158 resultados para Lacan, Simbolismo


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El presente trabajo es producto de una serie de entrevistas y estudio bibliográfico realizado en el marco del Proyecto de Investigación Historias de la Psicología y el Psicoanálisis en La Plata (1946 - 1990), de la Cátedra Corrientes Actuales en Psicología. El objetivo es indagar el modo en que la teoría psicoanalítica de Jacques Lacan se implanta y comienza a desarrollarse en nuestra ciudad. La metodología utilizada ha sido la realización de entrevistas, estudio de textos y relevamiento de archivos. En este trabajo se sostiene como hipótesis el establecimiento de dos niveles de análisis para una historia de la implantación del psicoanálisis francés en la ciudad de La Plata. El primer nivel es teórico - clínico y el otro nivel, institucional, refiere a la creación de Instituciones Psicoanalíticas y su incidencia en el movimiento psicoanalítico local. En términos teórico - clínicos las primeras lecturas de Lacan se ubican en una dimensión que es necesariamente dialógica con otras disciplinas, como la antropología estructural (Lèvi - Strauss, C.1958), los desarrollos en lingüística (Saussure, F. 1916; Jakobson, R. 1963) y la epistemología francesa (Bachelard, G., 1938) pero no sólo hay un nivel teórico, sino que éste está necesariamente articulado con la clínica. En este nivel, hay un pasaje del kleinismo al lacanismo, pasaje que se opera a partir de los obstáculos que la clínica kleiniana ofrecía, el problema en los marcos teórico - clínicos de ese momento era el de la traslación de la clínica kleiniana a la clínica de adultos y de la relación imaginaria del analista con el analizante, uno de los problemas de esta clínica es el desplazamiento del concepto de castración al de frustración. En 1979, en el marco de las insuficiencias de la clínica kleiniana, el impacto del estructuralismo y del movimiento antipsiquiátrico se crea la primer institución psicoanalítica lacaniana de La Plata: La Escuela Sigmund Freud. Entre sus fundadores e integrantes estaban: Alberto Franco, July Meroff, José Matusevich, Gustavo Carranza. Las conferencias que se dictaron ese año fueron: El deseo inconciente, cuestión esencial del psicoanálisis a cargo de Raúl Sciarretta; Por qué Lacan? de Juan Carlos Indart; Retorno a Freud Rolando Karothy; La reconstrucción y el chamán Roberto Harari. A lo largo de 1979 se desarrollaron las conferencias, en 1980 comenzaron los cursos. Esta Escuela estaba estructurada en un plan de estudio de tres años, asistía un invitado por mes: Franco, A.; Sciarretta, R.; Indart, J. C. estaba en el eje de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Es de destacar que la lectura tanto de Freud, como de Lacan nunca es pura, sino tamizada en función de otros autores y referencias. El Psicoanálisis francés en La Plata es interpretado desde diferentes vías de recepción. El Psicoanálisis francés comienza a leerse en un ámbito no académico y esto está enmarcado por coordenadas históricas, hay lecturas alternativas, comienza la época de los grupos de estudio, la creación de instituciones, nuevos autores y editoriales. Comienza un Psicoanálisis no ortodoxo, no inglés sino francés: el Psicoanálisis de Jacques Lacan, lecturas de gran repercusión tanto en la Historia del Psicoanálisis local como en sus aplicaciones clínicas

