9 resultados para Deflexão de cúspide
em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina
Resumo:
El actual procesamiento de la información produjo cambios revolucionarios a nivel mundial creando lugares virtuales que borran las fronteras y las distancias operando con simultaneidad en la gran aldea mundial con incidencias en todos los aspectos de la vida humana. Las variables de comercialización que manejan las empresas sufrieron transformaciones irreversibles torneando e incluso creando la demanda de mercado mediante la oferta impuesta 'compré ya', 'no lo deje pasar', 'no se lo pierda' o 'no le puede faltar'-. En este orden la oferta ya no es una convocatoria sino un empuje al consumo al exhibir los objetos en lugares de elevada consideración y a la vez muy cerca de la mano para que nada falte. Sin embargo la multiplicidad de alternativas obtura toda elección, el deseo se embota y después del primer perfume todos quedan confundidos, por lo que no se adquiere ninguno o tal vez cualquiera. En el escenario mundializado no hay traza que simbolice la falta sino que sin demora y sin deseo comanda un imperativo de máxima satisfacción. El lugar del ideal ahora está ocupado por la exigencia superyoica al goce. Es la era de extravío de la subjetividad moderna en la que el Ideal del yo declinó de su función organizadora y el Otro al perder su consistencia, ya no lidera. Con esta caída se eleva en la cúspide social el Yo Ideal ostentando la perfección, belleza y eficiencia de los objetos de consumo, ante una masa ávida de satisfacción extrema y atenta a las promesas publicitarias. Todo simula estar al alcance, sin esfuerzos ni connotaciones de tiempo y espacio, por fuera de la castración y más allá del deseo. Apuntando, no ya a una introyección identificatoria simbólica sino, a la corta vía de la incorporación en la ilusión del consumo. El registro simbólico fue impactado por Freud al develar el malestar en la cultura introduciendo la renuncia pulsional como condición de su existencia misma, en tanto toca al lazo social. Con Lacan ya no leemos una renuncia y prohibición de goce sino una exigencia de gozar que traduce el malestar en la cultura en un impasse que se extiende en la civilización, como aporía que produce impotencia. La época incide en el dispositivo analítico en tanto afecta los semblantes y el analista al funcionar desde ese lugar, enfrenta obstáculos ya desde el inicio, con la instauración de la transferencia. Este lazo social inéd. ito es posible porque en tanto no hay relación, hay lazo a partir del discurso. Lo cual indica que se hace preciso pasar por el Otro del discurso para acceder a la sexualidad, a las cosas del amor. El amor de transferencia es el inicio o portal de toda la experiencia analítica que en la actualidad aparece ligado a una marcada renuencia. Desde su posición, el analista mantiene un vacío, no identificado al semblante de a sino funcionando como tal. Hacer de, sin serlo, le permite sostener la transferencia desde el deseo del analista a partir de un discurso. Las coordenadas de la época determinan un modo peculiar de entrada en análisis, dando características muy particulares al establecimiento de la transferencia, lo que exige estar al nivel de la subjetividad contemporánea para dar una respuesta posible en cada caso singular. Objetivos: - Situar el malestar en la cultura como estructural y las características coyunturales de la época. - Investigar sus incidencias en los estilos de vida y en la clínica psicoanalítica. - Trazado de respuestas posibles desde la perspectiva psicoanalítica a la problemática actual. Metodología: Análisis teórico, descriptivo, expositivo y argumental de la temática planteada dirigido hacia la consecución de los objetivos. Resultados: Arribo a interrogaciones y corolarios para la ubicación de las variables en juego: contexto actual, patologías de la época y su incidencia en los estilos de vida o modos de goce. Conclusiones: En un análisis el sujeto surge como efecto de la deriva significante en tanto se apunta a su deseo singular no subsumido en la demanda del Otro y liberado de un sometimiento productor
Resumo:
Se analiza la lucha fratricida entre Pedro I y Enrique II de Castilla a la luz del "Cuento de los Reyes" inserto en El Victorial, de Gutierre Díaz de Games, y de las Crónicas de Pero López de Ayala. En el transcurso de una guerra civil, inscripta en un conflicto aún mayor, la Guerra de los Cien Años, dos reyes luchan por la misma corona. Ya que Pedro I tiene un origen claramente legítimo, los cronistas, favorables al usurpador Enrique, deben crear para éste una legitimidad, basada en este caso en la denuncia del profundo daño que causa al reino la notoria inconducta del rey legítimo. Una vez perpetrado el doble crimen que significa el asesinato de Pedro a manos de Enrique ?a la vez fratricidio y regicidio? se ejerce la violencia en su función fundacional, instaurando a la vez un nuevo reinado y una nueva dinastía. Por otra parte, lo que sucede en la cúspide de la sociedad se repite en otros niveles, ya que en la guerra civil también se cometerían fratricidios, porque el enemigo no es el Otro, sino un Igual.
