126 resultados para Filoctetes. Sófocles
Resumo:
En las últimas décadas los lingüistas dedicaron especial atención a la ironía, proponiendo diversas definiciones, mutuamente excluyentes que, quizás por prejuicios de escuela, priorizaban un solo aspecto de csta estrategia discursiva. Basándonos en la lectura de los primeros tramos del Edipo Rey, paradigmáticamente irónicos, intentaremos llegar a una definición comprensiva del recurso y propondremos una categorización de las ironías presentes en el texto, organizada sobre un doble eje enunciativo y retórico
Resumo:
El presente trabajo pretende realizar un análisis comparativo del sentido mítico-semiótico del personaje de Ulises tal como aparece, de modo general, en la tradición épica así como en su tratamiento en la tradición trágica. Se presenta la construcción de Ulises como un héroe épico con ciertas características que lo diferencian del héroe homérico tradicional, pero que, al mismo tiempo, lo inscriben en dicha categoría con sus peculiaridades propias: tales características versan principalmente sobre los ejes temáticos de la astucia y la areté homérica. Asimismo, se recurre a diversas tragedias de Sófocles y Eurípides para hacer una síntesis de los principales sentidos en el tratamiento del personaje de Ulises en la tradición trágica; en este aspecto, se hace énfasis en las mismas categorías de la astucia y la areté, pero circunscritas en un nuevo contexto mítico-literario que da a Ulises una perspectiva diversa a la épica en cuanto a su desarrollo en los relatos. Aquí se enfatiza especialmente su rol como agente promotor del cumplimiento del destino, el ejecutor de decisiones cruentas para llevar a término la guerra de Troya, la astucia que se transforma en dolo entre otros aspectos. Finalmente se realiza un contraste de ambas tradiciones y se trata de poner en evidencia cómo ha evolucionado el personaje de Ulises dentro del entramado mítico-semiótico que le ha dado vida en diversos textos literarios
Resumo:
La ponencia analiza la muerte de Antígona en la obra de Sófocles. Se propone que su suicidio es un acto consciente de voluntad preanunciado a lo largo de toda la obra y no una medida desesperada. Con ese fin se exploran las posibles motivaciones de Antígona para poner fin a su vida. En el análisis se proponen tres respuestas (no necesariamente excluyentes): -Antígona responde a la ética homérica. Está en lucha con Creón, y su suicidio es su golpe de gracia al poder del rey. -Antígona se siente impulsada hacia la muerte por amor a la muerte misma. -Antígona concibe la muerte como una reunión con Polinices
Resumo:
La joven Antígona ha recorrido muchos caminos dentro de la historia literaria desde Sófocles hasta nuestros días. Su imagen ha sido recuperada por muchos autores; algunos de ellos la convirtieron en ejemplo de piedad. Otros expresaron, a través de su voz, las impiedades de su tiempo. Hoy me propongo comparar el significado que tuvo su muerte en la obra de Sófocles, dentro del contexto sociocultural de Grecia del siglo V a. de C; con una de las lecturas que el siglo XX pudo hacer de ella a la luz de la creación de María Zambrano, La tumba de Antígona. Mi objetivo es mostrar que en ambas obras las protagonistas aceptan piadosamente la muerte; pero los propósitos que las inspiran son diferentes, ya que estos se encuentran estrechamente ligados a los paradigmas epocales que representan y en los que sus acciones se fundamentan. Mientras que en la obra de Sófocles, Antígona muere en cumplimiento de su destino trágico; no sólo para dejar un ejemplo de obediencia y fidelidad a los dioses inmortales; sino también, para ingresar en el recinto de la alegoría de un pasado mítico que en ese momento estaba siendo eclipsado por la luz de la razón. María Zambrano la retiene en su sepulcro y prolonga su pasión, no le permite suicidarse, sino que la conduce hacia una anagnórica inmolación, y mediante la construcción alegórica de la pasión de Cristo, hace de su imagen un símbolo de fraternidad, purificando en ella el fratricidio familiar y el otro fratricidio; ese del que ha sido testigo España durante la dictadura de Franco.
Resumo:
La joven Antígona ha recorrido muchos caminos dentro de la historia literaria desde Sófocles hasta nuestros días. Su imagen ha sido recuperada por muchos autores; algunos de ellos la convirtieron en ejemplo de piedad. Otros expresaron, a través de su voz, las impiedades de su tiempo. Hoy me propongo comparar el significado que tuvo su muerte en la obra de Sófocles, dentro del contexto sociocultural de Grecia del siglo V a. de C; con una de las lecturas que el siglo XX pudo hacer de ella a la luz de la creación de María Zambrano, La tumba de Antígona. Mi objetivo es mostrar que en ambas obras las protagonistas aceptan piadosamente la muerte; pero los propósitos que las inspiran son diferentes, ya que estos se encuentran estrechamente ligados a los paradigmas epocales que representan y en los que sus acciones se fundamentan. Mientras que en la obra de Sófocles, Antígona muere en cumplimiento de su destino trágico; no sólo para dejar un ejemplo de obediencia y fidelidad a los dioses inmortales; sino también, para ingresar en el recinto de la alegoría de un pasado mítico que en ese momento estaba siendo eclipsado por la luz de la razón. María Zambrano la retiene en su sepulcro y prolonga su pasión, no le permite suicidarse, sino que la conduce hacia una anagnórica inmolación, y mediante la construcción alegórica de la pasión de Cristo, hace de su imagen un símbolo de fraternidad, purificando en ella el fratricidio familiar y el otro fratricidio; ese del que ha sido testigo España durante la dictadura de Franco.
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La joven Antígona ha recorrido muchos caminos dentro de la historia literaria desde Sófocles hasta nuestros días. Su imagen ha sido recuperada por muchos autores; algunos de ellos la convirtieron en ejemplo de piedad. Otros expresaron, a través de su voz, las impiedades de su tiempo. Hoy me propongo comparar el significado que tuvo su muerte en la obra de Sófocles, dentro del contexto sociocultural de Grecia del siglo V a. de C; con una de las lecturas que el siglo XX pudo hacer de ella a la luz de la creación de María Zambrano, La tumba de Antígona. Mi objetivo es mostrar que en ambas obras las protagonistas aceptan piadosamente la muerte; pero los propósitos que las inspiran son diferentes, ya que estos se encuentran estrechamente ligados a los paradigmas epocales que representan y en los que sus acciones se fundamentan. Mientras que en la obra de Sófocles, Antígona muere en cumplimiento de su destino trágico; no sólo para dejar un ejemplo de obediencia y fidelidad a los dioses inmortales; sino también, para ingresar en el recinto de la alegoría de un pasado mítico que en ese momento estaba siendo eclipsado por la luz de la razón. María Zambrano la retiene en su sepulcro y prolonga su pasión, no le permite suicidarse, sino que la conduce hacia una anagnórica inmolación, y mediante la construcción alegórica de la pasión de Cristo, hace de su imagen un símbolo de fraternidad, purificando en ella el fratricidio familiar y el otro fratricidio; ese del que ha sido testigo España durante la dictadura de Franco.