35 resultados para Calderón de la Barca, Pedro, 1600-1681
em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina
Resumo:
El trabajo tiene como objetivo presentar el teatro del célebre dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca, perteneciente al barroco del siglo XVII, para destacar la importancia y pervivencia de este género canónico y la posible vinculación con el realismo argentino en el teatro de las décadas del '60 al '70. De su vastísima obra, el corpus elegido será la trilogía del honor, considerando sus rasgos generales. El médico de su honra y El pintor de su deshonra, se analizarán desde una perspectiva temática más algunos de sus elementos constructivos comunes, pues encontramos un evidente paralelismo en ambos dramas. Con respecto a la obra A secreto agravio, secreta venganza, se estudiará a partir de la ejemplificación de pasajes significativos que develan la implementación de recursos discursivos característicos del género y del barroco y los que a su vez, se pueden confrontar en obras más modernas. Calderón, en su época, utiliza procedimientos constructivos que se ajustan por ejemplo al realismo del teatro argentino. Significa que aunque las obras y movimientos pertenezcan a otro orden cultural, con épocas, espacios y receptores diferentes, contextualizadas cada una en su problemática y para testimoniar diferentes cuestiones, en estas se advierten similitudes constructivas, por ser propias del género dramático aunque las técnicas y recursos retóricos cambien. Ellas se resemantizan por diferentes fenómenos de intersección o de conexión y estos principios se van a adaptar y emergen en la producción teatral argentina entre 1960 a 1970. Para sustentar el trabajo, se determinarán las características sobresalientes del período en cuestión para luego comentar algunos aspectos de las obras de sus representantes. Nos interesó la obra de Carlos Gorostiza y Roberto Cossa. Acerca de esta relación planteada es viable la opinión del profesor Osvaldo Pellettieri (1992:73) quien dice: "De la simple consideración de que toda persona que escribe, dirige, lee o ve un espectáculo teatral es el resultado de un pasado que actúa sobre ella, sea o no consciente de ello, conozca o no sus detalles, no es difícil deducir la categoría de historicidad del teatro. Simultáneamente el presente de este arte, en cada representación, resignifica constantemente su pasado".
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El trabajo tiene como objetivo presentar el teatro del célebre dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca, perteneciente al barroco del siglo XVII, para destacar la importancia y pervivencia de este género canónico y la posible vinculación con el realismo argentino en el teatro de las décadas del '60 al '70. De su vastísima obra, el corpus elegido será la trilogía del honor, considerando sus rasgos generales. El médico de su honra y El pintor de su deshonra, se analizarán desde una perspectiva temática más algunos de sus elementos constructivos comunes, pues encontramos un evidente paralelismo en ambos dramas. Con respecto a la obra A secreto agravio, secreta venganza, se estudiará a partir de la ejemplificación de pasajes significativos que develan la implementación de recursos discursivos característicos del género y del barroco y los que a su vez, se pueden confrontar en obras más modernas. Calderón, en su época, utiliza procedimientos constructivos que se ajustan por ejemplo al realismo del teatro argentino. Significa que aunque las obras y movimientos pertenezcan a otro orden cultural, con épocas, espacios y receptores diferentes, contextualizadas cada una en su problemática y para testimoniar diferentes cuestiones, en estas se advierten similitudes constructivas, por ser propias del género dramático aunque las técnicas y recursos retóricos cambien. Ellas se resemantizan por diferentes fenómenos de intersección o de conexión y estos principios se van a adaptar y emergen en la producción teatral argentina entre 1960 a 1970. Para sustentar el trabajo, se determinarán las características sobresalientes del período en cuestión para luego comentar algunos aspectos de las obras de sus representantes. Nos interesó la obra de Carlos Gorostiza y Roberto Cossa. Acerca de esta relación planteada es viable la opinión del profesor Osvaldo Pellettieri (1992:73) quien dice: "De la simple consideración de que toda persona que escribe, dirige, lee o ve un espectáculo teatral es el resultado de un pasado que actúa sobre ella, sea o no consciente de ello, conozca o no sus detalles, no es difícil deducir la categoría de historicidad del teatro. Simultáneamente el presente de este arte, en cada representación, resignifica constantemente su pasado".
