10 resultados para Don Gil de las calzas verdes

em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina


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El problema de la mendicidad se extendió en España a partir de los últimos siglos del medioevo, suscitando diversas repercusiones sociales y teóricas, así como la emergencia de una dura pero ineficiente legislación que buscaba controlar esta práctica. En los albores de la Modernidad, la novela picaresca retrató la vida de los marginales que estaban en esa condición porque no tenían un trabajo estable, no se insertaban en las diversas redes sociales, y llevaban una vida itinerante que imposibilitaba su control. Estos hombres vivían temporal o permanentemente de la limosna. La masividad de este fenómeno suscitó el debate sobre la diferencia entre verdaderos y falsos pobres, que refería a la aptitud física para el trabajo de aquellos que mendigaban para vivir, sin tener en cuenta los conflictos estructurales y la problemática de la oferta laboral, así como la capacidad de adaptación del campesino desclasado al trabajo asalariado. La vida del Buscón llamado Don Pablos ilustra las conductas de los mendigos, su relación con la sociedad, formas de pedir y evadir la ley. En el presente trabajo analizaremos las imágenes que exhibe esta novela acerca de los verdaderos y los falsos mendigos e indagaremos sobre la imagen que tenían estos hombres ante la sociedad. En la obra rastreamos una relación fluida, aunque teñida por un rechazo que no se plasma en la exclusión total, sino que personajes de diversos medios sociales garantizan, mediante sus dádivas, la supervivencia de los marginales

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El problema de la mendicidad se extendió en España a partir de los últimos siglos del medioevo, suscitando diversas repercusiones sociales y teóricas, así como la emergencia de una dura pero ineficiente legislación que buscaba controlar esta práctica. En los albores de la Modernidad, la novela picaresca retrató la vida de los marginales que estaban en esa condición porque no tenían un trabajo estable, no se insertaban en las diversas redes sociales, y llevaban una vida itinerante que imposibilitaba su control. Estos hombres vivían temporal o permanentemente de la limosna. La masividad de este fenómeno suscitó el debate sobre la diferencia entre verdaderos y falsos pobres, que refería a la aptitud física para el trabajo de aquellos que mendigaban para vivir, sin tener en cuenta los conflictos estructurales y la problemática de la oferta laboral, así como la capacidad de adaptación del campesino desclasado al trabajo asalariado. La vida del Buscón llamado Don Pablos ilustra las conductas de los mendigos, su relación con la sociedad, formas de pedir y evadir la ley. En el presente trabajo analizaremos las imágenes que exhibe esta novela acerca de los verdaderos y los falsos mendigos e indagaremos sobre la imagen que tenían estos hombres ante la sociedad. En la obra rastreamos una relación fluida, aunque teñida por un rechazo que no se plasma en la exclusión total, sino que personajes de diversos medios sociales garantizan, mediante sus dádivas, la supervivencia de los marginales

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El problema de la mendicidad se extendió en España a partir de los últimos siglos del medioevo, suscitando diversas repercusiones sociales y teóricas, así como la emergencia de una dura pero ineficiente legislación que buscaba controlar esta práctica. En los albores de la Modernidad, la novela picaresca retrató la vida de los marginales que estaban en esa condición porque no tenían un trabajo estable, no se insertaban en las diversas redes sociales, y llevaban una vida itinerante que imposibilitaba su control. Estos hombres vivían temporal o permanentemente de la limosna. La masividad de este fenómeno suscitó el debate sobre la diferencia entre verdaderos y falsos pobres, que refería a la aptitud física para el trabajo de aquellos que mendigaban para vivir, sin tener en cuenta los conflictos estructurales y la problemática de la oferta laboral, así como la capacidad de adaptación del campesino desclasado al trabajo asalariado. La vida del Buscón llamado Don Pablos ilustra las conductas de los mendigos, su relación con la sociedad, formas de pedir y evadir la ley. En el presente trabajo analizaremos las imágenes que exhibe esta novela acerca de los verdaderos y los falsos mendigos e indagaremos sobre la imagen que tenían estos hombres ante la sociedad. En la obra rastreamos una relación fluida, aunque teñida por un rechazo que no se plasma en la exclusión total, sino que personajes de diversos medios sociales garantizan, mediante sus dádivas, la supervivencia de los marginales

