11 resultados para Fracturas faciales
em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina
Resumo:
Este trabajo se enmarca en la temática principal acerca de los conceptos clásicos de racionalidad, emociones y felicidad así como de una revisión actual de ellos. El objetivo central es, pues, analizar las tres nociones. Para ello, la metodología será el análisis conceptual de los textos pertinentes referidos en la bibliografía. La conclusión se centrará en que hay un doble vínculo científico, psicológico-neurológico y económico viable entre las nociones de racionalidad, las emociones y la felicidad.La relación entre la racionalidad, las emociones y la felicidad constituye un problema de larga data. Básicamente, se pueden distinguir tres grupos de cuestiones. En primer lugar, podemos intentar determinar el 'impacto de las emociones en la racionalidad de la toma de decisiones'. (Elster 2002, IV) En segundo lugar, podemos preguntarnos si 'las propias emociones pueden ser valoradas como más o menos racionales, independientemente de su influencia en las elecciones que hacemos o en las creencias que nos formamos'. (Ibid. 2) Y, en tercer lugar, podemos preguntarnos si las emociones pueden ser objeto de una elección racional, es decir, 'si las personas pueden entrar en una deliberación racional acerca de cuáles son las emociones que han de inducirse en sí mismas o en los demás y si realmente lo hacen'. (Ibid. IV, 3, 300) Tradicionalmente, se ha aceptado que las emociones suponen una especie de 'traba' para la elección racional. Sin embargo, esta posición ha sido revisada, proponiéndose, en cambio, que las emociones no sólo no interfieren en la toma racional de decisiones sino que la favorecen. De este modo, se puede decir que las emociones nos ayudan a tomar decisiones funcionando como factores que deshacen el 'empate en los casos de indeterminación' y que, de manera más general, mejoran la calidad de la toma de decisiones al hacer posible que nos centremos en los rasgos mas destacados de la situación (Elster 2002, Apéndice) análogamente al análisis situacional de Popper. Contra la propuesta tradicional y la revisionista, se enuncia la tesis de que las emociones no afectan 'en lo más mínimo' la racionalidad de la elección misma. Si bien las emociones intervienen en las decisiones como costos y beneficios asociados a las diversas opciones no lo hacen en tanto fuerzas psíquicas 'distorsionantes' de los mecanismos de la elección. Se trata, en este contexto, de la capacidad (¿estado de ánimo?) de abordar una tarea llevándola al término propuesto. El resultado final complace -hace feliz- a la persona que la lleva a cabo. A partir de 1987, Ekman estableció las pruebas en relación con que la emoción tiene diferentes patrones en el sistema nervioso autónomo. 'Los actores representaban expresiones faciales mientras eran registrados con una serie de variables autónomas (ritmo cardiaco, conductancia de la piel)" (p. 49) Ekman y colaboradores propusieron patrones de la emoción diferentes para seis emociones biológicamente básicas: 1. Sorpresa. 2. Disgusto. 3. Tristeza. 4. Ira. 5. Miedo. 6. Alegría/Felicidad. Especialmente después del año 2004 las The Big Six de Prinz se convirtieron en la lista de emociones básicas ampliamente aceptadas. Se estableció así un primer vínculo de carácter psicológico y neurocientífico entre las nociones de racionalidad, las emociones y la felicidad. El segundo vínculo que propondremos en este trabajo se refiere al de la economía, más precisamente, la rama de la economía de la felicidad. Este vínculo manifiesta una relación donde las variables económico-sociológicas deben ser incluidas en el nexo entre la racionalidad, las emociones y la felicidad. La llamada 'paradoja de Easterlin' es un concepto clave en la economía de la felicidad: dentro de un país dado, la gente con mayores ingresos tiene una mayor tendencia a afirmar que es más feliz. Sin embargo, cuando se comparan los resultados de varios países, el nivel medio de felicidad que los sujetos dicen poseer no varía prácticamente. (Maceri, S., García P. 2010). A través de Easterlin (2001), se advierte que aunque el resultado de sus estudios es paradojal, los contextos sociales deben ser contemplados en este segundo tipo de nexo. En síntesis, hay un doble vínculo viable entre las nociones de racionalidad, las emociones y la felicidad: el de la psicología y neurociencia, por una parte, y el de la ciencia económica, por otra, ambos interconectados con sus consabidas dificultades
Resumo:
La ponencia se ocupa de la poesía reunida por Alfonso Reyes en su Constancia poética, recopilación incluida en el volumen 10 de sus Obras completas, para destacar especialmente las significaciones del tiempo, un tema fundamental de toda su producción literaria. Los lazos del tiempo con el instante y con los modos en que se conforma en la cotidianidad, pensados como momentos de epifanía o como kairós, es decir, momentos de crisis, que pautan y a la vez dan sentido al transcurso humano. La tradición y los episodios de la existencia individual acuden para tender puentes que suturen las fisuras o las fracturas. El título de la antología confirma esta concepción, con los dos significados de la palabra "constancia", en cuanto apuesta al trabajo para alcanzar permanencia y afirmación, al dar fe a la construcción de un destino fundado en la perseverancia que da el transcurso de los días.
