219 resultados para Cultos Icônicos
Resumo:
Pan es un dios peculiar en muchos aspectos. Al contrario que los restantes dioses del panteón griego, él no es antropomorfo, sino que tiene patas, cola y cuernos de carnero. Un dios con características tan arcaicas sólo puede sobrevivir confinado a la Arcadia, una región que conserva numerosos arcaísmos religiosos. Sin embargo, a partir del 490 a.C. en que se instaura su culto en Atenas, el dios comienza a cambiar. En su evolución, Pan se asimila cada vez más a Dioniso. El acercamiento entre ambas figuras deja su huella en el mito, pero sobre todo en el culto. Así, un dios que en Arcadia era venerado en santuarios construidos por la mano del hombre, en el resto de Grecia recibe culto en parajes agrestes, fundamentalmente cuevas. No parece casual el hecho de que también fuera de Arcadia la gruta sea el lugar reservado a los cultos mistéricos, incluidos los dionisíacos
Resumo:
La figura del lector "supersticioso" aparece en Borges en la década del 20 y está presente en toda su producción crítica. Se trata de un lector de legitimidad dudosa, que se define por una relación con la literatura desprovista de familiaridad, en la cual los excesos de la credulidad y la devoción literarias son índices de una relativa carencia cultural. Esta figura, descripta por primera vez en "La supersticiosaética del lector", aparece ficcionalizada en "Pierre Menard, autor del Quijote", donde un narrador capaz de creerlo todo y venerar una obra que no ha visto toma en serio las bromas del escéptico Menard, un "irreverente reverenciado" que percibe la gloria como una "incomprensión" y los cultos literarios como síntomas de "barbarie". Las "supersticiones", en Borges, son siempre creencias y valores literarios románticos; la oposición entre una ideología "romántica" y una ideología "clásica" de la literatura es un problema central en su crítica. En este sentido, la aparición de la figura borgeana del "supersticioso" parece señalar el declive de una ideología literaria romántica, que en su crítica aparecerepresentada como una religión de la que ya no es posible participar, y cuyas creencias y valores pueden ser percibidos, por lo tanto, bajo la forma degradada de "supersticiones".
Resumo:
En los textos críticos de Borges sobre los clásicos, lo mismo que en sus textos sobre las vanguardias o las literaturas más desprovistas de prestigio, se descubre una zona de su crítica cuyo último objeto son las creencias y las valoraciones literarias. En esta zona de su crítica, Borges se abstiene de intervenir estratégicamente en el juego de la literatura, y esa renuncia aparece como condición para interrogar, con extrañeza suficiente, las reglas de juego. La especificidad de esta zona de su crítica puede observarse al comparar sus dos ensayos 'Sobre los clásicos'. En el primero, de 1941, Borges sitúa el culto de los clásicos en el marco de los cultos nacionalistas, y el ensayo puede ser leído como una intervención política y literaria. En el segundo, de 1965, el culto de los clásicos queda ubicado en el contexto de las devociones religiosas, confirmando una constante de esta zona de su crítica: la representación de las prácticas literarias como prácticas de carácter religioso
Resumo:
Esta ponencia se enmarca dentro de un proyecto de mayor amplitud e intenta mostrar la presencia de xenismos o extranjerismos y de préstamos léxicos en el español de Córdoba (Argentina), referidos al microcampo de transportes y viajes. La propuesta involucra una perspectiva sincrónica de finales del siglo XX y comienzos del XXI sobre el léxico no patrimonial del habla cordobesa y tiene la ambición de ser diacrónica, ya que remite a los extranjerismos, anglicismos y galicismos empleados en los albores del siglo XX (el tempus) y cristalizados en la prensa escrita de 1910. El locus de este trabajo es el habla de Córdoba. Nuestro corpus de análisis está constituido por el siguiente material lingüístico: a) selección de artículos periodísticos locales referidos al transporte de Córdoba y viajes durante 1910 y consulta de diarios cordobeses de finales del siglo XX y principios del XXI; b) grabaciones de registros coloquiales, informantes cultos de las tres generaciones, en la sincronía de los años 2000 y 2003; c) entrevistas de indagación léxica a 13 informantes de las tres generaciones, concernientes a 369 ítemes sobre el microcampo léxico mencionado. La investigación tiene como propósito: a) mostrar la riqueza léxica de los extranjerismos y préstamos en 1910 y en la sincronía actual del español de Córdoba; b) analizar la filiación idiomática de los vocablos registrados y c) señalar en la perspectiva diacrónica los procesos de evolución mediante la adopción de voces extranjeras.
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Hor., en Carm., 1, 2 y 4, 15 recoge una serie de referencias a dioses importantes para la familia adoptiva de Octaviano y para el propio gobernante, que han sido tradicionalmente analizadas e interpretadas desde un punto de vista interno: su presencia se explicaría en función de su relación con la gens Iulia. El punto de vista que quiero ofrecer en mi trabajo es complementario a éste: a partir de un análisis externo de las referencias a estos dioses, creo que su presencia se puede explicar en función de los templos en los que "habitaban" en Roma, del lugar donde estos templos se encontraban y de las representaciones icónicas que servían a su culto. Al mismo tiempo, la nueva relación que establezco entre 1,2 y 4, 15 aporta evidencias para una comprensión distinta de la segunda edición de la poesía lírica de Horacio, la que se presentó con el libro 4
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Pan es un dios peculiar en muchos aspectos. Al contrario que los restantes dioses del panteón griego, él no es antropomorfo, sino que tiene patas, cola y cuernos de carnero. Un dios con características tan arcaicas sólo puede sobrevivir confinado a la Arcadia, una región que conserva numerosos arcaísmos religiosos. Sin embargo, a partir del 490 a.C. en que se instaura su culto en Atenas, el dios comienza a cambiar. En su evolución, Pan se asimila cada vez más a Dioniso. El acercamiento entre ambas figuras deja su huella en el mito, pero sobre todo en el culto. Así, un dios que en Arcadia era venerado en santuarios construidos por la mano del hombre, en el resto de Grecia recibe culto en parajes agrestes, fundamentalmente cuevas. No parece casual el hecho de que también fuera de Arcadia la gruta sea el lugar reservado a los cultos mistéricos, incluidos los dionisíacos
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La figura del lector "supersticioso" aparece en Borges en la década del 20 y está presente en toda su producción crítica. Se trata de un lector de legitimidad dudosa, que se define por una relación con la literatura desprovista de familiaridad, en la cual los excesos de la credulidad y la devoción literarias son índices de una relativa carencia cultural. Esta figura, descripta por primera vez en "La supersticiosaética del lector", aparece ficcionalizada en "Pierre Menard, autor del Quijote", donde un narrador capaz de creerlo todo y venerar una obra que no ha visto toma en serio las bromas del escéptico Menard, un "irreverente reverenciado" que percibe la gloria como una "incomprensión" y los cultos literarios como síntomas de "barbarie". Las "supersticiones", en Borges, son siempre creencias y valores literarios románticos; la oposición entre una ideología "romántica" y una ideología "clásica" de la literatura es un problema central en su crítica. En este sentido, la aparición de la figura borgeana del "supersticioso" parece señalar el declive de una ideología literaria romántica, que en su crítica aparecerepresentada como una religión de la que ya no es posible participar, y cuyas creencias y valores pueden ser percibidos, por lo tanto, bajo la forma degradada de "supersticiones".
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El libro de los cuentos, de Rafael Boira, fue uno de los muchos que se publicaron como esparcimiento en el siglo xix. Es una recopilación de composiciones jocosas menores, en prosa, salvo algunas en verso; entre éstas hay más de un centenar de enigmas o adivinanzas en quintillas cuya autoría no nos reveló. El autor de las adivinanzas es Cristóbal Pérez de Herrera (1618). Aunque como autor generalmente es original, copia o imita algunas adivinanzas preexistentes en la tradición oral o culta. Boira copió de manera literal muchas adivinanzas de este autor, aunque escribió otras con alteraciones, mayores o menores, quizás por recordarlas de memoria. "Las enigmas", de Pérez de Herrera, fueron muy divulgados anónimamente: pasaron a la tradición escrita pero también se recogieron, y aún es así hoy en día, de modo oral. Lo cierto es que también están ya presentes en la tradición oral algunas versiones tal como Boira las alteró. Incuestionablemente, los enigmas cultos han pasado a la tradición oral en el ámbito de la cultura hispana. Herrera y Boira son dos marcas en este camino de popularización
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Esta ponencia se enmarca dentro de un proyecto de mayor amplitud e intenta mostrar la presencia de xenismos o extranjerismos y de préstamos léxicos en el español de Córdoba (Argentina), referidos al microcampo de transportes y viajes. La propuesta involucra una perspectiva sincrónica de finales del siglo XX y comienzos del XXI sobre el léxico no patrimonial del habla cordobesa y tiene la ambición de ser diacrónica, ya que remite a los extranjerismos, anglicismos y galicismos empleados en los albores del siglo XX (el tempus) y cristalizados en la prensa escrita de 1910. El locus de este trabajo es el habla de Córdoba. Nuestro corpus de análisis está constituido por el siguiente material lingüístico: a) selección de artículos periodísticos locales referidos al transporte de Córdoba y viajes durante 1910 y consulta de diarios cordobeses de finales del siglo XX y principios del XXI; b) grabaciones de registros coloquiales, informantes cultos de las tres generaciones, en la sincronía de los años 2000 y 2003; c) entrevistas de indagación léxica a 13 informantes de las tres generaciones, concernientes a 369 ítemes sobre el microcampo léxico mencionado. La investigación tiene como propósito: a) mostrar la riqueza léxica de los extranjerismos y préstamos en 1910 y en la sincronía actual del español de Córdoba; b) analizar la filiación idiomática de los vocablos registrados y c) señalar en la perspectiva diacrónica los procesos de evolución mediante la adopción de voces extranjeras.
