138 resultados para Musulmanes
Resumo:
La presencia de una sociedad musulmana en la Península Ibérica desde el siglo VIII al XVII, es decir desde la conquista árabe hasta la expulsión de los moriscos, convierte a los musulmanes inevitablemente en tema literario. Ya desde los más primitivos textos épicos aparecen los musulmanes de al-Ándalus no sólo como antagonistas de los héroes sino desarrollando otras funciones literarias como sucede en el Cantar del Mio Cid o de los Infantes de Lara. Incluso surgen en la lejanía los sarracenos de al-Ándalus, en los trovadores catalanes en lengua occitana. Y en el siglo XV, se convierten casi en un género literario en la literatura de Castilla: se convierten en los moros imaginarios de los romances fronterizos, es la morofilia literaria, es el moro de Granada el que entra en la literatura. La idealización del moro de Granada por parte de la literatura castellana es un hecho sorprendente, porque es contemporánea primero de una cruenta guerra, la de Granada, en los romances fronterizos, y de la rebelión morisca y del enfrentamiento ideológico cristiano-morisco después, al pasar el tema, casi intacto, al Siglo de Oro, fenómeno que resumió brillantemente Emilio García Gómez en sus estudios de Ibn Zamrak como: «Jamás tan brillante puente de plata fue tendido a enemigo que huye» El fenómeno no tiene todavía una explicación satisfactoria, porque no puede ser un simple recurso psicológico, como quiere Juan Goytisolo, que otros enemigos vencidos tuvo España y no los idealizó, ni tampoco se podría suponer que es una literatura de protesta, de una contestación a la política nacional como quieren otros autores. Creemos que, en primer lugar, la maurofilia es esencialmente estética y no ética, y en segundo lugar, que arranca de tiempos anteriores a los conflictos abiertos bélicos e ideológicos -la idealización del «moro de Granada» ya se produce en la Crónica de Alfonso XI de 1344...
Resumo:
En los Annales compuestos por el patriarca Eutiquio de Alejandría encontramos algunos pasajes originales, que no están presentes en otras fuentes, por lo que muchos estudiosos han descartado su verosimilitud. No obstante, hay que tener muy presente el contexto h istórico en el que este personaje vivió, en contacto tanto con musulmanes como con judíos. Un ejemplo de esto es el relato que hace del ataque de los judíos contra la ciudad fenicia de Tiro durante la guerra romano-persa (603-628), calificado como fantasioso. Sin embargo, cambia la perspectiva cuando se lo relaciona con textos apocalípticos de la tradición hebrea.
Resumo:
La obra histórica del erudito y enciclopedista de la edad de oro de la literatura árabe copta, de la cual el Dr. Samuel Moawad (Munster) está preparando una edición, representa en realidad una colección de tres tratados divididos artificialmente en 51 capítulos secuenciales. El núcleo cronológico es precedido por un largo tratado con 47 capítulos sobre cálculos astronómicos y eclesiásticos así como épocas históricas y calendarios de diferentes naciones. La parte histórica propia (ch. 48-50), de los cuales el llamado Chronicon orientale representa una deficiente revisión anónima, trata sucesivamente de historia universal, dinastías islámicas y patriarcas coptos. Un sumario histórico, así como dogmático, de los primeros siete/ocho concilios de la Iglesia cristiana (cap. 51) termina la compilación entera. El conocido historiador al-Makin Ibn al-.Amid hace un gran uso de la labor de su contemporáneo y, al parecer a través de él, los grandes historiadores musulmanes: Ibn Khaldun, Maqrizi o Qalqashandi hacen mención continua de Ibn al-Rahib. Más tarde en el siglo XVI, el K. al-Tawarikh fue traducido en etiópico y tuvo un gran impacto en la literatura histórica y computacional de los etíopes.