24 resultados para Bien jurídico colectivo

em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina


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A lo largo del siglo XX, y aún a comienzos del siglo XXI, la mayor parte de los estudios sobre la obra de Paul Ricoeur han enfatizado sus escritos fenomenológico-existenciales y su posterior filosofía hermenéutica. Como corolario, su legado filosófico parece mayormente limitarse a una pretensión fenomenológico-hermenéutica, ocasionalmente mediada por el estructuralismo, enraizada en el campo de una antropología filosófica. No se trata de impugnar aquí que la cuestión del "sujeto", o mejor, del "sí mismo", sea individual o colectivo -tal como aparece en el lenguaje técnico de Soi-même comme un autre (1990)-, se erige como un tema central en su vasta obra. Tampoco es cuestión de negar que si bien sus escritos constituyen, como él mismo advierte, "la estructura de recepción para la filosofía política [...] Esta filosofía política queda por hacer" (ver Ricoeur, P., "Le philosophe et le politique devant la question de la liberté", 1969). Lo que sí se intentará destacar es que, como enseña nuestro pensador en "Le paradoxe politique" (1957), "[...] la humanidad viene al hombre por medio del cuerpo político [...] que el individuo no se hace humano más que en esa totalidad que es la 'universalidad de los ciudadanos'". Sirva la cita al solo efecto de mostrar que si bien no elaboró una filosofía política metódica, que su investigación se detuvo en el umbral de lo político en el sentido preciso de una teoría del Estado y que existe escasísima bibliografía secundaria sobre el tema, su interés por la filosofía política no estuvo ausente en su obra. Como advierte y en gran parte muestra su principal biógrafo, François Dosse, "[p]or el contrario, sus trabajos siempre se nutrieron de la filosofía política". Bajo esta premisa, se rastrearán sus reflexiones políticas, primero ocasionales y dispersas, luego un poco más sistemáticas, desde el que el propio Ricoeur considera su texto seminal en la materia, el ya citado artículo "Le paradoxe politique", hasta su última obra publicada en vida, Parcours de la reconnaissance (2004). Aclarado el punto de partida, la hipótesis de este trabajo -enunciada de manera sumaria- es que si bien el hilo conductor, y a su vez el telos, de su pensamiento político es el "vivir-bien" -razón por la cual lo político y lo ético de algún modo se co-implican sin fusionarse-, mientras sus trabajos tempranos apuntan a una síntesis entre libertad e institución, en el marco de una filosofía política autonomizada de lo económico; en los textos tardíos la síntesis es entre justicia e institución, en el dominio de una filosofía política que se resiste a ser reducida a lo jurídico. Enunciada la hipótesis y dentro de una reconstrucción que podría calificarse de escalonada, se expondrán y se hará el esfuerzo cuasi inédito de articular, siguiendo un orden mayormente cronológico y en la medida de lo posible también contextual, los hitos principales del legado político de Ricoeur. Se declinará explícitamente todo intento de elaborar un sistema político orgánico porque si bien en sus escritos aparecen una y otra vez las nociones básicas de la filosofía política tradicional -Estado, poder, institución, contrato, violencia, etc.-, como dice con acierto Dauenhauer en "Ricoeur and the Tasks of Citenzenship" (2002): "Ricoeur no ha desarrollado una filosofía política comprehensiva, sistemática, que se dirija a los principales asuntos políticos [...] Aunque su pensamiento político no está desprovisto de principios afianzados que conforman una unidad genuina"

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A lo largo del siglo XX, y aún a comienzos del siglo XXI, la mayor parte de los estudios sobre la obra de Paul Ricoeur han enfatizado sus escritos fenomenológico-existenciales y su posterior filosofía hermenéutica. Como corolario, su legado filosófico parece mayormente limitarse a una pretensión fenomenológico-hermenéutica, ocasionalmente mediada por el estructuralismo, enraizada en el campo de una antropología filosófica. No se trata de impugnar aquí que la cuestión del "sujeto", o mejor, del "sí mismo", sea individual o colectivo -tal como aparece en el lenguaje técnico de Soi-même comme un autre (1990)-, se erige como un tema central en su vasta obra. Tampoco es cuestión de negar que si bien sus escritos constituyen, como él mismo advierte, "la estructura de recepción para la filosofía política [...] Esta filosofía política queda por hacer" (ver Ricoeur, P., "Le philosophe et le politique devant la question de la liberté", 1969). Lo que sí se intentará destacar es que, como enseña nuestro pensador en "Le paradoxe politique" (1957), "[...] la humanidad viene al hombre por medio del cuerpo político [...] que el individuo no se hace humano más que en esa totalidad que es la 'universalidad de los ciudadanos'". Sirva la cita al solo efecto de mostrar que si bien no elaboró una filosofía política metódica, que su investigación se detuvo en el umbral de lo político en el sentido preciso de una teoría del Estado y que existe escasísima bibliografía secundaria sobre el tema, su interés por la filosofía política no estuvo ausente en su obra. Como advierte y en gran parte muestra su principal biógrafo, François Dosse, "[p]or el contrario, sus trabajos siempre se nutrieron de la filosofía política". Bajo esta premisa, se rastrearán sus reflexiones políticas, primero ocasionales y dispersas, luego un poco más sistemáticas, desde el que el propio Ricoeur considera su texto seminal en la materia, el ya citado artículo "Le paradoxe politique", hasta su última obra publicada en vida, Parcours de la reconnaissance (2004). Aclarado el punto de partida, la hipótesis de este trabajo -enunciada de manera sumaria- es que si bien el hilo conductor, y a su vez el telos, de su pensamiento político es el "vivir-bien" -razón por la cual lo político y lo ético de algún modo se co-implican sin fusionarse-, mientras sus trabajos tempranos apuntan a una síntesis entre libertad e institución, en el marco de una filosofía política autonomizada de lo económico; en los textos tardíos la síntesis es entre justicia e institución, en el dominio de una filosofía política que se resiste a ser reducida a lo jurídico. Enunciada la hipótesis y dentro de una reconstrucción que podría calificarse de escalonada, se expondrán y se hará el esfuerzo cuasi inédito de articular, siguiendo un orden mayormente cronológico y en la medida de lo posible también contextual, los hitos principales del legado político de Ricoeur. Se declinará explícitamente todo intento de elaborar un sistema político orgánico porque si bien en sus escritos aparecen una y otra vez las nociones básicas de la filosofía política tradicional -Estado, poder, institución, contrato, violencia, etc.-, como dice con acierto Dauenhauer en "Ricoeur and the Tasks of Citenzenship" (2002): "Ricoeur no ha desarrollado una filosofía política comprehensiva, sistemática, que se dirija a los principales asuntos políticos [...] Aunque su pensamiento político no está desprovisto de principios afianzados que conforman una unidad genuina"

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Abordamos en Antígona la voz nómos utilizada por la protagonista en su último discurso (vv. 908 y 914). Con ese término califica la razón de su proceder, que justifica contraponiendo su condición como hermana del muerto a una potencial situación como esposa o madre de un difunto. Pese al uso de nómos, observa Etxabe (2009: 61), tales palabras no han sido articuladas con un argumento legal; no obstante, a un estudio con tales propósitos pareciera poder objetarse el hecho de que el léxico jurídico implica ante todo generalidad, lo que entraría en contradicción con la particularidad y excepcionalidad que caracteriza aquello que Antígona califica como nómos. Revisamos entonces qué implica para Antígona el entierro de su hermano y luego abordamos el asunto desde los estudios más recientes sobre la legalidad griega, atendiendo especialmente al ordenamiento del sistema jurídico que tiene lugar en el siglo V a.C., y que implica un cambio de actitud con respecto a las leyes no escritas frecuentemente asociadas a Antígona

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O presente trabalho visa a uma análise dos articuladores textuais, enquanto recursos retóricos e persuasivos presentes no discurso jurídico, sendo que, o corpus abarca recortes de discursos judiciários colhidos durante a sessao de júri na cidade de PE-Sao Paulo. Os dados evidenciaram que, a presença dos articuladores argumentativos influenciou na decisao final do referido julgamento

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En las novelas españolas de las últimas décadas, abundan las referencias a las artes plásticas, en particular a la pintura. No se trata de simples alusiones, sino de descripciones más o menos detalladas de cuadros e incluso de las reproducciones de estos, que se presentan como metáforas condensadoras de conflictos humanos presentes en los relatos (Sefarad, de Antonio Muñoz Molina o Tu rostro mañana, de Javier Marías). También se encuentran títulos que aluden a quienes producen arte o a las mismas obras y, a la vez, a la memoria de los protagonistas (El pintor de batallas, de Arturo Pérez Reverte o El jinete polaco, de Muñoz Molina); o bien se introducen algunos temas vinculados a la pintura, como el mercado del arte, el dinero y el poder (Corazón tan blanco, de Marías o Los viejos amigos, de Rafael Chirbes). Casi todas las novelas coinciden en que la referencia a la imagen pictórica es una vía de acceso a la recuperación de un pasado personal o colectivo, es decir la imagen está estrechamente asociada a la propia historia o a la Historia, y sirve para reflexionar sobre ella.

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Este trabajo de reflexión se propone evidenciar que en Cementerio de automóviles de Fernando Arrabal, la pasión de Cristo no pasa de un modelo, un paradigma, para un argumento o asunto, que pierde relevancia frente a la acción, al acto. Al contrario de lo que nos puede inducir el nombre ?cementerio?, esta obra se centra en el proceso, pues consta de etapas sucesivas y repetidas. En este cementerio lo que encontramos, en vez de muertos, quietud y silencio, son proceso de vida, movimientos y música. Esto porque el cristo pierde protagonismo para lo colectivo y lo divino, para lo humano. No hay un sacrificio individual, es colectivo, de todos; el sacrificio humano. ?La vida nunca cesa ?allí yace nuestra tormenta?, allí yace nuestra esperanza? (Diana Taylor). Los automóviles son las cavernas platónicas modernas; los personajes son los prisioneros de los residuos de la modernidad, son el corazón oxidado de la civilización que lucha para, a través de la música, libertar al alma humana, aliviar la carga de su existencia. Siguiendo el análisis etimológico de Berenguer para Emanuel (Dios con nosotros), Emanou significaría ?con nosotros?. Este personaje sería cualquier uno de nosotros y todos nosotros al mismo tiempo

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A partir de las nuevas opciones que brinda el catálogo de próxima generación o NextGen, que han obligado a repensar el catálogo, también ha surgido un debate sobre la conveniencia o no de mantener el catálogo individual de cada biblioteca cuando se puede acceder a un catálogo colectivo. Se describen varios tipos de catálogos colectivos y se analizan sus ventajas y desventajas, sobre la base de siete parámetros: actualización de la información, control de calidad, desduplicación y consolidación, información de circulación, eficacia de la búsqueda, desempeño del catálogo y mantenimiento y administración. Se plantea el debate sobre la conveniencia de los catálogos colectivos y del catálogo individual como centro del llamado sistema integrado de gestión bibliotecaria y se pone énfasis en la situación de los catálogos colectivos en nuestro medio.