1 resultado para Berlín
em Digital Commons at Florida International University
Resumo:
La novela posnacional es un fenómeno relativamente reciente en la literatura latinoamericana. Sus orígenes se sitúan en los noventa, como parte de una narrativa que se rebela contra la llamada literatura del Boom originada en los sesenta. Los escritores posnacionales—a diferencia de sus predecesores—no se muestran obsesionados por la identidad latinoamericana. La globalización, el fracaso del socialismo y el descrédito de las grandes utopías son otros fenómenos que explican la emergencia de una narrativa que trasciende los márgenes nacionales. La literatura posnacional cubana se inserta dentro de esta corriente. Luego de la caída del Muro de Berlín, los jóvenes escritores cubanos comienzan a incluir una retórica diferente en sus creaciones: eluden el compromiso político militante, evitan los mensajes altruistas y abandonan las pretensiones de definir posiciones con relación al futuro de la patria o a su propia identidad. El proyecto revolucionario y su destino—tópico narrativo por más de tres décadas—desaparece como tema. El modo particular de la literatura posnacional cubana se expresa en la desesperanza y el desencanto. El propósito de esta disertación es ejemplificar dicha noción a través del análisis de los proyectos literarios de tres escritoras cubanas contemporáneas: Ena Lucía Portela, Anna Lidia Vega Serova y Karla Suárez. Además de sus cuentos, se analizan las novelas “Djuna y Daniel”, de Ena Lucía Portela; “Ánima fatua”, de Anna Lidia Vega Serova y “La viajera” de Karla Suárez. Estas novelas, además de ser ejemplos de la existencia en Cuba de una tradición en la narrativa latinoamericana contemporánea desvinculada de las preocupaciones nacionales, rompen con el paradigma del hombre heterosexual revolucionario. Los protagonistas de estas nuevas ficciones, por lo general mujeres, son personas desarraigadas y alejadas de la sociedad, ocasionales consumidoras de estupefacientes y que practican relaciones homosexuales. La transgresión de los estereotipos de género y de los comportamientos heteronormativos se convierte en un instrumento de dinámica posmoderna que presenta nuevos códigos y supone un desafío a los principios tradicionales del modelo revolucionario cubano.