grado de aplicación efectiva de dichas normas, especialmente en la Universidades de Madrid y Salamanca, precisar el momento de celebración de las ceremonias de doctorado honoris causa en las universidades que aprueban los estatutos de 1919, recopilar toda la información posible sobre el desarrollo de las primeras ceremonias de Madrid y Salamanca antes de 1936 e indagar en las vías de interpretación y explicación del protocolo universitario actual. El primer capítulo trata los aspectos conceptuales y metodológicos y los objetivos de la investigación, describiendo así la estructura y los contenidos de la misma. El segundo capítulo aborda el grado de doctor y sus principales características, tanto en el Antiguo Régimen como el la época contemporánea que nos ocupa. Partiendo de una breve contextualización y descripción del grado de doctor en la Universidad del Antiguo Régimen, con especial atención a la Universidad de Salamanca y salgan apunte de otras instituciones, constatando así la presencia de unos símbolos y usos que se mantienen a veces hasta la época contemporánea, si bien más simplificados, y en ocasiones dotados de significados distintos. El siguiente capítulo trata sobre la descripción de los cambios en las épocas ceremoniales experimentando en el siglo XIX y primeros años del XX el desarrollo reglamentario de las mismas, con la limitación a la Universidad Central que dicta el Plan Pidal, a la que se dedica especial atención. El cuarto capítulo aborda el carácter del doctorado como distinción honoraria, pero no en el sentido académico, sino como homenaje o reconocimiento a personalidades con una trayectoria no siempre directamente relacionada con la Universidad, elaborando así un estudio comparativo con los precedentes detectados de los siglo XVIII y XIX. Y los dos últimos capítulos donde se realiza por una parte un análisis de los aspectos ceremoniales que aparecen en los estatutos de autonomía de las Universidades Españolas, una perspectiva que no ha merecido el interés de los investigadores hasta el momento. En cuanto al último recoge la descripción de todos los doctorados concedidos antes de 1936 en Madrid y Salamanca, una información que resulta fundamental si queremos obtener conclusiones válidas para el análisis del periodo. Aportando por último como anexos diferentes fotografías , fuentes consultadas y bibliografía. Bases de datos, vaciados, instrumentos de nuevas tecnologías como Oxford Journals, Dialnet, la Gazeta o Pixelegis . Examen detallado de la legislación educativa para extraer referencias a los doctorados, mediante 'vaciados', por lo tanto se produce un seguimiento de los planes, reglamentos y disposiciones, examinando fuentes primarias para confirmar hipótesis. Se han procedido a estudiar, por una parte la documentación generada por las propias universidades: correspondencia, memorias, anuarios estadísticos, actas.manteniendo contacto con los archivos de las universidades de Santiago, Oviedo, Valladolid, Sevilla, Granada, Valencia, Zaragoza y Barcelona. Los materiales examinados en el Archivo de la Universidad de Salamanca son de destacar los Libros de Actas de Licenciamientos y Doctoramientos de los periodos de 1804-1830 y 1831-1835, así como los testimonios procedentes de libros de actas, registros, memorias ect. Siendo necesario también para el estudio de la historia de la Universidad española los fondos conservados en el Archivo Histórico Nacional y en el Archivo General de la Administración. Otras fuentes de interés correspondes a obras de autores que fueron testigos de la realidad de aquellos años, como Vicente de la Fuente, o para la Universidad de Salamanca, las obras de Esperabé de Arteaga, aportando información de costumbres desaparecidas. El análisis de noticias aparecidas en prensa especialmente en el diario ABC, también ha sido de gran interés por la aportación de imágenes y testimonios, así como de fondos de la Filmoteca de Castilla y León. También se ha manejado numerosa bibliografía especializada en la Historia de la Educación, monografías, artículos o ponencias. Para extraer información de las universidades extranjeras se ha procedido al contacto con profesores, universidades y centros de documentación de Francia, Portugal, Estados Unidos y Gran Bretaña.. Se confirma una evolución claramente vinculada con la promulgación de las normativas que estructuran el sistema educativo liberal en España, lo que modifica aspectos importantes en las realidades del Antiguo Régimen y pone en juego nuevos equilibrios de poder que se manifiestan con el cambio de símbolos de identidad y jerarquías académicas. Frente a la realidad gremial en la cual las ceremonias de doctorado ocupan un lugar privilegiado en la corporación universitaria y en su proyección exterior al entorno más próximo, se suceden a lo largo del siglo XIX una serie de expresiones cada vez más modestas, determinadas por la Administración Centralista. El cambio se experimenta a partir del Plan Pidal 1845, que hace que ocupe un carácter más elevado de la educación superior ubicado en exclusiva en la capital del Reino, Ceremonia muy influida por el espíritu reglamentarista decimonónico que mantiene de la Universidad