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El presente trabajo aborda un tema que ha sido y continúa siendo controvertido en el campo psicoanalítico: el diagnóstico. Problemática trabajada, analizada y discutida por muchos, que sin embargo conlleva cierta actualidad que parecería serle inherente. no de los objetivos del trabajo es entonces indagar acerca de la actualidad de esta discusión. Para esto, es necesario partir de la diferenciación entre el diagnóstico psicoanalítico y el diagnóstico psiquiátrico. Al respecto, se toman como base los desarrollos de Colette Soler (2003-2004), quien articula el establecimiento del diagnóstico con el tipo de síntomas considerados por la perspectiva psicoanalítica y la perspectiva médica. Se introducen además las estructuras clínicas delimitadas por Jaques Lacan a partir de la relectura de los desarrollos freudianos: neurosis, psicosis y perversión; y se definen brevemente las dos primeras. Segúneste autor, tales estructuras se establecerán a partir del mecanismo psíquico en juego. Afirma a su vez, que el mecanismo sea la represión o la forclusión, tendrá consecuencias a nivel del leguaje y de los fenómenos de retorno. En relación al diagnóstico, se toma la discusión acerca del uso que se hace de éste dentro del psicoanálisis mismo en tanto, según Adriana Rubinstein (1999) para algunos constituye un momento fundamental de la práctica, mientras que para otros carece de valor. Durante el recorrido del trabajo, se introduce y problematiza además la cuestión de la supervisión en psicoanálisis, su relación con el establecimiento de un diagnóstico, así como los posibles usos que pueden hacerse de la lectura propuesta por el supervisor. Se subraya la necesidad de escuchar los dichos del paciente, intentando soportar la tensión entre no dejar de lado los aportes del supervisor ni investir sus palabras de un valor de significante amo. El lugar otorgado a la supervisión es entonces el de un espacio donde se elabora un saber sobre el caso que, no debería obturar la escucha de lo nuevo.profundidad una viñeta clínica, y se interroga el diagnóstico en juego. Luego del recorrido, se establece el diagnóstico de psicosis, a partir de criterios situados a la luz de la definición de esta estructura referida previamente. Se destacan como determinanten a la hora de establecer un diagnóstico, los efectos de las intervenciones de la analista; intervenciones que no son sino en transferencia. Se introduce, además, la pregunta acerca de por qué sería necesario determinar un diagnóstico. A respecto, se sitúa que en la viñeta analizada, lo que se evidencia como necesario es construir una orientación en la cura. La formalización del relato permitiría trazar una dirección posible. Es entonces de acuerdo a la posición del paciente en transferencia y de su respuesta a las intervenciones del analista, que se puede establecer un diagnóstico que permita proyectar un cálculo que a la vez deje lugar a lo incalculable. Se destaca que es la clínica la que genera las preguntas y la misma clínica la que da elementos para construir respuestas, aunque nunca acabadas. En este sentido, se propone considerar la relación teoría-práctica como dialéctica. Luego del recorrido realizado, se define al diagnóstico, como una conjetura que se construye a partir de lo que se escucha y que debe ser verificada también en lo que se escucha, vez a vez. Finalmente, este 'vez a vez', tan propio del psicoanálisis, arrima a una respuesta posible acerca de actualidad de la problemática. Introducción Este escrito aborda un tema que ha sido y continúa siendo controvertido en el campo psicoanalítico: el diagnóstico. Problemática trabajada, analizada y discutida por muchos, que sin embargo conlleva siempre cierta actualidad que parecería serle inherente. Se tratará de preguntarse entonces acerca del por qué de esta actualidad. Durante el recorrido del trabajo, se introducirá además el tema de la supervisión en psicoanálisis, su relación con el establecimiento de un diagnóstico, así como los posibles usos que pueden hacerse de la lectura propuesta por el supervisor. Se subraya la necesidad de escuchar los dichos del paciente, intentando soportar la tensión entre no dejar de lado los aportes del supervisor ni investir sus palabras de un valor de significante amo. El lugar otorgado a la supervisión es entonces el de un espacio donde se elabora un saber sobre el caso que, no debería obturar la escucha de lo nuevo.profundidad una viñeta clínica, y se interroga el diagnóstico en juego. Luego del recorrido, se establece el diagnóstico de psicosis, a partir de criterios situados a la luz de la definición de esta estructura referida previamente. Se destacan como determinanten a la hora de establecer un diagnóstico, los efectos de las intervenciones de la analista; intervenciones que no son sino en transferencia. Se introduce, además, la pregunta acerca de por qué sería necesario determinar un diagnóstico. A respecto, se sitúa que en la viñeta analizada, lo que se evidencia como necesario es construir una orientación en la cura. La formalización del relato permitiría trazar una dirección posible. Es entonces de acuerdo a la posición del paciente en transferencia y de su respuesta a las intervenciones del analista, que se puede establecer un diagnóstico que permita proyectar un cálculo que a la vez deje lugar a lo incalculable. Se destaca que es la clínica la que genera las preguntas y la misma clínica la que da elementos para construir respuestas, aunque nunca acabadas. En este sentido, se propone considerar la relación teoría-práctica como dialéctica. Luego del recorrido realizado, se define al diagnóstico, como una conjetura que se construye a partir de lo que se escucha y que debe ser verificada también en lo que se escucha, vez a vez. Finalmente, este 'vez a vez', tan propio del psicoanálisis, arrima a una respuesta posible acerca de actualidad de la problemática. Introducción: Este escrito aborda un tema que ha sido y continúa siendo controvertido en el campo psicoanalítico: el diagnóstico. Problemática trabajada, analizada y discutida por muchos, que sin embargo conlleva siempre cierta actualidad que parecería serle inherente. Se tratará de preguntarse entonces acerca del por qué de esta actualidad. Durante el recorrido del trabajo, se introducirá además el tema de la supervisión en psicoanálisis, su relación con el establecimiento de un diagnóstico, así como los posibles usos que pueden hacerse de la lectura propuesta por el supervisor. Para esto, se analizará en profundidad una viñeta clínica, interrogando el diagnóstico en juego, y problematizando la necesidad de determinarlo

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En este trabajo me propongo, tomando diversas referencias de la obra de Lacan, circunscribir ciertas herramientas que me permitan acercarme a la noción de cuerpo que el autor propone. En este sentido, y para un abordaje más ordenado, situaré primeramente la enseñanza de Lacan en 3 momentos fundamentales donde diferentes conceptos van sufriendo torsiones y transformaciones. Luego, siguiendo a Miller, y problematizando la noción del cuerpo en sus diferentes acepciones a lo largo de la enseñanza de Lacan, procuraré generar condiciones de posibilidad para despejar posibles e imposibles en lo que respecta a su abordaje. Considero que el cuerpo, como tal, es una noción imprescindible para el psicoanálisis. El afecto pasa por el cuerpo y perturba sus funciones., pero ¿proviene de él? Se suele pensar que el afectado es el sujeto por el hecho de que experimenta todo el abanico de las pasiones humanas. Pero ¿No es más bien el cuerpo viviente el que queda bajo el efecto del lenguaje, efecto que repercute en toda la gama de satisfacciones e insatisfacciones del sujeto? Lejos de intentar encontrar una respuesta univoca en lo que al cuerpo refiere, pretendo balizar posibles interrogantes teniendo en cuenta los desarrollos y los movimientos que Lacan propone en el curso de su enseñanza, tensionando el cuerpo con otros conceptos fundamentales

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El actual procesamiento de la información produjo cambios revolucionarios a nivel mundial creando lugares virtuales que borran las fronteras y las distancias operando con simultaneidad en la gran aldea mundial con incidencias en todos los aspectos de la vida humana. Las variables de comercialización que manejan las empresas sufrieron transformaciones irreversibles torneando e incluso creando la demanda de mercado mediante la oferta impuesta 'compré ya', 'no lo deje pasar', 'no se lo pierda' o 'no le puede faltar'-. En este orden la oferta ya no es una convocatoria sino un empuje al consumo al exhibir los objetos en lugares de elevada consideración y a la vez muy cerca de la mano para que nada falte. Sin embargo la multiplicidad de alternativas obtura toda elección, el deseo se embota y después del primer perfume todos quedan confundidos, por lo que no se adquiere ninguno o tal vez cualquiera. En el escenario mundializado no hay traza que simbolice la falta sino que sin demora y sin deseo comanda un imperativo de máxima satisfacción. El lugar del ideal ahora está ocupado por la exigencia superyoica al goce. Es la era de extravío de la subjetividad moderna en la que el Ideal del yo declinó de su función organizadora y el Otro al perder su consistencia, ya no lidera. Con esta caída se eleva en la cúspide social el Yo Ideal ostentando la perfección, belleza y eficiencia de los objetos de consumo, ante una masa ávida de satisfacción extrema y atenta a las promesas publicitarias. Todo simula estar al alcance, sin esfuerzos ni connotaciones de tiempo y espacio, por fuera de la castración y más allá del deseo. Apuntando, no ya a una introyección identificatoria simbólica sino, a la corta vía de la incorporación en la ilusión del consumo. El registro simbólico fue impactado por Freud al develar el malestar en la cultura introduciendo la renuncia pulsional como condición de su existencia misma, en tanto toca al lazo social. Con Lacan ya no leemos una renuncia y prohibición de goce sino una exigencia de gozar que traduce el malestar en la cultura en un impasse que se extiende en la civilización, como aporía que produce impotencia. La época incide en el dispositivo analítico en tanto afecta los semblantes y el analista al funcionar desde ese lugar, enfrenta obstáculos ya desde el inicio, con la instauración de la transferencia. Este lazo social inéd. ito es posible porque en tanto no hay relación, hay lazo a partir del discurso. Lo cual indica que se hace preciso pasar por el Otro del discurso para acceder a la sexualidad, a las cosas del amor. El amor de transferencia es el inicio o portal de toda la experiencia analítica que en la actualidad aparece ligado a una marcada renuencia. Desde su posición, el analista mantiene un vacío, no identificado al semblante de a sino funcionando como tal. Hacer de, sin serlo, le permite sostener la transferencia desde el deseo del analista a partir de un discurso. Las coordenadas de la época determinan un modo peculiar de entrada en análisis, dando características muy particulares al establecimiento de la transferencia, lo que exige estar al nivel de la subjetividad contemporánea para dar una respuesta posible en cada caso singular. Objetivos: - Situar el malestar en la cultura como estructural y las características coyunturales de la época. - Investigar sus incidencias en los estilos de vida y en la clínica psicoanalítica. - Trazado de respuestas posibles desde la perspectiva psicoanalítica a la problemática actual. Metodología: Análisis teórico, descriptivo, expositivo y argumental de la temática planteada dirigido hacia la consecución de los objetivos. Resultados: Arribo a interrogaciones y corolarios para la ubicación de las variables en juego: contexto actual, patologías de la época y su incidencia en los estilos de vida o modos de goce. Conclusiones: En un análisis el sujeto surge como efecto de la deriva significante en tanto se apunta a su deseo singular no subsumido en la demanda del Otro y liberado de un sometimiento productor

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La comunicación aborda la obra poética de Amaparo Amorós titulada Las Moradas (2000, Calima, España), en diálogo sincrónico con las Moradas de Santa Teresa (1577, España) y con poéticas de la modernidad: simbolismo francés, romanticismo español. El marco teórico en el que se inscribe este diálogo es el de la intertextualidad como engendramiento, preanunciada por Borges en 1944 y formalizada por Kristeva (1968), así como el de la propuesta que planteó T.S. Eliot en la tradición y el talento individual (1944). La comunicación, que forma parte de un trabajo mayor, tratará de demostrar por medio de algunos ejemplos textuales la vigencia de la tradición mística en la poesía española moderna y su relación con el símbolo y las correspondencias, como así también la concepción de la poesía como morada del ser, siguiendo la línea post-Hölderlin, teorizada por Heidegger, y la línea de pensamiento y poesía, expuesta por María Zambrano en Filosofía y poesía (1939).

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Lacan en la clase 7, del seminario 20, nos presenta las fórmulas de la sexuación para que pensemos el comportamiento sexual humano. Situando cada una de estas fórmulas trataremos de dilucidar cual es la lógica Lacaneana, al momento de leer a Freud. Analizaremos como se produce el pasaje de la naturaleza a la cultura y cuales son las consecuencias de este hecho. Teniendo en cuenta, en primer lugar, a las leyes descriptas por Darwin: la selección natural que determina la supervivencia del más apto. Para que una especie sobreviva es necesario que el macho más poderoso se reproduzca la mayor cantidad de veces, con el objeto de perpetuar su descendencia. Para luego pensar con Freud y Lacan como pudo haber sido la operación lógica que instaura un nuevo orden legal, consensuado, que caracteriza a la cultura. 'Esta sustitución del poderío individual por el de la comunidad representa el paso decisivo hacia la cultura'. En este nuevo orden, a partir de esta operatoria, los nuevos jóvenes deben regular su comportamiento sexual, instaurando la ley de prohibición del incesto, en donde todas las hembras del macho dominante están prohibidas para los hijos. Situaremos también en estas proposiciónes el momento inaugural del sujeto. Un sujeto que es la consecuencia lógica de la inscripción, en una de las dos formas lógicas en la que puede decirse un humano que habita el lenguaje. Existe una legalidad discursiva, donde alguien puede decirse hombre o mujer más allá de los órganos genitales que presente. Se caracterizará el lado que se dice hombre y el lado que se dice mujer, como así también el lado del niño y el lado de la niña. El espíritu de este trabajo es mostrar como las soluciones infantiles a los enigmas de la sexualidad condicionan la vida sexual del adulto y las prácticas que éste despliegue. Cuáles son los obstáculos para poder armar una representación de los órganos genitales femeninos y que consecuencias lógicas traen aparejadas en el comportamiento sexual adulto. Para poder armar una representación del órgano femenino también tienen que estar construidas determinadas categorías mentales que permitan pensar este órgano como un espacio virtual. Ambas posiciones infantiles son asimétricas en relación al falo y ambas son construidas a partir de los significantes de lalengua, una con un significante amo que privilegia la inscripción del que se dice hombre y la otra con la ausencia de un significante privilegiado recurriendo por entero a los significantes de lalengua. Y he aquí, el no toda fálica de quien se dice mujer, la posición femenina es más allá del falo. Teniendo en cuenta que el lenguaje es una mala herramienta para la comunicación, gracias, entre otras cosas, a la polisemia del significante, que deja de manera irreductible la posibilidad del malentendido. Es que la posición sexual humana es indefinida, indeterminada y construible. En conclusión, ésta es una forma de pensar el comportamiento sexual humano como una inscripción lógica, isomórfica con la estructura del lenguaje dado que es un hecho del decir, subordinada a la ganancia de placer y regulada por la ley. Por otro lado, tenemos el planteo del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales. En este esquema, la lógica que se plantea es la de la curva normal. Donde hay una población normal, situada entre el menos un desvío y el más uno, aquí se encuentra la norma. Lo que está por fuera de esta norma es un trastornado, o sea alguien que subvierte un orden preestablecido. Entiendo que ambas lecturas del comportamiento sexual humano son válidas pero contradictorias entre sí. Cada uno de nosotros, como agentes de la salud mental, deberá pensar cual es la respuesta que le resulte más satisfactoria al momento de abordar una problemática como ésta y qué respuesta, por fuera del prejuicio, brindará a quien decida consultarnos por su padecimiento