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En los textos críticos de Borges sobre los clásicos, lo mismo que en sus textos sobre las vanguardias o las literaturas más desprovistas de prestigio, se descubre una zona de su crítica cuyo último objeto son las creencias y las valoraciones literarias. En esta zona de su crítica, Borges se abstiene de intervenir estratégicamente en el juego de la literatura, y esa renuncia aparece como condición para interrogar, con extrañeza suficiente, las reglas de juego. La especificidad de esta zona de su crítica puede observarse al comparar sus dos ensayos 'Sobre los clásicos'. En el primero, de 1941, Borges sitúa el culto de los clásicos en el marco de los cultos nacionalistas, y el ensayo puede ser leído como una intervención política y literaria. En el segundo, de 1965, el culto de los clásicos queda ubicado en el contexto de las devociones religiosas, confirmando una constante de esta zona de su crítica: la representación de las prácticas literarias como prácticas de carácter religioso
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Los Pabellones de las Exposiciones Universales suelen considerarse dentro de las arquitecturas efímeras, pero habría que puntualizar que toda construcción tiene su tiempo y su periodo de extinción pudiendo ser éstos indefinidos, lo permanente en lo efímero. Muchas de las obras míticas del siglo XX existieron sólo durante unos meses, en escenarios efímeros, modificando el curso de la arquitectura con unas pocas imágenes, lo que llevaría a cuestionar si las circunstancias por las que no han sobrevivido o lo han hecho en circunstancias poco comunes, no se deben tanto a una condición efímera sino a su carácter experimental. Determinadas Exposiciones Universales fueron plataforma para que los pabellones, hitos con los que se ha construido una parte significativa de la Historia de la Arquitectura contemporánea, pasaran a convertirse en mitos, por su distancia en el tiempo, porque ya no existen y porque a veces de ellos sólo nos queda una anticuada y limitada imaginería. Las diversas Historias de la Arquitectura ponen de manifiesto la importancia de algunos pabellones y el papel que ejercieron, ejercen y ejercerán algunos de los construidos para determinadas Exposiciones Universales, pues son el testimonio de que se mantienen vivos, permaneciendo en el tiempo, desempeñando cada uno una función, bien de base para nuevos avances tecnológicos o constructivos, bien para experimentar nuevas formas de habitar, bien para educar, bien para encumbrar a sus autores hasta entonces apenas conocidos. Tanto los que se han mantenido en pie, como los que han sido trasladados y reconstruidos en un nuevo emplazamiento, o incluso los que siguieron su destino fatal y se convirtieron en arquitecturas ausentes, pero que por lo que supusieron de innovación y experimentación, todos han permanecido vivos en la arquitectura de hoy en día. Esta tesis estudia el conjunto de factores que contribuyeron a conferirles esa condición de hito, qué tipo de publicaciones hablan de ellos, en qué términos se tratan y en qué medida los relacionan con la producción de la época y/o de su autor, qué aspectos destacan, cuáles son los valores icónicos que se han ido estableciendo con el paso del tiempo…Qué es lo que permanece. Por otra parte, también aborda en qué medida su condición de construcción efímera, y gracias a su inherente necesidad de desaparecer físicamente, favoreciendo su ausencia en el recuerdo, lo que los ha dotado de representatividad. Esto podría resultar hoy en día algo contradictorio, dado el gran valor concedido a la imagen en la sociedad actual hasta el punto de convertirse en un componente esencial de la representatividad: la imagen sustituye al recuerdo pareciendo que lo que carezca de manifestación física en realidad no existiera, hasta llegar a hacerle perder toda capacidad de representación. Sin embargo, y considerando la imagen como elemento esencial de lo icónico, la reconstrucción de los pabellones una vez concluidas las exposiciones, en muchos casos no ha hecho más que potenciar su valor como arquitecturas efímeras, ya que desposeídos de su carácter temporal, los pabellones de las exposiciones pierden su razón de ser. El Pabellón de España de Corrales y Molezún para la EXPO Bruselas’58 es un claro ejemplo de ello, como se mostrará en el desarrollo de la tesis. En la tesis se exponen los distintos casos de los pabellones elegidos, rastreando, fundamentalmente en las publicaciones periódicas, el papel que en cada uno de ellos ejerció su destino final que, a pesar de no ser el objetivo o