Resumo:
El 2 de mayo de 1928 se inicia una huelga de estibadores portuarios en Rosario después de años de tibia actividad sindical. Días más tarde, varios hechos de sangre provocaron la solidaridad obrera con dos paros generales que conmovieron a la ciudad por su agitación y violencia. Los portuarios villenses también se solidarizaron y, un mes más tarde, encabezaron un violento reclamo laboral. El motivo inicial de las huelgas fue el salarial, pero la cuestión de fondo que hilvana a ambas experiencias es la puja social por el deterioro de las condiciones laborales y las imposiciones empresarias en el control y selección de la fuerza de trabajo.En principio la espontaneidad de la protesta tomó por sorpresa a las organizaciones sindicales de izquierda que durante la década del 20 habían mostraban varias fracturas, no obstante será la oportunidad que explica la reorganización y difusión del movimiento obrero con posterioridad. En otro sentido, los conflictos en Rosario y Villa Constitución reflejan la compleja trama de la política santafesina y su conexión con el ámbito laboral. Asimismo, creemos que los sucesos de 1928 tienen una repercusión mayor que la estrictamente local engarzándose en un ciclo de conflictividad que involucra a buena parte de la economía agroexportadora
Resumo:
El 2 de mayo de 1928 se inicia una huelga de estibadores portuarios en Rosario después de años de tibia actividad sindical. Días más tarde, varios hechos de sangre provocaron la solidaridad obrera con dos paros generales que conmovieron a la ciudad por su agitación y violencia. Los portuarios villenses también se solidarizaron y, un mes más tarde, encabezaron un violento reclamo laboral. El motivo inicial de las huelgas fue el salarial, pero la cuestión de fondo que hilvana a ambas experiencias es la puja social por el deterioro de las condiciones laborales y las imposiciones empresarias en el control y selección de la fuerza de trabajo.En principio la espontaneidad de la protesta tomó por sorpresa a las organizaciones sindicales de izquierda que durante la década del 20 habían mostraban varias fracturas, no obstante será la oportunidad que explica la reorganización y difusión del movimiento obrero con posterioridad. En otro sentido, los conflictos en Rosario y Villa Constitución reflejan la compleja trama de la política santafesina y su conexión con el ámbito laboral. Asimismo, creemos que los sucesos de 1928 tienen una repercusión mayor que la estrictamente local engarzándose en un ciclo de conflictividad que involucra a buena parte de la economía agroexportadora
Resumo:
Este trabajo se enmarca en la temática principal acerca de los conceptos clásicos de racionalidad, emociones y felicidad así como de una revisión actual de ellos. El objetivo central es, pues, analizar las tres nociones. Para ello, la metodología será el análisis conceptual de los textos pertinentes referidos en la bibliografía. La conclusión se centrará en que hay un doble vínculo científico, psicológico-neurológico y económico viable entre las nociones de racionalidad, las emociones y la felicidad.La relación entre la racionalidad, las emociones y la felicidad constituye un problema de larga data. Básicamente, se pueden distinguir tres grupos de cuestiones. En primer lugar, podemos intentar determinar el 'impacto de las emociones en la racionalidad de la toma de decisiones'. (Elster 2002, IV) En segundo lugar, podemos preguntarnos si 'las propias emociones pueden ser valoradas como más o menos racionales, independientemente de su influencia en las elecciones que hacemos o en las creencias que nos formamos'. (Ibid. 2) Y, en tercer lugar, podemos preguntarnos si las emociones pueden ser objeto de una elección racional, es decir, 'si las personas pueden entrar en una deliberación racional acerca de cuáles son las emociones que han de inducirse en sí mismas o en los demás y si realmente lo hacen'. (Ibid. IV, 3, 300) Tradicionalmente, se ha aceptado que las emociones suponen una especie de 'traba' para la elección racional. Sin embargo, esta posición ha sido revisada, proponiéndose, en cambio, que las emociones no sólo no interfieren en la toma racional de decisiones sino que la favorecen. De este modo, se puede decir que las emociones nos ayudan a tomar decisiones funcionando como factores que deshacen el 'empate en los casos de indeterminación' y que, de manera más general, mejoran la calidad de la toma de decisiones al hacer posible que nos centremos en los rasgos mas destacados de la situación (Elster 2002, Apéndice) análogamente al análisis situacional de Popper. Contra la propuesta tradicional y la revisionista, se enuncia la tesis de que las emociones no afectan 'en lo más mínimo' la racionalidad de la elección misma. Si bien las emociones intervienen en las decisiones como costos y beneficios asociados a las diversas opciones no lo hacen en tanto fuerzas psíquicas 'distorsionantes' de los mecanismos de la elección. Se trata, en este contexto, de la capacidad (¿estado de ánimo?) de abordar una tarea llevándola al término propuesto. El resultado final complace -hace feliz- a la persona que la lleva a cabo. A partir de 1987, Ekman estableció las pruebas en relación con que la emoción tiene diferentes patrones en el sistema nervioso autónomo. 