16 resultados para regeneración

em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina


Relevância:

20.00% 20.00%

Publicador:

Resumo:

Fil: Bonanno, Mariano. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación; Argentina.

Relevância:

20.00% 20.00%

Publicador:

Resumo:

Fil: Bonanno, Mariano. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación; Argentina.

Relevância:

20.00% 20.00%

Publicador:

Resumo:

Fil: Bonanno, Mariano. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación; Argentina.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Parte de la intervención del Estado capitalista tiene por eje el proceso de acumulación, lo que se traduce en iniciativas orientadas tanto a la regeneración del capital como a la reproducción de la fuerza de trabajo. El Estado es también 'en otro nivel analítico, por cierto' una instancia de validación de la relación de dominación fundamental; esta función de legitimación es particularmente relevante en aquellas sociedades con regímenes políticos en los que la lucha política cobra, entre otras, la forma de contienda electoral. En los términos de esta caracterización las transferencias corrientes dadas entre el Estado y las unidades institucionales privadas (productivas y reproductivas) constituyen un indicador de su función de acumulación; regeneración del capital y reproducción de la fuerza de trabajo quedan identificados por los respectivos balances intersectoriales. El soporte material de contribución estatal a la legitimación, por su parte, refiere al impacto que los recursos que el Estado capta de y gira hacia los hogares tiene sobre el nivel de desigualdad personal. En este trabajo se abordan, a partir de diversas fuentes de información estadística (macrodatos y microdatos), ambos aspectos del sesgo redistributivo del accionar estatal (interinstitucional y personal), que constituyen un insumo empírico relevante para analizar la forma del Estado en la Argentina reciente

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

El proceso de la Revolución mexicana desatado durante 1910 tuvo su punto de inflexión histórica en la asunción de Francisco Madero como presidente de México en 1911 y en el marco sociopolítico donde se desarrolló la campaña electoral. La dictadura de Díaz era el blanco a demoler desde todas las esferas: la económico, la social y la cultural. La investigación sobre este período pretende, hasta donde es posible, dar cuenta de que en las fuentes históricas consultadas, como es el caso de François Xavier Guerra, Fernando Mires y Enrique Krauze, se otorga escasa consideración al trabajo realizado por el movimiento agitador de los principios del anarquismo agrario: el magonismo. Movimiento que se mimetizó con la masa indígena, obrera y campesina y que fue quizás el verdadero autor intelectual de la revolución. El epistolario, los discursos y artículos políticos de Ricardo Flores Magón, vertidos en el periódico Regeneración durante este período, y su lucha política desarrollada en el seno de las comunidades indígenas y en las zonas fronterizas del norte de México co-ocurrían con las disertaciones, ciclos de conferencias, actividades académicas y lectura de artículos culturales y filosóficos de los llamados jóvenes intelectuales fundadores del Ateneo de la Juventud en 1909. José Vasconcelos, Pedro Henríquez Ureña, Alfonso Reyes, Antonio Caso, Diego Rivera son sólo algunos de los nombres de quienes lo integraron. Escritores, abogados, pintores y artistas, desde una "cosmovisión clásica" en el campo de las humanidades, elaboraron y reprogramaron prácticas culturales plasmando una política cultural nacional extensiva finalmente al resto del continente con un principio fundacional: el rechazo hacia la filosofía positivista. El resultado fue la implementación en el campo cultural de un complejo entramado retórico y político que contrastaba con la libertad y la elección de lo nativo mexicano que proclamaban, un proyecto vedado en la práctica a un alto porcentaje de la población mexicana: indígenas, campesinos y obreros.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

En torno a 1912-1914, José Ortega y Gasset inicia una serie de reflexiones sobre las obras más recientes de Pío Baroja y Azorín, con el ánimo de llevar a cabo un análisis del proceso de regeneración de España. Las obras de Baroja y Azorín muestran, a los ojos de Ortega, dos modos distintos pero complementarios de entender España, de enfrentarse al problema patriótico y de afrontar el proceso de modernización del país, que, tal como intuye el filósofo madrileño, ha de llevarse a cabo a través de una renovación cultural. Esa perspectiva analítica va a derivar pronto en el pensador madrileño en una reflexión sobre la teoría de la novela como género literario, a partir de los textos de los dos escritores, como modo de enunciar a través de la evolución del género novelesco la evolución y crisis del racionalismo moderno. Así, la reflexión teórica orteguiana sobre la naturaleza de la novela, desde un punto de vista diacrónico en Meditaciones del Quijote (1914) y desde un punto de vista sincrónico en Ideas sobre la novela (1925), apunta a una doble finalidad, a partir de la reflexión estética: a la visión de la crisis de la razón racionalista y el surgimiento de una nueva razón vital; al problema de cómo enfrentar el proceso de modernización de España en los primeros años del siglo XX. En consecuencia, el debate estético que llevarán a cabo Baroja y Azorín a partir de las reflexiones orteguianas, que estallará en el enfrentamiento entre Baroja y Ortega a la altura de 1924-1925, encubre un debate ideológico del que el otro no es mera cobertura, sino elemento sustancial (el hombre es entendido por Ortega como un "ser de cultura", mientras que Baroja lo concibe como "ser de raza"), y que se ubica en la reflexión central de la vanguardia dentro de la modernidad.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

