114 resultados para Razón pura
em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina
Resumo:
Este trabajo forma parte de un recorrido de investigación que el autor realiza en el marco de una Beca otorgada por la SeCyT de U.N.L.P. Se analizan ciertos aspectos de la Estética Trascendental de Kant, especialmente lo referido a tiempo y espacio como condiciones a priori del conocimiento sensible. Luego se analizan algunas hipótesis de Freud sobre el origen del tiempo y su relación con el espacio. Por último, se intenta dilucidar la oposición existente entre las tesis de ambos autores. En Crítica de la razón pura Kant define la noción de a priori como un saber independiente de la experiencia; no de una experiencia concreta sino de la experiencia en general. El espacio y el tiempo son consideradas categorías que funcionan como la condición subjetiva de toda sensibilidad. El espacio es esencialmente uno y se concibe que el sujeto cognoscente no puede representarse ningún fenómeno en la no- espacialidad. Del mismo modo el tiempo no es un concepto empírico que se derive de una experiencia sino que es una representación necesaria que está a la base de todas las intuiciones. Si bien es posible representar la ausencia de fenómenos en un tiempo determinado, no es posible concebir la inexistencia del tiempo mismo. Para Kant, estas condiciones a priori de toda experiencia sensible no son individuales ni empíricas sino que son trascendentales (universales y necesarias). Es por eso que lo que no aparece en el tiempo y en el espacio no es susceptible de ser conocido y no se puede decir que exista. Nada puede predicarse de la cosa-en-sí. Por otro lado, es necesario recordar la ubicación que Kant le dio a la Psicología, negándole el estatuto de ciencia del alma. Siguiendo el supuesto de que la ciencia sólo puede fundarse en las matemáticas, Kant afirma que la Psicología no puede ser una ciencia racional porque las matemáticas no logran ser aplicadas a los fenómenos de los que aquella se ocupa. Aplicación que solo puede realizarse para los fenómenos que cuentan con las dimensiones del espacio y el tiempo; y que se ve imposibilitada a los fenómenos psíquicos porque ellos carecen, según Kant, de localización espacial. Freud realiza en diversos pasajes una referencia (no siempre explícita) al filósofo alemán. Mientras que en algunas referencias (las más tempranas cronológicamente) se advierte una importación de ciertas ideas kantianas, en otras (más tardías en la obra freudiana) se hace explícita una crítica a sus principales consideraciones gnoseológicas. Freud parte de dos hipótesis específicas que lo llevan a oponerse a la universalidad de las formas kantianas: una inherente a la espacialidad (no anatómica) de los fenómenos psíquicos y otra sobre la atemporalidad de los procesos inconcientes. La espacialidad constante de los fenómenos psíquicos es interdependiente de la temporalidad excitatoria. La apelación al supuesto auxiliar de una energía psíquica es otra premisa central del argumento freudiano sobre el origen de las representaciones de tiempo y espacio. A partir de la lectura de los textos freudianos es posible esbozar la hipótesis de una fundamentación empirista respecto del origen de las categorías de tiempo y espacio consideradas
Resumo:
Los estudios de esta tesis doctoral muestran la relación estrecha que existe en la Fenomenología del Espíritu entre el concepto hegeliano de experiencia, su concepción del absoluto y el impacto que tiene en ambos el desafío del escepticismo. La tesis general sostenida es que la confrontación de Hegel con el escepticismo es la clave de lectura más importante para la comprensión de la Introducción a la Fenomenología y por lo tanto del programa original de la obra. Más específicamente, se sostiene que la Introducción a la Fenomenología del Espíritu se encuentra filosóficamente constituida en atenta referencia a las objeciones que Gottlob Schulze había dirigido al incipiente idealismo de Jena en sus escritos de 1803 (Aforismos sobre lo Absoluto) y de 1805 (Los momentos principales del modo escéptico de pensar acerca del conocimiento humano). Se afirma aquí que Hegel revalorizó el escepticismo de Schulze, a tal punto que: a) los desafíos de Schulze son la principal provocación para un cambio de rumbo en los planes filosóficos de Hegel, esto es, el de comenzar por el problema del conocimiento antes de presentar su Lógica; b) las objeciones de Schulze constituyen los motivos decisivos que generan la ruptura entre Schelling y Hegel; c) a raíz de tales objeciones, Hegel relativiza en la Fenomenología la