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El trabajo tiene como objetivo presentar el teatro del célebre dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca, perteneciente al barroco del siglo XVII, para destacar la importancia y pervivencia de este género canónico y la posible vinculación con el realismo argentino en el teatro de las décadas del '60 al '70. De su vastísima obra, el corpus elegido será la trilogía del honor, considerando sus rasgos generales. El médico de su honra y El pintor de su deshonra, se analizarán desde una perspectiva temática más algunos de sus elementos constructivos comunes, pues encontramos un evidente paralelismo en ambos dramas. Con respecto a la obra A secreto agravio, secreta venganza, se estudiará a partir de la ejemplificación de pasajes significativos que develan la implementación de recursos discursivos característicos del género y del barroco y los que a su vez, se pueden confrontar en obras más modernas. Calderón, en su época, utiliza procedimientos constructivos que se ajustan por ejemplo al realismo del teatro argentino. Significa que aunque las obras y movimientos pertenezcan a otro orden cultural, con épocas, espacios y receptores diferentes, contextualizadas cada una en su problemática y para testimoniar diferentes cuestiones, en estas se advierten similitudes constructivas, por ser propias del género dramático aunque las técnicas y recursos retóricos cambien. Ellas se resemantizan por diferentes fenómenos de intersección o de conexión y estos principios se van a adaptar y emergen en la producción teatral argentina entre 1960 a 1970. Para sustentar el trabajo, se determinarán las características sobresalientes del período en cuestión para luego comentar algunos aspectos de las obras de sus representantes. Nos interesó la obra de Carlos Gorostiza y Roberto Cossa. Acerca de esta relación planteada es viable la opinión del profesor Osvaldo Pellettieri (1992:73) quien dice: "De la simple consideración de que toda persona que escribe, dirige, lee o ve un espectáculo teatral es el resultado de un pasado que actúa sobre ella, sea o no consciente de ello, conozca o no sus detalles, no es difícil deducir la categoría de historicidad del teatro. Simultáneamente el presente de este arte, en cada representación, resignifica constantemente su pasado".
Resumo:
En la presente ponencia aspiramos analizar la función política que cumplió el teatro de Pedro Calderón de la Barca en la España del Siglo de Oro como medio de propaganda de la ideología oficial del Régimen, la Razón Católica de Estado. Para cumplir este cometido nos centraremos en el análisis del mensaje teatral. Análisis que no sólo tiene en cuenta la ideología oficial sino también las críticas al régimen en pos de una evaluación global sobre la eficacia del teatro del vate español como medio de adoctrinamiento de masas.
Resumo:
En la presente ponencia aspiramos analizar la función política que cumplió el teatro de Pedro Calderón de la Barca en la España del Siglo de Oro como medio de propaganda de la ideología oficial del Régimen, la Razón Católica de Estado. Para cumplir este cometido nos centraremos en el análisis del mensaje teatral. Análisis que no sólo tiene en cuenta la ideología oficial sino también las críticas al régimen en pos de una evaluación global sobre la eficacia del teatro del vate español como medio de adoctrinamiento de masas.
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En la presente ponencia aspiramos analizar la función política que cumplió el teatro de Pedro Calderón de la Barca en la España del Siglo de Oro como medio de propaganda de la ideología oficial del Régimen, la Razón Católica de Estado. Para cumplir este cometido nos centraremos en el análisis del mensaje teatral. Análisis que no sólo tiene en cuenta la ideología oficial sino también las críticas al régimen en pos de una evaluación global sobre la eficacia del teatro del vate español como medio de adoctrinamiento de masas.