'Los actores representaban expresiones faciales mientras eran registrados con una serie de variables autónomas (ritmo cardiaco, conductancia de la piel)" (p. 49) Ekman y colaboradores propusieron patrones de la emoción diferentes para seis emociones biológicamente básicas: 1. Sorpresa. 2. Disgusto. 3. Tristeza. 4. Ira. 5. Miedo. 6. Alegría/Felicidad. Especialmente después del año 2004 las The Big Six de Prinz se convirtieron en la lista de emociones básicas ampliamente aceptadas. Se estableció así un primer vínculo de carácter psicológico y neurocientífico entre las nociones de racionalidad, las emociones y la felicidad. El segundo vínculo que propondremos en este trabajo se refiere al de la economía, más precisamente, la rama de la economía de la felicidad. Este vínculo manifiesta una relación donde las variables económico-sociológicas deben ser incluidas en el nexo entre la racionalidad, las emociones y la felicidad. La llamada 'paradoja de Easterlin' es un concepto clave en la economía de la felicidad: dentro de un país dado, la gente con mayores ingresos tiene una mayor tendencia a afirmar que es más feliz. Sin embargo, cuando se comparan los resultados de varios países, el nivel medio de felicidad que los sujetos dicen poseer no varía prácticamente. (Maceri, S., García P. 2010). A través de Easterlin (2001), se advierte que aunque el resultado de sus estudios es paradojal, los contextos sociales deben ser contemplados en este segundo tipo de nexo. En síntesis, hay un doble vínculo viable entre las nociones de racionalidad, las emociones y la felicidad: el de la psicología y neurociencia, por una parte, y el de la ciencia económica, por otra, ambos interconectados con sus consabidas dificultades
Resumo:
La ponencia se ocupa de la poesía reunida por Alfonso Reyes en su Constancia poética, recopilación incluida en el volumen 10 de sus Obras completas, para destacar especialmente las significaciones del tiempo, un tema fundamental de toda su producción literaria. Los lazos del tiempo con el instante y con los modos en que se conforma en la cotidianidad, pensados como momentos de epifanía o como kairós, es decir, momentos de crisis, que pautan y a la vez dan sentido al transcurso humano. La tradición y los episodios de la existencia individual acuden para tender puentes que suturen las fisuras o las fracturas. El título de la antología confirma esta concepción, con los dos significados de la palabra "constancia", en cuanto apuesta al trabajo para alcanzar permanencia y afirmación, al dar fe a la construcción de un destino fundado en la perseverancia que da el transcurso de los días.
Resumo:
Este trabajo se enmarca en la temática principal acerca de los conceptos clásicos de racionalidad, emociones y felicidad así como de una revisión actual de ellos. El objetivo central es, pues, analizar las tres nociones. Para ello, la metodología será el análisis conceptual de los textos pertinentes referidos en la bibliografía. La conclusión se centrará en que hay un doble vínculo científico, psicológico-neurológico y económico viable entre las nociones de racionalidad, las emociones y la felicidad.La relación entre la racionalidad, las emociones y la felicidad constituye un problema de larga data. Básicamente, se pueden distinguir tres grupos de cuestiones. En primer lugar, podemos intentar determinar el 'impacto de las emociones en la racionalidad de la toma de decisiones'. (Elster 2002, IV) En segundo lugar, podemos preguntarnos si 'las propias emociones pueden ser valoradas como más o menos racionales, independientemente de su influencia en las elecciones que hacemos o en las creencias que nos formamos'. (Ibid. 2) Y, en tercer lugar, podemos preguntarnos si las emociones pueden ser objeto de una elección racional, es decir, 'si las personas pueden entrar en una deliberación racional acerca de cuáles son las emociones que han de inducirse en sí mismas o en los demás y si realmente lo hacen'. (Ibid. IV, 3, 300) Tradicionalmente, se ha aceptado que las emociones suponen una especie de 'traba' para la elección racional. Sin embargo, esta posición ha sido revisada, proponiéndose, en cambio, que las emociones no sólo no interfieren en la toma racional de decisiones sino que la favorecen. De este modo, se puede decir que las emociones nos ayudan a tomar decisiones funcionando como factores que deshacen el 'empate en los casos de indeterminación' y