distinción tajante que había establecido entre antiguo y nuevo escepticismo en su escrito de 1802 (Relación del escepticismo con la filosofía); d) Hegel no sólo considera las objeciones del escéptico sino que se apropia y reformula algunas de sus ideas.En síntesis: los estudios que se exponen en esta tesis reconstruyen una polémica entre Hegel y Schulze. Esta reconstrucción puede aclarar la teoría de la experiencia que se encuentra en el texto de la Introducción a la Fenomenología.En cuanto al orden de la exposición, este trabajo doctoral comienza con una presentación de la concepción de Kant acerca de la experiencia, del límite del conocimiento humano y del absoluto, tal como aparecen en la Crítica de la Razón Pura, mostrando cómo ya en aquella obra el escepticismo juega un rol determinante (capítulo 1). A continuación, se exponen las ideas y los argumentos fundamentales del escrito hegeliano de 1802 sobre el escepticismo (capítulo 2). En el tercer capítulo se muestra la incertidumbre que tuvieron los lectores académicos, entre ellos Schulze, acerca de la autoría de la Revista Crítica de Filosofía, la cual era editada por Schelling y Hegel sin especificar la autoría de cada artículo, y en la que había sido publicado el escrito de Hegel. A esta situación se debe -según la presente tesis- que Schulze haya dirigido sus críticas a Schelling y no a Hegel. En los capítulos cuarto y quinto se exponen las tesis fundamentales que Schulze sostiene en los escritos mencionados de 1803 y 1805. El capítulo central, el sexto, consiste en un comentario de toda la Introducción a la Fenomenología a la luz del debate velado con Schulze y en atención particular al concepto hegeliano de experiencia. El último capítulo examina a grandes rasgos, a partir de lo demostrado, la concepción de Hegel sobre el escepticismo y sobre el concepto de experiencia en el resto de la Fenomenología del Espíritu. Se distingue un escepticismo estructural, que forma parte de la dinámica de la experiencia, de un escepticismo histórico que constituye una figura puntual del itinerario de la experiencia que hace la conciencia. En el mismo capítulo se considera el destino que tuvo el concepto de experiencia en el resto de la obra de Hegel y se concluye que sigue de cerca el destino de la Fenomenología y se indagan los motivos. También se examina sucintamente el papel del escepticismo en la Ciencia de la Lógica y en las Lecciones de Historia de la Filosofía. En las Conclusiones Finales de este trabajo doctoral se retoman en forma comparada y sintética las concepciones de Kant, de Schulze y de Hegel acerca de la experiencia, el límite, el absoluto y la libertad.
Resumo:
Los estudios de esta tesis doctoral muestran la relación estrecha que existe en la Fenomenología del Espíritu entre el concepto hegeliano de experiencia, su concepción del absoluto y el impacto que tiene en ambos el desafío del escepticismo. La tesis general sostenida es que la confrontación de Hegel con el escepticismo es la clave de lectura más importante para la comprensión de la Introducción a la Fenomenología y por lo tanto del programa original de la obra. Más específicamente, se sostiene que la Introducción a la Fenomenología del Espíritu se encuentra filosóficamente constituida en atenta referencia a las objeciones que Gottlob Schulze había dirigido al incipiente idealismo de Jena en sus escritos de 1803 (Aforismos sobre lo Absoluto) y de 1805 (Los momentos principales del modo escéptico de pensar acerca del conocimiento humano). Se afirma aquí que Hegel revalorizó el escepticismo de Schulze, a tal punto que: a) los desafíos de Schulze son la principal provocación para un cambio de rumbo en los planes filosóficos de Hegel, esto es, el de comenzar por el problema del conocimiento antes de presentar su Lógica; b) las objeciones de Schulze constituyen los motivos decisivos que generan la ruptura entre Schelling y Hegel; c) a raíz de tales objeciones, Hegel relativiza en la Fenomenología la distinción tajante que había establecido entre antiguo y nuevo escepticismo en su escrito de 1802 (Relación del escepticismo con la filosofía); d) Hegel no sólo considera las objeciones del escéptico sino que se apropia y reformula algunas de sus ideas.En síntesis: los estudios que se exponen en esta tesis reconstruyen una polémica entre Hegel y Schulze. Esta reconstrucción puede aclarar la teoría de la experiencia que se encuentra en el texto de la Introducción a la Fenomenología.En cuanto al orden de la exposición, este trabajo doctoral comienza con una presentación de la concepción de Kant acerca de la experiencia, del