Resumo:
El contexto cultural atraviesa al sujeto apuntando a suturar su división en tanto su búsqueda de identidad naufraga en la universalización de los estilos de vida comandados por la época. Tal comandancia sostenida por el amo moderno, a partir de una mutación de discurso, produce la realidad de la época. La deformación del discurso amo presentada por Lacan en la Conferencia de Milán, se genera por la inversión de los lugares del sujeto y del significante amo. De tal forma que el sujeto queda en contacto directo y sin la intermediación de la doble barra que lo distanciaba respecto del objeto a. Siendo el sujeto quien ostenta ahora el lugar del agente por precipitación al fondo del significante amo que otrora ordenaba. Se pasa así del reinado del ideal del yo al del yo ideal, en tanto están en la cúspide los objetos obturadores de la falta dispuestos a taponar lo que la época les indique. En otras palabras, la identificación a partir del Ideal del yo se hace frágil por la inconsistencia del Otro, quien ya no rige y, en su lugar, numerosos objetos imponen su presencia en tanto una voz atronadora empuja a una satisfacción directa e inmediata. El sujeto arbitra procurando sus identificaciones y buscando parecerse al objeto que consume dirigiéndose, como los primitivos, a adquirir los rasgos que el mismo detenta. De ahí que las identificaciones sean lábiles como meras imitaciones sin mediar la castración. El amo antiguo de la sociedad disciplinaria dejó paso al amo moderno de la sociedad del espectáculo, siendo tanta la mostración que embota al sujeto. Lo sumerge en un profundo adormecimiento que le impide ver, viéndose sólo a sí mismo y rechazando al Otro. Este rechazo que produce la ruptura del lazo social, está presente en cada una de las llamadas nuevas patologías de la época, donde la función del Otro simbólico ya no es efectiva.La actual conmoción cultural toca todos los aspectos de la vida y tiñe con sus matices al dispositivo propio del análisis, redoblando el rechazo a la lógica del no-todo propio de la castración, para enseñorear las leyes del mercado con su movimiento pendular del todo o nada. Ante el individualismo a ultranza contemporáneo, el psicoanálisis hace su oposición trabajando con el sujeto como efecto de discurso, haciendo lazo por la transferencia a partir del deseo del analista. Contrapuesto al mandato del amo moderno que está aliado a la tiránica exigencia superyoica de goce, el psicoanálisis posibilita el surgimiento del sujeto deseante. Para el tratamiento de lo real del síntoma el psicoanálisis se dirige por la vía del semblante. El analista como semblante del objeto a toma posición en el discurso y el sujeto se dirige a él suponiéndole un saber como efecto del establecimiento de la transferencia. El deseo del analista no reviste el mismo estatuto que el deseo del inconsciente y en su encuentro con el sujeto la transferencia opera como obstáculo a la relación dual. El deseo del analista funciona como sostén del objeto a y pone en juego un vacío posibilitador para el surgimiento del deseo del sujeto. Instala una distancia entre el Ideal y el objeto a atendiendo la demanda a la que no responde sino en un más allá del amor. Para lo cual se abstiene de comprender volviendo operativo el semblante como única vía de tratar lo real. El vacío que posibilita es ofrecido para hacer surgir la singularidad del sujeto que la época busca desconocer aplastándola con el rótulo de lo patológico que hay que eliminar, desde un pseudo discurso sin fisuras y sin pérdidas que impone la homogeneización de los estilos de vida sin cupo para la diferencia constantemente expulsada. Objetivos: -Ubicar el malestar de la civilización como algo de orden estructural que cada era conoce y los rasgos coyunturales de la época como característicos de la misma. Estos rasgos son efecto de un cúmulo de factores que marcan las coordenadas del momento a nivel social, político,económico, religioso, y de otros aspectos culturales. -Plantear las salidas posibles desde la perspectiva psicoanalítica a la problemática