fin de la presente tesis, sí podría haber contribuido en algunos casos a dotarle de esa categoría de hito en la historia de la arquitectura. Se trata en definitiva de rastrear las vicisitudes que los han conducido a su condición de referentes arquitectónicos, de hitos de la Historia de la Arquitectura. El estudio se centra en Pabellones de las Exposiciones Universales de Bruselas’58, Montreal’67 y Osaka’70 por dos motivos fundamentales: el primero, su catalogación por el Bureau International des Expositions (BIE) como Exposiciones Universales de 1ª categoría; y el segundo, el período en el que se celebraron, período comprendido entre los años 1945 a 1970, años de profundos y determinantes cambios en la arquitectura y en los que tiene lugar el desarrollo y posterior revisión de la modernidad tras la 2ª Guerra Mundial. Se analiza la trayectoria bibliográfica de los pabellones más nombrados de estas tres Exposiciones Universales que son: de Bruselas ’58, el Pabellón de la República Federal de Alemania, de Egon Eiermann y Sep Ruf; el Pabellón Philips de Le Corbusier, y el Pabellón de España, de José Antonio Corrales y Ramón Molezún; de Montreal ’67, el Pabellón de la República Federal de Alemania, de Frei Otto, y el Pabellón de Estados Unidos, de Richard Buckminster Fuller; y de Osaka ’70, el Theme Pavilion, de Kenzo Tange, el Takara Beautilion, de Kisho Kurokawa, y el Pabellón del Grupo Fuji, de Yutaka Murata. Mediante el análisis se detecta que, ya en las revistas coetáneas a las exposiciones, estos pabellones se señalaban como edificios importantes para la historia de la arquitectura futura. Hecho que se constata con la aparición de los mismos en las historias, incluso en las más recientes, lo que demuestra su condición de hitos en la Historia de la Arquitectura ya consolidada. ABSTRACT Pavilions of the Universal Exhibitions are often considered as ephemeral architecture. However it is worth mentioning that every construction has its time and its extinction period and both of them could be indefinite/infinite, the permanent in the ephemeral. Many of the iconic works of the twentieth century lasted only for a few months, in ephemeral scenarios, changing the course of architecture but not with many images. This leads to question whether their survival under special circumstances or their extinction is mainly due to their experimental nature, and not so much to their ephemeral condition. Pavilions are at the basis of a significant part of the history of contemporary architecture. Specific Universal Exhibitions served as platforms for these landmarks to become myths, be it because of their endurance, or because they no longer exist, or even because in some cases we only have a limited and outdated imagery of them. The different Histories of Architecture highlight the importance of some pavilions and the influence they have had, have and will have some of those that were built for particular Universal Exhibitions. They are a live testimony, lasting over time, playing a specific role as basis for new technological or constructive breakthroughs; to experience new ways of living; or to educate or to raise the profile of their authors hitherto little known. Thanks to their experimental or innovative approach, some pavilions enduring overtime or that have been moved and rebuilt in a new location, or even those that followed their fate and became absent architectures, are still alive in today’s architecture. This thesis analyses the set of elements that contributed to confer the status of landmark to pavilions: what kind of publications speak of them; how they are referred to and the extent to which they are linked to their contemporary production time and / or to their author; what are elements that make them stand out; what are the iconic values that have been established as time goes by and what are those that are still valid…What is it that remains. It also assesses to what extend the condition of pavilion constructions is ephemeral. And finally, what confers them representativeness, giving their inherent need to physically disappear, favoring their absence in the memory. Today this may result somewhat contradictory as the high value of images in contemporary society has made them an essential component of representativeness. They replace remembrances to the point that it seems that what lacks physical manifestation doesn’t exist anymore, and therefore loses representation capacity. However, and considering images as an essential element of what is iconic, in most cases the reconstruction of pavilions upon completion of the exhibitions has leveraged their