límite del conocimiento humano y del absoluto, tal como aparecen en la Crítica de la Razón Pura, mostrando cómo ya en aquella obra el escepticismo juega un rol determinante (capítulo 1). A continuación, se exponen las ideas y los argumentos fundamentales del escrito hegeliano de 1802 sobre el escepticismo (capítulo 2). En el tercer capítulo se muestra la incertidumbre que tuvieron los lectores académicos, entre ellos Schulze, acerca de la autoría de la Revista Crítica de Filosofía, la cual era editada por Schelling y Hegel sin especificar la autoría de cada artículo, y en la que había sido publicado el escrito de Hegel. A esta situación se debe -según la presente tesis- que Schulze haya dirigido sus críticas a Schelling y no a Hegel. En los capítulos cuarto y quinto se exponen las tesis fundamentales que Schulze sostiene en los escritos mencionados de 1803 y 1805. El capítulo central, el sexto, consiste en un comentario de toda la Introducción a la Fenomenología a la luz del debate velado con Schulze y en atención particular al concepto hegeliano de experiencia. El último capítulo examina a grandes rasgos, a partir de lo demostrado, la concepción de Hegel sobre el escepticismo y sobre el concepto de experiencia en el resto de la Fenomenología del Espíritu. Se distingue un escepticismo estructural, que forma parte de la dinámica de la experiencia, de un escepticismo histórico que constituye una figura puntual del itinerario de la experiencia que hace la conciencia. En el mismo capítulo se considera el destino que tuvo el concepto de experiencia en el resto de la obra de Hegel y se concluye que sigue de cerca el destino de la Fenomenología y se indagan los motivos. También se examina sucintamente el papel del escepticismo en la Ciencia de la Lógica y en las Lecciones de Historia de la Filosofía. En las Conclusiones Finales de este trabajo doctoral se retoman en forma comparada y sintética las concepciones de Kant, de Schulze y de Hegel acerca de la experiencia, el límite, el absoluto y la libertad.
Resumo:
Este trabajo forma parte de un recorrido de investigación que el autor realiza en el marco de una Beca otorgada por la SeCyT de U.N.L.P. Se analizan ciertos aspectos de la Estética Trascendental de Kant, especialmente lo referido a tiempo y espacio como condiciones a priori del conocimiento sensible. Luego se analizan algunas hipótesis de Freud sobre el origen del tiempo y su relación con el espacio. Por último, se intenta dilucidar la oposición existente entre las tesis de ambos autores. En Crítica de la razón pura Kant define la noción de a priori como un saber independiente de la experiencia; no de una experiencia concreta sino de la experiencia en general. El espacio y el tiempo son consideradas categorías que funcionan como la condición subjetiva de toda sensibilidad. El espacio es esencialmente uno y se concibe que el sujeto cognoscente no puede representarse ningún fenómeno en la no- espacialidad. Del mismo modo el tiempo no es un concepto empírico que se derive de una experiencia sino que es una representación necesaria que está a la base de todas las intuiciones. Si bien es posible representar la ausencia de fenómenos en un tiempo determinado, no es posible concebir la inexistencia del tiempo mismo. Para Kant, estas condiciones a priori de toda experiencia sensible no son individuales ni empíricas sino que son trascendentales (universales y necesarias). Es por eso que lo que no aparece en el tiempo y en el espacio no es susceptible de ser conocido y no se puede decir que exista. Nada puede predicarse de la cosa-en-sí. Por otro lado, es necesario recordar la ubicación que Kant le dio a la Psicología, negándole el estatuto de ciencia del alma. Siguiendo el supuesto de que la ciencia sólo puede fundarse en las matemáticas, Kant afirma que la Psicología no puede ser una ciencia racional porque las matemáticas no logran ser aplicadas a los fenómenos de los que aquella se ocupa. Aplicación que solo puede realizarse para los fenómenos que cuentan con las dimensiones del espacio y el tiempo; y que se ve imposibilitada a los fenómenos psíquicos porque ellos carecen, según Kant, de localización espacial. Freud realiza en diversos pasajes una referencia (no siempre explícita) al filósofo alemán. Mientras que en algunas referencias (las más tempranas cronológicamente) se advierte una importación de ciertas ideas kantianas, en otras (más tardías en la obra freudiana) se hace explícita una crítica a sus principales consideraciones gnoseológicas. Freud parte de dos hipótesis específicas que lo llevan a oponerse a la universalidad de las formas kantianas: una inherente a la espacialidad (no anatómica) de los fenómenos psíquicos y otra sobre la atemporalidad de los procesos inconcientes. La espacialidad constante de los fenómenos psíquicos es interdependiente de la temporalidad excitatoria. La apelación al supuesto auxiliar de una energía psíquica es otra premisa central del argumento freudiano sobre el origen de las representaciones de tiempo y espacio. A partir de la lectura de los textos freudianos es posible esbozar la hipótesis de una fundamentación empirista respecto del origen de las categorías de tiempo y espacio consideradas