Resumo:
La comunicación tiene como objetivo apuntar y discutir el desplazamiento espacial, el juego de oposiciones, el doble espacio que el personaje Hércules ocupa en la obra de Calderón, Fieras afemina amor. La teoría del no lugar, de Marc Augé, además de referirse a espacios de tránsito de personas como aeropuertos y shoppings se ajusta perfectamente al aspecto sociocultural. De esta forma, la utilizaremos como base teórica, una vez que el héroe se desplaza de su lugar natural, el campo, hasta el jardín del castelo, hecho que, según Augé, hace con que se borre la identidad.
Resumo:
La comunicación tiene como objetivo apuntar y discutir el desplazamiento espacial, el juego de oposiciones, el doble espacio que el personaje Hércules ocupa en la obra de Calderón, Fieras afemina amor. La teoría del no lugar, de Marc Augé, además de referirse a espacios de tránsito de personas como aeropuertos y shoppings se ajusta perfectamente al aspecto sociocultural. De esta forma, la utilizaremos como base teórica, una vez que el héroe se desplaza de su lugar natural, el campo, hasta el jardín del castelo, hecho que, según Augé, hace con que se borre la identidad.
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La comunicación tiene como objetivo apuntar y discutir el desplazamiento espacial, el juego de oposiciones, el doble espacio que el personaje Hércules ocupa en la obra de Calderón, Fieras afemina amor. La teoría del no lugar, de Marc Augé, además de referirse a espacios de tránsito de personas como aeropuertos y shoppings se ajusta perfectamente al aspecto sociocultural. De esta forma, la utilizaremos como base teórica, una vez que el héroe se desplaza de su lugar natural, el campo, hasta el jardín del castelo, hecho que, según Augé, hace con que se borre la identidad.
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Mucho se ha escrito acerca de la fascinación de Calderón por la pintura, como lo prueban suDeposición en defensa de aquel arte y de sus hacedores, las tramoyas y grandiosas escenografías en los montajes de su teatro palaciego y la incorporación de diversas técnicas de visualización pictórica en la escritura de sus comedias, tal como sucede en Darlo todo y no dar nada (1651). Los cuatro retratos materialmente existentes en su realización escénicainvolucran a Alejandro Magno, Apeles y Campaspe y comprometen la decisiva intervención del filósofo Diógenes, contrafigura del Príncipe. Pero los retratos -más allá de su funciónexplícita en la trama de la comedia- se erigen en claves visualizadoras de las antinomiasrealidad/artificio, verdad/ trampantojo. Estos espejos abreviados del sentido profundo de la comedia, simultáneamente refieren elípticamente al presente histórico del lector/espectadordel Seiscientos y expresan una tendencia innovadora dentro del espectro metateatral barroco. La pintura en el teatro, axis de la comedia, puede ser espejo que duplica el ser o cristalengañosamente transparente, político, cuando el retratado es Alejandro, cuyo poderío convierte al mundo en "línea de su imperio". Parafraseando a Diógenes, deus ex machina ydoble del dramaturgo, es forzoso que la ciencia, "contra los achaques del siglo" acuda al artificio del artificio teatral, esto es, al metateatro, para desenmascarar la paradojal trama del poder imperial de Felipe IV.
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Mucho se ha escrito acerca de la fascinación de Calderón por la pintura, como lo prueban suDeposición en defensa de aquel arte y de sus hacedores, las tramoyas y grandiosas escenografías en los montajes de su teatro palaciego y la incorporación de diversas técnicas de visualización pictórica en la escritura de sus comedias, tal como sucede en Darlo todo y no dar nada (1651). Los cuatro retratos materialmente existentes en su realización escénicainvolucran a Alejandro Magno, Apeles y Campaspe y comprometen la decisiva intervención del filósofo Diógenes, contrafigura del Príncipe. Pero los retratos -más allá de su funciónexplícita en la trama de la comedia- se erigen en claves visualizadoras de las antinomiasrealidad/artificio, verdad/ trampantojo. Estos espejos abreviados del sentido profundo de la comedia, simultáneamente refieren elípticamente al presente histórico del lector/espectadordel Seiscientos y expresan una tendencia innovadora dentro del espectro metateatral barroco. La pintura en el teatro, axis de la comedia, puede ser espejo que duplica el ser o cristalengañosamente transparente, político, cuando el retratado es Alejandro, cuyo poderío convierte al mundo en "línea de su imperio". Parafraseando a Diógenes, deus ex machina ydoble del dramaturgo, es forzoso que la ciencia, "contra los achaques del siglo" acuda al artificio del artificio teatral, esto es, al metateatro, para desenmascarar la paradojal trama del poder imperial de Felipe IV.
