59 resultados para Disraeli, Benjamin, 1804-1881.
Resumo:
Esta ponencia es la presentación del proyecto de tesis, que tiene por objetivo estudiar el proceso de constitución y consolidación del poder judicial, responsable de la administración de justicia, como integrante del Estado provincial, legitimador de su accionar político y mediador con la sociedad civil. La investigación se ubica en la provincia de Buenos Aires, entre 1853 y 1881, que sancionó su propia Constitución en 1854, en la que declaraba en su artículo 118 que el poder judicial sería independiente de todo otro en el ejercicio de sus funciones. Es decir que en esta provincia la consagración de la teoría de los poderes del Estado y la ley como definidora de lo que era justo, requirieron de la organización del poder judicial. El sistema judicial de la provincia de Buenos Aires comenzó su formación como poder del Estado a partir de la reforma rivadaviana y el proceso alcanzó su madurez entre 1853 y 1881, como parte fundamental del proyecto liberal, asentado sobre la autoridad de la ley. El poder judicial garantizaba la legitimidad del sistema político republicano de matriz liberal, pero la dependencia con el poder ejecutivo se mantuvo en parte, representada en el presupuesto, los nombramientos y los jurys. La organización judicial en formación incluyó al ámbito rural con una fisonomía institucional que tendía a consolidar la relación entre Estado y sociedad civil; ésta manifestaba sus necesidades a través de la opinión pública y el poder las interpretaba con el fin de legitimar su acción política. En este proceso de legitimación, el poder judicial era funcional al Estado, lo que se consolidó con el tiempo. La Constitución de 1873, a pesar de ser ideal en algunas de sus propuestas, dio protagonismo y efectividad a las instituciones judiciales que se formaron y pusieron en funcionamiento con una nueva concepción de justicia, que sin dejar de lado el derecho natural se consolidaba en una función más positiva, atenta a los derechos individuales y de propiedad. Para comprender el rol que jugó el sistema de justicia en la formación del Estado es necesario desenmarañar la compleja trama de relaciones entre el poder político y los magistrados, y a su vez entre ellos y la sociedad. Pero esto no se puede realizar sin conocer y comprender que entendían por justicia, y definir de qué forma organizaron su administración. En la realización de esta investigación atenderé a las soluciones que el ordenamiento jurídico debía brindar a una determinada sociedad, las instituciones que lo formaron y las ideas de quienes lo gestaron. El uso de la fuente judicial será fundamental para observar si la letra de la ley fue cumplida en la administración de justicia y de qué manera. Pero esa fuente judicial confirmará o no la aplicación de las leyes dictadas por el poder legislativo y los decretos emanados del ejecutivo, por ello será necesario reconstruir los organigramas del Poder Judicial a partir del estudio de los Registros Oficiales y los debates legislativos de la provincia.
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Me propongo poner en conexión algunos aspectos de la producción benjaminiana con la noción de marxismo occidental para elaborar, en ese marco, algunas precisiones sobre el peculiar modo de abordar el materialismo dialéctico por parte de Walter Benjamin. Particularmente, me interesa revisar las modulaciones sobre las problemáticas del sujeto y de la conciencia en el horizonte de las Tesis sobre la filosofía de la historia, en orden a conectar estas elaboraciones con la reformulación de la temporalidad histórica. Quiero articular algunas críticas benjaminianas a los abordajes neokantianos sobre los problemas inherentes a las ?ciencias de la historia?, no sólo como punto de partida para criticar la suscripción a la tradición del progreso, sino como recuperación de dimensiones de la conciencia que son vitales para sostener un modelo dialéctico que se apoya en una experiencia ampliada más allá de los límites kantianos. En definitiva, espero poner en discusión aspectos cognitivos del pensamiento benjaminiano que habilitan el sesgo iluminativo que busca imprimirle a una noción ampliada de experiencia desde la cual repensar el pasado histórico y conocer la sociedad
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Este trabajo se propone indagar los desplazamientos y las articulaciones conceptuales que se producen en torno de la comprensión, la narración y el juicio a lo largo de la obra de Hannah Arendt. Al respecto, sostenemos que la problemática fundamental que recorre sus escritos, desde sus primeras formulaciones en torno de la comprensión, su profundización de estos motivos en relación con la narración y sus desarrollos en torno del juicio, es el desmantelamiento de la oposición tradicional entre la vida del filósofo y la vida política, o en otras palabras, entre el espectador y el actor. El recorrido por la reapropiación que Arendt realiza de la comprensión heideggeriana y de la narración benjaminiana, nos permitirá no sólo reconstruir este camino conducente a resituar las actividades intelectuales en relación con los asunto humanos, sino también delimitar las características de la particular hermenéutica crítica que allí emerge y que resulta de especial relevancia para dilucidar su posterior abordaje del juicio. De este modo, luego de haberse alejado deliberadamente de la filosofía y emprendido una crítica radical de esta tradición, entendemos que hacia el final de su vida, Arendt retorna a la filosofía para reconstruirla como una forma de pensamiento que a través de su articulación con el juicio, resulta capaz de desafiar la tradicional oposición entre la filosofía y la política
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Desde el punto de vista histórico y de tradiciones de pertenencia, