52 resultados para Psicanálise. Castração. Desejo. Ideal. Inconsciente
Resumo:
En la Antigua Roma las mujeres casadas no gozaban de ningún tipo de libertades y todos los placeres les eran vedados a su clase (Rousselle, 2000). Responsables de la gestación de los futuros ciudadanos, su esfera de acción se limitaba al hogar, donde, además de procurarles especial atención a sus maridos e hijos, estaban encargadas de realizar, entre otras tareas, el control de la servidumbre, la administración de los gastos y el tejido (Knapp, 2011). A diferencia de las mujeres de otras clases, prostitutas y esclavas, la conducta de las matronas debía estar regida por la castidad, la reserva, la modestia y la pietas, principales virtudes celebradas en las fuentes epigráficas (CIL 6.23773, 8.11294). Como consecuencia de la corrupción de las costumbres durante la República, Augusto sancionó una serie de leyes (Lex Iulia de maritandis ordinibus y de adulteriis coercendis en 18 a.C., Lex Papia Poppaea en 9 d.C.) que, basándose en la tradición de los antepasados, estaban destinadas a ejercer un fuerte dominio sobre las políticas familiares. Se obligaba a los estratos superiores de la sociedad a contraer uniones legítimas y a tener descendencia, y se sancionaba con severidad a aquellas mujeres que cometían adulterio y que no se ajustaban al modelo femenino que el Estado buscaba imponer (Pomeroy, 1999). Bajo la luz de estas consideraciones acerca de la matrona, nos proponemos ofrecer una lectura posible de los fragmentos 618-9 y 681 M del poeta satírico Lucilio, conservados únicamente por transmisión indirecta. Así pues, a partir de información recabada del contexto social y político, intentamos demostrar que en el horizonte del pensamiento romano se mantiene constante un único ideal de mujer, al mismo tiempo que, a partir de referencias intertextuales, logramos dar sentido(s) a un texto que sólo a simple vista parece no poder decirnos mucho.
Resumo:
Preguntar acerca de los motivos por los cuáles aprenden los alumnos entraña siempre un interrogante muy difícil de ser resuelto, más aun si las respuestas provienen de las teorías pedagógicas que tanto se han ocupado de la enseñanza como del aprendizaje desde una perspectiva psicobiológica. Sin embargo, sólo si se comienza por comprender al sujeto, aunque no como la pedagogía y las teorías educativas sociales lo pretenden establecer, es que se pueden encontrar algunas respuestas de las verdaderas causas de los supuestos aciertos y errores en materia educativa. La creencia de que se puede intervenir sobre el destino de los alumnos, ha llevado a naturalizar la búsqueda de diversas estrategias de enseñanza que posibiliten al alumno un aprendizaje significativo a partir de experiencias gratificantes. La enseñanza se ha construido sobre supuestos que se afirman a partir de los procesos psíquicos y sociales en los que se asienta el aprendizaje. Bajo esta perspectiva, y entendiendo al aprendizaje como un hecho individual con base en lo social, la educación se traduce en el desarrollo de la personalidad del buen ciudadano que se aspira a formar. Lo individual y lo social pasan así a ser una misma cosa y conllevan una injerencia recíproca
Resumo:
Preguntar acerca de los motivos por los cuáles aprenden los alumnos entraña siempre un interrogante muy difícil de ser resuelto, más aun si las respuestas provienen de las teorías pedagógicas que tanto se han ocupado de la enseñanza como del aprendizaje desde una perspectiva psicobiológica. Sin embargo, sólo si se comienza por comprender al sujeto, aunque no como la pedagogía y las teorías educativas sociales lo pretenden establecer, es que se pueden encontrar algunas respuestas de las verdaderas causas de los supuestos aciertos y errores en materia educativa. La creencia de que se puede intervenir sobre el destino de los alumnos, ha llevado a naturalizar la búsqueda de diversas estrategias de enseñanza que posibiliten al alumno un aprendizaje significativo a partir de experiencias gratificantes. La enseñanza se ha construido sobre supuestos que se afirman a partir de los procesos psíquicos y sociales en los que se asienta el aprendizaje. Bajo esta perspectiva, y entendiendo al aprendizaje como un hecho individual con base en lo social, la educación se traduce en el desarrollo de la personalidad del buen ciudadano que se aspira a formar. Lo individual y lo social pasan así a ser una misma cosa y conllevan una injerencia recíproca
