71 resultados para carencia de afecto
em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina
Resumo:
El presente trabajo forma parte del plan de tareas de los adscriptos y auxiliares en docencia e investigación de la cátedra de Teoría Psicoanalítica de la Facultad de Psicología de la UNLP. El propósito del mismo consiste en indagar la conceptualización freudiana de la pulsión en sus artículos sobre Metapsicología: 'Pulsiones y destinos de pulsión', 'La represión' y 'Lo inconsciente'. La pregunta que guiará el trabajo de investigación es: ¿qué es la pulsión?, la cual da lugar a los siguientes interrogantes: ¿es una energía, un quantum, un afecto, una representación, un representante? Se abordarán dichos textos a partir de tres definiciones de pulsión. para ello se tomarán dos ejes fundamentales: las nociones de representación y de afecto. A su vez, se introducirán los puntos de vista tópico, dinámico y económico que constituyen la apreciación metapsicológica. La pulsión, concepto fundamental y básico del Psicoanálisis, es definida en principio como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático. Se interrogará esta formulación freudiana al plantear la hipótesis de que no sólo es un concepto de deslinde, sino también de unión, de conexión. A esta primera formulación perteneciente a 'Pulsiones y destinos de pulsión' se suman las definiciones planteadas en 'La represión' y 'Lo inconsciente', que aluden a la pulsión en relación con la tópica y la dinámica psíquica, lo que podría leerse como el funcionamiento pulsional en el aparato psíquico y su relación con las diferentes instancias. Es en este contexto en que aparecen las nociones de agencia representante de pulsión, representación, monto de afecto y afectos. Con respecto a la representación, y a los modos en que la pulsión puede encontrar expresión o representación en el psiquismo, se examinarán las dos nociones que Freud utiliza: Representación (Vorstellung) para referirse a un contenido ideico, figural, y representante (Repräsentant) para referirse a lo que representa a algo en el sentido de la acción de delegar, de una presencia en lugar de una ausencia. La inscripción de la pulsión en el aparato anímico se produciría por una fijación de la agencia representante psíquica, en el marco de la represión primordial fundante del inconsciente. La represión propiamente dicha recaerá sobre los retoños o mociones pulsionales en los que dicha agencia se continúa. Esta represión que entra en juego en la dinámica psíquica consistirá en disociar aquellos componentes de la moción pulsional: representación (Vorstellung) y afecto, los cuales encontrarán destinos independientes. Respecto de la representación es posible indicar su ubicación en la tópica psíquica: inconsciente, preconsciente, conciencia. No tan claro se plantea la localización del afecto, como tal sólo puede ser consciente, pero: ¿qué ocurre con él cuando una moción es reprimida?. Freud planteará tres destinos posibles: ser sofocado, mudarse en otro afecto (en particular angustia) o permanecer en la conciencia. Sin embargo, Freud planteará que al divorciarse la representación y el afecto, éste último desligado de la representación corresponderá a una cantidad, una posibilidad de planteo, sólo pasible de ser leído en términos económicos. Es dicho planteo económico el que parece imponerse en la caracterización freudiana de la pulsión. Desde los primeros planteos, considera que su esencia consiste en una exigencia de trabajo, un esfuerzo (Drang), que lo corporal impone a lo psíquico; y luego establecerá que, desprendida de sus medios de expresión o sus representantes que son representación y afecto, sólo puede ser caracterizada económicamente. Sin embargo, son estos representantes (Vorstellung y afecto) los que constituyen el campo propio donde se despliega la cuestión de la pulsión. Permiten que la misma pueda entrar en la dinámica psíquica, ubicarse tópicamente, y por consiguiente, que algo de esta energía o cantidad pueda ser leída
Resumo:
Fil: Lastra, Soledad. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP-CONICET); Argentina.
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Fil: Lastra, Soledad. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP-CONICET); Argentina.
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El presente trabajo forma parte del plan de tareas de los adscriptos y auxiliares en docencia e investigación de la cátedra de Teoría Psicoanalítica de la Facultad de Psicología de la UNLP. El propósito del mismo consiste en indagar la conceptualización freudiana de la pulsión en sus artículos sobre Metapsicología: 'Pulsiones y destinos de pulsión', 'La represión' y 'Lo inconsciente'. La pregunta que guiará el trabajo de investigación es: ¿qué es la pulsión?, la cual da lugar a los siguientes interrogantes: ¿es una energía, un quantum, un afecto, una representación, un representante? Se abordarán dichos textos a partir de tres definiciones de pulsión. para ello se tomarán dos ejes fundamentales: las nociones de representación y de afecto. A su vez, se introducirán los puntos de vista tópico, dinámico y económico que constituyen la apreciación metapsicológica. La pulsión, concepto fundamental y básico del Psicoanálisis, es definida en principio como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático. Se interrogará esta formulación freudiana al plantear la hipótesis de que no sólo es un concepto de deslinde, sino también de unión, de conexión. A esta primera formulación perteneciente a 'Pulsiones y destinos de pulsión' se suman las definiciones planteadas en 'La represión' y 'Lo inconsciente', que aluden a la pulsión en relación con la tópica y la dinámica psíquica, lo que podría leerse como el funcionamiento pulsional en el aparato psíquico y su relación con las diferentes instancias. Es en este contexto en que aparecen las nociones de agencia representante de pulsión, representación, monto de afecto y afectos. Con respecto a la representación, y a los modos en que la pulsión puede encontrar expresión o representación en el psiquismo, se examinarán las dos nociones que Freud utiliza: Representación (Vorstellung) para referirse a un contenido ideico, figural, y representante (Repräsentant) para referirse a lo que representa a algo en el sentido de la acción de delegar, de una presencia en lugar de una ausencia. La inscripción de la pulsión en el aparato anímico se produciría por una fijación de la agencia representante psíquica, en el marco de la represión primordial fundante del inconsciente. La represión propiamente dicha recaerá sobre los retoños o mociones pulsionales en los que dicha agencia se continúa. Esta represión que entra en juego en la dinámica psíquica consistirá en disociar aquellos componentes de la moción pulsional: representación (Vorstellung) y afecto, los cuales encontrarán destinos independientes. Respecto de la representación es posible indicar su ubicación en la tópica psíquica: inconsciente, preconsciente, conciencia. No tan claro se plantea la localización del afecto, como tal sólo puede ser consciente, pero: ¿qué ocurre con él cuando una moción es reprimida?. Freud planteará tres destinos posibles: ser sofocado, mudarse en otro afecto (en particular angustia) o permanecer en la conciencia. Sin embargo, Freud planteará que al divorciarse la representación y el afecto, éste último desligado de la representación corresponderá a una cantidad, una posibilidad de planteo, sólo pasible de ser leído en términos económicos. Es dicho planteo económico el que parece imponerse en la caracterización freudiana de la pulsión. Desde los primeros planteos, considera que su esencia consiste en una exigencia de trabajo, un esfuerzo (Drang), que lo corporal impone a lo psíquico; y luego establecerá que, desprendida de sus medios de expresión o sus representantes que son representación y afecto, sólo puede ser caracterizada económicamente. Sin embargo, son estos representantes (Vorstellung y afecto) los que constituyen el campo propio donde se despliega la cuestión de la pulsión. Permiten que la misma pueda entrar en la dinámica psíquica, ubicarse tópicamente, y por consiguiente, que algo de esta energía o cantidad pueda ser leída
Resumo:
El presente trabajo forma parte del plan de tareas de los adscriptos y auxiliares en docencia e investigación de la cátedra de Teoría Psicoanalítica de la Facultad de Psicología de la UNLP. El propósito del mismo consiste en indagar la conceptualización freudiana de la pulsión en sus artículos sobre Metapsicología: 'Pulsiones y destinos de pulsión', 'La represión' y 'Lo inconsciente'. La pregunta que guiará el trabajo de investigación es: ¿qué es la pulsión?, la cual da lugar a los siguientes interrogantes: ¿es una energía, un quantum, un afecto, una representación, un representante? Se abordarán dichos textos a partir de tres definiciones de pulsión. para ello se tomarán dos ejes fundamentales: las nociones de representación y de afecto. A su vez, se introducirán los puntos de vista tópico, dinámico y económico que constituyen la