de Alcalá .Las graduaciones suponen una realidad aislada y en decadencia, con un carácter de actividad social muy distinta a la propia de la Universidad Clásica. La tesis deja por tanto de ser una mera práctica oratoria para incrementar sus aspectos científicos. Pero el doctorado no deja de ser la manifestación más alta de la escala académica, en una institución con trayectoria prolongada y así es reclamado por la universidades, que no lo recuperarán de forma estable y prolongada hasta la mitad del siglo XX. Las ceremonias se encuentran influenciadas por los sucesivos cambios políticos en este periodo. Los estatutos ponen de manifiesto el interés por la expresión de peculiaridades, y reivindicación de una financiación más adecuada. La presencia de doctorados honoris causa en el ordenamiento estatutario muestra una voluntad creciente de relación con personalidad o corporaciones ajenas a la universidad, que le han presentado un apoyo importante y contribuido al enriquecimiento de la ciencia. A pesar de ello únicamente se autoriza a la universidad Central, que luego se extiende a la Universidades de Madrid, Salamanca y Santiago de Compostela. Se comprueba que existen diferencias evidentes entre las Universidades británicas y las Estadounidenses, frente aquellas que tienen una tradición más centralista, siendo evidente que quien introduce estas distinciones honoraria en la legislación lo conocen perfectamente, ya sea por los escasos españoles que lo reciben o por la actividad y promoción de la Junta de Ampliación de Estudios. Las normativas que rigen esta materia en España, Francia y Portugal son muy similares. Los perfiles de los galardonados no responden a un solo tipo, lo que implica que hay diferentes reconocimientos: el de excelencia científica, del mecenazgo, asociados con acontecimientos de carácter diverso y los vinculados al poder o de carácter político. Esto implica a una relación cada vez mayor de a Universidad con su entorno, lo que implica el reconocimiento público de quienes han prestado su apoyo y la posibilidad de participar en los actos y ceremonias de ámbito universitario. También es fundamental la presencia de las relaciones que juegan un papel notable en buena parte de las ceremonias, en las que predominan los galardones a personas de otras nacionalidades, sin llegar a la legislación de Francia que excluye a sus ciudadanos de esta distinción. Todos los doctores de Salamanca se relacionan con el Derecho y las Letras, y no se otorga el galardón a ninguna personalidad que haya efectuado alguna donación; a diferencia de Madrid que cuenta con varios mecenas y benefactores. En Madrid es perceptible la influencia del ceremonial del Marqués Morante, al igual que en Salamanca se prescinde por completo del anillo y el libro con insignias, y en Madrid se mantiene siempre el birrete, en Salamanca parece existir alguna excepción como en los casos de Finke y Eugenio Castro. En Salamanca se hace uso de un elemento, la medalla, que es relativamente reciente ya que aparece en el siglo XIX y en ambas universidades es frecuente la entrega de un pergamino conmemorativo, algo que no estaba presente en el transcurso de las ceremonias clásicas. También es detectable un protagonismo de los ministros en los casos que han acudido a la Universidad, especialmente en el doctorado de Primo de Rivera, en el que el rector ni siquiera confiere las insignias doctorales o, como en el Brown Scout y Fernández Medina, en que no ocupa la mesa presidencial, no hay muchos casos para comparar con Madrid pero se comprueba que a pesar de la presencia de infantes o ministros es el rector quien impone el birrete. En cuanto a la música se da en mayor medida en la universidad de la capital, con un mayor predominio de los himnos nacionales y la inclusión de piezas de otros músicos españoles, pero no se detecta el cante consolidado hoy como himno universal, el Gaudeamus Igitur.
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Se pretende realizar un trabajo interdisciplinar del siglo XVIII español con el objetivo de que el alumnado adquiera un conocimiento global de la sociedad, ciencia y cultura españolas de un momento histórico concreto. Otros objetivos son promover las relaciones entre estudiantes, incitar la investigación y autoaprendizaje y evitar el aislamiento de las materias dentro de los planes de estudio. El trabajo se desarrolla con una introducción general al tema desde las diferentes asignaturas , aportación de bibliografía al respecto, análisis de textos, crítica de la experiencia y exposición de materiales que representan la forma de vida y pensamiento de la época. Las actividades complementarias son excursiones a lugares relacionados con el siglo XVIII, elaboración de murales, exposiciones audiovisuales e imitación de los manuscritos de dicho periodo. La evaluación se realiza mediante la estimación del trabajo personal y elaboración de un prueba común interdisciplinar que prueba el dominio de las materias estudiadas, el rendimiento y la dedicación al trabajo. Se incluye la programción de contenidos, una encuesta a los padres, la valoración de los estudiantes sobre el proyecto y los resultados académicos del curso.
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Este estudio considera un conjunto de cuatro tratados de educación publicados en Madrid entre 1780 y 1789. Todos presentan la particularidad de haber sido redactados por maestros. El artículo analiza los contenidos propuestos y los métodos seguidos, lo que permite definir la enseñanza ideal tal como la concebían los ilustrados en España. Demuestra que estas prácticas pedagógicas corresponden a una concepción nueva del niño y se inscriben en la política reformista de las Luces, en la medida de educar al futuro ciudadano.
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Video sobre historia del arte dirigido a alumnos de enseñanza secundaria en el que se hace un recorrido por la pintura francesa e inglesa de los siglos XVII y XVIII, analizando sus principales representantes y obras pictóricas. También se trata la pintura en España en el siglo XVIII, incidiendo en la obra pictórica de Francisco de Goya. Por último se hace un recorrido por el arte colonial hispanoamericano, mostrando las principales obras arquitectónicas.
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Denuncia realizada contra la universidad por los abusos existentes. El denunciante para acabar con ellos propone el establecimiento de dos exámenes en cada asignatura por curso y así, si no acude al segundo examen sería expulsado de la universidad; para evitar la poca dedicación de los catedráticos a su oficio proponía que tuvieran las mismas vacaciones que los consejeros, magistrados, etcétera. Sólo de esta forma se limpiaría la universidad de todos aquellos que vegetaban en ella sin hacer nada útil, y se evitaría que gente sin suficiente talento acudiera a ella, pudiéndose dedicar a otros oficios como la industria, las manufacturas. Pero la denuncia cayó en saco roto.
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Esquema que representa la organización de la enseñanza, desde la escuela primaria hasta el Doctorado en Filosofía y Letras. En la base la Enseñanza Primaria hasta los doce años a los que se conseguía el Certificado de Estudios Primarios. Entre los diez y los catorce, el Bachillerato General Elemental y el Grado de Bachiller Elemental. De los catorce a los dieciséis, el Bachillerato General Superior, dividido en Ciencias y Letras. Entre los dieciséis y los diecisiete, el preuniversitario de Letras. De los diecisiete a los diecinueve, los cursos comunes. Entre los diecinueve y los veintidós, las diferentes ramas de la Licenciatura de Filosofía y Letras: Filosofía, Historia, Historia de América, Filología Clásica, Filología Semítica, Filología Románica, Filología Inglesa, Filología Francesa, Filología Alemana, Filología Italiana y Pedagogía. Al término de las 'ramas', se obtendría el Grado de Licenciatura. Por último, el Doctorado y el Grado de Doctor.
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Resumen basado en el de la revista. - El artículo pertenece a una sección monográfica de la revista dedicada a Lenguajes fílmicos en la memoria colectiva de Europa
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Estudiar la educación laica de la mujer en el último tercio del siglo XVIII tanto en el ámbito privado como en el público. Educación de la mujer en el siglo XVIII (último tercio). Esta investigación comienza con la polémica de género entre personas cultas comunes que aproxima a la opinión del momento sobre las aptitudes de la mujer para tareas intelectuales para pasar a revisar las opiniones de ilustrados de la Real Sociedad Matritense que se enfrentaban a la opción de admitir socias femeninas. La educación privada de las niñas sólo era patrimonio de determinadas clases sociales y fue objeto de tratados de educación femenina escritos o divulgados en el siglo XVIII. De la educación privada y los manuales que especificaban sus cometidos se pasa al estudio de la educación pública y al grado de participación de la corona abordado a través de un corpus legislativo compuesto por Reales Cédulas, Reales Provisiones, Reales Ordenes y disposiciones menores relacionándolas con un proyecto docente de corte ilustrado que perseguía reforzar el poder al dirigir y sistematizar la enseñanza básica frente a la Iglesia o a organizaciones corporativistas gremiales. Documentación catalogada del Archivo Histórico Nacional, Archivo Municipal de Murcia y de Alicante y del Archivo de la Real Sociedad Económica de Murcia. Investigación histórica. El ideario educativo ilustrado fue un proyecto androcéntrico y excluyente ya que la mujer no era considerada como capacitada para la instrucción con lo que se concluye que la educación de la mujer fue asignatura pendiente del proyecto ilustrado.