value as ephemeral architectures; although once deprived of their temporary character, they would lose their reason to exist. The Pavilion of Spain Corrales and Molezún for the Brusels'58 EXPO is a clear example of this, as described in the development of this document. This thesis explores the case of specific pavilions and assesses the role each one had in their final destination, by mainly tracking them in regular publications. Even though the latter is not the objective or the purpose of this thesis, the final destination of these pavilions may have contributed in some cases to grant them their landmark status in the history of architecture. Actually, this thesis is about tracking the events that have led to grant these pavilions their condition as architectural references, as landmark in the history of architecture. The study focuses on pavilions of the Universal Exhibition Brussels'58, Montreal'67 and Osaka'70 for two main reasons: first, their classification by the Bureau International des Expositions (BIE) and Universal Exhibitions 1st category; and second, the period in which they were held, from 1945 to 1970, a time of profound and decisive changes in the architecture and in the development and subsequent revision of modernity after the II World. It analyzes the bibliographic path of the most cited pavilions in the three Universal Exhibitions: in Brussels '58, the pavilion of the RFA by Egon Eiermann and Sep Rup, the pavilion of Philips by Le Corbusier and the Spain pavilion from José Antonio Corrales and Ramón Molezún; in Montreal '67 the pavilion of RFA by Frei Otto and the United States pavilion by Richard Buckminster Fuller; and in Osaka '70, the Theme Pavilion by Kenzo Tange, the Takara Beautilion by Kisho Kurokawa and the Fuji Group pavilion by Yutaka Murata. Through the analysis it is noticeable that in the contemporary publications to the exhibitions, these pavilions were already signaled out as relevant buildings to the future architecture history. The fact that they became part of the history themselves, even in the most recent times, is a prove of their condition as milestones of the consolidated History of Architecture.
Resumo:
Como no pocos proyectos, el origen de esta tesis es fruto de una casualidad. Hace unos años me topé en Londres, en la librería Walden Books del 38 de Harmood St., con una primera edición de la conocida monografía de Mies a cargo de Philip Johnson. El librito, en realidad catálogo de la exposición que en 1947 el MoMA de Nueva York dedicara a la obra de Mies Van der Rohe a los diez años del desembarco del arquitecto en Estados Unidos, tiene un tamaño de 10 x 7,5 pulgadas, es decir, la mitad del formato americano Crown (20x15 pulgadas), equivalente a 508 x 381 mm. Se imprimieron, en su primera tirada, editada por The Plantin Press, 12.000 ejemplares. Ese mismo año, con edición al cuidado de Reynal y Hitchcock, se publicaría la primera traducción al inglés de Cuando las catedrales eran blancas de Le Corbusier y una selección de poemas de Lorca, siete años después de su Poeta en Nueva York. En la monografía, en la página 109, aparece el conocido croquis de Mies Sketch for a glass house on a hillside. c. 1934, escasamente unas líneas, aunque precisas y llenas de matices, de la casa en una ladera que rápidamente nos remite a aquella primera propuesta de Saarinen para una casa en el aire, primero en 1941 en Pensilvania y después, en 1945, con Charles Eames, en Los Angeles, que nunca llegarían a construirse, sino en su aliteraciones posteriores realizadas por Harry Seidler (Julian Rose House, Wahroonga, Sydney, 1949), Philip Johnson (Leonhardt house, Long Island, Nueva York, 1956) o Craig Ellwood (Smith House, Crestwood Hills, 1958; Frank & Polly Pierson House, Malibú, 1962; Chamorro House, Hollywood Hills, 1963, o la serie Weekend House, con Gerald Horn, entre 1964 y 1970, hasta el magnífico Art Center College of Design de Pasadera, su puente habitado de 1977). El relato que da origen al texto discurre en un estricto período de tiempo, desde los primeros dibujos de la Case Study House nº8, dentro del programa promovido por John Entenza y su revista Arts & Architecture en California, realizados en el estudio de Saarinen en Bloomfield Hills, Michigan, hasta que el proyecto de la casa Eames finaliza cinco años después de acabar la obra en 1955, en la versión conocida, radicalmente distinta al proyecto original, cuando la pareja Charles y Ray Eames edita el corto House After Five Years of Living. La discusión original en torno a esta casita, o mejor, a las circunstancias, casualidades controladas, que rodean su