3 resultados para Monedas islámicas
em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina
Resumo:
Nuestra identidad se forma con lo que nuestra vida diaria, la sociedad y la familia en la que nacemos, y -sobre todo- nuestro pasado, nos dan. Y no hay identidad sin memoria. A pesar de que un pueblo pueda ignorar muchos detalles sobre su historia, es producto de ella, y por ello, su realidad se encuentra inserta en lo que ha sucedido antes de su llegada al mundo. Nos comportamos de manera que 'encajemos' en ese lugar en el que nos ha tocado existir, y heredamos un modo de vida, el cual, a veces, puede llegar a estar construido sobre la base de prejuicios y odio irracional hacia otros, que nos hacen tener una sensación de pertenencia, es decir, una identidad. Si los aceptamos sin cuestionar sus razones ni saber sus orígenes, podemos contribuir a su extensión en el tiempo y en las personas. Una manera de hacerlo es a través de la creación de monumentos conmemorativos de eventos nefastos que han sucedido en la historia. "La memoria se hace concreta en piedras y monedas: algo que sirve de recordatorio y advertencia, y algo que sirve de punto de partida para el pensamiento o la acción" (Manguel, 2000, p. 249, trad. mía). Otros tipos de arte también pueden tener esta función: una fotografía, una pintura, una novela, un poema, una canción. En este trabajo, estudiaremos 'Strange Fruit', una canción muy conocida en la versión de Billie Holiday de 1939, que se ha convertido en un ícono de los movimientos por los derechos humanos hasta el día de hoy. Veremos a qué hace referencia y cómo ha servido de herramienta para la memoria y la conciencia, dentro de una cultura cuyo sentido de identidad proviene de la diferencia entre blancos y negros y el mantenimiento de esa división
Resumo:
Nuestra identidad se forma con lo que nuestra vida diaria, la sociedad y la familia en la que nacemos, y -sobre todo- nuestro pasado, nos dan. Y no hay identidad sin memoria. A pesar de que un pueblo pueda ignorar muchos detalles sobre su historia, es producto de ella, y por ello, su realidad se encuentra inserta en lo que ha sucedido antes de su llegada al mundo. Nos comportamos de manera que 'encajemos' en ese lugar en el que nos ha tocado existir, y heredamos un modo de vida, el cual, a veces, puede llegar a estar construido sobre la base de prejuicios y odio irracional hacia otros, que nos hacen tener una sensación de pertenencia, es decir, una identidad. Si los aceptamos sin cuestionar sus razones ni saber sus orígenes, podemos contribuir a su extensión en el tiempo y en las personas. Una manera de hacerlo es a través de la creación de monumentos conmemorativos de eventos nefastos que han sucedido en la historia. "La memoria se hace concreta en piedras y monedas: algo que sirve de recordatorio y advertencia, y algo que sirve de punto de partida para el pensamiento o la acción" (Manguel, 2000, p. 249, trad. mía). Otros tipos de arte también pueden tener esta función: una fotografía, una pintura, una novela, un poema, una canción. En este trabajo, estudiaremos 'Strange Fruit', una canción muy conocida en la versión de Billie Holiday de 1939, que se ha convertido en un ícono de los movimientos por los derechos humanos hasta el día de hoy. Veremos a qué hace referencia y cómo ha servido de herramienta para la memoria y la conciencia, dentro de una cultura cuyo sentido de identidad proviene de la diferencia entre blancos y negros y el mantenimiento de esa división
Resumo:
Nuestra identidad se forma con lo que nuestra vida diaria, la sociedad y la familia en la que nacemos, y -sobre todo- nuestro pasado, nos dan. Y no hay identidad sin memoria. A pesar de que un pueblo pueda ignorar muchos detalles sobre su historia, es producto de ella, y por ello, su realidad se encuentra inserta en lo que ha sucedido antes de su llegada al mundo. Nos comportamos de manera que 'encajemos' en ese lugar en el que nos ha tocado existir, y heredamos un modo de vida, el cual, a veces, puede llegar a estar construido sobre la base de prejuicios y odio irracional hacia otros, que nos hacen tener una sensación de pertenencia, es decir, una identidad. Si los aceptamos sin cuestionar sus razones ni saber sus orígenes, podemos contribuir a su extensión en el tiempo y en las personas. Una manera de hacerlo es a través de la creación de monumentos conmemorativos de eventos nefastos que han sucedido en la historia. "La memoria se hace concreta en piedras y monedas: algo que sirve de recordatorio y advertencia, y algo que sirve de punto de partida para el pensamiento o la acción" (Manguel, 2000, p. 249, trad. mía). Otros tipos de arte también pueden tener esta función: una fotografía, una pintura, una novela, un poema, una canción. En este trabajo, estudiaremos 'Strange Fruit', una canción muy conocida en la versión de Billie Holiday de 1939, que se ha convertido en un ícono de los movimientos por los derechos humanos hasta el día de hoy. Veremos a qué hace referencia y cómo ha servido de herramienta para la memoria y la conciencia, dentro de una cultura cuyo sentido de identidad proviene de la diferencia entre blancos y negros y el mantenimiento de esa división