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Este trabajo parte de dos cuentos de Borges: "El libro de arena" y "El Zahir". El primero comienza así: "La línea consta de un número infinito de puntos; el plano, de un número infinito de líneas; el volumen, de un número infinito de planos; el hipervolumen, de un número infinito de volúmenes... No, decididamente no es éste, more geométrico, el mejor modo de iniciar mi relato". Inmediatamente, dice: "Afirmar que es verídico es ahora una convención de todo relato fantástico; el mío, sin embargo es verídico". Por más que decir en un cuento que es verdadero podría ser falso, la primera afirmación es verdadera: una línea está compuesta de infinitos puntos, un plano de infinitas líneas... ¿Qué pasaría entonces si trasladamos esa premisa a un relato realista? En principio la convención se desarticula, ese relato podría ser al fin el más nuevo, la innovación, la buena nueva. Después, la suspensión de nuestra idea de realidad que un relato fantástico necesita para tener efecto, se cambia por una tautología: algo que en la realidad es verdadero (la línea está compuesta por un número infinito de puntos, etc.) se hace verdadero. Nada entonces sería más real, está allí lo real de la realidad. Así funciona la literatura de Aira. El sistema que se expone en el primer cuento es eminentemente geométrico y el que define el valor del dinero en "El Zahir", podría nombrarse como económico. Los mismos dos sistemas producen las novelas de Aira. La geometría o sus extensiones -la física, la química, la óptica (las ciencias que trabajan con el tiempo y el espacio, la dimensión y el tamaño)- y la economía, son los dispositivos del realismo airiano porque igual que en la novela realista (en Balzac, sobre todo, quizás), pero también igual que en la realidad, producen las cosas

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Este trabajo parte de dos cuentos de Borges: "El libro de arena" y "El Zahir". El primero comienza así: "La línea consta de un número infinito de puntos; el plano, de un número infinito de líneas; el volumen, de un número infinito de planos; el hipervolumen, de un número infinito de volúmenes... No, decididamente no es éste, more geométrico, el mejor modo de iniciar mi relato". Inmediatamente, dice: "Afirmar que es verídico es ahora una convención de todo relato fantástico; el mío, sin embargo es verídico". Por más que decir en un cuento que es verdadero podría ser falso, la primera afirmación es verdadera: una línea está compuesta de infinitos puntos, un plano de infinitas líneas... ¿Qué pasaría entonces si trasladamos esa premisa a un relato realista? En principio la convención se desarticula, ese relato podría ser al fin el más nuevo, la innovación, la buena nueva. Después, la suspensión de nuestra idea de realidad que un relato fantástico necesita para tener efecto, se cambia por una tautología: algo que en la realidad es verdadero (la línea está compuesta por un número infinito de puntos, etc.) se hace verdadero. Nada entonces sería más real, está allí lo real de la realidad. Así funciona la literatura de Aira. El sistema que se expone en el primer cuento es eminentemente geométrico y el que define el valor del dinero en "El Zahir", podría nombrarse como económico. Los mismos dos sistemas producen las novelas de Aira. La geometría o sus extensiones -la física, la química, la óptica (las ciencias que trabajan con el tiempo y el espacio, la dimensión y el tamaño)- y la economía, son los dispositivos del realismo airiano porque igual que en la novela realista (en Balzac, sobre todo, quizás), pero también igual que en la realidad, producen las cosas

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Este trabajo parte de dos cuentos de Borges: "El libro de arena" y "El Zahir". El primero comienza así: "La línea consta de un número infinito de puntos; el plano, de un número infinito de líneas; el volumen, de un número infinito de planos; el hipervolumen, de un número infinito de volúmenes... No, decididamente no es éste, more geométrico, el mejor modo de iniciar mi relato". Inmediatamente, dice: "Afirmar que es verídico es ahora una convención de todo relato fantástico; el mío, sin embargo es verídico". Por más que decir en un cuento que es verdadero podría ser falso, la primera afirmación es verdadera: una línea está compuesta de infinitos puntos, un plano de infinitas líneas... ¿Qué pasaría entonces si trasladamos esa premisa a un relato realista? En principio la convención se desarticula, ese relato podría ser al fin el más nuevo, la innovación, la buena nueva. Después, la suspensión de nuestra idea de realidad que un relato fantástico necesita para tener efecto, se cambia por una tautología: algo que en la realidad es verdadero (la línea está compuesta por un número infinito de puntos, etc.) se hace verdadero. Nada entonces sería más real, está allí lo real de la realidad. Así funciona la literatura de Aira. El sistema que se expone en el primer cuento es eminentemente geométrico y el que define el valor del dinero en "El Zahir", podría nombrarse como económico. Los mismos dos sistemas producen las novelas de Aira. La geometría o sus extensiones -la física, la química, la óptica (las ciencias que trabajan con el tiempo y el espacio, la dimensión y el tamaño)- y la economía, son los dispositivos del realismo airiano porque igual que en la novela realista (en Balzac, sobre todo, quizás), pero también igual que en la realidad, producen las cosas