30 resultados para Quevedo, Francisco de, 1580-1645-Poesía
em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina
Resumo:
Se sabe de qué modo la repetición implica la singularidad. Contra la generalidad de lo particular, se apuntala la universalidad de lo singular, decía Deleuze. Si la repetición atañe a un fenómeno interno a la escritura de Francisco Madariaga, a su poesía, también el acto mismo de irrupción dentro del lado de los no muy leídos de la poesía argentina, repite desplazados, ciertos efectos de los faros prendidos a finales del siglo XIX y principios del siglo siguiente
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Se sabe de qué modo la repetición implica la singularidad. Contra la generalidad de lo particular, se apuntala la universalidad de lo singular, decía Deleuze. Si la repetición atañe a un fenómeno interno a la escritura de Francisco Madariaga, a su poesía, también el acto mismo de irrupción dentro del lado de los no muy leídos de la poesía argentina, repite desplazados, ciertos efectos de los faros prendidos a finales del siglo XIX y principios del siglo siguiente
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Se sabe de qué modo la repetición implica la singularidad. Contra la generalidad de lo particular, se apuntala la universalidad de lo singular, decía Deleuze. Si la repetición atañe a un fenómeno interno a la escritura de Francisco Madariaga, a su poesía, también el acto mismo de irrupción dentro del lado de los no muy leídos de la poesía argentina, repite desplazados, ciertos efectos de los faros prendidos a finales del siglo XIX y principios del siglo siguiente
Resumo:
A primera vista, Quevedo no parece muy amigo de las máquinas de su tiempo. En una pieza de artillería, por ejemplo, ve una invención típica de la ingeniería moderna que amenaza no solamente a la creación divina, sino también a la sociedad estamental. En el caso de la pirotecnia, sin embargo, su actitud hacia la técnica parece más matizada, como se puede ver en su soneto moral sobre el cohete. Si por un lado este artificio se opone a la naturaleza y engaña al hombre, se presenta por otra parte como un equivalente asombroso del texto poético.
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A primera vista, Quevedo no parece muy amigo de las máquinas de su tiempo. En una pieza de artillería, por ejemplo, ve una invención típica de la ingeniería moderna que amenaza no solamente a la creación divina, sino también a la sociedad estamental. En el caso de la pirotecnia, sin embargo, su actitud hacia la técnica parece más matizada, como se puede ver en su soneto moral sobre el cohete. Si por un lado este artificio se opone a la naturaleza y engaña al hombre, se presenta por otra parte como un equivalente asombroso del texto poético.
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A primera vista, Quevedo no parece muy amigo de las máquinas de su tiempo. En una pieza de artillería, por ejemplo, ve una invención típica de la ingeniería moderna que amenaza no solamente a la creación divina, sino también a la sociedad estamental. En el caso de la pirotecnia, sin embargo, su actitud hacia la técnica parece más matizada, como se puede ver en su soneto moral sobre el cohete. Si por un lado este artificio se opone a la naturaleza y engaña al hombre, se presenta por otra parte como un equivalente asombroso del texto poético.
Resumo:
La preocupación de los propios creadores por establecer pautas sobre el quehacer literario ha sido una constante de todos los tiempos desde los clásicos hasta la actualidad. No escapan a esta reflexión los escritores áureos, quienes tratan de legitimarlas a través de criterios normativos que suelen presentar ciertos ribetes de parodia, como en el caso que nos ocupa: Francisco de Quevedo y sus juveniles premáticas. Las premáticas eran reglamentaciones legales para unificar las costumbres, que pulularon luego de la invención de la imprenta. Ante esta saturación de normas, surge en el Siglo de Oro la llamada prosa festiva con intenciones satírico-burlescas sobre dichas ordenanzas. "Quevedo tras los quevedos", con su mirada sagaz de la sociedad madrileña, brinda al lector una radiografía dialéctica del mundillo de los escritores y de los usos lingüísticos, la cual hace esbozar una sonrisa al lector para luego dejarle una amarga reflexión. Sus considerandos emanan de la Premática del desengaño sobre los poetas güeros, que aparece en Historia de la vida del Buscón, y de la Premática de 1600. Con este trabajo se busca indagar la concepción quevediana de la profesión de escritor, tratando de escudriñar en el plano irónico burlesco con el que se dirige a "ciertas personas deseosas del bien común".
Resumo:
Nuestro trabajo pretende sumariamente recomponer en la poesía de Francisco Brines (Oliva, Valencia, 1932) los diversos perfiles de una intencionalidad meditativa e intimista que pone en jaque a las teorías de la identificación inmediata y confesional pactadas desde las misreadings románticas en torno a la poesía lírica. Mediante la apelación a diversas estrategias compositivas (un ritmo y un tono "clásicos", usos retóricos de la tradición, reescritura de géneros canonizados y otros ejercicios de "distanciamiento") Brines consigue deslindar la representación de la intimidad del efecto patético tanto en la escena privilegiada de su poética, esto es, la insistente conciencia de la temporalidad, cuanto en los cuerpos concretos celebrados por un empecinado vitalismo a la vez que devastados por esa misma temporalidad.