de la aporía actual. Metodología: Análisis teórico, descriptivo, expositivo y argumental dela temática propuesta para alcanzar los objetivos planteados. Resultados: Situación de las variables en juego en contexto actual que permiten abrir nuevos interrogantes a la altura de la subjetividad moderna. Conclusiones: Ante el individualismo a ultranza contemporáneo el psicoanálisis hace su oposición, trabajando con el sujeto como efecto de discurso, haciendo lazo con la transferencia a partir del deseo del analista. Contrapuesto al mandato del amo moderno que está aliado a la tiránica exigencia superyoica de goce, el psicoanálisis posibilita el surgimiento del sujeto deseante
Resumo:
El actual procesamiento de la información produjo cambios revolucionarios a nivel mundial creando lugares virtuales que borran las fronteras y las distancias operando con simultaneidad en la gran aldea mundial con incidencias en todos los aspectos de la vida humana. Las variables de comercialización que manejan las empresas sufrieron transformaciones irreversibles torneando e incluso creando la demanda de mercado mediante la oferta impuesta 'compré ya', 'no lo deje pasar', 'no se lo pierda' o 'no le puede faltar'-. En este orden la oferta ya no es una convocatoria sino un empuje al consumo al exhibir los objetos en lugares de elevada consideración y a la vez muy cerca de la mano para que nada falte. Sin embargo la multiplicidad de alternativas obtura toda elección, el deseo se embota y después del primer perfume todos quedan confundidos, por lo que no se adquiere ninguno o tal vez cualquiera. En el escenario mundializado no hay traza que simbolice la falta sino que sin demora y sin deseo comanda un imperativo de máxima satisfacción. El lugar del ideal ahora está ocupado por la exigencia superyoica al goce. Es la era de extravío de la subjetividad moderna en la que el Ideal del yo declinó de su función organizadora y el Otro al perder su consistencia, ya no lidera. Con esta caída se eleva en la cúspide social el Yo Ideal ostentando la perfección, belleza y eficiencia de los objetos de consumo, ante una masa ávida de satisfacción extrema y atenta a las promesas publicitarias. Todo simula estar al alcance, sin esfuerzos ni connotaciones de tiempo y espacio, por fuera de la castración y más allá del deseo. Apuntando, no ya a una introyección identificatoria simbólica sino, a la corta vía de la incorporación en la ilusión del consumo. El registro simbólico fue impactado por Freud al develar el malestar en la cultura introduciendo la renuncia pulsional como condición de su existencia misma, en tanto toca al lazo social. Con Lacan ya no leemos una renuncia y prohibición de goce sino una exigencia de gozar que traduce el malestar en la cultura en un impasse que se extiende en la civilización, como aporía que produce impotencia. La época incide en el dispositivo analítico en tanto afecta los semblantes y el analista al funcionar desde ese lugar, enfrenta obstáculos ya desde el inicio, con la instauración de la transferencia. Este lazo social inéd. ito es posible porque en tanto no hay relación, hay lazo a partir del discurso. Lo cual indica que se hace preciso pasar por el Otro del discurso para acceder a la sexualidad, a las cosas del amor. El amor de transferencia es el inicio o portal de toda la experiencia analítica que en la actualidad aparece ligado a una marcada renuencia. Desde su posición, el analista mantiene un vacío, no identificado al semblante de a sino funcionando como tal. Hacer de, sin serlo, le permite sostener la transferencia desde el deseo del analista a partir de un discurso. Las coordenadas de la época determinan un modo peculiar de entrada en análisis, dando características muy particulares al establecimiento de la transferencia, lo que exige estar al nivel de la subjetividad contemporánea para dar una respuesta posible en cada caso singular. Objetivos: - Situar el malestar en la cultura como estructural y las características coyunturales de la época. - Investigar sus incidencias en los estilos de