12 resultados para Doscientas ballenas azules
em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina
Resumo:
Margo Glantz propone una literatura que funciona como búsqueda de sí misma. El movimiento de la prosa se afirma sobre el pliegue entre escritura y lectura. Este trabajo recorre dos de sus primeras ficciones: Doscientas ballenas azules (1979) y Síndrome de naufragios (1984), que pueden adscribirse a la corriente literaria mexicana que Glantz llamó la Literatura de la Escritura en oposición a la Literatura de la Onda. Sus imágenes subrayan la íntima relación de la escritura con la violencia: el naufragio y la caza de la ballena. Construidos con fragmentos amplían el objeto hasta transformarlo en constelación simbólica. El lenguaje se carga del erotismo que exige la reposición de la totalidad y la insistencia del cuerpo.
Resumo:
Margo Glantz propone una literatura que funciona como búsqueda de sí misma. El movimiento de la prosa se afirma sobre el pliegue entre escritura y lectura. Este trabajo recorre dos de sus primeras ficciones: Doscientas ballenas azules (1979) y Síndrome de naufragios (1984), que pueden adscribirse a la corriente literaria mexicana que Glantz llamó la Literatura de la Escritura en oposición a la Literatura de la Onda. Sus imágenes subrayan la íntima relación de la escritura con la violencia: el naufragio y la caza de la ballena. Construidos con fragmentos amplían el objeto hasta transformarlo en constelación simbólica. El lenguaje se carga del erotismo que exige la reposición de la totalidad y la insistencia del cuerpo.
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Margo Glantz propone una literatura que funciona como búsqueda de sí misma. El movimiento de la prosa se afirma sobre el pliegue entre escritura y lectura. Este trabajo recorre dos de sus primeras ficciones: Doscientas ballenas azules (1979) y Síndrome de naufragios (1984), que pueden adscribirse a la corriente literaria mexicana que Glantz llamó la Literatura de la Escritura en oposición a la Literatura de la Onda. Sus imágenes subrayan la íntima relación de la escritura con la violencia: el naufragio y la caza de la ballena. Construidos con fragmentos amplían el objeto hasta transformarlo en constelación simbólica. El lenguaje se carga del erotismo que exige la reposición de la totalidad y la insistencia del cuerpo.
Resumo:
La propuesta de esta ponencia parte de realizar una lectura del cuento "Ojos azules" del escritor español Arturo Pérez-Reverte, trabajándolo desde distintas miradas, que configuran ejes a investigar. La anécdota narrada sobre un momento elegido del pasado histórico resulta central para españoles y americanos. Ese pasado que es necesariamente interpelado desde un presente que lo significa, se realiza desde la narración que apela a la historia y a las memorias, pero con un juego ficcional que, partiendo de un segmento de un mural de Diego Rivera, según declara el mismo escritor, elabora significaciones sobre esa representación. Esas posibles y múltiples significaciones participan del campo del conocimiento y de la imaginación, lo cual permite construir interpretaciones sobre la acción del pasado en el presente. Por todo ello, el cuento merece ser entrecruzado, en la lectura, con la saga de El capitán Alatriste, en la cual Arturo Pérez-Reverte elabora un fresco literario sobre el siglo XVII español, considerado como punto nodal de la cultura española y, por ende, necesario de ser recuperado discursivamente. Y resulta valioso, por sus aportes, acercar la narración estudiada a la novela El pintor de batallas, texto que trabaja sobre la memoria de la cercana guerra de Bosnia, como recuerdos y olvidos propios del narrador. Resulta adecuado, entonces, imbricar el cuento central de este análisis con los otros relatos nombrados, puesto que en todos se perfila el recuerdo como pasado conflictivo, y también como un intento de acceder, de alguna manera, a un acercamiento inteligible, dentro del marco sugerido y nunca dicho de los "usos" dados a las memorias
Resumo:
Fil: Sanz, Vilma Alcira. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación; Argentina.
Resumo:
Fil: Sanz, Vilma Alcira. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación; Argentina.
