67 resultados para Detención


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El siguiente artículo trata acerca de las posibilidades que han tenido las mujeres de relatar la violencia de género que sufrieron en tanto tales en los Centros Clandestinos de Detención y en las cárceles durante el terrorismo de Estado (1975-1983). Analiza diferentes entrevistas a ex detenidas desaparecidas y presas focalizando en los cambios producidos en los últimos treinta años respecto de la narración y la escucha de sus relatos

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La dictadura uruguaya (1973-1985) se caracterizó, en el contexto del Plan Cóndor, por una amplia red de espacios represivos y por su variedad tipológica, pues fue el país del mundo con la ratio más alta de presos políticos. Encontramos cárceles, cárceles políticas -establecimientos militares de reclusión en la terminología militar-, centros de detención y centros clandestinos de detención. Precisamente el Establecimiento Militar de Reclusión (EMR) No 2 (cárcel política de mujeres de Punta Rieles) se situó en un barrio periférico de Montevideo, de tradición obrera y tremendamente castigado desde la dictadura hasta momentos actuales. Esta cárcel política no sólo tuvo consecuencias en las reclusas sino que profundizó la estigmatización de un barrio que se estaba empobreciendo a gran velocidad. A partir del año 2000 comenzó un proceso colectivo por parte de las ex-presas y de los vecinos para reconvertir aquellos edificios en un lugar de memoria y en un centro social para el barrio. Este proceso se vio frustrado en el año 2011 al decidir el gobierno del Frente Amplio volver a utilizar el antiguo edificio como cárcel. Recientemente se ha instalado una "Marca de la Memoria" en el lugar. Este caso ejemplifica perfectamente el triunfo de un tipo de memoria en Uruguay, la de la marca-monumento, que separa pasado y presente, sobre la de la marca-proyecto, que articula las luchas políticas pasadas como fundamento e inspiración de las presentes

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La dictadura uruguaya (1973-1985) se caracterizó, en el contexto del Plan Cóndor, por una amplia red de espacios represivos y por su variedad tipológica, pues fue el país del mundo con la ratio más alta de presos políticos. Encontramos cárceles, cárceles políticas -establecimientos militares de reclusión en la terminología militar-, centros de detención y centros clandestinos de detención. Precisamente el Establecimiento Militar de Reclusión (EMR) No 2 (cárcel política de mujeres de Punta Rieles) se situó en un barrio periférico de Montevideo, de tradición obrera y tremendamente castigado desde la dictadura hasta momentos actuales. Esta cárcel política no sólo tuvo consecuencias en las reclusas sino que profundizó la estigmatización de un barrio que se estaba empobreciendo a gran velocidad. A partir del año 2000 comenzó un proceso colectivo por parte de las ex-presas y de los vecinos para reconvertir aquellos edificios en un lugar de memoria y en un centro social para el barrio. Este proceso se vio frustrado en el año 2011 al decidir el gobierno del Frente Amplio volver a utilizar el antiguo edificio como cárcel. Recientemente se ha instalado una "Marca de la Memoria" en el lugar. Este caso ejemplifica perfectamente el triunfo de un tipo de memoria en Uruguay, la de la marca-monumento, que separa pasado y presente, sobre la de la marca-proyecto, que articula las luchas políticas pasadas como fundamento e inspiración de las presentes

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La dictadura uruguaya (1973-1985) se caracterizó, en el contexto del Plan Cóndor, por una amplia red de espacios represivos y por su variedad tipológica, pues fue el país del mundo con la ratio más alta de presos políticos. Encontramos cárceles, cárceles políticas -establecimientos militares de reclusión en la terminología militar-, centros de detención y centros clandestinos de detención. Precisamente el Establecimiento Militar de Reclusión (EMR) No 2 (cárcel política de mujeres de Punta Rieles) se situó en un barrio periférico de Montevideo, de tradición obrera y tremendamente castigado desde la dictadura hasta momentos actuales. Esta cárcel política no sólo tuvo consecuencias en las reclusas sino que profundizó la estigmatización de un barrio que se estaba empobreciendo a gran velocidad. A partir del año 2000 comenzó un proceso colectivo por parte de las ex-presas y de los vecinos para reconvertir aquellos edificios en un lugar de memoria y en un centro social para el barrio. Este proceso se vio frustrado en el año 2011 al decidir el gobierno del Frente Amplio volver a utilizar el antiguo edificio como cárcel. Recientemente se ha instalado una "Marca de la Memoria" en el lugar. Este caso ejemplifica perfectamente el triunfo de un tipo de memoria en Uruguay, la de la marca-monumento, que separa pasado y presente, sobre la de la marca-proyecto, que articula las luchas políticas pasadas como fundamento e inspiración de las presentes