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Lo que aquí se propone el autor será un armado, un recorrido, una puesta en relación del marco teórico del Dispositivo del Pase, con lo que le debemos a la experiencia psicoanalítica y el material testimonial de Pasadores, nominados con el título de Analistas de Escuela y Carteles, con el objetivo de establecer una correlación posible entre este dispositivo y el proceso analítico, destacando en ese cruce la importancia de la voz como objeto a. En el Dispositivo del Pase se trataría de cernir un saber correlativo a un cambio de posición del candidato en relación al saber, cierta certeza del encuentro con ese saber, junto a la caída del sujeto supuesto alsaber, lo que determina el ingreso a la operación del Pase. Por otra parte, el Pasador, encarna cierta nesciencia, cierta ignorancia, desde el mismo momento que desconoce su designación. Para cumplir esta función, la relativa inocencia permite asegurar la transmisión del testimonio. El Pasador es así ciegamente fiel a lo que informa y al mismo tiempo puede ser la placa sensible portadora de la huella del encuentro con un sujeto para quien el saber no es ya lo mismo. Ahora bien, ¿de que se sostiene el pasador en esa experiencia? De una posición de destitución subjetiva a la vez que se presta a 'encarnar', a dar voz (una vía) cierto trayecto pulsional, preservándose de los efectos excesivos de goce que ello podría inducir. Lacan en la primera versión de la Proposición (1967) sitúa al Pasador, en el lugar de la pulsión. El Pasador se presta en efecto a ese trayecto de la pulsión invocante: oír (su pasividad), ser oído (sus preguntas activas alpasante) y hacerse oír (por el Cartel). Según consta en aquellos materiales hay 'algo que pasa' en el momento del Dispositivo del Pase, 'algo' que se transmite desde el pasante al pasador, y que es verificado en algunos casos por los Carteles, con el consiguiente nombramiento. Partiendo ahora de lo que se le debe al psicoanálisis, en el trabajo analítico, no es otra cosa que la pulsión la que contesta por el sujeto del significante, cuando se le pide al analizante que hable. Así descifrar la metonimia pulsional en la palabra del analizante orienta nuestra interpretación hacia el goce buscado, o al conseguido que no es lo mismo. Si entonces el ser habla con su cuerpo y lo que responde por el sujeto del significante es la pulsión, rodeada, alcanzada, y descifrada a través de su dimensión metonímica en la palabra, el autor se pregunta sobre las vicisitudes de la pulsión al 'pasar el Pase', Pasadores y Cartel mediante. Dada la importancia localizada en aquello que 'contesta' o 'responde' por el ser, y/o por el sujeto del significante, se podría formular la articulación de homologar este proceso a esta otra práctica de lengua, que es el dispositivo del Pase, en cuanto que es guiado por la voz, único medio y único lazo entre los participantes. La voz por un lado y la función del pasador por otro 'encarnan', son una 'huella' o 'dan vida' a un cierto trayecto libidinal. Sería entonces, la voz, pero en su dimensión de voz como objeto a, lo que intervendría, en el paralelo aquí establecido entre el dispositivo del Pase como prácticas de lenguas y práctica de análisis

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El presente trabajo se encuentra inscripto en la investigación Vicisitudes del lazo amoroso en la época (en el Gran La Plata). Metodológicamente, analizaremos material bibliográfico actual y revisaremos la casuística que se desprende de las entrevistas que colaboradores en la investigación realizaron a psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas que trabajan en instituciones tanto privadas como públicas en nuestra región. Nos centraremos en relación a quién es el agente del pedido de consulta por un niño y en las transformaciones propias de la práctica actual. Ubicamos en una instancia previa, las condiciones de nacimiento del psicoanálisis. En el II Congreso Internacional de Investigación, tras echar un vistazo a la Viena de Wittgenstein, la Viena de Freud, mostrábamos cómo el psicoanálisis ha sido, conforme las variaciones de la figura del padre, a la vez el síntoma y el remedio de un malestar de la época. Partiremos en esta ocasión de situar que en 'El malestar en la cultura' el padre del psicoanálisis hacía de la familia una necesidad de la civilización, basada en el poder del amor: 'pues el varón no quería estar privado de la mujer como objeto sexual y ella no quería separarse del hijo, carne de su carne.' (p.99) Siendo el amor un efecto de discurso, será variable en la historia. Sin embargo, Lacan se dedicó a diferenciar entre operadores estructurales y nociones que provienen de ciertas experiencias históricas contingentes; como la organización de la familia patriarcal, su concepción del Edipo y su promoción a un 'mas allá del Edipo' advierte, como lo señalamos en el anterior informe, de los riesgos para los psicoanalistas de mantenerse en una concepción 'familiarista'. La declinación de la función paterna, que verificamos cotidianamente en los distintos ámbitos de extensión del psicoanálisis, no es cosa nueva. No obstante, situábamos, como rasgo hipermoderna, el ascenso al cenit del objeto a. El capitalismo actual nos presenta sujetos incompletos, ahora bien, divididos más por el mercado que promueve y requiere consumo que por la existencia del inconsciente. Se consumen, también, niños, tempranamente sometidos al discurso en el cual es el saber lo que ocupa el lugar de agente. Estos niños, institucionalizados a pocos días de nacer, van a la escuela, en las que docentes y directivos en lugar de ejercer su función de transmisión, se angustian y quejan con una bomba de tiempo a punto de estallar de continuo. Se arman 'códigos de convivencia' con derechos, obligaciones y consecuencias que sustituyen a los tradicionales y vetustos reglamentos, pero estos caducan antes de internalizarse. Ahora bien, la declinación paterna no solo deja al niño desprotegido frente al deseo materno, el padre no funciona como mediación entre él y la civilización. Como resultado, el niño es capturado directamente por el superyó social, muy tempranamente, la 'curva normal' reemplaza el 'savoir faire' familiar que otrora transmitieran las abuelas. Los niños recitan la declaración de sus derechos al tiempo que resisten a la presión, hiperactivos, no paran de moverse, no responden a las consignas, desafían a maestros, estos lo mandan al gabinete en el cual le aplicarán baterías de Tes. y terminarán como condición, derivándolo a terapia. No podemos pecar de ingenuos, ahí donde la terapia se transforma en un articulo (más o menos lujoso) de consumo. Ante esto ¿qué posición para el analista? Las consultas actuales por niños, según relatan diferentes psicólogos, psicoanalistas de nuestra ciudad en el marco de nuestra investigación, son realizadas cada vez mas a instancias de la institución escolar y sostenidas por otros parientes, particularmente abuelos. Reclaman, en ocasiones, al psicoanalista al lugar mismo en que la sociedad ha disuelto su solución simbólica familiar, diversas herramientas que se implementan ante el colapso de la ley del padre. Leemos estos eventos, no para tomar partido (ni apoyar ni oponernos) sino para calcular nuestra posición en la respuesta en cada caso en la clínica. Si bien los psicoanalistas reparamos la carencia por la simbolización, no es sin resto. Lacan nos ha dicho cómo "no es lo mismo haber tenido su mamá y no la mamá del vecino; se trata de un problema de existencia y no de puro significante". Nuestra brújula es el objeto a, en tanto que anuda el goce y la culpa de existir; no se trata, entonces de pasarles a estos sujetos desorientados los significantes amos de la tradición familiar, ni de reconstituir el inconsciente de antaño. Si se trata de un problema de existencia y no de puro significante, quedará a los analistas un desafío: proteger al niño de los delirios familiaristas

