15 resultados para Enfermedad por el virus Ébola

em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina


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En nuestro país, en 2011 se incorpora al calendario la vacuna del HPV (virus del papiloma humano) para las niñas de 11 años. Este evento acompaña la preocupación -a nivel mundial- vinculada a la incidencia del cáncer de cuello de útero, el que ocupa el segundo lugar como causa de muerte por cáncer en mujeres. La prevención pone en foco a niñas que aún no han iniciado las relaciones sexuales, cuestión que además de 'instalar' problemas relativos a la sexualidad en ese grupo etario, intersecta las especialidades médicas. En este trabajo interesa indagar el modo en que los profesionales de la salud (principalmente ginecólogos y obstétricas) de los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) abordan esta problemática en la consulta de jóvenes mayoritariamente no cubiertas por la vacuna. Considerando las limitaciones -ampliamente reconocidas- presentes en la atención de la salud sexual y reproductiva de jóvenes por parte de los equipos de salud, interesa indagar el lugar que ocupa el HPV en la atención de esta población y el modo en que los profesionales de los CAPS plantean el diagnóstico, tratamiento y prevención. Asimismo, plantea una aproximación cualitativa entrevistando a aquellos profesionales del equipo de salud que se consideran competentes en el tema, por medio de un cuestionario semiestructurado

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En nuestro país, en 2011 se incorpora al calendario la vacuna del HPV (virus del papiloma humano) para las niñas de 11 años. Este evento acompaña la preocupación -a nivel mundial- vinculada a la incidencia del cáncer de cuello de útero, el que ocupa el segundo lugar como causa de muerte por cáncer en mujeres. La prevención pone en foco a niñas que aún no han iniciado las relaciones sexuales, cuestión que además de 'instalar' problemas relativos a la sexualidad en ese grupo etario, intersecta las especialidades médicas. En este trabajo interesa indagar el modo en que los profesionales de la salud (principalmente ginecólogos y obstétricas) de los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) abordan esta problemática en la consulta de jóvenes mayoritariamente no cubiertas por la vacuna. Considerando las limitaciones -ampliamente reconocidas- presentes en la atención de la salud sexual y reproductiva de jóvenes por parte de los equipos de salud, interesa indagar el lugar que ocupa el HPV en la atención de esta población y el modo en que los profesionales de los CAPS plantean el diagnóstico, tratamiento y prevención. Asimismo, plantea una aproximación cualitativa entrevistando a aquellos profesionales del equipo de salud que se consideran competentes en el tema, por medio de un cuestionario semiestructurado

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En nuestro país, en 2011 se incorpora al calendario la vacuna del HPV (virus del papiloma humano) para las niñas de 11 años. Este evento acompaña la preocupación -a nivel mundial- vinculada a la incidencia del cáncer de cuello de útero, el que ocupa el segundo lugar como causa de muerte por cáncer en mujeres. La prevención pone en foco a niñas que aún no han iniciado las relaciones sexuales, cuestión que además de 'instalar' problemas relativos a la sexualidad en ese grupo etario, intersecta las especialidades médicas. En este trabajo interesa indagar el modo en que los profesionales de la salud (principalmente ginecólogos y obstétricas) de los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) abordan esta problemática en la consulta de jóvenes mayoritariamente no cubiertas por la vacuna. Considerando las limitaciones -ampliamente reconocidas- presentes en la atención de la salud sexual y reproductiva de jóvenes por parte de los equipos de salud, interesa indagar el lugar que ocupa el HPV en la atención de esta población y el modo en que los profesionales de los CAPS plantean el diagnóstico, tratamiento y prevención. Asimismo, plantea una aproximación cualitativa entrevistando a aquellos profesionales del equipo de salud que se consideran competentes en el tema, por medio de un cuestionario semiestructurado