vida y en la clínica psicoanalítica. - Trazado de respuestas posibles desde la perspectiva psicoanalítica a la problemática actual. Metodología: Análisis teórico, descriptivo, expositivo y argumental de la temática planteada dirigido hacia la consecución de los objetivos. Resultados: Arribo a interrogaciones y corolarios para la ubicación de las variables en juego: contexto actual, patologías de la época y su incidencia en los estilos de vida o modos de goce. Conclusiones: En un análisis el sujeto surge como efecto de la deriva significante en tanto se apunta a su deseo singular no subsumido en la demanda del Otro y liberado de un sometimiento productor
Resumo:
Se analiza la lucha fratricida entre Pedro I y Enrique II de Castilla a la luz del "Cuento de los Reyes" inserto en El Victorial, de Gutierre Díaz de Games, y de las Crónicas de Pero López de Ayala. En el transcurso de una guerra civil, inscripta en un conflicto aún mayor, la Guerra de los Cien Años, dos reyes luchan por la misma corona. Ya que Pedro I tiene un origen claramente legítimo, los cronistas, favorables al usurpador Enrique, deben crear para éste una legitimidad, basada en este caso en la denuncia del profundo daño que causa al reino la notoria inconducta del rey legítimo. Una vez perpetrado el doble crimen que significa el asesinato de Pedro a manos de Enrique ?a la vez fratricidio y regicidio? se ejerce la violencia en su función fundacional, instaurando a la vez un nuevo reinado y una nueva dinastía. Por otra parte, lo que sucede en la cúspide de la sociedad se repite en otros niveles, ya que en la guerra civil también se cometerían fratricidios, porque el enemigo no es el Otro, sino un Igual.
Resumo:
El contexto cultural atraviesa al sujeto apuntando a suturar su división en tanto su búsqueda de identidad naufraga en la universalización de los estilos de vida comandados por la época. Tal comandancia sostenida por el amo moderno, a partir de una mutación de discurso, produce la realidad de la época. La deformación del discurso amo presentada por Lacan en la Conferencia de Milán, se genera por la inversión de los lugares del sujeto y del significante amo. De tal forma que el sujeto queda en contacto directo y sin la intermediación de la doble barra que lo distanciaba respecto del objeto a. Siendo el sujeto quien ostenta ahora el lugar del agente por precipitación al fondo del significante amo que otrora ordenaba. Se pasa así del reinado del ideal del yo al del yo ideal, en tanto están en la cúspide los objetos obturadores de la falta dispuestos a taponar lo que la época les indique. En otras palabras, la identificación a partir del Ideal del yo se hace frágil por la inconsistencia del Otro, quien ya no rige y, en su lugar, numerosos objetos imponen su presencia en tanto una voz atronadora empuja a una satisfacción directa e inmediata. El sujeto arbitra procurando sus identificaciones y buscando parecerse al objeto que consume dirigiéndose, como los primitivos, a adquirir los rasgos que el mismo detenta. De ahí que las identificaciones sean lábiles como meras imitaciones sin mediar la castración. El amo antiguo de la sociedad disciplinaria dejó paso al amo moderno de la sociedad del espectáculo, siendo tanta la mostración que embota al sujeto. Lo sumerge en un profundo adormecimiento que le impide ver, viéndose sólo a sí mismo y rechazando al Otro. Este rechazo que produce la ruptura del lazo social, está presente en cada una de las llamadas nuevas patologías de la época, donde la función del Otro simbólico ya no es efectiva.La actual conmoción cultural toca todos los aspectos de la vida y tiñe con sus matices al dispositivo propio del análisis, redoblando el rechazo a la lógica del no-todo propio de la castración, para enseñorear las leyes del mercado con su movimiento pendular del todo o nada. Ante el individualismo a ultranza contemporáneo, el psicoanálisis hace su oposición trabajando con el sujeto como efecto de discurso, haciendo lazo por la transferencia a partir del deseo del analista. Contrapuesto al mandato del amo