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El contexto cultural atraviesa al sujeto apuntando a suturar su división en tanto su búsqueda de identidad naufraga en la universalización de los estilos de vida comandados por la época. Tal comandancia sostenida por el amo moderno, a partir de una mutación de discurso, produce la realidad de la época. La deformación del discurso amo presentada por Lacan en la Conferencia de Milán, se genera por la inversión de los lugares del sujeto y del significante amo. De tal forma que el sujeto queda en contacto directo y sin la intermediación de la doble barra que lo distanciaba respecto del objeto a. Siendo el sujeto quien ostenta ahora el lugar del agente por precipitación al fondo del significante amo que otrora ordenaba. Se pasa así del reinado del ideal del yo al del yo ideal, en tanto están en la cúspide los objetos obturadores de la falta dispuestos a taponar lo que la época les indique. En otras palabras, la identificación a partir del Ideal del yo se hace frágil por la inconsistencia del Otro, quien ya no rige y, en su lugar, numerosos objetos imponen su presencia en tanto una voz atronadora empuja a una satisfacción directa e inmediata. El sujeto arbitra procurando sus identificaciones y buscando parecerse al objeto que consume dirigiéndose, como los primitivos, a adquirir los rasgos que el mismo detenta. De ahí que las identificaciones sean lábiles como meras imitaciones sin mediar la castración. El amo antiguo de la sociedad disciplinaria dejó paso al amo moderno de la sociedad del espectáculo, siendo tanta la mostración que embota al sujeto. Lo sumerge en un profundo adormecimiento que le impide ver, viéndose sólo a sí mismo y rechazando al Otro. Este rechazo que produce la ruptura del lazo social, está presente en cada una de las llamadas nuevas patologías de la época, donde la función del Otro simbólico ya no es efectiva.La actual conmoción cultural toca todos los aspectos de la vida y tiñe con sus matices al dispositivo propio del análisis, redoblando el rechazo a la lógica del no-todo propio de la castración, para enseñorear las leyes del mercado con su movimiento pendular del todo o nada. Ante el individualismo a ultranza contemporáneo, el psicoanálisis hace su oposición trabajando con el sujeto como efecto de discurso, haciendo lazo por la transferencia a partir del deseo del analista. Contrapuesto al mandato del amo moderno que está aliado a la tiránica exigencia superyoica de goce, el psicoanálisis posibilita el surgimiento del sujeto deseante. Para el tratamiento de lo real del síntoma el psicoanálisis se dirige por la vía del semblante. El analista como semblante del objeto a toma posición en el discurso y el sujeto se dirige a él suponiéndole un saber como efecto del establecimiento de la transferencia. El deseo del analista no reviste el mismo estatuto que el deseo del inconsciente y en su encuentro con el sujeto la transferencia opera como obstáculo a la relación dual. El deseo del analista funciona como sostén del objeto a y pone en juego un vacío posibilitador para el surgimiento del deseo del sujeto. Instala una distancia entre el Ideal y el objeto a atendiendo la demanda a la que no responde sino en un más allá del amor. Para lo cual se abstiene de comprender volviendo operativo el semblante como única vía de tratar lo real. El vacío que posibilita es ofrecido para hacer surgir la singularidad del sujeto que la época busca desconocer aplastándola con el rótulo de lo patológico que hay que eliminar, desde un pseudo discurso sin fisuras y sin pérdidas que impone la homogeneización de los estilos de vida sin cupo para la diferencia constantemente expulsada. Objetivos: -Ubicar el malestar de la civilización como algo de orden estructural que cada era conoce y los rasgos coyunturales de la época como característicos de la misma. Estos rasgos son efecto de un cúmulo de factores que marcan las coordenadas del momento a nivel social, político,económico, religioso, y de otros aspectos culturales. -Plantear las salidas posibles desde la perspectiva psicoanalítica a la problemática de la aporía actual. Metodología: Análisis teórico, descriptivo, expositivo y argumental dela temática propuesta para alcanzar los objetivos planteados. Resultados: Situación de las variables en juego en contexto actual que permiten abrir nuevos interrogantes a la altura de la subjetividad moderna. Conclusiones: Ante el individualismo a ultranza contemporáneo el psicoanálisis hace su oposición, trabajando con el sujeto como efecto de discurso, haciendo lazo con la transferencia a partir del deseo del analista. Contrapuesto al mandato del amo moderno que está aliado a la tiránica exigencia superyoica de goce, el psicoanálisis posibilita el surgimiento del sujeto deseante

