86 resultados para Melancolia Psicanálise (Freud)
em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina
Resumo:
En la actualidad, son muchos los autores que se dedican a investigar las psicosis, tanto como la clÃnica psicoanalÃtica posible en este campo. La época de los alienistas supuestamente ya pasó. El psicoanálisis, desde Sigmund Freud, es uno de los discursos que sostiene el sujeto del sÃntoma, y, porque no decirlo, el sujeto de la locura. Tal discurso, en términos generales, da lugar al ser hablante, legitimando su palabra. La palabra del loco -subrayadas las diferencias entre locura y psicosis- se da a escuchar; y, nuevamente, interroga el lugar de aquél que en su escucha se propone a estar. Es a partir de este punto, que el presente escrito pretende avanzar. Para eso, hace falta retroceder y rescatar cierta intuición freudiana ante a las psicosis. Reconocemos que en el campo psicoanalÃtico aún persiste cierto modo de teorizar la psicosis que boicotea su propio avance: la psicosis muchas veces es leÃda desde el lugar de déficit. Pensamos que tal supuesto tiene como base la idea de que laestructura es una, y que es la de la neurosis. El contrapunto de la psicosis con la neurosis, por cierto tiempo, hizo consistir a las psicosis. Ciertamente cumplió una función, pero actualmente representa una suerte de traba al avance de la clÃnica de las psicosis. Necesitamos, cada vez más, profundizar en lo propio de la psicosis. Y, para eso, hace falta correrse del lugar de déficit. Freud, sostenido en su escucha clÃnica, interrogó los alienistas. Desde su postura investigativa y clÃnica, sostuvo el lugarde la psicosis, más allá de los lÃmites impuestos por su propio desarrollo teórico. Entonces, nos interesa seguir la intuición clÃnica de Freud, dejarnos llevar por sus inquietudes. ¿Qué función cumple el 'no analizable' de la psicosis en la obra de Freud? Entendemos que analizar el lugar que ocupa las psicosis en la obra de Freud es interrogar las posibles funciones de lo 'no analizable' en su desarrollo teórico; remarcando, a partir de ahÃ, las huellas de su intuición clÃnica en este particular campo. Si la neurosis es el objeto freudiano de estudio, ¿por qué el autor escribe tanto sobre las psicosis al desarrollar la constitución psÃquica del sujeto? ¿Qué busca Freud en las psicosis? Sostenemos que, por un lado, Freud le confiere a la psicosis el particular lugar de garante de la teorÃa psicoanalÃtica; y, por otro, denuncia, a partir de su escucha clÃnica, las huellas de cierta suposición de saber o posición subjetiva. Con relación al saber en la psicosis, a veces tal saber alcanza tamaña verdad que dialoga de igual a igual con el investigador. Buscaremos sostener tal lectura de la obra de Freud, en el campo de la psicosis, a partir del análisis de algunos textos freudianos, dedicados a la constitución psÃquica del sujeto. Entendemos que es un desafÃo avanzar en el campo de la psicosis sin remitirse al déficit. Un desafÃo que nos convoca diariamente en la clÃnica con estos sujetos; y que, por su complejidad, sostiene de modo particular el deseo del analista
Resumo:
El presente trabajo se inscribe en un trabajo interno en el marco de la cátedra TeorÃa PsicoanalÃtica de la universidad Nacional de La Plata. En él nos proponemos realizar un recorrido por lo que S. Freud designó como 'ombligo del sueño' y el anudamiento de este punto de indecible, lÃmite a la interpretación, con los conceptos de deseo y pulsión, para lo cual nos vamos a servir de la respuesta que le da J. Lacan a una pregunta que le realiza Marcel Ritter. La propuesta será avanzar en primer lugar en una lectura del capÃtulo VII del texto La interpretación de los sueños que se orientará por la sugerencia freudiana de tratar a los sueños como una urdimbre, hacer entonces de este texto un tejido. 