8 resultados para Dolet, Etienne, 1509-1546

em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina


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Traducción de la Introducción de los editores a la 3° edición de Lire Le Capital, Paris, 1997. "La obra colectiva Leer El capital", de la que presentamos aquí una nueva edición, se encontraba hacía muchos años agotada e inhallable. No por ello ella había dejado de funcionar como un hito y de servir de referencia en los debates e investigaciones suscitadas por el pensamiento de Marx (más allá de las diferentes corrientes del "marxismo"), o sobre el objeto y el estatus de la epistemología (capturada entre los modelos "internalistas" y "externalistas"), o sobre los problemas de filosofía política y filosofía de la historia que suscita la crítica de la categoría de "sujeto", de la cual, la noción de estructuralismo sirvió durante un tiempo de señal, más allá de las inexactitudes que serán evocadas más abajo

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Traducción de la Introducción de los editores a la 3° edición de Lire Le Capital, Paris, 1997. "La obra colectiva Leer El capital", de la que presentamos aquí una nueva edición, se encontraba hacía muchos años agotada e inhallable. No por ello ella había dejado de funcionar como un hito y de servir de referencia en los debates e investigaciones suscitadas por el pensamiento de Marx (más allá de las diferentes corrientes del "marxismo"), o sobre el objeto y el estatus de la epistemología (capturada entre los modelos "internalistas" y "externalistas"), o sobre los problemas de filosofía política y filosofía de la historia que suscita la crítica de la categoría de "sujeto", de la cual, la noción de estructuralismo sirvió durante un tiempo de señal, más allá de las inexactitudes que serán evocadas más abajo

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El presente trabajo consiste en la descripción y análisis del concepto de trauma desde dos disciplinas diferentes, desde cuya comparación y contrastación nos proponemos arribar a una definición posible. Partimos del problema que ha dado en llamarse la generalización actual del trauma, problema que comporta un insoslayable interés teórico y clínico pero también implica una dimensión ética. Hablar de trauma en la época supone tomar una posición desde la cual se enunciará dicho término, posición que determina tanto una definición comoun modo de abordaje del fenómeno descripto. Nuestro objetivo será entonces concluir en una definición del concepto desde el psicoanálisis, tras revisar las críticas que pueden realizarse a la definición psiquiátrica que emerge de los manuales de clasificación diagnóstica. Cuando las referencias que nos guían son aquellos manuales psiquiátricos, la descripción se basa fundamentalmente en un conjunto de ítems que definen qué entender por síndrome por estrés postraumático y generalizan para toda una serie de acontecimientos una misma interpretación y una respuesta estandarizada sobre qué hacer y cómo intervenir en esos casos. Si, en cambio, pretendemos abordar estas cuestiones desde la teoría psicoanalítica, es imposible afirmar que existan traumatismos estándares así como tampoco podemos sostener que lo traumático se refiera a un acontecimiento. Se nos torna imprescindible introducir allí al sujeto y por lo tanto a su particularidad, adquiriendo entonces el trauma, un estatuto diferente. Abordar la cuestión por la vertiente estructural nos conduce, asimismo, a una posición diferente en la dirección de la cura. Nos proponemos llevar a cabo el trabajo a partir de una viñeta clínica, luego introducir las posiciones anteriormente mencionadas, y desde allí avanzar hacia una definición posible de trauma y una alternativa clínica de intervención. Será la contrastación de las posiciones la que permitirá decidir sobre aquellos argumentos que solventen las críticas y decidir sobre los elementos que comportarán nuestra definición. Hemos elegido la presentación de una viñeta clínica en tanto ella se ajusta perfectamente a los ítems consignados en los manuales psiquiátricos. Sin embargo, la conclusión a la que logramos arribar tras introducir la concepción psicoanalítica, es que sólo haciendo un recorte específico de dicha presentación podremos sostener que se trata de una presentación traumática. Es si y sólo si consideramos los dichos del paciente respecto del acontecimiento vivido que podremos decir que allí aconteció algo del orden de lo traumático. Y es porque consideramos que es preciso siempre considerar esos dichos que comenzamos el trabajo partiendo de una breve presentación clínica. Lo anteriormente afirmado constituye la especificidad del método psicoanalítico: no son hechos fácticos los que estudiamos, sino que la realidad que compete al psicoanálisis es la realidad discursiva. Tal es el principal argumento por el cual no serán los acontecimientos en sí mismos los traumáticos para todos los sujetos por igual, sino cómo se inscribe para cada uno el encuentro con lo real. Hay siempre una implicación del sujeto en aquello que le acontece, y es sólo por esa vía que el analista puede intervenir poniendo a hablar al paciente, único modo en el que se puede intentar reinventar algo allí donde lo que hay es un simple agujero, un vacío que por estructura habita al ser hablante

