4 resultados para Concepto de realidad
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Resumo:
Armonía Somers (Uruguay 1917 - 1994) ha sido clasificada dentro de la llamada Generación del 45 de Uruguay, sin embargo, muchos críticos aseguran que su obra difiere de la estética del período en que escribió. Mientras Ángel Rama sugiere que la narrativa de Somers pertenece a la tradición de los raros y malditos, que desciende del extraño linaje del Conde franco-uruguayo y poeta Lautréamont, otros la colocan en el ámbito de la narrativa imaginativa y de lo fantástico. La crítica contemporánea se aproxima a la obra de Somers a partir del concepto de lo extraño o "Unheimlich", abordando las novelas de la autora desde una perspectiva freudiana, lacaniana o heideggeriana. No obstante, ninguna de estas investigaciones ha determinado a qué género u orientación literaria se aviene, ni han indagado en profundidad sobre su contribución a los estudios metaficcionales. ^ En esta tesis propongo que las novelas de Armonía Somers, "La mujer desnuda" (1950), "De miedo en miedo. Los manuscritos del río" (1965), "Un retrato para Dickens" (1969), "Viaje al corazón del día. Elegía por un amor secreto" (1986), y "Solo los elefantes encuentran mandrágora" (1986), transgreden los géneros y tendencias literarias dominantes en su época por medio de una imaginación excesiva y de una trama anti-dramática, asociada primordialmente con la experiencia del terror sublime y la representación de lo inexpresable o irrepresentable, ambas nociones correspondientes a la poética expresionista de vanguardia y al gótico postmoderno. Las novelas analizadas en este trabajo presentan en su estructura una amplia gama de formas ambiguas e inorgánicas, cuya función desestabiliza los aspectos formales del realismo y subvierte los postulados epistemológicos e ideológicos en que se apoyan las culturas afirmativas, las cuales legitiman solo cierto concepto de realidad, desentendiéndose del resto de las experiencia humanas que no encajan en sus esquemas. La desacralización, la disolución moral, la muerte simbólica y la naturaleza fluida de la identidad junto con una marcada autorreflexividad, son algunos de los temas más relevantes de este conjunto de obras, que he categorizado como un ejemplo del expresionismo gótico postmoderno del siglo XX.^
Resumo:
Armonía Somers (Uruguay 1917 – 1994) ha sido clasificada dentro de la llamada Generación del 45 de Uruguay, sin embargo, muchos críticos aseguran que su obra difiere de la estética del período en que escribió. Mientras Ángel Rama sugiere que la narrativa de Somers pertenece a la tradición de los raros y malditos, que desciende del extraño linaje del Conde franco-uruguayo y poeta Lautréamont, otros la colocan en el ámbito de la narrativa imaginativa y de lo fantástico. La crítica contemporánea se aproxima a la obra de Somers a partir del concepto de lo extraño o “Unheimlich”, abordando las novelas de la autora desde una perspectiva freudiana, lacaniana o heideggeriana. No obstante, ninguna de estas investigaciones ha determinado a qué género u orientación literaria se aviene, ni han indagado en profundidad sobre su contribución a los estudios metaficcionales. En esta tesis propongo que las novelas de Armonía Somers, “La mujer desnuda” (1950), “De miedo en miedo. Los manuscritos del río” (1965), “Un retrato para Dickens” (1969), “Viaje al corazón del día. Elegía por un amor secreto” (1986), y “Solo los elefantes encuentran mandrágora” (1986), transgreden los géneros y tendencias literarias dominantes en su época por medio de una imaginación excesiva y de una trama anti-dramática, asociada primordialmente con la experiencia del terror sublime y la representación de lo inexpresable o irrepresentable, ambas nociones correspondientes a la poética expresionista de vanguardia y al gótico postmoderno. Las novelas analizadas en este trabajo presentan en su estructura una amplia gama de formas ambiguas e inorgánicas, cuya función desestabiliza los aspectos formales del realismo y subvierte los postulados epistemológicos e ideológicos en que se apoyan las culturas afirmativas, las cuales legitiman solo cierto concepto de realidad, desentendiéndose del resto de las experiencia humanas que no encajan en sus esquemas. La desacralización, la disolución moral, la muerte simbólica y la naturaleza fluida de la identidad junto con una marcada autorreflexividad, son algunos de los temas más relevantes de este conjunto de obras, que he categorizado como un ejemplo del expresionismo gótico postmoderno del siglo XX.
Resumo:
Si el siglo XX creó una extendida conciencia sobre las variantes de la intertextualidad en la ficción literaria, hoy enfrentamos transformaciones en la naturaleza de la ficción y sus relaciones con otras formas discursivas y/o creativas como el arte, y con la misma realidad, que es posible designar con el concepto de ficción extrema. Desde "Don Quijote" o "Las meninas" hay incursiones en la metaficción y/o autorrefecividad. Pero a partir de las vanguardias modernistas y de modo creciente en los estertores de la postmodernidad nos abocamos a un singular tipo de hipertextualidad que desbordando lo literario se apropia de prácticas artísticas (o lo contrario) como recurso para la transposición de sus ficciones, no sólo de uno a otro campo, sino para su inserción en la realidad: la ficción extrema. ^ Max Aub (España 1903-México 1973), Leonora Carrington (Inglaterra 1917-México 2011) y Enrique Vila-Matas (España 1958), radicalizaron este tránsito o filtración de los imaginarios artísticos y literarios subvirtiendo las delimitaciones entre —pintor catalán Jusep Torres Campalans, junto con sus obras pictóricas, creadas como sombra o doble de Picasso. Así insertó su existencia en ciertos dominios del cubismo como un modo de meta-crítica artística. Carrington asumió un doble animal que transitó entre cuentos y cuadros y se inscribió en la memoria del surrealismo. Vila-Matas narró su "Historia abreviada de la literatura portátil" como un doble del espectro Marcel Duchamp —a su vez asaltado por otros— que reescribe la memoria del dadaísmo de tal modo que ha llegado a ser confundida con un ensayo. La revisión de las estrategias de la ficción extrema en estos autores junto con las de otros contemplados en el epilogo —Mario Bellatín, y los artistas Liliana Porter, Luis Camnitzer, José Guillermo Castillo, Ana Tisconia, Rubén Torres Llorca y Carlos Amorales— arroja nueva luz sobre sus obras, enriquece los estudios transatlánticos y revela la movilidad y multiplicación de la identidad y los deslizamientos de la ficción en la realidad como signos de tránsito a la altermodernidad.^
Resumo:
Si el siglo XX creó una extendida conciencia sobre las variantes de la intertextualidad en la ficción literaria, hoy enfrentamos transformaciones en la naturaleza de la ficción y sus relaciones con otras formas discursivas y/o creativas como el arte, y con la misma realidad, que es posible designar con el concepto de ficción extrema. Desde “Don Quijote” o “Las meninas” hay incursiones en la metaficción y/o autorrefecividad. Pero a partir de las vanguardias modernistas y de modo creciente en los estertores de la postmodernidad nos abocamos a un singular tipo de hipertextualidad que desbordando lo literario se apropia de prácticas artísticas (o lo contrario) como recurso para la transposición de sus ficciones, no sólo de uno a otro campo, sino para su inserción en la realidad: la ficción extrema. Max Aub (España 1903-México 1973), Leonora Carrington (Inglaterra 1917-México 2011) y Enrique Vila-Matas (España 1958), radicalizaron este tránsito o filtración de los imaginarios artísticos y literarios subvirtiendo las delimitaciones entre —pintor catalán Jusep Torres Campalans, junto con sus obras pictóricas, creadas como sombra o doble de Picasso. Así insertó su existencia en ciertos dominios del cubismo como un modo de meta-crítica artística. Carrington asumió un doble animal que transitó entre cuentos y cuadros y se inscribió en la memoria del surrealismo. Vila-Matas narró su “Historia abreviada de la literatura portátil” como un doble del espectro Marcel Duchamp —a su vez asaltado por otros— que reescribe la memoria del dadaísmo de tal modo que ha llegado a ser confundida con un ensayo. La revisión de las estrategias de la ficción extrema en estos autores junto con las de otros contemplados en el epilogo —Mario Bellatín, y los artistas Liliana Porter, Luis Camnitzer, José Guillermo Castillo, Ana Tisconia, Rubén Torres Llorca y Carlos Amorales— arroja nueva luz sobre sus obras, enriquece los estudios transatlánticos y revela la movilidad y multiplicación de la identidad y los deslizamientos de la ficción en la realidad como signos de tránsito a la altermodernidad.