151 resultados para Pulsión-de-muerte
em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina
Resumo:
Temática principal: El presente trabajo se inscribe en un proyecto de investigación que tiene por objetivo general caracterizar las modalidades de la violencia vincular en grupos familiares en situación de pobreza. En este marco, se desarrolla la definición del concepto de violencia que utilizamos en nuestra indagación. Objetivos: -desarrollar el concepto de violencia, desde el corpus teórico psicoanalítico; -establecer los conceptos límites que se presentan para esa definición; -dejar planteados interrogantes sobre el proceso de operacionalización del concepto. Metodología: A nivel metodológico, se realiza un análisis cualitativo de contenido bibliográfico que incluye, entre otras actividades: identificación de fuentes bibliográficas (primarias y secundarias), sistematización de los datos relevados y análisis de los resultados. Resultados Desde el punto de vista etimológico, el vocablo violencia tiene dos acepciones: aquello que se le hace a una cosa para sacarla de su estado, modo o situación natural, mediante el uso de la fuerza; como ejercicio de poder mediante la fuerza, implicando diferencias jerárquicas. Esta doble vertiente semántica se plantea asimismo en el corpus teórico del Psicoanálisis y el Psicoanálisis vincular. El Psicoanálisis se ha ocupado en forma preferencial del problema de la agresión y la agresividad, ligadas a partir de los años 20, al concepto freudiano de pulsión de muerte. La agresividad es conceptualizada como una tendencia dirigida a dañar, a destruir al otro. Actúa tempranamente en el desarrollo del sujeto (previo al accionar de la pulsión sexual) y puede presentarse unida o desunida de la sexualidad. La funcionalidad psíquica de la agresividad estaría en relación a posibilitar la diferenciación, la separación con respecto al otro. Está en íntima relación a la constitución del Yo, por lo que puede quedar ubicada dentro de las problemáticas narcisistas. La violencia constituiría una aberración de la agresividad; supone un 'plus de destructividad', de 'depredación' que la cualifica. Pensándolo como un fenómeno propiamente humano, la violencia supone un accionar que intenta someter al otro por el uso de la fuerza. Desde una perspectiva vincular, la violencia apunta a anular la singularidad del otro, sus límites y autonomía. En el espacio intersubjetivo, la violencia vincular supone el despojo del carácter de ajenidad del otro, intentando tornarlo similar o idéntico al Yo. La violencia punta a anular la otredad, la diferencia del otro que es una característica irreductible de los vínculos humanos. En relación a la crueldad, supone la imposición a un sujeto, de una idea o acto que no está en condiciones de recibir, generando un efecto de destitución subjetiva. Conclusiones: Queda de manifiesto la polisemia y múltiples matices del concepto de violencia. Se resalta, al final del recorrido, la dicotomía inicial que supone la definición etimológica del concepto. Quedan interrogantes por responder, con respecto a la delimitación y operacionalización del concepto de violencia, en los siguientes aspectos: cuál es el límite entre la agresividad y la violencia; revisar si se trata de una diferencia que pueda plantearse a priori, o evaluarse más bien por los efectos; situar la relación entre la violencia y la crueldad; identificar si toda violencia es cruel, y si toda crueldad implica violencia
Resumo:
El trauma es un concepto que aparece tempranamente en los primeros escritos de Freud. Es una noción que reviste gran importancia teórica y a la que el fundador del psicoanálisis fue modificando a través de la elaboración y profundización de otros conceptos y en relación con la clínica. Si bien el trauma mantiene su vigencia a lo largo de toda la obra freudiana, nuestro trabajo se enmarcará en el llamado 'giro de los años 20'. Es en este momento cuando Freud plantea un viraje fundamental en su esquema teórico y clínico, asociado a los hallazgos en su práctica, en los cuales cabe destacar los conceptos que formalizan este descubrimiento, a saber: la reacción terapéutica negativa, la pulsión de muerte y la compulsión de repetición, entre otros. En este contexto, nuestra atención se dirigirá