apreciación metapsicológica. La pulsión, concepto fundamental y básico del Psicoanálisis, es definida en principio como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático. Se interrogará esta formulación freudiana al plantear la hipótesis de que no sólo es un concepto de deslinde, sino también de unión, de conexión. A esta primera formulación perteneciente a 'Pulsiones y destinos de pulsión' se suman las definiciones planteadas en 'La represión' y 'Lo inconsciente', que aluden a la pulsión en relación con la tópica y la dinámica psíquica, lo que podría leerse como el funcionamiento pulsional en el aparato psíquico y su relación con las diferentes instancias. Es en este contexto en que aparecen las nociones de agencia representante de pulsión, representación, monto de afecto y afectos. Con respecto a la representación, y a los modos en que la pulsión puede encontrar expresión o representación en el psiquismo, se examinarán las dos nociones que Freud utiliza: Representación (Vorstellung) para referirse a un contenido ideico, figural, y representante (Repräsentant) para referirse a lo que representa a algo en el sentido de la acción de delegar, de una presencia en lugar de una ausencia. La inscripción de la pulsión en el aparato anímico se produciría por una fijación de la agencia representante psíquica, en el marco de la represión primordial fundante del inconsciente. La represión propiamente dicha recaerá sobre los retoños o mociones pulsionales en los que dicha agencia se continúa. Esta represión que entra en juego en la dinámica psíquica consistirá en disociar aquellos componentes de la moción pulsional: representación (Vorstellung) y afecto, los cuales encontrarán destinos independientes. Respecto de la representación es posible indicar su ubicación en la tópica psíquica: inconsciente, preconsciente, conciencia. No tan claro se plantea la localización del afecto, como tal sólo puede ser consciente, pero: ¿qué ocurre con él cuando una moción es reprimida?. Freud planteará tres destinos posibles: ser sofocado, mudarse en otro afecto (en particular angustia) o permanecer en la conciencia. Sin embargo, Freud planteará que al divorciarse la representación y el afecto, éste último desligado de la representación corresponderá a una cantidad, una posibilidad de planteo, sólo pasible de ser leído en términos económicos. Es dicho planteo económico el que parece imponerse en la caracterización freudiana de la pulsión. Desde los primeros planteos, considera que su esencia consiste en una exigencia de trabajo, un esfuerzo (Drang), que lo corporal impone a lo psíquico; y luego establecerá que, desprendida de sus medios de expresión o sus representantes que son representación y afecto, sólo puede ser caracterizada económicamente. Sin embargo, son estos representantes (Vorstellung y afecto) los que constituyen el campo propio donde se despliega la cuestión de la pulsión. Permiten que la misma pueda entrar en la dinámica psíquica, ubicarse tópicamente, y por consiguiente, que algo de esta energía o cantidad pueda ser leída
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El presente trabajo tiene como objetivos principales investigar cual es la visión que poseen sobre la lengua de sus padres los italianos llegados al país en su edad temprana luego de la segunda guerra mundial. En este aspecto, se intenta indagar sobre la relación afectiva de estos individuos con el idioma o dialecto de sus padres y a partir de esa relación de afecto se estudia cual es la idea que la persona tiene sobre su pertenencia o no a la comunidad de habla de sus mayores, es decir, si se considera que es parte o no de ese grupo humano que comparte, en mayor o menor grado, una misma lengua. Finalmente se investiga sobre las competencias que el sujeto tiene respecto al manejo de la lengua para constatar si en alguna medida puede ser considerado parte de esa comunidad de habla. Para la elaboración del escrito se recabó información mediante entrevistas (cuestionarios) realizadas a personas provenientes de diferentes regiones de Italia y que tuvieron diferentes experiencias familiares en cuanto a los motivos de la emigración, trasfondo laboral y cultural, estímulo para adquirir y conservar la lengua de origen, entre otras
Resumo:
En su célebre artículo sobre la ideología y los aparatos ideológicos de estado, Althusser indicaba que las evidencias por las cuales una palabra 'designa una cosa' o 'posee una significación' se ubicaban, junto con la evidencia de ser sujetos, al nivel de los efectos ideológicos fundamentales. Por otra parte, Althusser señalaba la carencia de una teoría de la garantía ideológica. Con la primera observación, Althusser se limitaba a señalar un paralelo, sin establecer una conexión. Con la segunda, llegaba a fijar una meta teórica. En el presente trabajo intentaremos reconstruir el trayecto recorrido por Michel Pêcheux para establecer una conexión allí donde Althusser designó una analogía, e intentaremos mostrar cómo el desarrollo de esta conexión permite establecer las líneas generales de una teoría de la garantía ideológica. Nos concentramos en Les vérités de La Palice (1975), en particular en la operación que, siguiendo los límites de lo que Pêcheux denomina 'el materialismo de Frege', intenta convertir en regla lo que en el campo del pensamiento fregeano se presentaba como un non-sens: que el sentido de las palabras, expresiones y proposiciones se viera afectado por su asociación con otras palabras, expresiones y proposiciones. A partir de allí seguimos la construcción de los conceptos fundamentales con los que Pêcheux intenta definir un 'nuevo objeto': formación discursiva, proceso discursivo, interdiscurso, discurso transverso, e intradiscurso, guiado por la caracterización de dos mecanismos discursivos extrapolados de la reflexión fregeana: el mecanismo de lo preconstruido y el mecanismo de la articulación o 'efecto de sostén' (grosso modo: procesos metafóricos y metonímicos). Intentaremos destacar dos puntos: que los mecanismos discursivos identificados están sometidos a una divergencia (décalage) vinculada con la inscripción del proceso sin sujeto en la ideología, bajo formas que requieren la duplicación de los elementos para actuar sobre sí como si fueran otros que sí mismos, a partir del cual pueden comenzar a pensarse las paradojas de la interpelación ideológica sin sucumbir a sus evidencias, por ejemplo permitiendo pensar que es esta divergencia o contradicción interna a la forma sujeto, y no la propia forma sujeto, lo que constituye el motor del proceso. Por otra parte, intentaremos mostrar que los dos mecanismos dan lugar a una concepción dual del sujeto ideológico, por el cual este está sometido a la garantía empírica, por la que el sujeto se identifica a sí mismo, a los otros y al mundo de objetos que lo rodea, y a la garantía especulativa, que produce el retorno de lo universal de la formación discursiva en el discurso del sujeto. El paso continuo de una forma de garantía a la otra (de la posición del sujeto del discurso como enunciador a su posición de sujeto universal, pretendido 'sujeto de la ciencia' por medio de la identificación con el otro) da cuenta del hecho de que 'la ideología no tiene afuera', ya que tiende a absorber espontáneamente cualquier discrepancia en la forma sujeto, o ruptura con la misma, en el interior de la forma sujeto
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En este trabajo me propongo, tomando diversas referencias de la obra de Lacan, circunscribir ciertas herramientas que me permitan acercarme a la noción de cuerpo que el autor propone. En este sentido, y para un abordaje más ordenado, situaré primeramente la enseñanza de Lacan en 3 momentos fundamentales donde diferentes conceptos van sufriendo torsiones y transformaciones. Luego, siguiendo a Miller, y problematizando la noción del cuerpo en sus diferentes acepciones a lo largo de la enseñanza de Lacan, procuraré generar condiciones de posibilidad para despejar posibles e imposibles en lo que respecta a su abordaje. Considero que el cuerpo, como tal, es una noción imprescindible para el psicoanálisis. El afecto pasa por el cuerpo y perturba sus funciones., pero ¿proviene de él? Se suele pensar que el afectado es el sujeto por el hecho de que experimenta todo el abanico de las pasiones humanas. Pero ¿No es más bien el cuerpo viviente el que queda bajo el efecto del lenguaje, efecto que repercute en toda la gama de satisfacciones e insatisfacciones del sujeto? Lejos de intentar encontrar una respuesta univoca en lo que al cuerpo refiere, pretendo balizar posibles interrogantes teniendo en cuenta los desarrollos y los movimientos que Lacan propone en el curso de su enseñanza, tensionando el cuerpo con otros conceptos fundamentales
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La fuerte presencia de la imagen dentro de la cultura y el dominio de lectura que los jóvenes tienen de ella, se contradice con la carencia de recursos que ponen en juego en el momento de trasladar dichas habilidades en la construcción geométrica y espacial. El reconocimiento de dichas problemáticas condujo, en una primera instancia, a tratar de entender el orden causal de las mismas, a develar el lugar que ocupa la geometría en tanto indicador de la modalidad de estructuración del espacio y de los procesos de simbolización, a definir como interviene la institución escolar en dichos procesos, y a su vez, a la búsqueda de alternativas a su enseñanza que no sólo den significado y sentido, sino que posibiliten la construcción de conocimientos y relaciones que acerque al alumno al mundo que lo rodea.