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El caso clínico presentado muestra el trabajo psicoterapéutico realizado con una paciente oncológica, dentro del marco de intervención en Psicooncología, en la fase final de la evolución tumoral del cáncer. Si hay algo impreciso, inasible, alterante, dilemático, generador de fantasías y angustias en nuestra labor, es el tiempo que transcurre en torno a la fase final de la vida del paciente. Trabajar con el paciente moribundo, implica trabajar con nuestra propia muerte. Muerte es una palabra temida, olvidada, rechazada, final de todo. Morir hoy en día es un acto triste y solitario en la Unidad de Terapia Intensiva de los hospitales, donde la atención es despersonalizada, donde el paciente pierde el derecho de opinar y se vuelve un cuerpo a ser tratado. El agonizante pierde su status y la experiencia de la muerte es destituida de contenido. Las personas al final de su vida prefieren realmente estar en su casa, con sus afectos, y no en una sala de hospital. En la inmensa mayoría de los pacientes se puede lograr el objetivo de que puedan permanecer libres de dolor y otros síntomas molestos, estando lúcidos y preparándose para morir. Quien recibe el diagnóstico de una enfermedad grave tiene que hacer un duelo, transitar un duelo. No hay duelo solamente en el que se queda, sino también en el que se va. El objeto de duelo en los pacientes terminales es la vida misma. Es fundamental trabajar en el paciente con sus miedos y con su depresión, posibilitándole la oportunidad de participar de la muerte como participó de la vida. La Psicooncología entiende que para que una persona pueda tener cáncer se requiere previamente que ocurra una alteración yoica que lleva a aceptar como propio el tumor. Por ello es sensato y necesario un diagnóstico y tratamiento coadyuvante en el paciente con cáncer. Se entiende que el cáncer le pertenece a esa persona desde el punto de vista orgánico y psíquico. La descripción del tumor es una parte del problema. La otra parte es el individuo. La enfermedad y el pronóstico resultan de la interrelación del cáncer con la totalidad de la persona. Todo él está comprometido. No solo se trata de un proceso local que puede diseminarse por metástasis. Mucho antes, es un proceso general del individuo que se localizará. El cáncer es sólo un síntoma. La persona es mucho más que su enfermedad; así como también lo enfermo puede ser mucho más que el paciente Toda psicoterapia es un compromiso real y vital. La entrevista deberá tener la característica de que el fenómeno transferencial se cumpla desde los primeros instantes y permanezca. La Psicooncología investiga en el alma las respuestas emocionales y afectivas que pudieron provocar como síntoma ese cáncer. No busca traumas, ni estrés; busca la respuesta personal a esas circunstancias. De modo tal que la Psicooncología se ocupa de la VIDA y es un tratamiento coadyuvante que todo paciente tiene derecho a recibir. Con esta actividad no se pretende curar un proceso que ya ocurrió, se intenta buscar razones en lo que caracteriza al ser humano, en sus más importantes valores: buscar razones en su alma