En torno a 1912-1914, José Ortega y Gasset inicia una serie de reflexiones sobre las obras más recientes de Pío Baroja y Azorín, con el ánimo de llevar a cabo un análisis del proceso de regeneración de España. Las obras de Baroja y Azorín muestran, a los ojos de Ortega, dos modos distintos pero complementarios de entender España, de enfrentarse al problema patriótico y de afrontar el proceso de modernización del país, que, tal como intuye el filósofo madrileño, ha de llevarse a cabo a través de una renovación cultural. Esa perspectiva analítica va a derivar pronto en el pensador madrileño en una reflexión sobre la teoría de la novela como género literario, a partir de los textos de los dos escritores, como modo de enunciar a través de la evolución del género novelesco la evolución y crisis del racionalismo moderno. Así, la reflexión teórica orteguiana sobre la naturaleza de la novela, desde un punto de vista diacrónico en Meditaciones del Quijote (1914) y desde un punto de vista sincrónico en Ideas sobre la novela (1925), apunta a una doble finalidad, a partir de la reflexión estética: a la visión de la crisis de la razón racionalista y el surgimiento de una nueva razón vital; al problema de cómo enfrentar el proceso de modernización de España en los primeros años del siglo XX. En consecuencia, el debate estético que llevarán a cabo Baroja y Azorín a partir de las reflexiones orteguianas, que estallará en el enfrentamiento entre Baroja y Ortega a la altura de 1924-1925, encubre un debate ideológico del que el otro no es mera cobertura, sino elemento sustancial (el hombre es entendido por Ortega como un "ser de cultura", mientras que Baroja lo concibe como "ser de raza"), y que se ubica en la reflexión central de la vanguardia dentro de la modernidad.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Parte de la intervención del Estado capitalista tiene por eje el proceso de acumulación, lo que se traduce en iniciativas orientadas tanto a la regeneración del capital como a la reproducción de la fuerza de trabajo. El Estado es también 'en otro nivel analítico, por cierto' una instancia de validación de la relación de dominación fundamental; esta función de legitimación es particularmente relevante en aquellas sociedades con regímenes políticos en los que la lucha política cobra, entre otras, la forma de contienda electoral. En los términos de esta caracterización las transferencias corrientes dadas entre el Estado y las unidades institucionales privadas (productivas y reproductivas) constituyen un indicador de su función de acumulación; regeneración del capital y reproducción de la fuerza de trabajo quedan identificados por los respectivos balances intersectoriales. El soporte material de contribución estatal a la legitimación, por su parte, refiere al impacto que los recursos que el Estado capta de y gira hacia los hogares tiene sobre el nivel de desigualdad personal. En este trabajo se abordan, a partir de diversas fuentes de información estadística (macrodatos y microdatos), ambos aspectos del sesgo redistributivo del accionar estatal (interinstitucional y personal), que constituyen un insumo empírico relevante para analizar la forma del Estado en la Argentina reciente