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En este trabajo se analizan las diferencias en el dominio de la escritura entre dentro de las aulas multiculturales. Ante las exigencias de las sociedades actuales, la marginación y exclusión social se ven reforzadas por la carencia de estrategias lectoras y escritoras y que esta realidad, propia de muchas escuelas de la Argentina, se manifiesta claramente en la ciudad y la provincia de Buenos Aires. El trabajo que presentamos es el resultado de encuestas administradas a docentes de institutos entre los meses de junio y septiembre de 2004 en la Provincia de Buenos Aires, en el marco de las tareas de participación en la coordinación del Programa Situación y perspectivas en la Enseñanza (estado de la formación y la práctica docente de las disciplinas) Area Lengua y Literatura, propuesto por la Dirección de Educación Superior, correspondiente a la Dirección General de Cultura y Educación del Gobierno de la Provincia
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Miguel Hernández (1910-1942) y José Hierro (1922-2002) son poetas ceñidos por el tiempo. El oriolano se estudia a propósito de su obra, en la que se destacan importantes acontecimientos que vivió del siglo XX: entreguerra, república, conflictos bélicos, posguerra, franquismo y la Edad de Plata, por mencionar sólo algunos. Hernández es un poeta matizado particularmente por las circunstancias que rodearon su pluma y vida. El tiempo es un tema recurrente en el levantino y lo evidencia de muchas formas. De una parte, como cronista de la eventualidad y posteriormente, la pérdida de la guerra; de otra, como vaticinador de su fugacidad y como quien congrega temporalidades. Mientras que Hierro, quien vivió de lleno los periodos posteriores a la Guerra Civil Española, si bien está marcado por ello 'y se hermana con Hernández por el propio dolor de padecer el presidio, por ejemplo' trabaja el tiempo de manera muy distinta. El tiempo para el santanderino es siempre lo que se perdió, la carencia. A la vez que aborda, a lo largo de su faena poética, casi obsesionantemente las temporalidades errantes que le visitan en forma de muertos 'sin que las convoque'. Pretendo estudiar a ambos escritores españoles por su obcecación con el tiempo y de vez tender puentes y ahondar en lo distinto y no, de cómo es descrito el tiempo en la obra de cada cual
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El presente trabajo se encuentra inscripto en la investigación Vicisitudes del lazo amoroso en la época (en el Gran La Plata). Metodológicamente, analizaremos material bibliográfico actual y revisaremos la casuística que se desprende de las entrevistas que colaboradores en la investigación realizaron a psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas que trabajan en instituciones tanto privadas como públicas en nuestra región. Nos centraremos en relación a quién es el agente del pedido de consulta por un niño y en las transformaciones propias de la práctica actual. Ubicamos en una instancia previa, las condiciones de nacimiento del psicoanálisis. En el II Congreso Internacional de Investigación, tras echar un vistazo a la Viena de Wittgenstein, la Viena de Freud, mostrábamos cómo el psicoanálisis ha sido, conforme las variaciones de la figura del padre, a la vez el síntoma y el remedio de un malestar de la época. Partiremos en esta ocasión de situar que en 'El malestar en la cultura' el padre del psicoanálisis hacía de la familia una necesidad de la civilización, basada en el poder del amor: 'pues el varón no quería estar privado de la mujer como objeto sexual y ella no quería separarse del hijo, carne de su carne.' (p.99) Siendo el amor un efecto de discurso, será variable en la historia. Sin embargo, Lacan se dedicó a diferenciar entre operadores estructurales y nociones que provienen de ciertas experiencias históricas contingentes; como la organización de la familia patriarcal, su concepción del Edipo y su promoción a un 'mas allá del Edipo' advierte, como lo señalamos en el anterior informe, de los riesgos para los psicoanalistas de mantenerse en una concepción 'familiarista'. La declinación de la función paterna, que verificamos cotidianamente en los distintos ámbitos de extensión del psicoanálisis, no es cosa nueva. No obstante, situábamos, como rasgo hipermoderna, el ascenso al cenit del objeto a. El capitalismo actual nos presenta sujetos incompletos, ahora bien, divididos más por el mercado que promueve y requiere consumo que por la existencia del inconsciente. Se consumen, también, niños, tempranamente sometidos al discurso en el cual es el saber lo que ocupa