Resumo:
La propuesta de esta ponencia parte de realizar una lectura del cuento "Ojos azules" del escritor español Arturo Pérez-Reverte, trabajándolo desde distintas miradas, que configuran ejes a investigar. La anécdota narrada sobre un momento elegido del pasado histórico resulta central para españoles y americanos. Ese pasado que es necesariamente interpelado desde un presente que lo significa, se realiza desde la narración que apela a la historia y a las memorias, pero con un juego ficcional que, partiendo de un segmento de un mural de Diego Rivera, según declara el mismo escritor, elabora significaciones sobre esa representación. Esas posibles y múltiples significaciones participan del campo del conocimiento y de la imaginación, lo cual permite construir interpretaciones sobre la acción del pasado en el presente. Por todo ello, el cuento merece ser entrecruzado, en la lectura, con la saga de El capitán Alatriste, en la cual Arturo Pérez-Reverte elabora un fresco literario sobre el siglo XVII español, considerado como punto nodal de la cultura española y, por ende, necesario de ser recuperado discursivamente. Y resulta valioso, por sus aportes, acercar la narración estudiada a la novela El pintor de batallas, texto que trabaja sobre la memoria de la cercana guerra de Bosnia, como recuerdos y olvidos propios del narrador. Resulta adecuado, entonces, imbricar el cuento central de este análisis con los otros relatos nombrados, puesto que en todos se perfila el recuerdo como pasado conflictivo, y también como un intento de acceder, de alguna manera, a un acercamiento inteligible, dentro del marco sugerido y nunca dicho de los "usos" dados a las memorias
Resumo:
La propuesta de esta ponencia parte de realizar una lectura del cuento "Ojos azules" del escritor español Arturo Pérez-Reverte, trabajándolo desde distintas miradas, que configuran ejes a investigar. La anécdota narrada sobre un momento elegido del pasado histórico resulta central para españoles y americanos. Ese pasado que es necesariamente interpelado desde un presente que lo significa, se realiza desde la narración que apela a la historia y a las memorias, pero con un juego ficcional que, partiendo de un segmento de un mural de Diego Rivera, según declara el mismo escritor, elabora significaciones sobre esa representación. Esas posibles y múltiples significaciones participan del campo del conocimiento y de la imaginación, lo cual permite construir interpretaciones sobre la acción del pasado en el presente. Por todo ello, el cuento merece ser entrecruzado, en la lectura, con la saga de El capitán Alatriste, en la cual Arturo Pérez-Reverte elabora un fresco literario sobre el siglo XVII español, considerado como punto nodal de la cultura española y, por ende, necesario de ser recuperado discursivamente. Y resulta valioso, por sus aportes, acercar la narración estudiada a la novela El pintor de batallas, texto que trabaja sobre la memoria de la cercana guerra de Bosnia, como recuerdos y olvidos propios del narrador. Resulta adecuado, entonces, imbricar el cuento central de este análisis con los otros relatos nombrados, puesto que en todos se perfila el recuerdo como pasado conflictivo, y también como un intento de acceder, de alguna manera, a un acercamiento inteligible, dentro del marco sugerido y nunca dicho de los "usos" dados a las memorias
Resumo:
Debido a su carácter en cierta medida descentrado con respecto al canon del XIX hispánico, las novelas de Rosalía de Castro permiten problematizar categorías críticas fundacionales de la historiografía decimonónica tales como "romanticismo", "realismo", "costumbrismo" o, en el plano de los géneros literarios, "novela sentimental" y "folletín". Más conocida como poeta, la dedicación de la autora a la narrativa no fue un empeño marginal. Así lo demuestran obras como La hija del mar (1859), Flavio (1861), Ruinas (1866), El caballero de las botas azules (1867) y El primer loco (1880), estampas costumbristas como El cadiceño (1866), relatos breves como Conto gallego (1903) y otras incursiones prosísticas, a veces no ajenas al marco ficcional del relato epistolar como Las literatas (1865). Resulta innegable que la narrativa de Castro participa de algunas de las principales convenciones de la literatura decimonónica. Se acogió claramente al molde genérico del folletín en sus novelas Flavio y Ruinas, y trató en su obra el modo en que las nuevas condiciones de producción editorial transformaron la circulación de los libros de ficción en la segunda mitad del siglo XIX. Sin embargo, el tratamiento que la autora confiere a las emociones en su novelística difiere notablemente del canon sentimental propio de la novela por entregas. No es de extrañar, a esta luz, que a menudo en sus novelas se establezca una correlación explícita entre quienes sienten y quienes escriben. Esta correlación entre sentimiento y creación verbal permite establecer una compleja teoría literaria del sentir de la que, a su vez, surgen nuevas implicaciones políticas. El vínculo entre historia de las emociones y teoría de la ficción, como fundamento de una nueva "comunidad del sentir", podría arrojar nuevas perspectivas en el estudio de la novelística de Rosalía de Castro.