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¿Qué ontología es más conveniente al psicoanálisis lacaniano? La razón de mi pregunta tiene que ver con un diagnóstico compartido entre varios colegas sobre la situación actual del psicoanálisis lacaniano. Para decirlo sencillamente, ese diagnóstico establece que los desarrollos formales de Lacan en torno al concepto de sujeto se han ido perdiendo en el lacanismo a consecuencia de haberse plegado a los términos clásicos de la metafísica. O, para decirlo aún más sencillamente, el concepto de sujeto de Lacan terminó por confundirse con la idea de individuo. ¿Por qué sucede esta cesura si, precisamente, Lacan se ocupó todo el tiempo de diferenciarlos? Conforme con ciertos desarrollos de la ciencia contemporánea, diremos que existe en Occidente una orientación hacia la substancialización de toda idea o concepto, a suponer para todo ente la presencia de una substancia material que da cuenta de su existencia en el mundo. La hipótesis que sostendré, entonces, y que intentará explicar dicha orientación reza de la siguiente manera: la ontología clásica (desde Aristóteles hasta avanzado el siglo XX) ha sidopensada y conceptualizada de tal forma que, en general, la ciencia devino con una fuerte orientación hacia el pensamiento substancial. ¿Por qué plantear el problema de la ontología? Porque considero que el psicoanálisis lacaniano, si pretende ser fiel a la novedad fundada por Lacan en torno al concepto de sujeto, hoy más que nunca debe repensar la ontología sobre la cual funcionan sus conceptos fundamentales. Por ejemplo, toda la potencialidad de lasubversión llevada a cabo por Lacan en torno al concepto de sujeto se vería reducida si su formalización se efectuara a partir de la ontología clásica. Porque la ontología clásica supone, entre otras consecuencias formales, las ideas de identidad y de profundidad (tridimensionalidad). Una orientación de pensamiento contraria a la que Lacan propuso para pensar su concepto de sujeto. Koyré sostuvo que nuestro sentido común es medieval, yo agregaría que nuestro sentido común supone formalmente una ontología clásica, es decir, euclidiana, aristotélica y substancialista. En lo relativo a la configuración de esta ontología clásica, euclidiana, que hace sentido común, no sólo juega un papel la consolidación del verbo ser como cópula en la estructura de las lenguas indoeuropeas sino que también incide el sistema nominativo acusativo. La estructura gramatical de las lenguas indoeuropeas establece a través de los universales cierta relación, quizá de semejanza, entre los verbos ser y estar. Serna Arango (2007) dice que este paso también es clave en la consolidación de la ontología euclidiana, y que podríamos remontar ese paso a través del estudio de tres maniobras acontecidas en la historia de Occidente. La primera fue a través del enunciado atributivo que tuvo lugar con la función sintáctica del verbo ser como cópula. La segunda, cuando Aristóteles postuló la relación del ser con la substancia, cuando en su metafísica preguntaba qué era el ente. Y esa pregunta equivalía a qué es la substancia. No ha sido una casualidad que el concepto de ousía derivara hacia el concepto de ser hasta homologarse. Benveniste, en Categorías del pensamiento y categorías de la lengua (1999), hace mención a que, sin duda, fue desde una reflexión filosófica sobre el ser de donde surgió el sustantivo abstracto derivado del ser. Ello es lo que hemos visto crearse en el curso de la historia, sostiene Benveniste, primero en el pitagorismo dorio y en Platón y después con Aristóteles. La tercera maniobra también alude a Aristóteles, a cuando este definió ousía como hipokeimenon, es decir, ousía como sujeto, como substrato último de toda cualidad y como género. En la Metafísica, Aristóteles expone que la 'substancia se dice en dos sentidos: el sujeto último, que ya no se predica de otro y lo que, siendo algo determinado, también es separable' (Aristóteles, 2007:248)

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En continuidad con la línea investigativa iniciada con los proyectos 'Lugar de la escuela en la constitución de la subjetividad adolescente actual' (2006 - 2007) y 'Constitución de la subjetividad adolescente y desigualdad educativa' (2008 - 2010), a partir de nuestro actual proyecto de investigación 'La escuela como texto. Los sujetos pedagógicos en escenarios desiguales', nos interesa investigar desde qué lugar la escuela enuncia y significa a esos sujetos, al entenderla como el marco privilegiado para comprender el impacto de los procesos sociales que la condicionan y la lectura que realizan respecto de ellos los sujetos escolares. ¿Cómo se vinculan los sujetos pedagógicos con la institución escolar? A partir de su palabra intentaremos explorar las distancias entre los diferentes fragmentos sociales. El resultado de la labor investigativa pretende ser un aporte a la comprensión de la escuela como texto considerando su modo de enunciar y significar a los sujetos pedagógicos, desde la perspectiva de la desigualdad educativa. Nos interesa, para construir nuestro marco teórico, recuperar la dimensión estructural que se distingue en la noción de concepto en el sentido que jamás existen en forma aislada, sino agrupados en constelaciones, haciendo que para entenderlo, sea necesario descubrir los otros conceptos que componen la estructura en la que está integrado. La propuesta de inclusión de nociones pertinentes a la sociología, la educación, el psicoanálisis, intentan producir entrecruzamientos entre diferentes disciplinas, fundamentalmente con la intención de una puesta a prueba de tales conceptos para intentar dar cuenta de los fines explicitados. Con la intención de aproximarnos al sentido de las concepciones de escuela y subjetividad pedagógica necesitaremos conocer-dar a conocer - y estructurar la constelación con la que pensamos agruparlos: transmisión, discurso, escuela, herencia, invención, libertad, adolescencia, juventud, desigualdad. La noción de segmento nos habilita a pensar hoy el espacio social y educativo como un compuesto de 'fragmentos', los cuales carecen de referencia a una totalidad común. En tal sentido, la constitución subjetiva no puede concebirse sin considerar las condiciones sociales de época; producto de prácticas discursivas que promueven modos de ser, estar y hacer en y con el mundo. El discurso es siempre una construcción histórico- social que trasciende a sus hablantes; no se reduce a un fenómeno de expresión. Se trata de un espacio de exterioridad que ofrece diversas posiciones de subjetividad y en cuya trama el Sujeto es constitutivamente situado. La escuela ha sido la instancia de mediación cultural por excelencia entre los adultos y las nuevas generaciones, lugar privilegiado para el encuentro intergeneracional. En la actualidad, cabe preguntarse ¿qué ocurre con las operaciones de transmisión? Y ¿cómo se produce la articulación entre generaciones? Una posibilidad de lectura del texto escolar que proponemos es a partir de la formulación de la teoría de los discursos de Jaques Lacan, como formas de establecer un lazo social entre los integrantes de una sociedad. Implica lo que el orden social produce en el sujeto, el énfasis está puesto en el sujetamiento. Esta propuesta nos abre la posibilidad de pensar diversos posicionamientos de la escuela como institución en el paisaje de la interacción docente-alumno. Dado que el siguiente proyecto se ha iniciado en el corriente año, si bien como mencionamos retoma temáticas de años anteriores, nos centraremos en explicitar el marco teórico ya que aún no contamos con trabajo de campo