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El propósito de este trabajo es investigar los motivos, anhelos, sueños, deseos que llevan a un grupo de entre 20 y 25 ex presos políticos a reunirse semanalmente en el local del sindicato Luz y Fuerza, Córdoba. Optamos por entrevistar a quienes daban la sensación de ser más participativos o más explícitos, en la elección procuramos que hubiesen casi por igual miembros de las dos organizaciones mayoritarias en el pasado: Montoneros y Partido Revolucionario de los Trabajadores. El celo a la hora de elegir se entronca con las subculturas que emergieron de las organizaciones. Otro aspecto observado es la cuestión de género, mujeres y hombres, equitativamente incorporados, se constituyeron en narradores.2 En la ciudad mediterránea hubo alrededor de dos mil detenidos por causas políticas a partir de la dictadura que iniciara Jorge Rafael Videla. La curiosidad social es acicateada por el número exiguo de ex-represaliados que constituyen la comisión de presos políticos, que entre otras tareas peticiona ante las autoridades solicitando reivindicaciones a raíz de su condición de ex detenidos, organizan eventos sociales y políticos, gestionan los ex centros de detención convertidos en "museos de la memoria", impulsan los juicios contra los ex represores, editan publicaciones. Concurrimos a las reuniones semanales, a asados, "locreadas"; empleamos en las investigaciones la observación participante. La participación se dio en eventos, en compartir ruedas de mate en la casa de los entrevistados, íntimas ruedas de café, por un fenómeno de indexicalidad en relación con el discurso ideológico pudimos avanzar en la profundidad de la conversación. Además, de las entrevistas en profundidad, analizamos material periodístico y material escrito por los detenidos; cuando la emoción del entrevistado dificultaba la conversación, en algunos casos nos remitieron a elaboraciones suyas sobre la situación planteada.. Nos favoreció, en el trabajo, el hecho de haber participado en la vida política, y el tener familiares que lucharon junto a los ex-represaliados. A pesar de ello no fue fácil llegar a subjetividades que hacía largo tiempo se hallaban abroqueladas. Mead e Erving Goffman nos acompañaron en el camino de reconocimiento de los selfs en la dramaturgia montada en el local de Luz y Fuerza

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Mediante el Trabajo a presentar se pretende dar cuenta de las formas de narrar la historia reciente como construcción de sentido y poder. Es así que se elaborará el análisis de testimonios de sobrevivientes de la experiencia concentracionaria establecida en la Argentina en el periodo 1974-1983, desde una óptica que considera a los archivos como fuentes de relatos biográficos y como eslabones de una cadena histórica. Partiendo del Proyecto de Investigación Ubacyt S838 "Hacia una reconstrucción de las memorias del genocidio en Argentina. Construcción de un archivo de testimonios de los ex detenidos en campos de concentración o cárceles durante la última dictadura militar", en donde se plantea y analiza como en diversos procesos históricos puede constatarse que las voces de los sobrevivientes de los procesos genocidas son silenciadas por la sociedad, en función de la incomodidad que producen a la hora de la construcción de imágenes colectivas (memorias) de dicha historia social. Dicho proyecto se propone así, rescatar dichas voces y de esta forma, contribuir a construir la historia reciente desde las palabras de los propios protagonistas. Al mismo tiempo, consideramos que el testimonio como fuente de análisis se presenta como un tema complejo con múltiples variables a considerar y problematizar. Entre ellas surge un primer interrogante que posibilita la elaboración del presente trabajo: ¿Existieron micro solidaridades y resistencias dentro del espacio clausurado de los Centros Clandestinos de Detención (CCD)? Buscando respuestas se establece el escrito a presentar, tomando como hipótesis la existencia de aristas dentro de los testimonios y fuentes que difieren de los discursos actuales, donde estas formas de experiencias y resistencias dentro de los CCD no se difunden, ensombrecidas por el ?horror? que conlleva la práctica concentracionaria misma y continua en las formas de compilar, narrar y hacer la historia

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La dictadura uruguaya (1973-1985) se caracterizó, en el contexto del Plan Cóndor, por una amplia red de espacios represivos y por su variedad tipológica, pues fue el país del mundo con la ratio más alta de presos políticos. Encontramos cárceles, cárceles políticas -establecimientos militares de reclusión en la terminología militar-, centros de detención y centros clandestinos de detención. Precisamente el Establecimiento Militar de Reclusión (EMR) No 2 (cárcel política de mujeres de Punta Rieles) se situó en un barrio periférico de Montevideo, de tradición obrera y tremendamente castigado desde la dictadura hasta momentos actuales. Esta cárcel política no sólo tuvo consecuencias en las reclusas sino que profundizó la estigmatización de un barrio que se estaba empobreciendo a gran velocidad. A partir del año 2000 comenzó un proceso colectivo por parte de las ex-presas y de los vecinos para reconvertir aquellos edificios en un lugar de memoria y en un centro social para el barrio. Este proceso se vio frustrado en el año 2011 al decidir el gobierno del Frente Amplio volver a utilizar el antiguo edificio como cárcel. Recientemente se ha instalado una "Marca de la Memoria" en el lugar. Este caso ejemplifica perfectamente el triunfo de un tipo de memoria en Uruguay, la de la marca-monumento, que separa pasado y presente, sobre la de la marca-proyecto, que articula las luchas políticas pasadas como fundamento e inspiración de las presentes