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Programa de doctorado [de] Lengua Española y Lingüística General.
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Pedro Antonio de la Puente es seud. de Antonio Ponz y Piquer
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La presente Tesis muestra una visión en conjunto de la evolución de la cartografía geológica en España desde sus orígenes hasta el año 1864, cuando aparecieron, de forma simultánea, los dos mapas geológicos completos de España. El estudio se divide en doce capítulos. El primero es una introducción, con los objetivos y metodología del trabajo, así como en los antecedentes de estos trabajos. El segundo capítulo aborda la representación temprana del paisaje y de los elementos geológicos, desde las piedras grabadas de Abauntz, de hace 13.000 años, que se han interpretado como un mapa geomorfológico y de recursos naturales o el mapa con el volcán Çatalhöyuc en Turquía de 6.600 a.C., hasta las primeras representaciones cartográficas que surgieron con el desarrollo de las primigenias sociedades urbanas. El Papiro de Turín es un mapa del 1.150 a.C. con contenido geológico real que muestra con precisión la distribución geográfica de los distintos tipos de roca en la que se incluye información sobre minería. El tercer capítulo trata sobre cómo se establecieron las bases para la representación científica de la superficie terrestre en el Mundo clásico. Se hace un somero repaso a como se desarrollaron sus concepciones filosóficas sobre la naturaleza y de la cartografía en la Antigua Grecia y el Imperio Romano. En el cuarto capítulo se sintetiza la evolución de los conceptos cartográficos en el mundo medieval, desde las interpretaciones teológicas del mundo en los mapamundis en O-T de Las Etimologías del siglo VIII, o los Beatos, al nacimiento de una representación cartográfica verdaderamente científica en los siglos XIII y XIV, como son los portulanos, destacando el especial interés de la "Escuela Mallorquina". En el quinto capítulo se estudia el Renacimiento y la Edad Moderna, incidiendo en la importancia de la cartografía en los viajes de los descubrimientos, que marcan el mayor avance conceptual en la comprensión de la Tierra. La carta de Juan de la Cosa (1500) es la primera representación de América y además es el primer exponente de la cartografía producida por la Casa de la Contratación de Sevilla. Se presta especial atención a la representación de fenómenos volcánicos, con el ejemplo de las observaciones geológicas que realizó Gonzalo Fernández de Oviedo (1478-1557), en las que se encuentran varios croquis sobre los volcanes de Nicaragua. Finalmente, se estudian las representaciones del subsuelo en la minería, que en esa época inauguraron un nuevo lenguaje pictórico, y las técnicas y saberes mineros en el ámbito hispanoamericano. El capítulo sexto es muy amplio, estudia el contexto científico internacional donde nacieron los primeros mapas geológicos, desde los primeros cortes geológicos realizados a principios del siglo XVIII, hasta el primer mapa geológico del mundo de Amí Boué (1843). En este estudio se estudian también los distintos avances científicos que se fueron produciendo y que permitieron que se levantaran los mapas geológicos. Se analiza la importancia del desarrollo de la cartografía topográfica, que permitió que se pudieran representar distintos elementos geológicos sobre ellos, dando lugar a los primeros mapas temáticos, como por ejemplo, el mapa de los recursos mineros del obispado de Salzburgo (1716). Se dedica un amplio capítulo a la influencia de la Academia de Minas de Freiberg, dónde Abraham G. Werner (1749-1817) impartía clases. Werner sistematizó los materiales geológicos que componen el edificio terrestre dividiéndolo en grandes unidades, de este modo se sentaron las bases que propiciaron la representación cartográfica. A partir de este momento se levantaron un buen número de mapas geognósticos. A principios del siglo XIX, las teorías de Werner empezaron a perder aceptación internacional, incluso entre sus discípulos, como Leopold von Buch (1774-1853) que desarrolló una teoría sobre el levantamiento de las montañas a partir del empuje causado por intrusiones ígneas. Desde la historiografía de la cartografía geológica, se considera un hito la aparición del mapa geológico de Inglaterra, Gales y Escocia, Smith (1815), sin embargo, desde el punto de vista conceptual, el mapa de Cuvier y Brogniart (1808) representa un verdadero mapa geológico con un claro relato histórico. Después se repasan las distintas ideas sobre los mecanismos orogénicos, en especial las de Élie de Beaumont, que ejercieron una gran influencia entre los geólogos