moderno que está aliado a la tiránica exigencia superyoica de goce, el psicoanálisis posibilita el surgimiento del sujeto deseante. Para el tratamiento de lo real del síntoma el psicoanálisis se dirige por la vía del semblante. El analista como semblante del objeto a toma posición en el discurso y el sujeto se dirige a él suponiéndole un saber como efecto del establecimiento de la transferencia. El deseo del analista no reviste el mismo estatuto que el deseo del inconsciente y en su encuentro con el sujeto la transferencia opera como obstáculo a la relación dual. El deseo del analista funciona como sostén del objeto a y pone en juego un vacío posibilitador para el surgimiento del deseo del sujeto. Instala una distancia entre el Ideal y el objeto a atendiendo la demanda a la que no responde sino en un más allá del amor. Para lo cual se abstiene de comprender volviendo operativo el semblante como única vía de tratar lo real. El vacío que posibilita es ofrecido para hacer surgir la singularidad del sujeto que la época busca desconocer aplastándola con el rótulo de lo patológico que hay que eliminar, desde un pseudo discurso sin fisuras y sin pérdidas que impone la homogeneización de los estilos de vida sin cupo para la diferencia constantemente expulsada. Objetivos: -Ubicar el malestar de la civilización como algo de orden estructural que cada era conoce y los rasgos coyunturales de la época como característicos de la misma. Estos rasgos son efecto de un cúmulo de factores que marcan las coordenadas del momento a nivel social, político,económico, religioso, y de otros aspectos culturales. -Plantear las salidas posibles desde la perspectiva psicoanalítica a la problemática de la aporía actual. Metodología: Análisis teórico, descriptivo, expositivo y argumental dela temática propuesta para alcanzar los objetivos planteados. Resultados: Situación de las variables en juego en contexto actual que permiten abrir nuevos interrogantes a la altura de la subjetividad moderna. Conclusiones: Ante el individualismo a ultranza contemporáneo el psicoanálisis hace su oposición, trabajando con el sujeto como efecto de discurso, haciendo lazo con la transferencia a partir del deseo del analista. Contrapuesto al mandato del amo moderno que está aliado a la tiránica exigencia superyoica de goce, el psicoanálisis posibilita el surgimiento del sujeto deseante
Resumo:
El contexto cultural atraviesa al sujeto apuntando a suturar su división en tanto su búsqueda de identidad naufraga en la universalización de los estilos de vida comandados por la época. Tal comandancia sostenida por el amo moderno, a partir de una mutación de discurso, produce la realidad de la época. La deformación del discurso amo presentada por Lacan en la Conferencia de Milán, se genera por la inversión de los lugares del sujeto y del significante amo. De tal forma que el sujeto queda en contacto directo y sin la intermediación de la doble barra que lo distanciaba respecto del objeto a. Siendo el sujeto quien ostenta ahora el lugar del agente por precipitación al fondo del significante amo que otrora ordenaba. Se pasa así del reinado del ideal del yo al del yo ideal, en tanto están en la cúspide los objetos obturadores de la falta dispuestos a taponar lo que la época les indique. En otras palabras, la identificación a partir del Ideal del yo se hace frágil por la inconsistencia del Otro, quien ya no rige y, en su lugar, numerosos objetos imponen su presencia en tanto una voz atronadora empuja a una satisfacción directa e inmediata. El sujeto arbitra procurando sus identificaciones y buscando parecerse al objeto que consume dirigiéndose, como los primitivos, a adquirir los rasgos que el mismo detenta. De ahí que las identificaciones sean lábiles como meras imitaciones sin mediar la castración. El amo antiguo de la sociedad disciplinaria dejó paso al amo moderno de la sociedad del espectáculo, siendo tanta la mostración que embota al sujeto. Lo sumerge en un profundo adormecimiento que le impide ver, viéndose sólo a sí mismo y rechazando al Otro. Este