52 resultados para cuerpo humano
Resumo:
El presente trabajo tiene por propósito abordar la dimensión comprendida por el diálogo que vinculan al cuerpo con la cultura de las prácticas corporales. Además de recorrer durante su desarrollo el análisis de los modos de validación y des- validación de su epistemología. Estas relaciones orientadas hacia el desarrollo humano. Vale aclarar que en el presente análisis se alude a los alcances de la Educación Física, Actividad Física y Deportes. Por consiguiente, añadir que al enfocar el propósito en la necesidad de orientar las reflexiones hacia el desarrollo humano, debemos comprender que la educación física en su ligazón con la educación internaliza por si sola un escenario propicio con dicha intención. Sus finalidades en el marco del desarrollo humano son muy amplias y potentes. Dado que éstas son signadas y cargadas de sentido por la cultura física que las abreve.El presente trabajo pretende acercarse al análisis de dichas relaciones complejas. En tanto, el interés de éste es caracterizar los modos de construcción que le otorgan forma y sentido a la cultura de las prácticas corporales. A esto último se le añaden las hermenéuticas de las distintas dimensiones que componen el diálogo motivo de debate
Resumo:
La historia de la Actividad Física en general y de la Educación Física en particular son sin duda herederas de un cuerpo escindido, biologizado. La modernidad, montada sobre ese discurso dicotómico erige la razón como el nuevo Dios, y el cuerpo, siempre lo otro de sí, pasa a ser una maquinaria al servicio del cogito cartesiano. Considerar al cuerpo una construcción de la cultura, alejándose por completo del cuerpo físico que otrora fuera el centro de las preocupaciones, constituye un quiebre epistemológico radical que es preciso valorar. Efectivamente, limitar el análisis de la actividad física y las prácticas corporales de los hombres a una simple consideración orgánica, es reducirla a un nivel muy pobre de argumentación. Pero también, un enfoque culturalista que pretende deslindar toda consideración de la condición de animalidad del ser humano, su condición de ser vivo, constituye otra cara del reduccionismo. Como tampoco esencializar la cultura y no considerar las condiciones macroestructurales que la explican parece lo más plausible. En ese sentido, nos parece oportuno advertir que alentamos una postura antiesencialista que sostiene la no existencia de un sustrato primario, una esencia de lo social, sino que por el contrario asume el carácter contingente de toda identidad. De igual modo rechaza todo determinismo puesto que no concibe que exista una primacía de ninguna esfera, ya sea económica, cultural, o social, en la formación de las identidades; sino más bien entiende que todas ellas se interrelacionan e influencian mutuamente. Somos ese cuerpo que está, no solo atravesado por la razón, sino también por el poder y el deseo. Esa carne que somos es ese límite, ese punto ciego, esa piel que antecede toda reflexión y nos conecta con el mundo. En esta posibilidad de aunar la dimensión animal, humana y cósmica en una entidad indisoluble e integral, están quizás las huellas de nuevas (o viejas) sendas a ser transitadas
Resumo:
Desde un enfoque interdisciplinario amplio y complejo, superador de todo reduccionismo, podemos afirmar que la construcción de la subjetividad comienza sumamente temprano para el ser humano. No solo porque antes de su nacimiento hubo alguien que lo pensó, sino porque también fue anticipado transgeneracionalmente; esos ?otros? que lo preceden delimitaron un pasado no solo a nivel familiar sino también en lo histórico-social. Con el nacimiento el cuerpo, base biológica y sede posibilitadora de todo lo que advendrá, irá recorriendo desde la infancia diferentes resignificaciones en un tiempo que, sabemos desde el Psicoanálisis, no necesariamente es concebido linealmente; más particulares serán aún las transformaciones con la llegada de la pubertad que dará inicio a la adolescencia, época de duelos y marcadas re- orientaciones. A lo largo del recorrido de su desarrollo el sujeto va insertándose en diferentes instituciones de formación, las que a la vez no serán ajenas a las representaciones imaginarias de un determinado tejido social, representaciones que encontrarán en los diferentes medios masivos de comunicación y redes sociales no solo su lugar de expresión sino un espacio que redetermina al sujeto su modo de mostrarse, percibirse y gozar, reservando además un lugar preponderante a los fenómenos actuales de globalización
Resumo:
El presente trabajo tiene por propósito abordar la dimensión comprendida por el diálogo que vinculan al cuerpo con la cultura de las prácticas corporales. Además de recorrer durante su desarrollo el análisis de los modos de validación y des- validación de su epistemología. Estas relaciones orientadas hacia el desarrollo humano. Vale aclarar que en el presente análisis se alude a los alcances de la Educación Física, Actividad Física y Deportes. Por consiguiente, añadir que al enfocar el propósito en la necesidad de orientar las reflexiones hacia el desarrollo humano, debemos comprender que la educación física en su ligazón con la educación internaliza por si sola un escenario propicio con dicha intención. Sus finalidades en el marco del desarrollo humano son muy amplias y potentes. Dado que éstas son signadas y cargadas de sentido por la cultura física que las abreve.El presente trabajo pretende acercarse al análisis de dichas relaciones complejas. En tanto, el interés de éste es caracterizar los modos de construcción que le otorgan forma y sentido a la cultura de las prácticas corporales. A esto último se le añaden las hermenéuticas de las distintas dimensiones que componen el diálogo motivo de debate
Resumo:
La historia de la Actividad Física en general y de la Educación Física en particular son sin duda herederas de un cuerpo escindido, biologizado. La modernidad, montada sobre ese discurso dicotómico erige la razón como el nuevo Dios, y el cuerpo, siempre lo otro de sí, pasa a ser una maquinaria al servicio del cogito cartesiano. Considerar al cuerpo una construcción de la cultura, alejándose por completo del cuerpo físico que otrora fuera el centro de las preocupaciones, constituye un quiebre epistemológico radical que es preciso valorar. Efectivamente, limitar el análisis de la actividad física y las prácticas corporales de los hombres a una simple consideración orgánica, es reducirla a un nivel muy pobre de argumentación. Pero también, un enfoque culturalista que pretende deslindar toda consideración de la condición de animalidad del ser humano, su condición de ser vivo, constituye otra cara del reduccionismo. Como tampoco esencializar la cultura y no considerar las condiciones macroestructurales que la explican parece lo más plausible. En ese sentido, nos parece oportuno advertir que alentamos una postura antiesencialista que sostiene la no existencia de un sustrato primario, una esencia de lo social, sino que por el contrario asume el carácter contingente de toda identidad. De igual modo rechaza todo determinismo puesto que no concibe que exista una primacía de ninguna esfera, ya sea económica, cultural, o social, en la formación de las identidades; sino más bien entiende que todas ellas se interrelacionan e influencian mutuamente. Somos ese cuerpo que está, no solo atravesado por la razón, sino también por el poder y el deseo. Esa carne que somos es ese límite, ese punto ciego, esa piel que antecede toda reflexión y nos conecta con el mundo. En esta posibilidad de aunar la dimensión animal, humana y cósmica en una entidad indisoluble e integral, están quizás las huellas de nuevas (o viejas) sendas a ser transitadas
Resumo:
El presente trabajo tiene por propósito abordar la dimensión comprendida por el diálogo que vinculan al cuerpo con la cultura de las prácticas corporales. Además de recorrer durante su desarrollo el análisis de los modos de validación y des- validación de su epistemología. Estas relaciones orientadas hacia el desarrollo humano. Vale aclarar que en el presente análisis se alude a los alcances de la Educación Física, Actividad Física y Deportes. Por consiguiente, añadir que al enfocar el propósito en la necesidad de orientar las reflexiones hacia el desarrollo humano, debemos comprender que la educación física en su ligazón con la educación internaliza por si sola un escenario propicio con dicha intención. Sus finalidades en el marco del desarrollo humano son muy amplias y potentes. Dado que éstas son signadas y cargadas de sentido por la cultura física que las abreve.El presente trabajo pretende acercarse al análisis de dichas relaciones complejas. En tanto, el interés de éste es caracterizar los modos de construcción que le otorgan forma y sentido a la cultura de las prácticas corporales. A esto último se le añaden las hermenéuticas de las distintas dimensiones que componen el diálogo motivo de debate
Resumo:
Desde un enfoque interdisciplinario amplio y complejo, superador de todo reduccionismo, podemos afirmar que la construcción de la subjetividad comienza sumamente temprano para el ser humano. No solo porque antes de su nacimiento hubo alguien que lo pensó, sino porque también fue anticipado transgeneracionalmente; esos ?otros? que lo preceden delimitaron un pasado no solo a nivel familiar sino también en lo histórico-social. Con el nacimiento el cuerpo, base biológica y sede posibilitadora de todo lo que advendrá, irá recorriendo desde la infancia diferentes resignificaciones en un tiempo que, sabemos desde el Psicoanálisis, no necesariamente es concebido linealmente; más particulares serán aún las transformaciones con la llegada de la pubertad que dará inicio a la adolescencia, época de duelos y marcadas re- orientaciones. A lo largo del recorrido de su desarrollo el sujeto va insertándose en diferentes instituciones de formación, las que a la vez no serán ajenas a las representaciones imaginarias de un determinado tejido social, representaciones que encontrarán en los diferentes medios masivos de comunicación y redes sociales no solo su lugar de expresión sino un espacio que redetermina al sujeto su modo de mostrarse, percibirse y gozar, reservando además un lugar preponderante a los fenómenos actuales de globalización