60 resultados para Historia Castilla s.XII-XIII
em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina
Resumo:
Entre los siglos XII y XVII el diablo fue uno de los protagonistas de la cultura europea, incrementándose, a la vista de las personas de dichos siglos, su intervención en el mundo. Su participación era asociada a múltiples sucesos, como las catástrofes naturales, la creación de las herejías o la dirección de una secta de brujos y brujas que pretendía destruir a la cristiandad. Luego de considerar la figura del diablo como rebelde en la tradición cristiana, este artículo se ocupa de la intrusión del demonio en la revuelta de los comuneros de Castilla (1520-1521): muchos de los contemporáneos vincularon a los rebeldes con los estereotipos normalmente relacionados con la actividad diabólica, desde presencia de demonios entre los mismos a la utilización de la magia demoníaca por algunos de los líderes comuneros. De esta manera, se analiza lo que podrían llamarse los usos políticos de la demonología. Frente a la incredulidad de las autoridades inquisitoriales españolas respecto del estereotipo del sabbat, se percibe aquí otro diablo amenazante: el organizador de revueltas contra la monarquía. Finalmente, se incorpora al rebelde entre la galería de "otros" demonizadas por la cultura europea medieval y renacentista
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Entre los siglos XII y XVII el diablo fue uno de los protagonistas de la cultura europea, incrementándose, a la vista de las personas de dichos siglos, su intervención en el mundo. Su participación era asociada a múltiples sucesos, como las catástrofes naturales, la creación de las herejías o la dirección de una secta de brujos y brujas que pretendía destruir a la cristiandad. Luego de considerar la figura del diablo como rebelde en la tradición cristiana, este artículo se ocupa de la intrusión del demonio en la revuelta de los comuneros de Castilla (1520-1521): muchos de los contemporáneos vincularon a los rebeldes con los estereotipos normalmente relacionados con la actividad diabólica, desde presencia de demonios entre los mismos a la utilización de la magia demoníaca por algunos de los líderes comuneros. De esta manera, se analiza lo que podrían llamarse los usos políticos de la demonología. Frente a la incredulidad de las autoridades inquisitoriales españolas respecto del estereotipo del sabbat, se percibe aquí otro diablo amenazante: el organizador de revueltas contra la monarquía. Finalmente, se incorpora al rebelde entre la galería de "otros" demonizadas por la cultura europea medieval y renacentista
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Entre los siglos XII y XVII el diablo fue uno de los protagonistas de la cultura europea, incrementándose, a la vista de las personas de dichos siglos, su intervención en el mundo. Su participación era asociada a múltiples sucesos, como las catástrofes naturales, la creación de las herejías o la dirección de una secta de brujos y brujas que pretendía destruir a la cristiandad. Luego de considerar la figura del diablo como rebelde en la tradición cristiana, este artículo se ocupa de la intrusión del demonio en la revuelta de los comuneros de Castilla (1520-1521): muchos de los contemporáneos vincularon a los rebeldes con los estereotipos normalmente relacionados con la actividad diabólica, desde presencia de demonios entre los mismos a la utilización de la magia demoníaca por algunos de los líderes comuneros. De esta manera, se analiza lo que podrían llamarse los usos políticos de la demonología. Frente a la incredulidad de las autoridades inquisitoriales españolas respecto del estereotipo del sabbat, se percibe aquí otro diablo amenazante: el organizador de revueltas contra la monarquía. Finalmente, se incorpora al rebelde entre la galería de "otros" demonizadas por la cultura europea medieval y renacentista
Resumo:
En el proceso de constitución de la caballería medieval es inevitable hablar de la formación de la clase de poder y la estructuración del feudalismo. Pero la insuficiencia de esta perspectiva se revela ante el caso particular de Castilla y León, para el cual deben considerarse dos estamentos diferenciados: los infanzones, asimilados a la última escala de la clase feudal y los caballeros villanos, privados de poder de mando propio y sin vínculos personales de vasallaje. Al criterio de que el enriquecimiento fue un presupuesto del poder se opone otro, que se explorará en esta contribución, que enfatiza los mecanismos de subordinación política de los campesinos para dar cuenta de la génesis del sistema. Las evoluciones se cumplían con distintas cronologías en cada localidad, imagen que difiere de la que brindaron los autores que afirmaban la llamada "mutación feudal" (un cambio sincrónico en toda una región que se habría verificado en un tiempo muy corto hacia el año mil, producido por un desmembramiento de las soberanías políticas). Los documentos de Castilla y León indican que los cambios fueron lentos y muy desiguales en cada lugar. Así, pues, en la Extremadura Histórica la caballería surgió de una comunidad campesina. En cuanto a la condición social del Cid, se puede afirmar que Rodrigo Díaz, como otros infanzones, estaba al servicio de su señor en una relación personal de vasallaje. Esa dependencia honorable (que, sin embargo, podía interrumpirse) era la base para recibir feudos que se sumaban al patrimonio propio.
Resumo:
En el proceso de constitución de la caballería medieval es inevitable hablar de la formación de la clase de poder y la estructuración del feudalismo. Pero la insuficiencia de esta perspectiva se revela ante el caso particular de Castilla y León, para el cual deben considerarse dos estamentos diferenciados: los infanzones, asimilados a la última escala de la clase feudal y los caballeros villanos, privados de poder de mando propio y sin vínculos personales de vasallaje. Al criterio de que el enriquecimiento fue un presupuesto del poder se opone otro, que se explorará en esta contribución, que enfatiza los mecanismos de subordinación política de los campesinos para dar cuenta de la génesis del sistema. Las evoluciones se cumplían con distintas cronologías en cada localidad, imagen que difiere de la que brindaron los autores que afirmaban la llamada "mutación feudal" (un cambio sincrónico en toda una región que se habría verificado en un tiempo muy corto hacia el año mil, producido por un desmembramiento de las soberanías políticas). Los documentos de Castilla y León indican que los cambios fueron lentos y muy desiguales en cada lugar. Así, pues, en la Extremadura Histórica la caballería surgió de una comunidad campesina. En cuanto a la condición social del Cid, se puede afirmar que Rodrigo Díaz, como otros infanzones, estaba al servicio de su señor en una relación personal de vasallaje. Esa dependencia honorable (que, sin embargo, podía interrumpirse) era la base para recibir feudos que se sumaban al patrimonio propio.
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En el proceso de constitución de la caballería medieval es inevitable hablar de la formación de la clase de poder y la estructuración del feudalismo. Pero la insuficiencia de esta perspectiva se revela ante el caso particular de Castilla y León, para el cual deben considerarse dos estamentos diferenciados: los infanzones, asimilados a la última escala de la clase feudal y los caballeros villanos, privados de poder de mando propio y sin vínculos personales de vasallaje. Al criterio de que el enriquecimiento fue un presupuesto del poder se opone otro, que se explorará en esta contribución, que enfatiza los mecanismos de subordinación política de los campesinos para dar cuenta de la génesis del sistema. Las evoluciones se cumplían con distintas cronologías en cada localidad, imagen que difiere de la que brindaron los autores que afirmaban la llamada "mutación feudal" (un cambio sincrónico en toda una región que se habría verificado en un tiempo muy corto hacia el año mil, producido por un desmembramiento de las soberanías políticas). Los documentos de Castilla y León indican que los cambios fueron lentos y muy desiguales en cada lugar. Así, pues, en la Extremadura Histórica la caballería surgió de una comunidad campesina. En cuanto a la condición social del Cid, se puede afirmar que Rodrigo Díaz, como otros infanzones, estaba al servicio de su señor en una relación personal de vasallaje. Esa dependencia honorable (que, sin embargo, podía interrumpirse) era la base para recibir feudos que se sumaban al patrimonio propio.
Resumo:
Los linajes se nos presentan, en el espacio septentrional del reino de Castilla, como la forma de organización familiar -general y amplia- que desde el siglo XIII, imbrica en su interior a los grupos más favorecidos e influyentes de la sociedad feudal cántabra-vizcaína, componiendo así una estructura parental amplia cuya finalidad estaba dirigida a la defensa del patrimonio familiar así como del acrecentamiento de la influencia social y política de sus miembros. El "hambre de linaje" es acompañado por la construcción de una memoria que condiciona la relación entre el noble con sus antepasados y que presenta sus propios mecanismos transaccionales al interior de una cuidada narrativa fijada por la propia escritura genealógica. En este sentido el presente trabajo intenta componer los mecanismos articuladores entre linaje y memoria que, desde un enfoque interno -emic según la antropología- se encuentran presentes en una narrativa como las crónicas banderizas del siglo XV de Lópe García de Salazar.
Resumo:
El poema épico del siglo XII Doon de la Roche ha tenido poca fortuna en las letras españolas. Sin embargo, su huella más notable es, sin duda, Historia de Enrique, fi de Oliva, evocación de esa epopeya a través de refundiciones y prosificaciones que hoy en día siguen siendo analizadas. Historia de Enrique fi de Oliva es un libro de caballerías castellano del siglo XIV de gran difusión en su época, que nos ha llegado por medio de nueve testimonios impresos entre 1498 y 1580. El objetivo de este trabajo será proponer una lectura de las portadas de dichos ejemplares, testimonios del derrotero de la industria editorial, del diálogo que sostiene la literatura española con la antigüedad clásica, y de la recepción del libro en diferentes contextos histórico culturales.
Resumo:
El presente trabajo indaga acerca de los procesos de diferenciación social campesina temprana en la Zamora medieval. Dicho proceso adquiere características particulares de acuerdo al marco señorial en que se inserten las comunidades. La documentación zamorana ha permitido agrupar los casos empíricos en dos tipos ideales, aquellos que presentan desarrollo de caballería y los que maduran al interior de cotos de abadengo. En cuanto al primer tipo, comprobamos que la caballería que surge de las propias clases campesinas tiende a transformarse en un sector privilegiado en la comunidad. Tal proceso de diferenciación se presenta con importantes disparidades evolutivas en las distintas comunidades. Las comunidades de este tipo que ingresan a la órbita episcopal evidencian conflictos violentos relacionados con la imposición de nuevos derechos señoriales y nuevas pautas de reproducción señorial. En cambio, en las aldeas desarrolladas desde su inicio al interior de cotos monásticos la diferenciación por el ejercicio de la función militar se encuentra negada. La única posibilidad estructural de diferenciación se relaciona con el ejercicio de funciones en representación del señor. El surgimiento de tales sectores evoluciona, entonces, de manera coherente con la construcción del poder señorial a escala local. En las comunidades con presencia de caballería será necesario desmontar las jerarquías preexistentes, proceso que determina que únicamente bien entrado el siglo XIII puedan comenzar a esbozarse nuevas elites locales y condiciones de poblamiento afines a la reproducción del señorío eclesiástico.