el lugar de agente. Estos niños, institucionalizados a pocos días de nacer, van a la escuela, en las que docentes y directivos en lugar de ejercer su función de transmisión, se angustian y quejan con una bomba de tiempo a punto de estallar de continuo. Se arman 'códigos de convivencia' con derechos, obligaciones y consecuencias que sustituyen a los tradicionales y vetustos reglamentos, pero estos caducan antes de internalizarse. Ahora bien, la declinación paterna no solo deja al niño desprotegido frente al deseo materno, el padre no funciona como mediación entre él y la civilización. Como resultado, el niño es capturado directamente por el superyó social, muy tempranamente, la 'curva normal' reemplaza el 'savoir faire' familiar que otrora transmitieran las abuelas. Los niños recitan la declaración de sus derechos al tiempo que resisten a la presión, hiperactivos, no paran de moverse, no responden a las consignas, desafían a maestros, estos lo mandan al gabinete en el cual le aplicarán baterías de Tes. y terminarán como condición, derivándolo a terapia. No podemos pecar de ingenuos, ahí donde la terapia se transforma en un articulo (más o menos lujoso) de consumo. Ante esto ¿qué posición para el analista? Las consultas actuales por niños, según relatan diferentes psicólogos, psicoanalistas de nuestra ciudad en el marco de nuestra investigación, son realizadas cada vez mas a instancias de la institución escolar y sostenidas por otros parientes, particularmente abuelos. Reclaman, en ocasiones, al psicoanalista al lugar mismo en que la sociedad ha disuelto su solución simbólica familiar, diversas herramientas que se implementan ante el colapso de la ley del padre. Leemos estos eventos, no para tomar partido (ni apoyar ni oponernos) sino para calcular nuestra posición en la respuesta en cada caso en la clínica. Si bien los psicoanalistas reparamos la carencia por la simbolización, no es sin resto. Lacan nos ha dicho cómo "no es lo mismo haber tenido su mamá y no la mamá del vecino; se trata de un problema de existencia y no de puro significante". Nuestra brújula es el objeto a, en tanto que anuda el goce y la culpa de existir; no se trata, entonces de pasarles a estos sujetos desorientados los significantes amos de la tradición familiar, ni de reconstituir el inconsciente de antaño. Si se trata de un problema de existencia y no de puro significante, quedará a los analistas un desafío: proteger al niño de los delirios familiaristas
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Referirse al Realismo literario es referirse tanto a una convicción artística (resulta posible una representación auténtica de la realidad mediante el lenguaje) como a una convicción científica (la realidad se puede aprehender mediante la observación rigurosa de su ordenamiento según las leyes de causa y efecto). Si bien problematizar la relación del arte con la realidad se remonta al concepto de imitación postulado por Aristóteles, el Realismo concebido en el siglo XIX exploró la realidad a la luz del pensamiento racionalista-cientificista imperante en su tiempo y desde el cual desarrolló un sistema de representación propio, cimentado en la exposición de las correspondencias lógicas entre sujeto y contexto. El sujeto y sus acciones como emergentes de un medio, como efectos de un contexto que los causa. Frente a esto ubicamos el mecanismo narratológico de Juan Carlos Onetti, quien adoptó los recursos del Realismo para desmantelarlo y poner así en cuestión su capacidad representativa de la realidad. Al descomponer la estructura del realismo, Onetti adopta una estrategia narrativa que revisa y deslíe el canon en una negación literaria del orden racionalista sistémico decimonónico. En el interior de la envoltura retórica del realismo subyace una carencia que la producción onettiana desnudará al lector
Resumo:
Este trabajo se propone efectuar una lectura del aparato prologal del Quijote de 1605 tomando como eje la noción de "innovación" allí presente, que permite vincular la figura de autor, personaje protagónico y libro homónimo. A partir de la afirmación de que "cada cosa engendra su semejante" que sintetiza en el primer párrafo la relación entre el autor y su obra, el prólogo despliega una compleja dinámica de identidad, ruptura y cambio, que continúa luego en los sonetos laudatorios y establece múltiples conexiones con el resto del texto. Se sugieren aquí algunas de ellas
Resumo:
En el presente trabajo se propone delimitar el hecho psicosomático en tanto fenómeno clínico, y mediante una explicación metapsicológica poder pensar su determinación, tanto como su abordaje terapéutico en el marco de la transferencia. Para ello se han escogido por un lado, algunos desarrollos teóricos de Kreisler, Fain y Soulé. Una segunda línea conceptual tenida en cuenta, comprende los aportes de Silvia Bleichmar, que en filiación teórica con Laplanche, posibilitan otra lectura de las manifestaciones psicosomáticas a partir del modo en que considera las relaciones entre psique y soma, como también las cualidades de la materialidad psíquica y sus enclaves dinámicos, tópicos y económicos.La explicación metapsicológica que ofrece Bleichmar constituye un aporte imprescindible para comprender la especificidad de estas manifestaciones y para implementar intervenciones clínicas adecuadas. Kreisler circunscribe el hecho psicosomático. Demuestra su existencia en el niño. Define como objeto de la clínica psicosomática a las enfermedades físicas en cuyo determinismo o evolución influyen factores psíquicos o conflictivos. Sustenta la concepción psicopatogénica de Fain elaboradas en colaboración con los psicosomatistas del Instituto Psicoanalítico de París, donde los trastornos somáticos son el resultado de situaciones conflictivas sin elaboración mental. Destaca la tendencia de ciertos psicoanalistas de asimilar los trastornos psicosomáticos a la neurosis, otorgándoles un sentido simbólico. Relaciona el stress con el trauma y a este con la falla de los mecanismos mentales de defensa. Desde la perspectiva teórica de Laplanche y Silvia Bleichmar, se sustenta el concepto de freudiano de pulsión, por considerarlo fundamental para situar las relaciones entre lo somático y lo psíquico. Silvia Bleichmar, destaca la importancia de rescatar lo pulsional como materialidad representacional, en sus nexos con la excitabilidad somática. Las relaciones entre lo psíquico y lo somático, parecen organizarse en tanto el ser biológico es condición de posibilidad para la materialidad psíquica, pero quepor si solo no garantiza la vida representacional. Entender las relaciones entre la materialidad biológica y la representacional de este modo, quiebra todo monismo y se inscribe en una concepción epistemológica de la discontinuidad entre dichas materialidades. De este modo los intercambios directos y simétricos entre psique y soma se hallan imposibilitados. Silvia Bleichmar caracteriza lo traumático como aquello que en el momento de su ingreso en el psiquismo, no encuentra modos de simbolización. Sostiene que el aparato psíquico se encuentra abierto a lo real, que se constituye a partir de inscripciones provenientes del exterior al sujeto, a partir de la decodificación de la lengua, y de inscripciones no lenguajeras. Las inscripciones no son todas del mismo orden, ni ingresan al psiquismo de la misma manera, ya que pueden hacerlo en momentos de diversas potencialidades simbólicas. Diferencia lo arcaico de originario, lo arcaico sehallaría inscripto pero no articulado a ninguno de los dos sistemas de la tópica inaugurada por la represión originaria. Se trataría de inscripciones que no están fijadas a ningún sistema psíquico, que conservan su carga energética puesto que la represión no ha operado sobre ellas. Diferencia entonces el síntoma neurótico en sentido estricto del trastorno. Este último correspondería a manifestaciones sintomáticas en sentido amplio relacionadas con una falla en la instalación de la represión originaria, serían manifestaciones psíquicas que no derivan de un conflicto intersistémico. Lo psicosomático se emplazaría en este orden de fenómenos, diferentes del síntoma neurótico. Los trastornos psicosomáticos carecerían de un sentido inconciente; responderían a una dificultad de mentalización del afecto, de darle curso a la angustia y a la trasmutación en descarga corporal. Bleichmar lo caracteriza como un exceso no significable. Considera que son el resultado de una incapacidad de simbolización limitada a ciertas problemáticas angustiosas y no una incapacidad general en la simbolización del sujeto. Respecto al modo de intervención clínica frente a materialidad psíquica del orden de lo arcaico, las simbolizaciones de transición son intervenciones capaces de capturar restos de lo real que insiste en formaciones sintomáticas en sentido amplio (trastornos), que promueven la apropiación representacional de aquello que no puede ser capturado por la libre asociación. Mediante este modo de intervención se ofrece una trama simbólica que posibilite articular las simbolizaciones faltantes. Postula un funcionamiento del psiquismo a dominancias estructurales y no como una homogeneidad. Será en función de la dominancia que esté operando, la elección de las intervenciones en el marco de la transferencia