Resumo:
Los estudios de esta tesis doctoral muestran la relación estrecha que existe en la Fenomenología del Espíritu entre el concepto hegeliano de experiencia, su concepción del absoluto y el impacto que tiene en ambos el desafío del escepticismo. La tesis general sostenida es que la confrontación de Hegel con el escepticismo es la clave de lectura más importante para la comprensión de la Introducción a la Fenomenología y por lo tanto del programa original de la obra. Más específicamente, se sostiene que la Introducción a la Fenomenología del Espíritu se encuentra filosóficamente constituida en atenta referencia a las objeciones que Gottlob Schulze había dirigido al incipiente idealismo de Jena en sus escritos de 1803 (Aforismos sobre lo Absoluto) y de 1805 (Los momentos principales del modo escéptico de pensar acerca del conocimiento humano). Se afirma aquí que Hegel revalorizó el escepticismo de Schulze, a tal punto que: a) los desafíos de Schulze son la principal provocación para un cambio de rumbo en los planes filosóficos de Hegel, esto es, el de comenzar por el problema del conocimiento antes de presentar su Lógica; b) las objeciones de Schulze constituyen los motivos decisivos que generan la ruptura entre Schelling y Hegel; c) a raíz de tales objeciones, Hegel relativiza en la Fenomenología la distinción tajante que había establecido entre antiguo y nuevo escepticismo en su escrito de 1802 (Relación del escepticismo con la filosofía); d) Hegel no sólo considera las objeciones del escéptico sino que se apropia y reformula algunas de sus ideas.En síntesis: los estudios que se exponen en esta tesis reconstruyen una polémica entre Hegel y Schulze. Esta reconstrucción puede aclarar la teoría de la experiencia que se encuentra en el texto de la Introducción a la Fenomenología.En cuanto al orden de la exposición, este trabajo doctoral comienza con una presentación de la concepción de Kant acerca de la experiencia, del límite del conocimiento humano y del absoluto, tal como aparecen en la Crítica de la Razón Pura, mostrando cómo ya en aquella obra el escepticismo juega un rol determinante (capítulo 1). A continuación, se exponen las ideas y los argumentos fundamentales del escrito hegeliano de 1802 sobre el escepticismo (capítulo 2). En el tercer capítulo se muestra la incertidumbre que tuvieron los lectores académicos, entre ellos Schulze, acerca de la autoría de la Revista Crítica de Filosofía, la cual era editada por Schelling y Hegel sin especificar la autoría de cada artículo, y en la que había sido publicado el escrito de Hegel. A esta situación se debe -según la presente tesis- que Schulze haya dirigido sus críticas a Schelling y no a Hegel. En los capítulos cuarto y quinto se exponen las tesis fundamentales que Schulze sostiene en los escritos mencionados de 1803 y 1805. El capítulo central, el sexto, consiste en un comentario de toda la Introducción a la Fenomenología a la luz del debate velado con Schulze y en atención particular al concepto hegeliano de experiencia. El último capítulo examina a grandes rasgos, a partir de lo demostrado, la concepción de Hegel sobre el escepticismo y sobre el concepto de experiencia en el resto de la Fenomenología del Espíritu. Se distingue un escepticismo estructural, que forma parte de la dinámica de la experiencia, de un escepticismo histórico que constituye una figura puntual del itinerario de la experiencia que hace la conciencia. En el mismo capítulo se considera el destino que tuvo el concepto de experiencia en el resto de la obra de Hegel y se concluye que sigue de cerca el destino de la Fenomenología y se indagan los motivos. También se examina sucintamente el papel del escepticismo en la Ciencia de la Lógica y en las Lecciones de Historia de la Filosofía. En las Conclusiones Finales de este trabajo doctoral se retoman en forma comparada y sintética las concepciones de Kant, de Schulze y de Hegel acerca de la experiencia, el límite, el absoluto y la libertad.