Resumo:
Debido a su carácter en cierta medida descentrado con respecto al canon del XIX hispánico, las novelas de Rosalía de Castro permiten problematizar categorías críticas fundacionales de la historiografía decimonónica tales como "romanticismo", "realismo", "costumbrismo" o, en el plano de los géneros literarios, "novela sentimental" y "folletín". Más conocida como poeta, la dedicación de la autora a la narrativa no fue un empeño marginal. Así lo demuestran obras como La hija del mar (1859), Flavio (1861), Ruinas (1866), El caballero de las botas azules (1867) y El primer loco (1880), estampas costumbristas como El cadiceño (1866), relatos breves como Conto gallego (1903) y otras incursiones prosísticas, a veces no ajenas al marco ficcional del relato epistolar como Las literatas (1865). Resulta innegable que la narrativa de Castro participa de algunas de las principales convenciones de la literatura decimonónica. Se acogió claramente al molde genérico del folletín en sus novelas Flavio y Ruinas, y trató en su obra el modo en que las nuevas condiciones de producción editorial transformaron la circulación de los libros de ficción en la segunda mitad del siglo XIX. Sin embargo, el tratamiento que la autora confiere a las emociones en su novelística difiere notablemente del canon sentimental propio de la novela por entregas. No es de extrañar, a esta luz, que a menudo en sus novelas se establezca una correlación explícita entre quienes sienten y quienes escriben. Esta correlación entre sentimiento y creación verbal permite establecer una compleja teoría literaria del sentir de la que, a su vez, surgen nuevas implicaciones políticas. El vínculo entre historia de las emociones y teoría de la ficción, como fundamento de una nueva "comunidad del sentir", podría arrojar nuevas perspectivas en el estudio de la novelística de Rosalía de Castro.
Resumo:
Debido a su carácter en cierta medida descentrado con respecto al canon del XIX hispánico, las novelas de Rosalía de Castro permiten problematizar categorías críticas fundacionales de la historiografía decimonónica tales como "romanticismo", "realismo", "costumbrismo" o, en el plano de los géneros literarios, "novela sentimental" y "folletín". Más conocida como poeta, la dedicación de la autora a la narrativa no fue un empeño marginal. Así lo demuestran obras como La hija del mar (1859), Flavio (1861), Ruinas (1866), El caballero de las botas azules (1867) y El primer loco (1880), estampas costumbristas como El cadiceño (1866), relatos breves como Conto gallego (1903) y otras incursiones prosísticas, a veces no ajenas al marco ficcional del relato epistolar como Las literatas (1865). Resulta innegable que la narrativa de Castro participa de algunas de las principales convenciones de la literatura decimonónica. Se acogió claramente al molde genérico del folletín en sus novelas Flavio y Ruinas, y trató en su obra el modo en que las nuevas condiciones de producción editorial transformaron la circulación de los libros de ficción en la segunda mitad del siglo XIX. Sin embargo, el tratamiento que la autora confiere a las emociones en su novelística difiere notablemente del canon sentimental propio de la novela por entregas. No es de extrañar, a esta luz, que a menudo en sus novelas se establezca una correlación explícita entre quienes sienten y quienes escriben. Esta correlación entre sentimiento y creación verbal permite establecer una compleja teoría literaria del sentir de la que, a su vez, surgen nuevas implicaciones políticas. El vínculo entre historia de las emociones y teoría de la ficción, como fundamento de una nueva "comunidad del sentir", podría arrojar nuevas perspectivas en el estudio de la novelística de Rosalía de Castro.