a entrever qué relación puede formularse entre el trauma tal como es planteado en este momento de la obra freudiana, las neurosis en general y el análisis que establece de las neurosis traumáticas. Con este objetivo y a partir de la relectura de los textos freudianos, intentaremos responder a los siguientes interrogantes: Si entendemos al trauma como constitutivo y estructural ligado a la irrupción de la sexualidad en el sujeto ¿qué diferencia a una neurosis deuna neurosis traumática? ¿Cuáles son las diferencias estructurales y fenomenológicas (envoltura formal del síntoma) que podemos establecer entre neurosis y neurosis traumática? ¿y en cuanto al factor etiológico? ¿Cuál es el lugar y función de la angustia y el síntoma en los dos tipos de afecciones? Si bien el estatuto que Freud le otorga al trauma en relación a la causalidad varía, la definición de éste como 'un exceso de energía incapaz de ser dominado por el yo', se mantendrá constante a través de los diferentes momentos de su teoría. Como veremos las neurosis traumáticas pueden presentarfenomenológicamente características semejantes a la neurosis pero al mismo tiempo, tanto desde la envoltura formal del síntoma como etiológicamente tienen peculiaridades que le son propias. También podemos diferenciar la neurosis y neurosis traumática de acuerdo al lugar y función que ocupa la angustia en cada caso. Al respecto Freud nos dice que la angustia en juego en la neurosis traumática es la angustia automática, mientras que la angustia señal estaría en juego en la neurosis general. En relación al pronóstico considera que éste es más favorable en el caso de las neurosis traumáticas, ya que éstas lograrían mejor tramitación mediante el tratamiento psicoanalítico. Finalmente concluiremos que lo traumático es la sexualidad misma. Esta última aparece como un exceso que plantea una exigencia al psiquismo, una exigencia que hace a un para todos, es decir, que hace a la misma hechura de la neurosis. El trauma es estructural y causal del sujeto, es la efracción inicial que hace a las neurosis. Consideramos que la neurosis traumática se inscribe como una categoría transclínica, transnosográfica, en la medida en que cualquier estructura clínica puede presentar una neurosis traumática. De este modo, esta última no sería una entidad clínica de la cual se ocupe el psicoanálisis en sí misma sino por su vinculación intrínseca y estructural con las neurosis y el resto de las estructuras que son el verdadero foco de atención y análisis de la teoría y práctica psicoanalítica. A lo largo de todo este trabajo, si bien pudimos observar ciertas cuestiones interesantesen relación a la temática abordada, para dar respuestas a los interrogantes que inicialmente nos planteamos, nos parece importante señalar que varios interrogantes continúan abiertos para su posterior profundización y elaboración
Resumo:
Indagamos, a partir de los manuscritos inéditos de Das Ich und das Es, los puntos eminentes instaurados por la lectura de sus tres versiones: borrador, copia en limpio y texto publicado, en el momento en que surge una disimetría entre lo reprimido-icc y un Icc no-todo reprimido. Estos documentos revelan una transcripción 'casi' directa de las formulaciones freudianas en un estado naciente que llevan la marca de pensamientos urgidos por lo real del psicoanálisis, cuando todavía no está presente el tiempo de hacerse comprender en el contexto de su obra. Y es, justamente, en esta condición de inicial que el texto manuscrito ofrece una novedosa redefinición del Icc. Tal como señala en la Introducción las cuestiones que interroga en El yo y el ello retoman los pensamientos iniciados en su escrito de 1920 pero sin seguir la elaboración teórica que llama 'especulación analítica', aunque a último momento incluya sus conclusiones. Esta relectura interroga el encuentro de la pulsión de muerte con la segunda tópica, es decir, con ese material Icc que permanece no-reconocido. Y, a partir de 1924, establece de que manera el supuesto de la pulsión de muerte ilumina la discontinuidad existente ente icc e Icc [ello]. El cruce entre la hipótesis especulativa y un masoquismo erógeno primario produce un giro y da entrada a la cura misma como satisfacción sustitutiva. En síntesis, la lectura de los textos de El yo y el ello contando, por primera vez, con las tres versiones y sus dos anexos, introducen, con la disimilitud icc e Icc, un cambio de pregunta; anticipan la hendidura o Spaltung del sujeto, con ese objeto [el yo-cuerpo] que Freud no termina de construir; y anuncian que el Icc es lo que se funda de la huella de lo no-reconocido, que clama por ese mismo campo heterogéneo que obligaba en 1920 a tomar en consideración un más allá del principio de placer que divide el espacio euclidiano dejando asomar también su carácter disímil, asimétrico. Así, en ciertos momentos privilegiados de un análisis, vía trabajo del sueño, se produce la activación de los restos de lo visto y de lo oído, es decir, de un saber hecho de sedimentos, de los excedentes traumáticos del tesoro de palabras, para cada cual, de su lengua materna, cuando dicha lengua se separa del lenguaje produciendo un Icc no-todo reprimido que bordea el agujero de lo no-reconocido, es decir, de su punto de fracaso mismo: la imposibilidad con que el sexo se inscribe en el inconsciente
Resumo:
Indagamos, a partir de los manuscritos inéditos de Das Ich und das Es, los puntos eminentes instaurados por la lectura de sus tres versiones: borrador, copia en limpio y texto publicado, en el momento en que surge una disimetría entre lo reprimido-icc y un Icc no-todo reprimido. Estos documentos revelan una transcripción 'casi' directa de las formulaciones freudianas en un estado naciente que llevan la marca de pensamientos urgidos por lo real del psicoanálisis, cuando todavía no está presente el tiempo de hacerse comprender en el contexto de su obra. Y es, justamente, en esta condición de inicial que el texto manuscrito ofrece una novedosa redefinición del Icc. Tal como señala en la Introducción las cuestiones que interroga en El yo y el ello retoman los pensamientos iniciados en su escrito de 1920 pero sin seguir la elaboración teórica que llama 'especulación analítica', aunque a último momento incluya sus conclusiones. Esta relectura interroga el encuentro de la pulsión de muerte con la segunda tópica, es decir, con ese material Icc que permanece no-reconocido. Y, a partir de 1924, establece de que manera el supuesto de la pulsión de muerte ilumina la discontinuidad existente ente icc e Icc [ello]. El cruce entre la hipótesis especulativa y un masoquismo erógeno primario produce un giro y da entrada a la cura misma como satisfacción sustitutiva. En síntesis, la lectura de los textos de El yo y el ello contando, por primera vez, con las tres versiones y sus dos anexos, introducen, con la disimilitud icc e Icc, un cambio de pregunta; anticipan la hendidura o Spaltung del sujeto, con ese objeto [el yo-cuerpo] que Freud no termina de construir; y anuncian que el Icc es lo que se funda de la huella de lo no-reconocido, que clama por ese mismo campo heterogéneo que obligaba en 1920 a tomar en consideración un más allá del principio de placer que divide el espacio euclidiano dejando asomar también su carácter disímil, asimétrico. Así, en ciertos momentos privilegiados de un análisis, vía trabajo del sueño, se produce la activación de los restos de lo visto y de lo oído, es decir, de un saber hecho de sedimentos, de los excedentes traumáticos del tesoro de palabras, para cada cual, de su lengua materna, cuando dicha lengua se separa del lenguaje produciendo un Icc no-todo reprimido que bordea el agujero de lo no-reconocido, es decir, de su punto de fracaso mismo: la imposibilidad con que el sexo se inscribe en el inconsciente
Resumo:
Temática principal: El presente trabajo se inscribe en un proyecto de investigación que tiene por objetivo general caracterizar las modalidades de la violencia vincular en grupos familiares en situación de pobreza. En este marco, se desarrolla la definición del concepto de violencia que utilizamos en nuestra indagación. Objetivos: -desarrollar el concepto de violencia, desde el corpus teórico psicoanalítico; -establecer los conceptos límites que se presentan para esa definición; -dejar planteados interrogantes sobre el proceso de operacionalización del concepto. Metodología: A nivel metodológico, se realiza un análisis cualitativo de contenido bibliográfico que incluye, entre otras actividades: identificación de fuentes bibliográficas (primarias y secundarias), sistematización de los datos relevados y análisis de los resultados. Resultados Desde el punto de vista etimológico, el vocablo violencia tiene dos acepciones: aquello que se le hace a una cosa para sacarla de su estado, modo o situación natural, mediante el uso de la fuerza; como ejercicio de poder mediante la fuerza, implicando diferencias jerárquicas. Esta doble vertiente semántica se plantea asimismo en el corpus teórico del Psicoanálisis y el Psicoanálisis vincular. El Psicoanálisis se ha ocupado en forma preferencial del problema de la agresión y la agresividad, ligadas a partir de los años 20, al concepto freudiano de pulsión de muerte. La agresividad es conceptualizada como una tendencia dirigida a dañar, a destruir al otro. Actúa tempranamente en el desarrollo del sujeto (previo al accionar de la pulsión sexual) y puede presentarse unida o desunida de la sexualidad. La funcionalidad psíquica de la agresividad estaría en relación a posibilitar la diferenciación, la separación con respecto al otro. Está en íntima relación a la constitución del Yo, por lo que puede quedar ubicada dentro de las problemáticas narcisistas. La violencia constituiría una aberración de la agresividad; supone un 'plus de destructividad', de 'depredación' que la cualifica. Pensándolo como un fenómeno propiamente humano, la violencia supone un accionar que intenta someter al otro por el uso de la fuerza. Desde una perspectiva vincular, la violencia apunta a anular la singularidad del otro, sus límites y autonomía. En el espacio intersubjetivo, la violencia vincular supone el despojo del carácter de ajenidad del otro, intentando tornarlo similar o idéntico al Yo. La violencia punta a anular la otredad, la diferencia del otro que es una característica irreductible de los vínculos humanos. En relación a la crueldad, supone la imposición a un sujeto, de una idea o acto que no está en condiciones de recibir, generando un efecto de destitución subjetiva. Conclusiones: Queda de manifiesto la polisemia y múltiples matices del concepto de violencia. Se resalta, al final del recorrido, la dicotomía inicial que supone la definición etimológica del concepto. Quedan interrogantes por responder, con respecto a la delimitación y operacionalización del concepto de violencia, en los siguientes aspectos: cuál es el límite entre la agresividad y la violencia; revisar si se trata de una diferencia que pueda plantearse a priori, o evaluarse más bien por los efectos; situar la relación entre la violencia y la crueldad; identificar si toda violencia es cruel, y si toda crueldad implica violencia
Resumo:
El trauma es un concepto que aparece tempranamente en los primeros escritos de Freud. Es una noción que reviste gran importancia teórica y a la que el fundador del psicoanálisis fue modificando a través de la elaboración y profundización de otros conceptos y en relación con la clínica. Si bien el trauma mantiene su vigencia a lo largo de toda la obra freudiana, nuestro trabajo se enmarcará en el llamado 'giro de los años 20'. Es en este momento cuando Freud plantea un viraje fundamental en su esquema teórico y clínico, asociado a los hallazgos en su práctica, en los cuales cabe destacar los conceptos que formalizan este descubrimiento, a saber: la reacción terapéutica negativa, la pulsión de muerte y la compulsión de repetición, entre otros. En este contexto, nuestra atención se dirigirá a entrever qué relación puede formularse entre el trauma tal como es planteado en este momento de la obra freudiana, las neurosis en general y el análisis que establece de las neurosis traumáticas. Con este objetivo y a partir de la relectura de los textos freudianos, intentaremos responder a los siguientes interrogantes: Si entendemos al trauma como constitutivo y estructural ligado a la irrupción de la sexualidad en el sujeto ¿qué diferencia a una neurosis deuna neurosis traumática? ¿Cuáles son las diferencias estructurales y fenomenológicas (envoltura formal del síntoma) que podemos establecer entre neurosis y neurosis traumática? ¿y en cuanto al factor etiológico? ¿Cuál es el lugar y función de la angustia y el síntoma en los dos tipos de afecciones? Si bien el estatuto que Freud le otorga al trauma en relación a la causalidad varía, la