'La PsicologÃa de los procesos onÃricos' titula Freud a este capÃtulo; y en la introducción del mismo articula su 'proyecto' de trabajo: 'obtener o fundamentar, una inferencia acerca de la construcción y el modo de trabajo del instrumento anÃmico'. 'Proyecto' decimos porque al leer este capÃtulo encontramos las trazas de ese texto sofocado, con el que sin lugar a dudas conversa: El proyecto de PsicologÃa para neurólogos, al que tal vez podamos referirnos para esclarecer algunos puntos. 'Aun en los sueños mejor interpretados es preciso a menudo dejar un lugar en sombras, porque en la interpretación se observa que de ahà arranca una madeja de pensamientos onÃricos que no se dejan desenredar, pero que tampoco, han hecho otras contribuciones al contenido del sueño. Entonces ese es el ombligo del sueño, el lugar en que él se asienta en lo no conocido. Los pensamientos onÃricos con que nos topamos a raÃz de la interpretación tienen que permanecer sin clausura alguna y desbordar en todas las direcciones dentro de la enmarañada red de nuestro mundo de pensamientos. Y desde un lugar más espeso de ese tejido se eleva luego el deseo del sueño como el hongo de su micelio'. Avanzaremos tomando esta cita freudiana como punto de partida, para esclarecer este concepto oscuro y pocas veces referido por Freud, realizando un rodeo por los diferentes apartados del texto en el intento de situar el ombligo del sueño en este primer ordenamiento metapsicológico. En segundo lugar proponemos una lectura del concepto de ombligo del sueño a partir de la elaboración teórica de J. Lacan. En enero del año 1975 se lleva a cabo una jornada de trabajo en Estrasburgo, es en el marco de esa actividad que Marcel Ritter interviene realizando una aclaración sobre el término freudiano \'Das Unerkannte\', el cual es posible traducirlo como \'lo no-reconocido\', y que Freud lo articula al \'ombligo del sueño\'. Proponemos trabajar una pregunta que le hace M. Ritter a J. Lacan en el marco de esas jornadas. Proponemos descomponer esa pregunta y trabajarla en tres partes: 1 ? ¿en este no ? reconocido, podemos ver ahà lo real no simbolizado? 2 - ¿de qué real se trata, es lo real pulsional? 3- ¿qué relaciones hay entre éste real con el deseo, ya que Freud articula el ombligo del sueño con el deseo?
Resumo:
De lo que se trata es de reflexionar sobre zonas de la práctica corporal que no se reflexiona, correrse del centro, romper con la tendencia centrÃpeta y trasladarse al lÃmite. En lo que respecta al cuerpo, el reflexionar sobre su práctica, sobre sus formas de percibir, de hacer y de decir, no puede hacerse de otra forma que involucrando el mismo en lo concreto y reflexionando sobre lo invisible de lo visible, lo oculto, lo no dicho, sobre lo sujetado y todo aquello que fue corrido del centro y se encuentra en los lÃmites subyaciendo la práctica. Este desplazamiento al lÃmite de la práctica permite cuestionar lo central (normas, códigos, hábitos), aquellas configuraciones de movimientos establecidas, aquello de lo que no podemos dar cuenta porque no sentimos que haya algo de lo cual dar cuenta. Asà el lÃmite se constituye como el espacio donde la naturalización de ciertas formas de acción pierde su consistencia, y parece hacerse tangible la transformación. Este posible cambio, producto de la lucha en los lÃmites, lo pensamos enmarcado en una práctica corporal concreta como el contac improvisación mediante un hacer disciplinado y una práctica caracterizada por cierta ascesis
Resumo:
Fil: Di Pego, Anabella. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación; Argentina.