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En el marco de un proyecto de investigación que explora en el Bienestar desde una perspectiva psicosocial, se presenta en este trabajo resultados obtenidos a partir de poner en relación la percepción de control con la sensación de frustración anómica y los valores de los participantes. Son muchos los aspectos subjetivos que condicionan el bienestar de las personas, entre ellas se destaca la satisfacción que perciben con su vida, que emerge de la avenencia entre el individuo y su entorno tanto micro como macrosocial. Las creencias que los individuos tienen sobre si mismos, los otros y los acontecimientos en términos de aprendizaje social repercuten en sus niveles de satisfacción, felicidad y bienestar, tanto psicológico como social. En este sentido, la percepción de control â?"interno o externo- que se siente sobre los sucesos, las sensaciones respecto de las comunidades de pertenencia como fuente de normas y los valores que se priorizan como principios vitales son aspectos relevantes a analizar para comprender el Bienestar desde una mirada que integra dimensiones psicosociales. Sobre la base de esta perspectiva, se realizó un estudio empírico descriptivo, de diseño no experimental transversal, con población general de distintas ciudades de Argentina. La muestra es no probabilística intencional compuesta por 1018 sujetos (34hombres y 66mujeres) con una media de edad de 26,42 años (DE = 9,49). Los resultados muestran que en los participantes prevalecen valores que se orientan a la preocupación por el bienestar de los otros y la armonía -Auto-trascendencia- y metas de Apertura al Cambio que dan importancia a la independencia y a los desafíos. Estos valores expresan la relevancia del crecimiento, la auto-expansión y se oponen a metas de protección. En términos de percepción de control, no se observa una propensión marcada a lo interno o lo externo, el nivel es medio. Sin embargo, las tendencias se refuerzan cuando aparecen variables como el género, la realización de actividades de ocio o el posicionamiento Ideológico. En frustración anómica, la puntuación es alta indicando que prevalece un rechazo de la comunidad como fuente de normas, una falta de confianza en las instituciones y en las relaciones con otros que conducen a una falta de consenso sobre las conductas sociales deseables que facilitan la conducta desviada. No se observan diferencias por género pero sí entre quienes realizan actividades de ocio y quienes no, en el posicionamiento ideológico y en la auto-percepción de clase. Al analizar la validez convergente, se observa que la percepción de control interno se asocia a valores que enfatizan el bienestar de los otros, la auto-dirección y la estimulación. La frustración anómica se asocia positivamente a valores de conservación, seguridad, tradición y conformidad, y al locus de control externo. La anomia alude, entre otros, a la falta de poder vs. El control del medio, es decir, en situaciones complejas y cambiantes, el hombre percibe que carece de control. Por su parte, quienes tienen un mayor control interno del medio tienen más emociones positivas, reaccionan con menor ansiedad antes hechos estresantes y los afrontan de forma más adaptativa

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El presente trabajo consiste en la descripción y análisis del concepto de trauma desde dos disciplinas diferentes, desde cuya comparación y contrastación nos proponemos arribar a una definición posible. Partimos del problema que ha dado en llamarse la generalización actual del trauma, problema que comporta un insoslayable interés teórico y clínico pero también implica una dimensión ética. Hablar de trauma en la época supone tomar una posición desde la cual se enunciará dicho término, posición que determina tanto una definición comoun modo de abordaje del fenómeno descripto. Nuestro objetivo será entonces concluir en una definición del concepto desde el psicoanálisis, tras revisar las críticas que pueden realizarse a la definición psiquiátrica que emerge de los manuales de clasificación diagnóstica. Cuando las referencias que nos guían son aquellos manuales psiquiátricos, la descripción se basa fundamentalmente en un conjunto de ítems que definen qué entender por síndrome por estrés postraumático y generalizan para toda una serie de acontecimientos una misma interpretación y una respuesta estandarizada sobre qué hacer y cómo intervenir en esos casos. Si, en cambio, pretendemos abordar estas cuestiones desde la teoría psicoanalítica, es imposible afirmar que existan traumatismos estándares así como tampoco podemos sostener que lo traumático se refiera a un acontecimiento. Se nos torna imprescindible introducir allí al sujeto y por lo tanto a su particularidad, adquiriendo entonces el trauma, un estatuto diferente. Abordar la cuestión por la vertiente estructural nos conduce, asimismo, a una posición diferente en la dirección de la cura. Nos proponemos llevar a cabo el trabajo a partir de una viñeta clínica, luego introducir las posiciones anteriormente mencionadas, y desde allí avanzar hacia una definición posible de trauma y una alternativa clínica de intervención. Será la contrastación de las posiciones la que permitirá decidir sobre aquellos argumentos que solventen las críticas y decidir sobre los elementos que comportarán nuestra definición. Hemos elegido la presentación de una viñeta clínica en tanto ella se ajusta perfectamente a los ítems consignados en los manuales psiquiátricos. Sin embargo, la conclusión a la que logramos arribar tras introducir la concepción psicoanalítica, es que sólo haciendo un recorte específico de dicha presentación podremos sostener que se trata de una presentación traumática. Es si y sólo si consideramos los dichos del paciente respecto del acontecimiento vivido que podremos decir que allí aconteció algo del orden de lo traumático. Y es porque consideramos que es preciso siempre considerar esos dichos que comenzamos el trabajo partiendo de una breve presentación clínica. Lo anteriormente afirmado constituye la especificidad del método psicoanalítico: no son hechos fácticos los que estudiamos, sino que la realidad que compete al psicoanálisis es la realidad discursiva. Tal es el principal argumento por el cual no serán los acontecimientos en sí mismos los traumáticos para todos los sujetos por igual, sino cómo se inscribe para cada uno el encuentro con lo real. Hay siempre una implicación del sujeto en aquello que le acontece, y es sólo por esa vía que el analista puede intervenir poniendo a hablar al paciente, único modo en el que se puede intentar reinventar algo allí donde lo que hay es un simple agujero, un vacío que por estructura habita al ser hablante

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