definición de éste como 'un exceso de energía incapaz de ser dominado por el yo', se mantendrá constante a través de los diferentes momentos de su teoría. Como veremos las neurosis traumáticas pueden presentarfenomenológicamente características semejantes a la neurosis pero al mismo tiempo, tanto desde la envoltura formal del síntoma como etiológicamente tienen peculiaridades que le son propias. También podemos diferenciar la neurosis y neurosis traumática de acuerdo al lugar y función que ocupa la angustia en cada caso. Al respecto Freud nos dice que la angustia en juego en la neurosis traumática es la angustia automática, mientras que la angustia señal estaría en juego en la neurosis general. En relación al pronóstico considera que éste es más favorable en el caso de las neurosis traumáticas, ya que éstas lograrían mejor tramitación mediante el tratamiento psicoanalítico. Finalmente concluiremos que lo traumático es la sexualidad misma. Esta última aparece como un exceso que plantea una exigencia al psiquismo, una exigencia que hace a un para todos, es decir, que hace a la misma hechura de la neurosis. El trauma es estructural y causal del sujeto, es la efracción inicial que hace a las neurosis. Consideramos que la neurosis traumática se inscribe como una categoría transclínica, transnosográfica, en la medida en que cualquier estructura clínica puede presentar una neurosis traumática. De este modo, esta última no sería una entidad clínica de la cual se ocupe el psicoanálisis en sí misma sino por su vinculación intrínseca y estructural con las neurosis y el resto de las estructuras que son el verdadero foco de atención y análisis de la teoría y práctica psicoanalítica. A lo largo de todo este trabajo, si bien pudimos observar ciertas cuestiones interesantesen relación a la temática abordada, para dar respuestas a los interrogantes que inicialmente nos planteamos, nos parece importante señalar que varios interrogantes continúan abiertos para su posterior profundización y elaboración
Resumo:
Temática principal: El presente trabajo se inscribe en un proyecto de investigación que tiene por objetivo general caracterizar las modalidades de la violencia vincular en grupos familiares en situación de pobreza. En este marco, se desarrolla la definición del concepto de violencia que utilizamos en nuestra indagación. Objetivos: -desarrollar el concepto de violencia, desde el corpus teórico psicoanalítico; -establecer los conceptos límites que se presentan para esa definición; -dejar planteados interrogantes sobre el proceso de operacionalización del concepto. Metodología: A nivel metodológico, se realiza un análisis cualitativo de contenido bibliográfico que incluye, entre otras actividades: identificación de fuentes bibliográficas (primarias y secundarias), sistematización de los datos relevados y análisis de los resultados. Resultados Desde el punto de vista etimológico, el vocablo violencia tiene dos acepciones: aquello que se le hace a una cosa para sacarla de su estado, modo o situación natural, mediante el uso de la fuerza; como ejercicio de poder mediante la fuerza, implicando diferencias jerárquicas. Esta doble vertiente semántica se plantea asimismo en el corpus teórico del Psicoanálisis y el Psicoanálisis vincular. El Psicoanálisis se ha ocupado en forma preferencial del problema de la agresión y la agresividad, ligadas a partir de los años 20, al concepto freudiano de pulsión de muerte. La agresividad es conceptualizada como una tendencia dirigida a dañar, a destruir al otro. Actúa tempranamente en el desarrollo del sujeto (previo al accionar de la pulsión sexual) y puede presentarse unida o desunida de la sexualidad. La funcionalidad psíquica de la agresividad estaría en relación a posibilitar la diferenciación, la separación con respecto al otro. Está en íntima relación a la constitución del Yo, por lo que puede quedar ubicada dentro de las problemáticas narcisistas. La violencia constituiría una aberración de la agresividad; supone un 'plus de destructividad', de 'depredación' que la cualifica. Pensándolo como un fenómeno propiamente humano, la violencia supone un accionar que intenta someter al otro por el uso de la fuerza. Desde una perspectiva vincular, la violencia apunta a anular la singularidad