rechazo que produce la ruptura del lazo social, está presente en cada una de las llamadas nuevas patologías de la época, donde la función del Otro simbólico ya no es efectiva.La actual conmoción cultural toca todos los aspectos de la vida y tiñe con sus matices al dispositivo propio del análisis, redoblando el rechazo a la lógica del no-todo propio de la castración, para enseñorear las leyes del mercado con su movimiento pendular del todo o nada. Ante el individualismo a ultranza contemporáneo, el psicoanálisis hace su oposición trabajando con el sujeto como efecto de discurso, haciendo lazo por la transferencia a partir del deseo del analista. Contrapuesto al mandato del amo moderno que está aliado a la tiránica exigencia superyoica de goce, el psicoanálisis posibilita el surgimiento del sujeto deseante. Para el tratamiento de lo real del síntoma el psicoanálisis se dirige por la vía del semblante. El analista como semblante del objeto a toma posición en el discurso y el sujeto se dirige a él suponiéndole un saber como efecto del establecimiento de la transferencia. El deseo del analista no reviste el mismo estatuto que el deseo del inconsciente y en su encuentro con el sujeto la transferencia opera como obstáculo a la relación dual. El deseo del analista funciona como sostén del objeto a y pone en juego un vacío posibilitador para el surgimiento del deseo del sujeto. Instala una distancia entre el Ideal y el objeto a atendiendo la demanda a la que no responde sino en un más allá del amor. Para lo cual se abstiene de comprender volviendo operativo el semblante como única vía de tratar lo real. El vacío que posibilita es ofrecido para hacer surgir la singularidad del sujeto que la época busca desconocer aplastándola con el rótulo de lo patológico que hay que eliminar, desde un pseudo discurso sin fisuras y sin pérdidas que impone la homogeneización de los estilos de vida sin cupo para la diferencia constantemente expulsada. Objetivos: -Ubicar el malestar de la civilización como algo de orden estructural que cada era conoce y los rasgos coyunturales de la época como característicos de la misma. Estos rasgos son efecto de un cúmulo de factores que marcan las coordenadas del momento a nivel social, político,económico, religioso, y de otros aspectos culturales. -Plantear las salidas posibles desde la perspectiva psicoanalítica a la problemática de la aporía actual. Metodología: Análisis teórico, descriptivo, expositivo y argumental dela temática propuesta para alcanzar los objetivos planteados. Resultados: Situación de las variables en juego en contexto actual que permiten abrir nuevos interrogantes a la altura de la subjetividad moderna. Conclusiones: Ante el individualismo a ultranza contemporáneo el psicoanálisis hace su oposición, trabajando con el sujeto como efecto de discurso, haciendo lazo con la transferencia a partir del deseo del analista. Contrapuesto al mandato del amo moderno que está aliado a la tiránica exigencia superyoica de goce, el psicoanálisis posibilita el surgimiento del sujeto deseante
Resumo:
El actual procesamiento de la información produjo cambios revolucionarios a nivel mundial creando lugares virtuales que borran las fronteras y las distancias operando con simultaneidad en la gran aldea mundial con incidencias en todos los aspectos de la vida humana. Las variables de comercialización que manejan las empresas sufrieron transformaciones irreversibles torneando e incluso creando la demanda de mercado mediante la oferta impuesta 'compré ya', 'no lo deje pasar', 'no se lo pierda' o 'no le puede faltar'-. En este orden la oferta ya no es una convocatoria sino un empuje al consumo al exhibir los objetos en lugares de elevada consideración y a la vez muy cerca de la mano para que nada falte. Sin embargo la multiplicidad de alternativas obtura toda elección, el deseo se embota y después del primer perfume todos quedan confundidos, por lo que no se adquiere ninguno o tal vez cualquiera. En el escenario mundializado no hay traza que simbolice la falta sino que sin demora y sin deseo comanda un imperativo de máxima satisfacción. El lugar del ideal ahora está ocupado por la exigencia superyoica al goce. Es la era de extravío de la subjetividad moderna en la que el Ideal del yo declinó de su función organizadora y el Otro al perder su consistencia, ya no lidera. Con esta caída se eleva en la cúspide social el Yo Ideal ostentando la perfección, belleza y eficiencia de los objetos de consumo, ante una masa ávida de satisfacción extrema y atenta a las promesas publicitarias. Todo simula estar al alcance, sin esfuerzos ni connotaciones de tiempo y espacio, por fuera de la castración y más allá del deseo. Apuntando, no ya a una introyección identificatoria simbólica sino, a la corta vía de la incorporación en la ilusión del consumo. El registro simbólico fue impactado por Freud al develar el malestar en la cultura introduciendo la renuncia pulsional como condición de su existencia misma, en tanto toca al lazo social. Con Lacan ya no leemos una renuncia y prohibición de goce sino una exigencia de gozar que traduce el malestar en la cultura en un impasse que se extiende en la civilización, como aporía que produce impotencia. La época incide en el dispositivo analítico en tanto afecta los semblantes y el analista al funcionar desde ese lugar, enfrenta obstáculos ya desde el inicio, con la instauración de la transferencia. Este lazo social inéd. ito es posible porque en tanto no hay relación, hay lazo a partir del discurso. Lo cual indica que se hace preciso pasar por el Otro del discurso para acceder a la sexualidad, a las cosas del amor. El amor de transferencia es el inicio o portal de toda la experiencia analítica que en la actualidad aparece ligado a una marcada renuencia. Desde su posición, el analista mantiene un vacío, no identificado al semblante de a sino funcionando como tal. Hacer de, sin serlo, le permite sostener la transferencia desde el deseo del analista a partir de un discurso. Las coordenadas de la época determinan un modo peculiar de entrada en análisis, dando características muy particulares al establecimiento de la transferencia, lo que exige estar al nivel de la subjetividad contemporánea para dar una respuesta posible en cada caso singular. Objetivos: - Situar el malestar en la cultura como estructural y las características coyunturales de la época. - Investigar sus incidencias en los estilos de vida y en la clínica psicoanalítica. - Trazado de respuestas posibles desde la perspectiva psicoanalítica a la problemática actual. Metodología: Análisis teórico, descriptivo, expositivo y argumental de la temática planteada dirigido hacia la consecución de los objetivos. Resultados: Arribo a interrogaciones y corolarios para la ubicación de las variables en juego: contexto actual, patologías de la época y su incidencia en los estilos de vida o modos de goce. Conclusiones: En un análisis el sujeto surge como efecto de la deriva significante en tanto se apunta a su deseo singular no subsumido en la demanda del Otro y liberado de un sometimiento productor
Resumo:
Se analiza la lucha fratricida entre Pedro I y Enrique II de Castilla a la luz del "Cuento de los Reyes" inserto en El Victorial, de Gutierre Díaz de Games, y de las Crónicas de Pero López de Ayala. En el transcurso de una guerra civil, inscripta en un conflicto aún mayor, la Guerra de los Cien Años, dos reyes luchan por la misma corona. Ya que Pedro I tiene un origen claramente legítimo, los cronistas, favorables al usurpador Enrique, deben crear para éste una legitimidad, basada en este caso en la denuncia del profundo daño que causa al reino la notoria inconducta del rey legítimo. Una vez perpetrado el doble crimen que significa el asesinato de Pedro a manos de Enrique ?a la vez fratricidio y regicidio? se ejerce la violencia en su función fundacional, instaurando a la vez un nuevo reinado y una nueva dinastía. Por otra parte, lo que sucede en la cúspide de la sociedad se repite en otros niveles, ya que en la guerra civil también se cometerían fratricidios, porque el enemigo no es el Otro, sino un Igual.