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Mucho se ha escrito acerca de la fascinación de Calderón por la pintura, como lo prueban suDeposición en defensa de aquel arte y de sus hacedores, las tramoyas y grandiosas escenografías en los montajes de su teatro palaciego y la incorporación de diversas técnicas de visualización pictórica en la escritura de sus comedias, tal como sucede en Darlo todo y no dar nada (1651). Los cuatro retratos materialmente existentes en su realización escénicainvolucran a Alejandro Magno, Apeles y Campaspe y comprometen la decisiva intervención del filósofo Diógenes, contrafigura del Príncipe. Pero los retratos -más allá de su funciónexplícita en la trama de la comedia- se erigen en claves visualizadoras de las antinomiasrealidad/artificio, verdad/ trampantojo. Estos espejos abreviados del sentido profundo de la comedia, simultáneamente refieren elípticamente al presente histórico del lector/espectadordel Seiscientos y expresan una tendencia innovadora dentro del espectro metateatral barroco. La pintura en el teatro, axis de la comedia, puede ser espejo que duplica el ser o cristalengañosamente transparente, político, cuando el retratado es Alejandro, cuyo poderío convierte al mundo en "línea de su imperio". Parafraseando a Diógenes, deus ex machina ydoble del dramaturgo, es forzoso que la ciencia, "contra los achaques del siglo" acuda al artificio del artificio teatral, esto es, al metateatro, para desenmascarar la paradojal trama del poder imperial de Felipe IV.
Resumo:
El objetivo de la presente comunicación es pensar al personaje Don Quijote de la Mancha bajo la perspectiva de Miguel de Unamuno, a partir principalmente de sus textos Vida de Don Quijote y Sancho y El caballero de la triste figura, ambos en diálogo con el poema Letanía de Nuestro Señor Don Quijote, de Rubén Darío. De acuerdo con Unamuno, Don Quijote es el caballero de la fe, pero de la fe basada en la duda. Se pretende así rescatar el sentido de la fe quijotesca y profundizar la idea de la vida como sueño (ya presentada en la obra de Pedro Calderón de la Barca), adentrándose la noción unamuniana vital y comprendiendo la defensa del autor de hacer revivir lo quijotesco en cada uno
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El objetivo de la presente comunicación es pensar al personaje Don Quijote de la Mancha bajo la perspectiva de Miguel de Unamuno, a partir principalmente de sus textos Vida de Don Quijote y Sancho y El caballero de la triste figura, ambos en diálogo con el poema Letanía de Nuestro Señor Don Quijote, de Rubén Darío. De acuerdo con Unamuno, Don Quijote es el caballero de la fe, pero de la fe basada en la duda. Se pretende así rescatar el sentido de la fe quijotesca y profundizar la idea de la vida como sueño (ya presentada en la obra de Pedro Calderón de la Barca), adentrándose la noción unamuniana vital y comprendiendo la defensa del autor de hacer revivir lo quijotesco en cada uno
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El objetivo de la presente comunicación es pensar al personaje Don Quijote de la Mancha bajo la perspectiva de Miguel de Unamuno, a partir principalmente de sus textos Vida de Don Quijote y Sancho y El caballero de la triste figura, ambos en diálogo con el poema Letanía de Nuestro Señor Don Quijote, de Rubén Darío. De acuerdo con Unamuno, Don Quijote es el caballero de la fe, pero de la fe basada en la duda. Se pretende así rescatar el sentido de la fe quijotesca y profundizar la idea de la vida como sueño (ya presentada en la obra de Pedro Calderón de la Barca), adentrándose la noción unamuniana vital y comprendiendo la defensa del autor de hacer revivir lo quijotesco en cada uno