Resumo:
Este trabajo forma parte de un recorrido de investigación que el autor realiza en el marco de una Beca otorgada por la SeCyT de U.N.L.P. Se analizan ciertos aspectos de la Estética Trascendental de Kant, especialmente lo referido a tiempo y espacio como condiciones a priori del conocimiento sensible. Luego se analizan algunas hipótesis de Freud sobre el origen del tiempo y su relación con el espacio. Por último, se intenta dilucidar la oposición existente entre las tesis de ambos autores. En CrÃtica de la razón pura Kant define la noción de a priori como un saber independiente de la experiencia; no de una experiencia concreta sino de la experiencia en general. El espacio y el tiempo son consideradas categorÃas que funcionan como la condición subjetiva de toda sensibilidad. El espacio es esencialmente uno y se concibe que el sujeto cognoscente no puede representarse ningún fenómeno en la no- espacialidad. Del mismo modo el tiempo no es un concepto empÃrico que se derive de una experiencia sino que es una representación necesaria que está a la base de todas las intuiciones. Si bien es posible representar la ausencia de fenómenos en un tiempo determinado, no es posible concebir la inexistencia del tiempo mismo. Para Kant, estas condiciones a priori de toda experiencia sensible no son individuales ni empÃricas sino que son trascendentales (universales y necesarias). Es por eso que lo que no aparece en el tiempo y en el espacio no es susceptible de ser conocido y no se puede decir que exista. Nada puede predicarse de la cosa-en-sÃ. Por otro lado, es necesario recordar la ubicación que Kant le dio a la PsicologÃa, negándole el estatuto de ciencia del alma. Siguiendo el supuesto de que la ciencia sólo puede fundarse en las matemáticas, Kant afirma que la PsicologÃa no puede ser una ciencia racional porque las matemáticas no logran ser aplicadas a los fenómenos de los que aquella se ocupa. Aplicación que solo puede realizarse para los fenómenos que cuentan con las dimensiones del espacio y el tiempo; y que se ve imposibilitada a los fenómenos psÃquicos porque ellos carecen, según Kant, de localización espacial. Freud realiza en diversos pasajes una referencia (no siempre explÃcita) al filósofo alemán. Mientras que en algunas referencias (las más tempranas cronológicamente) se advierte una importación de ciertas ideas kantianas, en otras (más tardÃas en la obra freudiana) se hace explÃcita una crÃtica a sus principales consideraciones gnoseológicas. Freud parte de dos hipótesis especÃficas que lo llevan a oponerse a la universalidad de las formas kantianas: una inherente a la espacialidad (no anatómica) de los fenómenos psÃquicos y otra sobre la atemporalidad de los procesos inconcientes. La espacialidad constante de los fenómenos psÃquicos es interdependiente de la temporalidad excitatoria. La apelación al supuesto auxiliar de una energÃa psÃquica es otra premisa central del argumento freudiano sobre el origen de las representaciones de tiempo y espacio. A partir de la lectura de los textos freudianos es posible esbozar la hipótesis de una fundamentación empirista respecto del origen de las categorÃas de tiempo y espacio consideradas
Resumo:
Este trabajo, realizado en el marco del programa de adscriptos y auxiliares de la cátedra de teorÃa psicoanalÃtica, se propone rastrear las diversas concepciones de cuerpo que aparecen en dos textos representantes de momentos especÃficos de la obra freudiana: 'Tres ensayos de teorÃa sexual' (1905) e 'Introducción del narcisismo' (1914). La pregunta que orientó este trabajo de investigación fue: ¿Es el cuerpo un concepto en la obra freudiana?, que puede especificarse en las preguntas siguientes: ¿Qué cuerpo supone hablar de pulsión sexual? ¿Confluyen las diversas nociones de cuerpo? ¿Cómo? ¿Se puede pensar en la supremacÃa de unas sobre las otras? ¿Qué concepción de cuerpo subyace al autoerotismo? ¿Y qué concepción al narcisismo? Con estas claves de lectura se realizó una revisión de los artÃculos mencionados en pos de situar qué noción de cuerpo subyace a los mismos. La metodologÃa elegida para esta investigación fue la de la revisión bibliográfica a partir de una clave de lectura. Dicha revisión es entendida como un rastreo histórico, pensando en una historia regida por el nachträglich, donde un segundo momento de la lectura modifica lo comprendido hasta entonces, y no una historia lineal donde lo antes dicho queda sólo como registro. La