del otro, sus límites y autonomía. En el espacio intersubjetivo, la violencia vincular supone el despojo del carácter de ajenidad del otro, intentando tornarlo similar o idéntico al Yo. La violencia punta a anular la otredad, la diferencia del otro que es una característica irreductible de los vínculos humanos. En relación a la crueldad, supone la imposición a un sujeto, de una idea o acto que no está en condiciones de recibir, generando un efecto de destitución subjetiva. Conclusiones: Queda de manifiesto la polisemia y múltiples matices del concepto de violencia. Se resalta, al final del recorrido, la dicotomía inicial que supone la definición etimológica del concepto. Quedan interrogantes por responder, con respecto a la delimitación y operacionalización del concepto de violencia, en los siguientes aspectos: cuál es el límite entre la agresividad y la violencia; revisar si se trata de una diferencia que pueda plantearse a priori, o evaluarse más bien por los efectos; situar la relación entre la violencia y la crueldad; identificar si toda violencia es cruel, y si toda crueldad implica violencia
Resumo:
El trauma es un concepto que aparece tempranamente en los primeros escritos de Freud. Es una noción que reviste gran importancia teórica y a la que el fundador del psicoanálisis fue modificando a través de la elaboración y profundización de otros conceptos y en relación con la clínica. Si bien el trauma mantiene su vigencia a lo largo de toda la obra freudiana, nuestro trabajo se enmarcará en el llamado 'giro de los años 20'. Es en este momento cuando Freud plantea un viraje fundamental en su esquema teórico y clínico, asociado a los hallazgos en su práctica, en los cuales cabe destacar los conceptos que formalizan este descubrimiento, a saber: la reacción terapéutica negativa, la pulsión de muerte y la compulsión de repetición, entre otros. En este contexto, nuestra atención se dirigirá a entrever qué relación puede formularse entre el trauma tal como es planteado en este momento de la obra freudiana, las neurosis en general y el análisis que establece de las neurosis traumáticas. Con este objetivo y a partir de la relectura de los textos freudianos, intentaremos responder a los siguientes interrogantes: Si entendemos al trauma como constitutivo y estructural ligado a la irrupción de la sexualidad en el sujeto ¿qué diferencia a una neurosis deuna neurosis traumática? ¿Cuáles son las diferencias estructurales y fenomenológicas (envoltura formal del síntoma) que podemos establecer entre neurosis y neurosis traumática? ¿y en cuanto al factor etiológico? ¿Cuál es el lugar y función de la angustia y el síntoma en los dos tipos de afecciones? Si bien el estatuto que Freud le otorga al trauma en relación a la causalidad varía, la definición de éste como 'un exceso de energía incapaz de ser dominado por el yo', se mantendrá constante a través de los diferentes momentos de su teoría. Como veremos las neurosis traumáticas pueden presentarfenomenológicamente características semejantes a la neurosis pero al mismo tiempo, tanto desde la envoltura formal del síntoma como etiológicamente tienen peculiaridades que le son propias. También podemos diferenciar la neurosis y neurosis traumática de acuerdo al lugar y función que ocupa la angustia en cada caso. Al respecto Freud nos dice que la angustia en juego en la neurosis traumática es la angustia automática, mientras que la angustia señal estaría en juego en la neurosis general. En relación al pronóstico considera que éste es más favorable en el caso de las neurosis traumáticas, ya que éstas lograrían mejor tramitación mediante el tratamiento psicoanalítico. Finalmente concluiremos que lo traumático es la sexualidad misma. Esta última aparece como un exceso que plantea una exigencia al psiquismo, una exigencia que hace a un para todos, es decir, que hace a la misma hechura de la neurosis. El trauma es estructural y causal del sujeto, es la efracción inicial que hace a las neurosis. Consideramos que la neurosis traumática se inscribe como una categoría transclínica, transnosográfica, en la medida en que cualquier estructura clínica puede presentar una neurosis traumática. De este modo, esta última no sería una entidad clínica de la cual se ocupe el psicoanálisis en sí misma sino por su vinculación intrínseca y estructural con las neurosis y el resto de las estructuras que son el verdadero foco de atención y análisis de la teoría y práctica psicoanalítica. A lo largo de todo este trabajo, si bien pudimos observar ciertas cuestiones interesantesen relación a la temática abordada, para dar respuestas a los interrogantes que inicialmente nos planteamos, nos parece importante señalar que varios interrogantes continúan abiertos para su posterior profundización y elaboración