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El trabajo se enmarca en el estudio de la teoría psicoanalítica, sus conceptos y desarrollos, según el establecimiento de dos ejes conceptuales a partir de los cuales se desarrollaran los temas particulares: el eje hermenéutico y el eje energético, tales ejes corresponderían en el marco de la orientación lacaniana a los ejes del sentido y del goce; este tipo de ordenamiento ya ha sido utilizado (con diferentes funciones) por autores como Ricoeur, Aussoun y J-A. Miller, entre otros. En el presente trabajo, se procura poner a prueba la eficacia de los dos ejes mencionados para situar de modo más preciso y ayudar al entendimiento de algunos conceptos de la teoría psicoanalítica y sus incidencias en la comprensión de los fenómenos clínicos. A partir de estos dos ejes, cuya aplicación puede ser más general o diversa, se realiza un abordaje de la explicación de los sueños y también de los síntomas (especialmente los neuróticos) en la obra de Freud. Se destaca la novedad freudiana respecto de los criterios elegidos para este trabajo señalándose que en lo que respecta al sentido la novedad radica en sostener y probar que los síntomas neuróticos poseen un valor de mensaje desfigurado, que son susceptibles de un desciframiento, y en el caso de los sueños, si bien este aspecto está presente, es la organización según el principio del placer como regulador de la energética de las formaciones psíquicas lo que importa la mayor novedad de la perspectiva freudiana. En el mismo sentido, luego de situar de modo general el concepto de libido, se procede a abordar la utilización que Freud hizo del mismo en las primeras conceptualizaciones señalando que lo trata fundamentalmente como un elemento de la energética psíquica. El recorrido argumentativo pasará luego a tratar el concepto de pulsión, de aparición más tardía en la teoría, ligado al de libido y muchas veces confundido con él. En relación a este concepto, se intenta demostrar la importancia del giro que implica la puesta en protagonismo del eje hermenéutico para el entendimiento de la teoría y la clínica psicoanalítica, perspectiva que será radicalizada en el marco de la orientación lacaniana. Siguiendo esta última orientación, se demuestra que la pulsión sexual en psicoanálisis resulta de la profunda transformación que implica la inserción del ser humano en un mundo de lenguaje, de sentido. Se acompaña el recorrido que Lacan plantea a lo largo de 'El Seminario: libro 11' según los conceptos de: necesidad, demanda, deseo, demanda de amor y finalmente el de pulsión, entendida como un montaje. En este último sentido se establecerá que el aspecto energético de la pulsión es solamente un componente de la misma; se procurará también clarificar y ejemplificar la importancia de los elementos de sentido, de la incidencia de los elementos significantes para la mejor comprensión de este concepto de gran relevancia en la clínica psicoanalítica. Para cernir el concepto de pulsión sexual según la prevalencia del criterio hermenéutico en la obra de Freud se tomará como referencia texto 'Sobre las trasposiciones de la pulsión, en particular del erotismo anal'

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Inscripto en el marco de la investigación 'Vicisitudes del lazo amoroso en la época (en el gran La Plata)' que se esta llevando a cabo desde la cátedra de psicología clínica de adultos y gerontes de la facultad de psicología, UNLP, el presente trabajo se propone indagar sobre el efecto de cura que produce un nuevo encuentro amoroso en aquellos sujetos cuya decepción o ruptura amorosa es lo que los condujo inicialmente al encuentro con un analista. En estos casos, la angustia motiva la demanda. Es frecuente escuchar que ese afecto, que no engaña, los invade y los 'invalida' en lo cotidiano; de ella quieren deshacerse. Este trabajo se centrara en lo trabajado con aquellos pacientes que se presentan sufriendo por la ausencia del partenaire con quien creían mantener un perfecto y verdadero amor desde hacia muchos años; ilusión que estaba acompañada por otra: la completud, la complementariedad -hasta ahora- era posible. Gran parte de las sesiones transcurren recordando lo vivido en esa relación, muchos interrogantes sin respuestas o algunas respuestas desde lo imaginario, reproches, autorreproches. Hasta aquí es lo esperable escuchar en este tipo de presentaciones: la libido permanece ligada a ese objeto perdido, a ese partenaire que eligió no elegirlo. El sujeto amaba a ese objeto y no esperaba otra cosa que ser correspondido y por ello, como señala Freud, ha resignado el interés por el mundo exterior, excepto a aquello que tiene que ver con su amor. El énfasis estará puesto en el hecho que de repente nos encontramos con un giro inesperado en el tratamiento de esos pacientes. La contingencia propia de un nuevo encuentro amoroso los sorprendió y se presentan 'curados de esa angustia' que emergió por la pérdida de aquel amor: 'un amor que cura o cura analítica', hablamos de curación por amor, que como señala Freud en introducción del narcisismo (Freud, 1914, p.97). 'el paciente por regla general prefiere a la analítica' Un nuevo encuentro amoroso precipita la salida del análisis pues de la angustia ya no se habla, se habla del amor. Punto de suspensión, del análisis en este caso, que el amor posibilita y con ello 'la ilusión de que algo no sólo se articula sino que se inscribe, se inscribe en el destino de cada uno, por lo cual durante un tiempo, tiempo de suspensión, lo que sería la relación sexual encuentra en el ser que habla su huella y su vía de espejismo. El desplazamiento de la negación, del cesa de no escribirse al no cesa de inscribirse, de contingencia a necesidad, este es el punto de suspensión del que se ata todo amor' (Lacan, 2010, p. 175). Freud nos advierte sobre la relación entre el amor y la curación: 'un fuerte egoísmo preserva de enfermar, pero al final uno tiene que empezar a amar para no caer enfermo, y por fuerza enfermara si a consecuencia de una frustración no puede amar' (Freud, 1914, p. 82,). Objetivos: explorar como influye el encuentro amoroso con un partenaire, un 'nuevo amor' en el análisis del paciente. Metodología: para este trabajo, se utilizara el material obtenido a partir de las entrevistas con pacientes que llegan sufriendo por temas relacionados con los avatares del amor y su ausencia. Dicho material, será recolectado con la utilización del método clínico y analizado desde una perspectiva lacaniana, tomando como eje algunas puntualizaciones de la noción de amor en lacan que aparecen en el seminario VII, VIII, XI Y XX entre otros; sin dejar de tener en cuenta la referencia freudiana que se extraen de introducción al narcisismo, duelo y melancolía; pulsiones y sus destinos