de nuestro país. A continuación se trata la figura de Lyell y el desarrollo del actualismo. Finalmente se analiza el primer mapa geológico del mundo, obra de Boué (1843). El capítulo séptimo trata sobre las primeras representaciones gráficas de la Geología española que tuvieron lugar en la época del Reformismo Borbónico. Se empieza con un repaso al estado de la Geología en España en esa época a la que sigue un estudio de los principales hitos en la representación cartográfica con indicaciones geológicas. De este modo se analizan los escasos planos mineros realizados en América que representen los filones, los cortes mineros de Guadalcanal y Cazalla de Hoppensack, (1796) y la utilización de la cartografía en la remediación de los desastres naturales. Los cortes geológicos de Teruel al Collado de la Plata, Herrgen y Thalacker (1800), suponen la primera descripción moderna de un terreno que se realizó en España. A continuación, se menciona la importancia de las cartografías geognósticas, financiadas por la Corona española, realizadas en los Alpes por Carlos de Gimbernat a principios del siglo XIX. Por último, se estudian los caracteres geológicos de los planos para la investigación del carbón en Mallorca, de Taverns (1811). El capítulo octavo constituye el núcleo principal de la presente tesis, y se ha titulado la Época Histórica de la Geología española, en el que se estudian el desarrollo de la cartografía geológica en nuestro país, en el periodo comprendido entre la promulgación de la Ley de Minas de 1825, hasta la constitución de la Carta Geológica de Madrid y General del Reino, en 1849. Se hace primero un repaso a las circunstancias políticas del país, a continuación se sintetiza el estado de la Geología en España en dicho periodo, las instituciones, y las publicaciones. Después se estudia la contribución de los autores extranjeros al conocimiento de la Geología en España, como Charpentier, que en su mapa de los Pirineos está cartografiando parte del territorio español, o Leopold von Buch, Lyell, Silvertop, Cook, Haussmann, entre otros. A continuación se estudia ya la cartografía de distintas cuencas mineras o regiones de España. Se analizan los mapas por separado, estudiando las memorias que las acompañan y la biografía de sus autores. Se empieza por las tempranas contribuciones con estudios de las cuencas carboníferas en los que ya se encuentran cortes geológicos formales. Se incide con mucho mayor detalle en el análisis de las tres cartografías geológicas que aparecieron simultáneamente hacia 1834: las de La Mármora en Baleares, de Le Play en Extremadura y de Schulz en Galicia, tres productos muy distintos, pero que fueron los pilares fundantes de esta disciplina en España. Por una parte, la primera tiene un interés exclusivamente científico, mientras que las otras dos, se enmarcan en un proyecto de cartografía geológica nacional, de un carácter más aplicado. A continuación se aborda el estudio del conjunto de cartografías que van apareciendo sobre la Geología de España, empezando por la de Naranjo (1841) en Burgos, de Collette (1848) en Vizcaya, de Prado (1848) en el Noreste de León; Rodríguez (1849) en Teruel y de Luxan (1850) en el Suroeste de España. La última parte del capítulo analiza dos cartografías (todavía parciales) del conjunto del país, que aparecieron en Alemania hacia 1850: la de Ezquerra (1851) y la de Willkomm (1852). El capítulo noveno trata sobre la institucionalización de la cartografía geológica en España, que se inicia con la fundación de una comisión, en 1849, para levantar el mapa geológico del Reino. Durante este periodo, de todas formas, la Comisión sufrió diversos avatares, aunque, en resumen se puede considerar que se produjeron tres proyectos de cartografía: el primero es la serie de cartografías geológicas provinciales a escala 1:400.000, que se iniciaron con la de Madrid; el segundo son los estudios de cuencas carboníferas, gracias a los cuales se levantaron mapas geológicos en Sant Joan de les Abadeses, Maestre, (1855) y el Norte de la provincia de Palencia, Prado (1861), el tercero y último es el mapa geológico general de España, Maestre (1865). De todas formas, en este periodo también aparecieron cartografías geológicas realizadas por la Dirección General de Minas. El hito cartográfico final de esta tesis es doble, entre 1864 y 1865, se publicaron, por fin, dos mapas geológico completos de España: el de Verneuil y Collomb (1864) y el de Maestre (1865). Finalmente, en el décimo y último capítulo se analizan en conjunto todas las producciones cartográficas que se han ido estudiando a lo largo del trabajo y se exponen, a modo de conclusiones, las principales aportaciones de esta Tesis.