Resumo:
Este trabajo forma parte de un recorrido de investigación que el autor realiza en el marco de una Beca otorgada por la SeCyT de U.N.L.P. Se analizan ciertos aspectos de la Estética Trascendental de Kant, especialmente lo referido a tiempo y espacio como condiciones a priori del conocimiento sensible. Luego se analizan algunas hipótesis de Freud sobre el origen del tiempo y su relación con el espacio. Por último, se intenta dilucidar la oposición existente entre las tesis de ambos autores. En Crítica de la razón pura Kant define la noción de a priori como un saber independiente de la experiencia; no de una experiencia concreta sino de la experiencia en general. El espacio y el tiempo son consideradas categorías que funcionan como la condición subjetiva de toda sensibilidad. El espacio es esencialmente uno y se concibe que el sujeto cognoscente no puede representarse ningún fenómeno en la no- espacialidad. Del mismo modo el tiempo no es un concepto empírico que se derive de una experiencia sino que es una representación necesaria que está a la base de todas las intuiciones. Si bien es posible representar la ausencia de fenómenos en un tiempo determinado, no es posible concebir la inexistencia del tiempo mismo. Para Kant, estas condiciones a priori de toda experiencia sensible no son individuales ni empíricas sino que son trascendentales (universales y necesarias). Es por eso que lo que no aparece en el tiempo y en el espacio no es susceptible de ser conocido y no se puede decir que exista. Nada puede predicarse de la cosa-en-sí. Por otro lado, es necesario recordar la ubicación que Kant le dio a la Psicología, negándole el estatuto de ciencia del alma. Siguiendo el supuesto de que la ciencia sólo puede fundarse en las matemáticas, Kant afirma que la Psicología no puede ser una ciencia racional porque las matemáticas no logran ser aplicadas a los fenómenos de los que aquella se ocupa. Aplicación que solo puede realizarse para los fenómenos que cuentan con las dimensiones del espacio y el tiempo; y que se ve imposibilitada a los fenómenos psíquicos porque ellos carecen, según Kant, de localización espacial. Freud realiza en diversos pasajes una referencia (no siempre explícita) al filósofo alemán. Mientras que en algunas referencias (las más tempranas cronológicamente) se advierte una importación de ciertas ideas kantianas, en otras (más tardías en la obra freudiana) se hace explícita una crítica a sus principales consideraciones gnoseológicas. Freud parte de dos hipótesis específicas que lo llevan a oponerse a la universalidad de las formas kantianas: una inherente a la espacialidad (no anatómica) de los fenómenos psíquicos y otra sobre la atemporalidad de los procesos inconcientes. La espacialidad constante de los fenómenos psíquicos es interdependiente de la temporalidad excitatoria. La apelación al supuesto auxiliar de una energía psíquica es otra premisa central del argumento freudiano sobre el origen de las representaciones de tiempo y espacio. A partir de la lectura de los textos freudianos es posible esbozar la hipótesis de una fundamentación empirista respecto del origen de las categorías de tiempo y espacio consideradas