construcción, se produce estrictamente cuando rastreamos aquellos invariantes que se mantienen en las dos versiones y las reconcilian. En este corto período de tiempo se producen en el proyecto una serie de decisiones que permiten descubrir, tanto en la forma como en el mismo proceso transformador del proyecto, en su obsesivo registro, en los nuevos referentes asumidos y propuestos, la primera visibilidad del cambio del paradigma moderno. Pero este momento germinal que cristaliza el paso a la postmodernidad no es inédito en la historia de la arquitectura americana. Así, el relato abre su ámbito temporal hasta un nuevo período de cincuenta años que arranca en 1893, año de la celebración en Chicago de la Exposición Internacional Colombina. En la White City de Hunt & McKim y del traidor Burham, Louis Sullivan construye su Golden Doorway en el pabellón de los Transportes. Aquella que visitará Adolf Loos antes de volver, renovado, a Viena; la misma que admirará André Bouillet, representante de la Union Centrale des Arts Decoratifs de Paris, y que deslumbrará en los museos de toda Europa, de París a Moscú en grandes fotografías y maquetas. Hasta que en Finlandia alguien muestra una de esas fotografías a un joven estudiante de diecinueve años en el Instituto Politécnico. Eliel Saarinen queda fascinado por la poderosa novedad de la imagen. Cuelga la fotografía frente a su tablero de dibujo, consciente de que la Golden Doorway, esa puerta de la aventura y la catarsis que Sullivan acuñaría como distintivo y que resolvería como único elemento complejo sus proyectos más maduros, desprovistos de todo ornamento; la misma que repetirían más tarde, con profundo reconocimiento, Ladovsky, Wright, Scarpa o Moneo, puerta dentro de puerta, fuelle y umbral, contenía, en sus propias palabras emocionadas, todo el futuro de la arquitectura. Desde ahí, pasando por el año 1910, momento de la huida de Wright a La Toscana y el descubrimiento de su arquitectura en Europa, entre otros por un joven Mies van der Rohe, meritorio en el estudio de Peter Behrens, a través del Wasmuth Portfolio; y así como algo después, en 1914, Schindler y en 1923 Neutra, harán el camino inverso, hasta que Mies les siga en 1937, animado por un Philip Johnson que había viajado a Europa en 1930, volviendo a 1945 y el inicio del programa Case Study House en California, hasta 1949, momento de la construcción de la CSH#8, y, por fin, al año 1955, after 5 years of living, en el que Julius Shulman fotografía la casa de Ray y Charles Eames en el prado de Chautauqua sobre las Pacific Palisades de Los Angeles, lanzando sus finas líneas amarillas hasta Alison y Peter Smithson y su tardomoderno heroico, hasta el primer Foster y su poético hightech y hasta el O-riginal Ghery, deconstruyendo el espacio esencial de su casa desde el espacio mismo, abiertas ya las puertas al nuevo siglo. Y en estos cambios de paradigma, desde el rígido eclecticismo de los estilos al lirismo moderno en el gozne secular y de ahí a la frivolidad, ligereza, exhibicionismo y oportunismo cultos del hecho postmoderno, hay algo que se mantiene invariante en los bandazos de la relación del hombre contemporáneo con su entorno. Como la escultura, que según Barnett Newman no es sino aquello contra lo que uno choca cuando retrocede para mirar un cuadro, en estos prístinos lugares, comunes y corrientes, recorrido, puerta, umbral, recinto y vacío, te topas con la arquitectura antes de darte cuenta de que es arquitectura. ABSTRACT As with many other projects, the origin of this doctoral thesis is the result of a chance. A few years ago I found in a bookstore in London, 38 Harmood st., Walden Books, a first edition of the well-known monograph about Mies by Philip Johnson. The tiny book, in fact a catalog of the exhibition that the MoMA of New York devoted to the work of Mies van der Rohe in 1947, ten years after his landing in the United States, has a size of 10 x 7.5 inches, that is, half of Crown American format (20 x 15 inches), equivalent to 508 x 381 mm. In the first printing, published by The Plantin Press, 12,000 copies were released. That same year, produced by Reynal and Hitchcock, both the first English translation of When the cathedrals were white by Le Corbusier and a selection of poems by Lorca were published, seven years after his Poet in New York. Inside the book, the famous drawing from Mies Sketch for a glass house on a hillside c. 1934 appears on page 109, barely a few lines, precise and nuanced though, the house on a hillside that quickly reminds us of the proposals of Eero Saarinen for a house in the air, first in 1941, in Pennsylvania, and later, in 1945, with Charles Eames, in Los Angeles, that would never be built, but in their later alliterations made by Harry Seidler (Julian Rose House, Wahroonga, Sydney, 1949), Philip Johnson (Leonhardt house, Long Island, New York, 1956) or Craig Ellwood (Smith House, Crestwood Hills, 1958; Frank Pierson & Polly House, Malibu, 1962, Chamorro House, Hollywood Hills, 1963, or the Weekend House series, with Gerald Horn, between 1964 and 1970, to the magnificent Art Center College of Design Pasadena, the inhabited bridge, in 1977). The story that gives rise to the text flows in a short amount of time, from the first drawings of the Case Study House No. 8, within the program promoted by John Entenza and his magazine Arts & Architecture in California, made in the study of Saarinen in Bloomfield Hills, Michigan, until the project of the Eames house is completed five years after finishing the construction in 1955, in the final version we know, radically different from the initial state, when the couple, Charles and Ray, published the film House after Five Years of Living. The original discussion around this house, or better, about the circumstances, controlled coincidences, regarding its construction, appears when one takes account of those that remain, the invariants, in the two versions, drawn and built, which precisely allow the reconciliation between both projects. In this short period of time a series of decisions made in the transformation process of the project reveal, in the obsessive record made by Charles Eames and in the new proposed references, the first visibility of the changing of the modern paradigm. But this germinal moment that crystallizes the transition to postmodernism is not unprecedented in the history of American architecture. So, the story opens its temporal scope to a fifty-year period that started in 1893, date of the celebration of the Chicago World´s Columbian Exposition. In the White City by Hunt & McKim and Burnham, the traitor, Louis Sullivan builds his Golden Doorway in the Transportation Building. That visited by a renovated Adolf Loos before his coming back to Vienna; the same that André Bouillet, Head of the Union Centrale des Arts Decoratifs in Paris, admired and dazzled in museums all over Europe, from Paris to Moscow, in large photographs and models. Until someone in Finland showed one of those photos to a young nineteen-years-old student at the Polytechnic Institute. Eliel Saarinen became fascinated by the powerful new image: he hanged the picture in front of his drawing board, aware that the Golden Doorway, that door of adventure and catharsis Sullivan coined as distinctive and as a single complex element which would solve their most mature projects, devoid of all ornament; the same that would repeat later, with deep appreciation, Ladovsky, Wright, Scarpa, or Moneo, a door inside a door, a threshold, a gap that contained, in its own moving words, the whole future of architecture. From there, through 1910, when Wright's flight to Tuscany allows Europe to discover his architecture, including a young Mies van der Rohe, meritorious in the studio of Peter Behrens, via the Wasmuth Portfolio; and as a little bit later, in 1914, Schindler and Neutra in 1923, made the travel in opposite direction, until Mies follows them in 1937, led by a Philip Johnson who had traveled to Europe in 1930, we return to 1945 and the beginning of the program Case Study House in California, and from 1949, when construction of the CSH # 8 begins, and finally, to 1955, after five years of living, when Julius Shulman photographs the inside of the house with Ray and Charles Eames, and all their belongins, at the Chautauqua meadows on Pacific Palisades in Los Angeles, launching its fine yellow lines to Alison and Peter Smithson and his heroic late modern, up to the first Foster and his poetic hightech and even the O-riginal Gehry, deconstructing the essential space of his home from the space itself, opening the doors to the new century. And these paradigm shifts, from the hard eclectic styles to modern secular lyricism in the hinge and then overcoming the cultured frivolity, lightness, exhibitionism, and opportunism of the postmodern skeptical focus, something remains intense, invariant in the lurching relationship of contemporary man and his environment. As the sculpture, which according to Barnett Newman is what you bump into when you back up to see a painting, in these pristine, ordinary places, promenade, door, threshold, enclosure and emptiness, you stumble upon the architecture even before realizing that it is architecture.