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

El proceso de la Revolución mexicana desatado durante 1910 tuvo su punto de inflexión histórica en la asunción de Francisco Madero como presidente de México en 1911 y en el marco sociopolítico donde se desarrolló la campaña electoral. La dictadura de Díaz era el blanco a demoler desde todas las esferas: la económico, la social y la cultural. La investigación sobre este período pretende, hasta donde es posible, dar cuenta de que en las fuentes históricas consultadas, como es el caso de François Xavier Guerra, Fernando Mires y Enrique Krauze, se otorga escasa consideración al trabajo realizado por el movimiento agitador de los principios del anarquismo agrario: el magonismo. Movimiento que se mimetizó con la masa indígena, obrera y campesina y que fue quizás el verdadero autor intelectual de la revolución. El epistolario, los discursos y artículos políticos de Ricardo Flores Magón, vertidos en el periódico Regeneración durante este período, y su lucha política desarrollada en el seno de las comunidades indígenas y en las zonas fronterizas del norte de México co-ocurrían con las disertaciones, ciclos de conferencias, actividades académicas y lectura de artículos culturales y filosóficos de los llamados jóvenes intelectuales fundadores del Ateneo de la Juventud en 1909. José Vasconcelos, Pedro Henríquez Ureña, Alfonso Reyes, Antonio Caso, Diego Rivera son sólo algunos de los nombres de quienes lo integraron. Escritores, abogados, pintores y artistas, desde una "cosmovisión clásica" en el campo de las humanidades, elaboraron y reprogramaron prácticas culturales plasmando una política cultural nacional extensiva finalmente al resto del continente con un principio fundacional: el rechazo hacia la filosofía positivista. El resultado fue la implementación en el campo cultural de un complejo entramado retórico y político que contrastaba con la libertad y la elección de lo nativo mexicano que proclamaban, un proyecto vedado en la práctica a un alto porcentaje de la población mexicana: indígenas, campesinos y obreros.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Parte de la intervención del Estado capitalista tiene por eje el proceso de acumulación, lo que se traduce en iniciativas orientadas tanto a la regeneración del capital como a la reproducción de la fuerza de trabajo. El Estado es también 'en otro nivel analítico, por cierto' una instancia de validación de la relación de dominación fundamental; esta función de legitimación es particularmente relevante en aquellas sociedades con regímenes políticos en los que la lucha política cobra, entre otras, la forma de contienda electoral. En los términos de esta caracterización las transferencias corrientes dadas entre el Estado y las unidades institucionales privadas (productivas y reproductivas) constituyen un indicador de su función de acumulación; regeneración del capital y reproducción de la fuerza de trabajo quedan identificados por los respectivos balances intersectoriales. El soporte material de contribución estatal a la legitimación, por su parte, refiere al impacto que los recursos que el Estado capta de y gira hacia los hogares tiene sobre el nivel de desigualdad personal. En este trabajo se abordan, a partir de diversas fuentes de información estadística (macrodatos y microdatos), ambos aspectos del sesgo redistributivo del accionar estatal (interinstitucional y personal), que constituyen un insumo empírico relevante para analizar la forma del Estado en la Argentina reciente

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

En torno a 1912-1914, José Ortega y Gasset inicia una serie de reflexiones sobre las obras más recientes de Pío Baroja y Azorín, con el ánimo de llevar a cabo un análisis del proceso de regeneración de España. Las obras de Baroja y Azorín muestran, a los ojos de Ortega, dos modos distintos pero complementarios de entender España, de enfrentarse al problema patriótico y de afrontar el proceso de modernización del país, que, tal como intuye el filósofo madrileño, ha de llevarse a cabo a través de una renovación cultural. Esa perspectiva analítica va a derivar pronto en el pensador madrileño en una reflexión sobre la teoría de la novela como género literario, a partir de los textos de los dos escritores, como modo de enunciar a través de la evolución del género novelesco la evolución y crisis del racionalismo moderno. Así, la reflexión teórica orteguiana sobre la naturaleza de la novela, desde un punto de vista diacrónico en Meditaciones del Quijote (1914) y desde un punto de vista sincrónico en Ideas sobre la novela (1925), apunta a una doble finalidad, a partir de la reflexión estética: a la visión de la crisis de la razón racionalista y el surgimiento de una nueva razón vital; al problema de cómo enfrentar el proceso de modernización de España en los primeros años del siglo XX. En consecuencia, el debate estético que llevarán a cabo Baroja y Azorín a partir de las reflexiones orteguianas, que estallará en el enfrentamiento entre Baroja y Ortega a la altura de 1924-1925, encubre un debate ideológico del que el otro no es mera cobertura, sino elemento sustancial (el hombre es entendido por Ortega como un "ser de cultura", mientras que Baroja lo concibe como "ser de raza"), y que se ubica en la reflexión central de la vanguardia dentro de la modernidad.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