revisión realizada llevó a establecer que en 1905, la noción de cuerpo aparece en referencia a las partes del cuerpo, contrastando esta parcialización del cuerpo con el uso de la noción en singular, un cuerpo y con la idea del cuerpo como propio, como un todo. Se suman a estos usos, el del cuerpo como bisexual y el del cuerpo ligado a lo orgánico. En 1905 es el cuerpo en relación a la sexualidad el que se va erogeneizando a través del recorrido que hace la pulsión parcial, deviniendo asà un cuerpo fragmentado tanto por las zonas erógenas como a partir de los objetos. Agregándole, en 1915, a cada alteración de la erogeneidad en el interior de los órganos, una alteración paralela de la investidura libidinal dentro del yo. A partir del movimiento libidinal del narcisismo se constituye el cuerpo como uno, en el sentido del cuerpo unificado de una imagen. Al cuerpo como lugares del mismo que responde a la lógica pulsional de la satisfacción, se agrega el yo-cuerpo que se nombra como uno y que responde a la lógica de la identificación. Como conclusión inicial, encuentro que la noción de cuerpo no es unÃvoca, sino que además es problemática en su designación, dado que conviven en ella varios sentidos. La referencia de lo que denominamos 'cuerpo' dependerá del registro desde el cual estemos hablando, no siendo una categorÃa dada desde los orÃgenes de la vida psÃquica, sino una concepción a 'construir', cuya dinámica no supone la superación sino la articulación de diversas referencias y lógicas de funcionamiento que se relacionan sin anularse o suprimirse en vÃas de una sÃntesis
Resumo:
Clarice Lispector, en su relato 'Onde estivestes de noite', produce con su divinidad andrógina El-ella y con sus seguidores un movimiento que aborda la sexualidad a partir de nuevos paradigmas y configura una escritura en que el hombre es retratado como un ser irremediablemente escindido entre naturaleza y cultura, entre deseo y razón. Esa dicotomÃa se extiende a otros personajes clariceanos aquà rescatados, cuya particular caracterización psicológica posibilita un análisis basado en los postulados psicoanalÃticos, a partir del texto Cinco lecciones de psicoanálisis de Sigmund Freud.
Resumo:
Este trabajo aborda crÃticamente los argumentos fundamentales de un sector de teorizaciones y prácticas psicoanalÃticas que han sido agrupadas bajo la denominación de "tradición hermenéutica", basándose en dos aspectos: primero, atendiendo a la distancia que dichos argumentos mantienen respecto de la propuesta original de Freud; segundo, analizando los supuestos y valores epistémicos que han orientado (explÃcita e implÃcitamente) a tales perspectivas. Posteriormente al abordaje crÃtico, se conjeturan argumentos tendientes a trascender o reenfocar algunos problemas metodológicos de la investigación y práctica psicoanalÃtica, tales como la conceptualización y formalización de la acción causal, la validación de las conjeturas (metapsicológicas y clÃnicas) y el lugar de las formalizaciones teóricas en la clÃnica
Resumo:
Este trabajo aborda crÃticamente los argumentos fundamentales de un sector de teorizaciones y prácticas psicoanalÃticas que han sido agrupadas bajo la denominación de "tradición hermenéutica", basándose en dos aspectos: primero, atendiendo a la distancia que dichos argumentos mantienen respecto de la propuesta original de Freud; segundo, analizando los supuestos y valores epistémicos que han orientado (explÃcita e implÃcitamente) a tales perspectivas. Posteriormente al abordaje crÃtico, se conjeturan argumentos tendientes a trascender o reenfocar algunos problemas metodológicos de la investigación y práctica psicoanalÃtica, tales como la conceptualización y formalización de la acción causal, la validación de las conjeturas (metapsicológicas y clÃnicas) y el lugar de las formalizaciones teóricas en la clÃnica
Resumo:
Clarice Lispector, en su relato 'Onde estivestes de noite', produce con su divinidad andrógina El-ella y con sus seguidores un movimiento que aborda la sexualidad a partir de nuevos paradigmas y configura una escritura en que el hombre es retratado como un ser irremediablemente escindido entre naturaleza y cultura, entre deseo y razón. Esa dicotomÃa se extiende a otros personajes clariceanos aquà rescatados, cuya particular caracterización psicológica posibilita un análisis basado en los postulados psicoanalÃticos, a partir del texto Cinco lecciones de psicoanálisis de Sigmund Freud.