Resumo:
Indagamos, a partir de los manuscritos inéditos de Das Ich und das Es, los puntos eminentes instaurados por la lectura de sus tres versiones: borrador, copia en limpio y texto publicado, en el momento en que surge una disimetría entre lo reprimido-icc y un Icc no-todo reprimido. Estos documentos revelan una transcripción 'casi' directa de las formulaciones freudianas en un estado naciente que llevan la marca de pensamientos urgidos por lo real del psicoanálisis, cuando todavía no está presente el tiempo de hacerse comprender en el contexto de su obra. Y es, justamente, en esta condición de inicial que el texto manuscrito ofrece una novedosa redefinición del Icc. Tal como señala en la Introducción las cuestiones que interroga en El yo y el ello retoman los pensamientos iniciados en su escrito de 1920 pero sin seguir la elaboración teórica que llama 'especulación analítica', aunque a último momento incluya sus conclusiones. Esta relectura interroga el encuentro de la pulsión de muerte con la segunda tópica, es decir, con ese material Icc que permanece no-reconocido. Y, a partir de 1924, establece de que manera el supuesto de la pulsión de muerte ilumina la discontinuidad existente ente icc e Icc [ello]. El cruce entre la hipótesis especulativa y un masoquismo erógeno primario produce un giro y da entrada a la cura misma como satisfacción sustitutiva. En síntesis, la lectura de los textos de El yo y el ello contando, por primera vez, con las tres versiones y sus dos anexos, introducen, con la disimilitud icc e Icc, un cambio de pregunta; anticipan la hendidura o Spaltung del sujeto, con ese objeto [el yo-cuerpo] que Freud no termina de construir; y anuncian que el Icc es lo que se funda de la huella de lo no-reconocido, que clama por ese mismo campo heterogéneo que obligaba en 1920 a tomar en consideración un más allá del principio de placer que divide el espacio euclidiano dejando asomar también su carácter disímil, asimétrico. Así, en ciertos momentos privilegiados de un análisis, vía trabajo del sueño, se produce la activación de los restos de lo visto y de lo oído, es decir, de un saber hecho de sedimentos, de los excedentes traumáticos del tesoro de palabras, para cada cual, de su lengua materna, cuando dicha lengua se separa del lenguaje produciendo un Icc no-todo reprimido que bordea el agujero de lo no-reconocido, es decir, de su punto de fracaso mismo: la imposibilidad con que el sexo se inscribe en el inconsciente
Resumo:
En la presente ponencia se analizará la tematización de la pena de muerte y el motivo del garrote vil en el guión de Rafael Azcona de la película 'El verdugo' (dir. Luis García Berlanga, 1963). Teniendo en cuenta el año del rodaje, se prestará especial atención a los distintos recursos de distanciamiento empleados ante un tema dramático y horroroso como lo es la pena capital. Se observarán las distintas representaciones del humor como modo de quiebre del dramatismo. 'El verdugo' como relato no sólo se trata de un alegato contra la pena de muerte. En tanto aparecen temáticas como la falta de libertad de los españoles de la época y la hipocresía social, se puede confirmar que la película trasciende lo humorístico para abordar diferentes motivos y críticas al gobierno franquista y a una sociedad española conservadora capaz de naturalizar costumbres, conductas y prácticas violentas. Rafael Azcona, presenta no sin sarcasmo, una sociedad hipócrita y conservadora, pendiente del aparentar y la opulencia. Estas críticas e ideas presentes en 'El verdugo' se desarrollan principalmente a partir de la figura retórica del contraste, vertebradora a su vez para el análisis del guión
Resumo:
Fil: Rubino, Atilio Raúl. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP-CONICET); Argentina.