El proceso de la Revolución mexicana desatado durante 1910 tuvo su punto de inflexión histórica en la asunción de Francisco Madero como presidente de México en 1911 y en el marco sociopolítico donde se desarrolló la campaña electoral. La dictadura de Díaz era el blanco a demoler desde todas las esferas: la económico, la social y la cultural. La investigación sobre este período pretende, hasta donde es posible, dar cuenta de que en las fuentes históricas consultadas, como es el caso de François Xavier Guerra, Fernando Mires y Enrique Krauze, se otorga escasa consideración al trabajo realizado por el movimiento agitador de los principios del anarquismo agrario: el magonismo. Movimiento que se mimetizó con la masa indígena, obrera y campesina y que fue quizás el verdadero autor intelectual de la revolución. El epistolario, los discursos y artículos políticos de Ricardo Flores Magón, vertidos en el periódico Regeneración durante este período, y su lucha política desarrollada en el seno de las comunidades indígenas y en las zonas fronterizas del norte de México co-ocurrían con las disertaciones, ciclos de conferencias, actividades académicas y lectura de artículos culturales y filosóficos de los llamados jóvenes intelectuales fundadores del Ateneo de la Juventud en 1909. José Vasconcelos, Pedro Henríquez Ureña, Alfonso Reyes, Antonio Caso, Diego Rivera son sólo algunos de los nombres de quienes lo integraron. Escritores, abogados, pintores y artistas, desde una "cosmovisión clásica" en el campo de las humanidades, elaboraron y reprogramaron prácticas culturales plasmando una política cultural nacional extensiva finalmente al resto del continente con un principio fundacional: el rechazo hacia la filosofía positivista. El resultado fue la implementación en el campo cultural de un complejo entramado retórico y político que contrastaba con la libertad y la elección de lo nativo mexicano que proclamaban, un proyecto vedado en la práctica a un alto porcentaje de la población mexicana: indígenas, campesinos y obreros.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Pervigilium Veneris, datado entre los siglos II y IV d.C., de autor anónimo, es un poema dedicado a la primavera como estación de Venus, al amor y a la deidad que lo patrocina. Describe el ritual de vigilia nocturna destinado a reactualizar el origen del mundo y su regeneración periódica, marcada por el devenir de las estaciones. El poema, dividido en dos grandes partes -canto a la llegada de la primavera y epílogo personal del autor- presenta dos escenarios construidos con diversos símbolos vinculados con la vegetación. Entre uno y otro hay un continuum espacial vinculado con la renovación-procreación y con la muerte-esterilidad. La diferencia entre ambos radica en el tipo de vegetación que acompaña a cada situación: el mirto (myrteo) y la rosa (rosa) en el escenario que narra la llegada de Venus y el álamo (p?p?lus) en el que se refiere al mito de Procne y Tereo. En esta ponencia analizaremos el simbolismo de las plantas antes mencionadas y de los términos utilizados para referirse al bosque -nemus, lucus, saltus y silva-, a las flores -flos, papilla y gemma purpura- y aquellos términos que los acompañan. Partimos de la propuesta de Mircea Elíade para la interpretación del simbolismo religioso en el marco procedimental de la ciencia de las religiones. Entendemos por símbolo una ?cifra? que conforma un ?sistema? y cuyo valor está relacionado con la existencia humana y la cósmica. Intentaremos demostrar que los escenarios creados por los símbolos de la vegetación coinciden con el tono de cada parte del poema, festivo o melancólico, respectivamente.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Pervigilium Veneris, datado entre los siglos II y IV d.C., de autor anónimo, es un poema dedicado a la primavera como estación de Venus, al amor y a la deidad que lo patrocina. Describe el ritual de vigilia nocturna destinado a reactualizar el origen del mundo y su regeneración periódica, marcada por el devenir de las estaciones. El poema, dividido en dos grandes partes -canto a la llegada de la primavera y epílogo personal del autor- presenta dos escenarios construidos con diversos símbolos vinculados con la vegetación. Entre uno y otro hay un continuum espacial vinculado con la renovación-procreación y con la muerte-esterilidad. La diferencia entre ambos radica en el tipo de vegetación que acompaña a cada situación: el mirto (myrteo) y la rosa (rosa) en el escenario que narra la llegada de Venus y el álamo (p?p?lus) en el que se refiere al mito de Procne y Tereo. En esta ponencia analizaremos el simbolismo de las plantas antes mencionadas y de los términos utilizados para referirse al bosque -nemus, lucus, saltus y silva-, a las flores -flos, papilla y gemma purpura- y aquellos términos que los acompañan. Partimos de la propuesta de Mircea Elíade para la interpretación del simbolismo religioso en el marco procedimental de la ciencia de las religiones. Entendemos por símbolo una ?cifra? que conforma un ?sistema? y cuyo valor está relacionado con la existencia humana y la cósmica. Intentaremos demostrar que los escenarios creados por los símbolos de la vegetación coinciden con el tono de cada parte del poema, festivo o melancólico, respectivamente.