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El presente trabajo se enmarca en el proyecto de investigación 'Lógica y alcance de las operaciones del analista según Freud: colegir (erraten), interpretar, construir'. En esta oportunidad nos interesa delimitar la categoría de enunciación, en la dirección de establecer algunas de las particularidades que presenta en el campo de la lingüística y el campo del psicoanálisis. Por su parte, esto nos permitirá pensar si la articulación entre enunciación e interpretación presenta diferencias entre los dos campos mencionados Comenzamos entonces situando la categoría de enunciación en psicoanálisis a partir de la reformulación hecha por J. Lacan a la categoría de signo lingüístico presentado por Saussure, en cuanto a sus componentes y a su modo de operación. Ya que es a partir de estas reformulaciones que es posible pensar la articulación entre la significación y el sentido. Luego haremos un breve rastreo, vale decir, no exhaustivo de la noción de sentido o enunciación en Lingüística, intentando establecer sus particularidades en el terreno de este campo de la ciencia. Inevitablemente haremos una, también breve, mención a algunos de los problemas que en la lingüística surgen al intentar delimitarla dicha noción. A través de diferentes referencias bibliográficas se trabajaran las propuestas que al respecto presentan O. Ducrot, E. Benveniste, C. Kebrat Orechioni, G. Reyes y A. Bertorello. Se recortan así los problemas de 'intención enunciativa' y 'subjetividad' en la Lingüística. Estos serán contrastados y/o comparados con la noción de sujeto que se desprende de la enseñanza de Lacan, al menos en un período de la misma. Esta noción, entendida como sujeto intervalar se anuda a la re conceptualización mencionada en primer lugar del signo lingüístico y su operatoria. Nos referimos a la elaboración realizada por J. Lacan en su Seminario 11 'Los Cuatro Conceptos Fundamentales' respecto a lo que allí denomina las operaciones de 'Alienación' y 'Separación'. Es en torno a estas operaciones que puede pensarse al sujeto como el efecto del intervalo entre dos significantes. La operación de 'Separación' permitirá una dimensión de rescate de la dimensión 'no yo' de la 'Alienación' primera. Allí se juega para el sujeto la posibilidad de incluirse y hacerse representar en el lenguaje, mostrando al mismo tiempo los límites del campo de lo simbólico para otorgar identidad. Es en esta dirección que se piensa también la eficacia de la interpretación en Psicoanálisis. De este modo, llegamos al último tramo de nuestro recorrido donde intentaremos precisar a partir de estos desarrollos cuál es la articulación entre interpretación y enunciación en Psicoanálisis lo que nos llevará al problema de la convicción en un análisis o al problema de la producción de 'Efectos de verdad'. Tomando como herramienta la noción de verdad que allí se pone en juego, la diferenciaremos de otros modos de entender esta categoría. Para esto la referencia bibliográfica a la que hemos recurrido es el Seminario 17 'El revés del Psicoanálisis' de J. Lacan. Será entonces el lugar de la verdad en la articulación entre interpretación y enunciación, lo que nos permitirá delimitar la especificidad de estas categorías en el campo del Psicoanálisis. El presente trabajo se enmarca en el proyecto de investigación 'Lógica y alcance de las operaciones del analista según Freud: colegir (erraten), interpretar, construir' En esta oportunidad nos interesa delimitar la categoría de enunciación, en la dirección de establecer algunas de las particularidades que presenta en el campo de la lingüística y el campo del psicoanálisis. Por otro lado, la categoría de enunciación convoca a la de interpretación. Es por esto, que nuestra exploración sobre la primera nos ha llevado a preguntarnos por las diferencias en la articulación entre enunciación e interpretación entre los campos lingüístico y psicoanalítico. Estos entrecruzamientos delimitarán problemas para ambos campos que nos permitirán definir especificidades. Por un lado, nos saldrá al cruce desde la lingüística la noción de intención enunciativa y de subjetividad, las que diferentes autores recorren en términos de lo incognosible, o como disfuncionamiento lingüístico o como el 'aparato formal de la enunciación en el enunciado'. Por otro lado, desde el psicoanálisis, la noción de sujeto como sujeto intervalar, nos llevará a pensar la articulación clínica de la enunciación y la interpretación. Será entonces luego de pensar la noción de sujeto que cada campo articula con las categorías de enunciación e interpretación que les compete, que podremos avanzar en algunas delimitaciones especificas

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Este trabajo explora los cruces tempranos entre psicoanálisis, folkore y literatura, en la obra ensayística de dos autores: el argentino Bernardo Canal Feijóo y el brasileño Arthur Ramos. Al rechazar la asociación del simbolismo popular con una ontología telúrica transhistórica, y al apelar al psicoanálisis, Canal produce una importante modernización del "folklore" como objeto de estudio. Desde una perspectiva epistemológica próxima (aunque ideológicamente divergente), también Ramos articula psicoanálisis y antropología para analizar el folklore afro-brasileño, confiando en alcanzar así el inconsciente colectivo popular