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La preocupación de los propios creadores por establecer pautas sobre el quehacer literario ha sido una constante de todos los tiempos desde los clásicos hasta la actualidad. No escapan a esta reflexión los escritores áureos, quienes tratan de legitimarlas a través de criterios normativos que suelen presentar ciertos ribetes de parodia, como en el caso que nos ocupa: Francisco de Quevedo y sus juveniles premáticas. Las premáticas eran reglamentaciones legales para unificar las costumbres, que pulularon luego de la invención de la imprenta. Ante esta saturación de normas, surge en el Siglo de Oro la llamada prosa festiva con intenciones satírico-burlescas sobre dichas ordenanzas. "Quevedo tras los quevedos", con su mirada sagaz de la sociedad madrileña, brinda al lector una radiografía dialéctica del mundillo de los escritores y de los usos lingüísticos, la cual hace esbozar una sonrisa al lector para luego dejarle una amarga reflexión. Sus considerandos emanan de la Premática del desengaño sobre los poetas güeros, que aparece en Historia de la vida del Buscón, y de la Premática de 1600. Con este trabajo se busca indagar la concepción quevediana de la profesión de escritor, tratando de escudriñar en el plano irónico burlesco con el que se dirige a "ciertas personas deseosas del bien común".
Resumo:
Nuestro trabajo pretende sumariamente recomponer en la poesía de Francisco Brines (Oliva, Valencia, 1932) los diversos perfiles de una intencionalidad meditativa e intimista que pone en jaque a las teorías de la identificación inmediata y confesional pactadas desde las misreadings románticas en torno a la poesía lírica. Mediante la apelación a diversas estrategias compositivas (un ritmo y un tono "clásicos", usos retóricos de la tradición, reescritura de géneros canonizados y otros ejercicios de "distanciamiento") Brines consigue deslindar la representación de la intimidad del efecto patético tanto en la escena privilegiada de su poética, esto es, la insistente conciencia de la temporalidad, cuanto en los cuerpos concretos celebrados por un empecinado vitalismo a la vez que devastados por esa misma temporalidad.
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La preocupación de los propios creadores por establecer pautas sobre el quehacer literario ha sido una constante de todos los tiempos desde los clásicos hasta la actualidad. No escapan a esta reflexión los escritores áureos, quienes tratan de legitimarlas a través de criterios normativos que suelen presentar ciertos ribetes de parodia, como en el caso que nos ocupa: Francisco de Quevedo y sus juveniles premáticas. Las premáticas eran reglamentaciones legales para unificar las costumbres, que pulularon luego de la invención de la imprenta. Ante esta saturación de normas, surge en el Siglo de Oro la llamada prosa festiva con intenciones satírico-burlescas sobre dichas ordenanzas. "Quevedo tras los quevedos", con su mirada sagaz de la sociedad madrileña, brinda al lector una radiografía dialéctica del mundillo de los escritores y de los usos lingüísticos, la cual hace esbozar una sonrisa al lector para luego dejarle una amarga reflexión. Sus considerandos emanan de la Premática del desengaño sobre los poetas güeros, que aparece en Historia de la vida del Buscón, y de la Premática de 1600. Con este trabajo se busca indagar la concepción quevediana de la profesión de escritor, tratando de escudriñar en el plano irónico burlesco con el que se dirige a "ciertas personas deseosas del bien común".
Resumo:
Nuestro trabajo pretende sumariamente recomponer en la poesía de Francisco Brines (Oliva, Valencia, 1932) los diversos perfiles de una intencionalidad meditativa e intimista que pone en jaque a las teorías de la identificación inmediata y confesional pactadas desde las misreadings románticas en torno a la poesía lírica. Mediante la apelación a diversas estrategias compositivas (un ritmo y un tono "clásicos", usos retóricos de la tradición, reescritura de géneros canonizados y otros ejercicios de "distanciamiento") Brines consigue deslindar la representación de la intimidad del efecto patético tanto en la escena privilegiada de su poética, esto es, la insistente conciencia de la temporalidad, cuanto en los cuerpos concretos celebrados por un empecinado vitalismo a la vez que devastados por esa misma temporalidad.
Resumo:
Me propongo examinar aquí de qué modo comienzan a reformularse los presupuestos de la llamada "poesía de la experiencia" española en la escritura de los años 90. Aspiración a la legibilidad, riguroso cuidado formal, búsqueda de complicidad con el lector a partir de un poema hecho con trazos de emoción y fragmentos de vida parecen ser los mismos pilares que sustentan toda la poesía experiencial, pero en algunas escrituras de los años 90 como la de Carlos Marzal, por ejemplo, se le imprime un giro más y un cambio de tono. Se trata de poemas reflexivos (y autorreflexivos) que indagan simultáneamente en la intimidad del sujeto poético (el planteo de la intimidad amorosa pero también -y con no menor peso- las problemáticas de corte filosófico existencial) desde los supuestos de lo que podríamos denominar "poesía de pensamiento" y lo hace ostentando una genealogía poética que lo vincula con Jaime Gil de Biedma y Francisco Brines, entre sus principales referentes