que, de manera más general, mejoran la calidad de la toma de decisiones al hacer posible que nos centremos en los rasgos mas destacados de la situación (Elster 2002, Apéndice) análogamente al análisis situacional de Popper. Contra la propuesta tradicional y la revisionista, se enuncia la tesis de que las emociones no afectan 'en lo más mínimo' la racionalidad de la elección misma. Si bien las emociones intervienen en las decisiones como costos y beneficios asociados a las diversas opciones no lo hacen en tanto fuerzas psíquicas 'distorsionantes' de los mecanismos de la elección. Se trata, en este contexto, de la capacidad (¿estado de ánimo?) de abordar una tarea llevándola al término propuesto. El resultado final complace -hace feliz- a la persona que la lleva a cabo. A partir de 1987, Ekman estableció las pruebas en relación con que la emoción tiene diferentes patrones en el sistema nervioso autónomo. 'Los actores representaban expresiones faciales mientras eran registrados con una serie de variables autónomas (ritmo cardiaco, conductancia de la piel)" (p. 49) Ekman y colaboradores propusieron patrones de la emoción diferentes para seis emociones biológicamente básicas: 1. Sorpresa. 2. Disgusto. 3. Tristeza. 4. Ira. 5. Miedo. 6. Alegría/Felicidad. Especialmente después del año 2004 las The Big Six de Prinz se convirtieron en la lista de emociones básicas ampliamente aceptadas. Se estableció así un primer vínculo de carácter psicológico y neurocientífico entre las nociones de racionalidad, las emociones y la felicidad. El segundo vínculo que propondremos en este trabajo se refiere al de la economía, más precisamente, la rama de la economía de la felicidad. Este vínculo manifiesta una relación donde las variables económico-sociológicas deben ser incluidas en el nexo entre la racionalidad, las emociones y la felicidad. La llamada 'paradoja de Easterlin' es un concepto clave en la economía de la felicidad: dentro de un país dado, la gente con mayores ingresos tiene una mayor tendencia a afirmar que es más feliz. Sin embargo, cuando se comparan los resultados de varios países, el nivel medio de felicidad que los sujetos dicen poseer no varía prácticamente. (Maceri, S., García P. 2010). A través de Easterlin (2001), se advierte que aunque el resultado de sus estudios es paradojal, los contextos sociales deben ser contemplados en este segundo tipo de nexo. En síntesis, hay un doble vínculo viable entre las nociones de racionalidad, las emociones y la felicidad: el de la psicología y neurociencia, por una parte, y el de la ciencia económica, por otra, ambos interconectados con sus consabidas dificultades
Resumo:
El 2 de mayo de 1928 se inicia una huelga de estibadores portuarios en Rosario después de años de tibia actividad sindical. Días más tarde, varios hechos de sangre provocaron la solidaridad obrera con dos paros generales que conmovieron a la ciudad por su agitación y violencia. Los portuarios villenses también se solidarizaron y, un mes más tarde, encabezaron un violento reclamo laboral. El motivo inicial de las huelgas fue el salarial, pero la cuestión de fondo que hilvana a ambas experiencias es la puja social por el deterioro de las condiciones laborales y las imposiciones empresarias en el control y selección de la fuerza de trabajo.En principio la espontaneidad de la protesta tomó por sorpresa a las organizaciones sindicales de izquierda que durante la década del 20 habían mostraban varias fracturas, no obstante será la oportunidad que explica la reorganización y difusión del movimiento obrero con posterioridad. En otro sentido, los conflictos en Rosario y Villa Constitución reflejan la compleja trama de la política santafesina y su conexión con el ámbito laboral. Asimismo, creemos que los sucesos de 1928 tienen una repercusión mayor que la estrictamente local engarzándose en un ciclo de conflictividad que involucra a buena parte de la economía agroexportadora
Resumo:
La ponencia se ocupa de la poesía reunida por Alfonso Reyes en su Constancia poética, recopilación incluida en el volumen 10 de sus Obras completas, para destacar especialmente las significaciones del tiempo, un tema fundamental de toda su producción literaria. Los lazos del tiempo con el instante y con los modos en que se conforma en la cotidianidad, pensados como momentos de epifanía o como kairós, es decir, momentos de crisis, que pautan y a la vez dan sentido al transcurso humano. La tradición y los episodios de la existencia individual acuden para tender puentes que suturen las fisuras o las fracturas. El título de la antología confirma esta concepción, con los dos significados de la palabra "constancia", en cuanto apuesta al trabajo para alcanzar permanencia y afirmación, al dar fe a la construcción de un destino fundado en la perseverancia que da el transcurso de los días.