Resumo:
Nos textos de Provérbios 1,20-23; 8 e 9, encontra-se o instigante símbolo da sabedoria mulher, que possui uma longa e controvertida história de interpretação. Ao analisar as ligações textuais entre estes textos e o poema de Pr 31, descobrimos que o símbolo da sabedoria mulher inspira-se na mulher da vida real, que participa corajosamente na reconstrução da história e das relações do povo de Judá, no período pós-exílico. Estas ligações desvelam uma grande valorização da mulher e sua proximidade com Deus ao apresentá- la com o poder de oferecer vida (Pr 8,35; 9,6) e de cuidá-la (Pr 31), vivenciando e transmitindo valores éticos fundamentais para as relações cotidianas da casa (Pr 1,8; 6,20; 31,2-9.26). Este símbolo carrega ainda a memória de antigos cultos realizados na casa para celebrar e garantir a vida. Embora estes rituais contivessem a memória de Deusas, eles não eram opostos ao culto de Javé, pois, dentro da dinâmica da casa, estavam inteiramente integrados na religião de Israel pela priorização da vida e pela prática da jus tiça. Esses textos de Provérbios atestam uma grande mudança na visão da mulher. A origem desta nova visão encontra-se na época do cativeiro, quando já não havia templo e nem um governo que canalizasse a organização do povo e sua luta pela libertação. A casa passa a ter funções de prover a subsistência e de transmitir as tradições religiosas do povo bíblico com a finalidade de obter a inspiração e a força necessárias para garantir o futuro. Na casa interiorana, a mulher tem autoridade e liderança, apesar dos preconceitos da sociedade patriarcal. É no pequeno espaço da casa judaíta que o movimento da sabedoria mulher situa-se, gerando relações de inclusão e de solidariedade, na época da dominação do 2º templo, com suas normas sobre a impureza.(AU)
Resumo:
Nos textos de Provérbios 1,20-23; 8 e 9, encontra-se o instigante símbolo da sabedoria mulher, que possui uma longa e controvertida história de interpretação. Ao analisar as ligações textuais entre estes textos e o poema de Pr 31, descobrimos que o símbolo da sabedoria mulher inspira-se na mulher da vida real, que participa corajosamente na reconstrução da história e das relações do povo de Judá, no período pós-exílico. Estas ligações desvelam uma grande valorização da mulher e sua proximidade com Deus ao apresentá- la com o poder de oferecer vida (Pr 8,35; 9,6) e de cuidá-la (Pr 31), vivenciando e transmitindo valores éticos fundamentais para as relações cotidianas da casa (Pr 1,8; 6,20; 31,2-9.26). Este símbolo carrega ainda a memória de antigos cultos realizados na casa para celebrar e garantir a vida. Embora estes rituais contivessem a memória de Deusas, eles não eram opostos ao culto de Javé, pois, dentro da dinâmica da casa, estavam inteiramente integrados na religião de Israel pela priorização da vida e pela prática da jus tiça. Esses textos de Provérbios atestam uma grande mudança na visão da mulher. A origem desta nova visão encontra-se na época do cativeiro, quando já não havia templo e nem um governo que canalizasse a organização do povo e sua luta pela libertação. A casa passa a ter funções de prover a subsistência e de transmitir as tradições religiosas do povo bíblico com a finalidade de obter a inspiração e a força necessárias para garantir o futuro. Na casa interiorana, a mulher tem autoridade e liderança, apesar dos preconceitos da sociedade patriarcal. É no pequeno espaço da casa judaíta que o movimento da sabedoria mulher situa-se, gerando relações de inclusão e de solidariedade, na época da dominação do 2º templo, com suas normas sobre a impureza.(AU)
Resumo:
Esta tese é um estudo do conceito de transformação místico-apocalíptica na perspectiva da experiência religiosa e que tem como objeto o caso paulino. As pesquisas sobre Paulo Apóstolo geralmente acompanham a abordagem tradicional que o vê como pensador e teólogo. Mas, em sintonia com algumas obras do passado e especialmente as mais recentes sobre Paulo em relação à apocalíptica e misticismo judaicos, esta tese desenvolve uma análise na perspectiva da experiência religiosa. Considerando a tradição de ascensão visionária como quadro de plausibilidade, é apresentada uma análise dos relatos de ascensão da literatura judaica antiga, com destaque para Moisés, aqui comparado com a recepção paulina do Moisés transformado em 2º Coríntios. O resultado da pesquisa foi que a literatura judaica antiga testemunha um padrão de transformação proléptica em ascensão celestial que fazia parte das crenças e práticas religiosas. A linguagem usada por Paulo em 2º Coríntios, notoriamente no capítulo 3, demonstra que ele estava envolvido em tais crenças e práticas, ainda que com conotações próprias. O Moisés transformado de face gloriosa de Êxodo 34, que foi recebido pelas tradições judaicas como um viajante celestial, o que era corrente nos tempos paulinos, é o foco de Paulo em 2º Coríntios 3. Para Paulo, sua condição é superior à de Moisés porque ele tem acesso livre e permane nte à gloria de Deus, acesso esse estendido a seus correligionários e que resulta em processo de transformação proléptica. Também porque seu evangelho é uma revelação cristológica divina última superior ao que foi revelado a Moisés no Sinai. Este acesso livre e permanente que inclui esta transformação antecipada se dá em termos de cultos extáticos de natureza visionária.(AU)