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El caso clínico presentado muestra el trabajo psicoterapéutico realizado con una paciente oncológica, dentro del marco de intervención en Psicooncología, en la fase final de la evolución tumoral del cáncer. Si hay algo impreciso, inasible, alterante, dilemático, generador de fantasías y angustias en nuestra labor, es el tiempo que transcurre en torno a la fase final de la vida del paciente. Trabajar con el paciente moribundo, implica trabajar con nuestra propia muerte. Muerte es una palabra temida, olvidada, rechazada, final de todo. Morir hoy en día es un acto triste y solitario en la Unidad de Terapia Intensiva de los hospitales, donde la atención es despersonalizada, donde el paciente pierde el derecho de opinar y se vuelve un cuerpo a ser tratado. El agonizante pierde su status y la experiencia de la muerte es destituida de contenido. Las personas al final de su vida prefieren realmente estar en su casa, con sus afectos, y no en una sala de hospital. En la inmensa mayoría de los pacientes se puede lograr el objetivo de que puedan permanecer libres de dolor y otros síntomas molestos, estando lúcidos y preparándose para morir. Quien recibe el diagnóstico de una enfermedad grave tiene que hacer un duelo, transitar un duelo. No hay duelo solamente en el que se queda, sino también en el que se va. El objeto de duelo en los pacientes terminales es la vida misma. Es fundamental trabajar en el paciente con sus miedos y con su depresión, posibilitándole la oportunidad de participar de la muerte como participó de la vida. La Psicooncología entiende que para que una persona pueda tener cáncer se requiere previamente que ocurra una alteración yoica que lleva a aceptar como propio el tumor. Por ello es sensato y necesario un diagnóstico y tratamiento coadyuvante en el paciente con cáncer. Se entiende que el cáncer le pertenece a esa persona desde el punto de vista orgánico y psíquico. La descripción del tumor es una parte del problema. La otra parte es el individuo. La enfermedad y el pronóstico resultan de la interrelación del cáncer con la totalidad de la persona. Todo él está comprometido. No solo se trata de un proceso local que puede diseminarse por metástasis. Mucho antes, es un proceso general del individuo que se localizará. El cáncer es sólo un síntoma. La persona es mucho más que su enfermedad; así como también lo enfermo puede ser mucho más que el paciente Toda psicoterapia es un compromiso real y vital. La entrevista deberá tener la característica de que el fenómeno transferencial se cumpla desde los primeros instantes y permanezca. La Psicooncología investiga en el alma las respuestas emocionales y afectivas que pudieron provocar como síntoma ese cáncer. No busca traumas, ni estrés; busca la respuesta personal a esas circunstancias. De modo tal que la Psicooncología se ocupa de la VIDA y es un tratamiento coadyuvante que todo paciente tiene derecho a recibir. Con esta actividad no se pretende curar un proceso que ya ocurrió, se intenta buscar razones en lo que caracteriza al ser humano, en sus más importantes valores: buscar razones en su alma

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En el teatro griego clásico, el imaginario de la enfermedad trasunta aspectos significativos de las relaciones entre tragedia y medicina hipocrática; en él ocupa un lugar central la metáfora agonal. A partir de este presupuesto, el presente trabajo se centrará en el análisis de la metáfora agonal en Orestes de Eurípides (408 a.C.). Imágenes provenientes del campo atlético y militar, asociadas a la marcada presencia del término agón, reflejan en esta tragedia euripidea tardía la violencia de la locura. El objetivo del presente trabajo será demostrar de qué modo este imaginario singular muestra en el drama aspectos conflictivos de la indisociable relación entre el matricida y su nósos, y revela la patología de la locura como irrupción de una lucha entre fuerzas que pugnan en el interior del mismo Orestes

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En el teatro griego clásico, el imaginario de la enfermedad trasunta aspectos significativos de las relaciones entre tragedia y medicina hipocrática; en él ocupa un lugar central la metáfora agonal. A partir de este presupuesto, el presente trabajo se centrará en el análisis de la metáfora agonal en Orestes de Eurípides (408 a.C.). Imágenes provenientes del campo atlético y militar, asociadas a la marcada presencia del término agón, reflejan en esta tragedia euripidea tardía la violencia de la locura. El objetivo del presente trabajo será demostrar de qué modo este imaginario singular muestra en el drama aspectos conflictivos de la indisociable relación entre el matricida y su nósos, y revela la patología de la locura como irrupción de una lucha entre fuerzas que pugnan en el interior del mismo Orestes

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En el teatro griego clásico, el imaginario de la enfermedad trasunta aspectos significativos de las relaciones entre tragedia y medicina hipocrática; en él ocupa un lugar central la metáfora agonal. A partir de este presupuesto, el presente trabajo se centrará en el análisis de la metáfora agonal en Orestes de Eurípides (408 a.C.). Imágenes provenientes del campo atlético y militar, asociadas a la marcada presencia del término agón, reflejan en esta tragedia euripidea tardía la violencia de la locura. El objetivo del presente trabajo será demostrar de qué modo este imaginario singular muestra en el drama aspectos conflictivos de la indisociable relación entre el matricida y su nósos, y revela la patología de la locura como irrupción de una lucha entre fuerzas que pugnan en el interior del mismo Orestes