9 resultados para OMC

em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina


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El presente trabajo se encuentra inmerso en un proyecto destinado a resignificar geopolíticamente a la región del Atlántico Sur. En tal sentido, resulta indispensable definir al Africa subsahariana y, más específicamente, a su frente suratlántico, tanto en lo que hace a su situación interna (social, económica, política, ambiental, cultural...) como a su relación con un mundo cada vez más globalizado y en transición hacia un escenario complejo y multipolar. En este marco, Africa sufre el más grande retroceso de su economía, con el abandono de sus débiles avances planificadores para el desarrollo, la instalación de élites tecnocráticas repetidoras de las recetas de los organismos multilaterales de crédito y comercio -FMI, Banco Mundial, OMC-, y la retirada de muchas de las inversiones extranjeras directas ante la opción de mayores beneficios en otras regiones más competitivas. Por otra parte, la situación en la que el impacto colonial y el posterior proceso de descolonización, condicionado por el mercado mundial, las antiguas metrópolis y la actual potencia hegemónica han dejado al continente negro en un nivel de preocupación extremo, tanto por las estructuras periféricas allí generadas como por las graves calamidades sociales y naturales que sufre en forma cotidiana. Nos proponemos aquí indagar en la hipótesis de Sylvie Brunel acerca de si la actual crisis africana representa un avance acelerado de su destrucción total o un indicio de su transición hacia un futuro esperanzador. Como los indicios más notorios parecen conducirnos hacia la primera de las respuestas, intentamos no sólo recordar las características de esa crisis, sino también avanzar en las características de su potencial, no sólo económico, sino también humano y político. Para ello, analizaremos, por un lado, las experiencias internas destinadas a afrontar la crisis y responder al desafío global y, por otro, las relaciones del continente negro con las actuales propuestas para una avanzada cooperación sur-sur y con sus principales protagonistas, las potencias emergentes

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El objetivo de este trabajo es analizar la relación entre gobierno, corporaciones empresarias de la clase dominante y los proyectos MERCOSUR y ALCA en los inicios del gobierno de Kirchner. La hipótesis principal es que los cambios en la inserción regional de Argentina desde 2003 (reconstrucción del MERCOSUR y rechazo al ALCA), tuvieron entre una de sus causas a las acciones de corporaciones como la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA). Como afirma Katz (2006) aquella reconfiguración regional, además de estar influenciada por las protestas sociales antineoliberales, también respondió a la demanda de una diferente inserción regional por parte de las clases dominantes locales. Mediante el análisis de la prensa escrita y de documentación de las corporaciones, observaremos los posicionamientos sobre el ALCA y el MERCOUSR, el tipo de intervención del gobierno que reclaman y por qué apoyan o rechazan las negociaciones entre 2003 y 2004, en la reunión de la Ronda Doha de Cancún de la Organización mundial de Comercio (OMC) y en las Minicumbres del ALCA de Miami y Puebla, donde quedaron trabadas las negociaciones del ALCA y se produjo la reorientación del MERCOSUR

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El objetivo de este artículo es mostrar cuáles fueron las características de la política agrícola stricto sensu que favoreció el agronegocio y el desarrollo agropecuario en Brasil en los últimos 30 años. Para entender este proceso, se realiza una breve descripción de los instrumentos de política agrícola adoptados por el Gobierno en ese lapso, en función de la necesidad de adaptarse a las exigencias de la OMC y a las restricciones de la coyuntura. En la primera fase, de 1964 hasta 1985, se consiguió aumentar significativamente la producción agrícola garantizando el abastecimiento interno, que era el gran obstáculo verificado en el período pre-1964. La modernización agrícola fue conseguida con un gran costo social, pero cabe resaltar que esta cuestión no era una preocupación central de los gobiernos militares. En la segunda fase (1985-2001), cuando comienza la redemocratización, la política agrícola también se integra y es consistente con los objetivos macroeconómicos. Se buscaba en esa época disminuir el déficit fiscal y pagar la deuda externa, lo que fue conseguido con los grandes excedentes generados por el agronegocio a pesar de la disminución drástica de los subsidios agrícolas que fue necesario implementar. En el tercer período (2002-presente) se busca conciliar la promoción del agronegocio con la reducción de la pobreza, que era una agenda pendiente de la democratización y que había sido postergada en función de la necesidad de resolver los problemas fiscales e inflacionarios de la década del 80. Una vez resuelto el problema de la inflación, el Estado recupera su capacidad de planificación y comienza a atacar los problemas sociales.

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El objetivo de este trabajo es analizar la relación entre gobierno, corporaciones empresarias de la clase dominante y los proyectos MERCOSUR y ALCA en los inicios del gobierno de Kirchner. La hipótesis principal es que los cambios en la inserción regional de Argentina desde 2003 (reconstrucción del MERCOSUR y rechazo al ALCA), tuvieron entre una de sus causas a las acciones de corporaciones como la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA). Como afirma Katz (2006) aquella reconfiguración regional, además de estar influenciada por las protestas sociales antineoliberales, también respondió a la demanda de una diferente inserción regional por parte de las clases dominantes locales. Mediante el análisis de la prensa escrita y de documentación de las corporaciones, observaremos los posicionamientos sobre el ALCA y el MERCOUSR, el tipo de intervención del gobierno que reclaman y por qué apoyan o rechazan las negociaciones entre 2003 y 2004, en la reunión de la Ronda Doha de Cancún de la Organización mundial de Comercio (OMC) y en las Minicumbres del ALCA de Miami y Puebla, donde quedaron trabadas las negociaciones del ALCA y se produjo la reorientación del MERCOSUR

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El objetivo de este artículo es mostrar cuáles fueron las características de la política agrícola stricto sensu que favoreció el agronegocio y el desarrollo agropecuario en Brasil en los últimos 30 años. Para entender este proceso, se realiza una breve descripción de los instrumentos de política agrícola adoptados por el Gobierno en ese lapso, en función de la necesidad de adaptarse a las exigencias de la OMC y a las restricciones de la coyuntura. En la primera fase, de 1964 hasta 1985, se consiguió aumentar significativamente la producción agrícola garantizando el abastecimiento interno, que era el gran obstáculo verificado en el período pre-1964. La modernización agrícola fue conseguida con un gran costo social, pero cabe resaltar que esta cuestión no era una preocupación central de los gobiernos militares. En la segunda fase (1985-2001), cuando comienza la redemocratización, la política agrícola también se integra y es consistente con los objetivos macroeconómicos. Se buscaba en esa época disminuir el déficit fiscal y pagar la deuda externa, lo que fue conseguido con los grandes excedentes generados por el agronegocio a pesar de la disminución drástica de los subsidios agrícolas que fue necesario implementar. En el tercer período (2002-presente) se busca conciliar la promoción del agronegocio con la reducción de la pobreza, que era una agenda pendiente de la democratización y que había sido postergada en función de la necesidad de resolver los problemas fiscales e inflacionarios de la década del 80. Una vez resuelto el problema de la inflación, el Estado recupera su capacidad de planificación y comienza a atacar los problemas sociales.

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