Resumo:
En la Antigua Roma las mujeres casadas no gozaban de ningún tipo de libertades y todos los placeres les eran vedados a su clase (Rousselle, 2000). Responsables de la gestación de los futuros ciudadanos, su esfera de acción se limitaba al hogar, donde, además de procurarles especial atención a sus maridos e hijos, estaban encargadas de realizar, entre otras tareas, el control de la servidumbre, la administración de los gastos y el tejido (Knapp, 2011). A diferencia de las mujeres de otras clases, prostitutas y esclavas, la conducta de las matronas debía estar regida por la castidad, la reserva, la modestia y la pietas, principales virtudes celebradas en las fuentes epigráficas (CIL 6.23773, 8.11294). Como consecuencia de la corrupción de las costumbres durante la República, Augusto sancionó una serie de leyes (Lex Iulia de maritandis ordinibus y de adulteriis coercendis en 18 a.C., Lex Papia Poppaea en 9 d.C.) que, basándose en la tradición de los antepasados, estaban destinadas a ejercer un fuerte dominio sobre las políticas familiares. Se obligaba a los estratos superiores de la sociedad a contraer uniones legítimas y a tener descendencia, y se sancionaba con severidad a aquellas mujeres que cometían adulterio y que no se ajustaban al modelo femenino que el Estado buscaba imponer (Pomeroy, 1999). Bajo la luz de estas consideraciones acerca de la matrona, nos proponemos ofrecer una lectura posible de los fragmentos 618-9 y 681 M del poeta satírico Lucilio, conservados únicamente por transmisión indirecta. Así pues, a partir de información recabada del contexto social y político, intentamos demostrar que en el horizonte del pensamiento romano se mantiene constante un único ideal de mujer, al mismo tiempo que, a partir de referencias intertextuales, logramos dar sentido(s) a un texto que sólo a simple vista parece no poder decirnos mucho
Resumo:
En la Antigua Roma las mujeres casadas no gozaban de ningún tipo de libertades y todos los placeres les eran vedados a su clase (Rousselle, 2000). Responsables de la gestación de los futuros ciudadanos, su esfera de acción se limitaba al hogar, donde, además de procurarles especial atención a sus maridos e hijos, estaban encargadas de realizar, entre otras tareas, el control de la servidumbre, la administración de los gastos y el tejido (Knapp, 2011). A diferencia de las mujeres de otras clases, prostitutas y esclavas, la conducta de las matronas debía estar regida por la castidad, la reserva, la modestia y la pietas, principales virtudes celebradas en las fuentes epigráficas (CIL 6.23773, 8.11294). Como consecuencia de la corrupción de las costumbres durante la República, Augusto sancionó una serie de leyes (Lex Iulia de maritandis ordinibus y de adulteriis coercendis en 18 a.C., Lex Papia Poppaea en 9 d.C.) que, basándose en la tradición de los antepasados, estaban destinadas a ejercer un fuerte dominio sobre las políticas familiares. Se obligaba a los estratos superiores de la sociedad a contraer uniones legítimas y a tener descendencia, y se sancionaba con severidad a aquellas mujeres que cometían adulterio y que no se ajustaban al modelo femenino que el Estado buscaba imponer (Pomeroy, 1999). Bajo la luz de estas consideraciones acerca de la matrona, nos proponemos ofrecer una lectura posible de los fragmentos 618-9 y 681 M del poeta satírico Lucilio, conservados únicamente por transmisión indirecta. Así pues, a partir de información recabada del contexto social y político, intentamos demostrar que en el horizonte del pensamiento romano se mantiene constante un único ideal de mujer, al mismo tiempo que, a partir de referencias intertextuales, logramos dar sentido(s) a un texto que sólo a simple vista parece no poder decirnos mucho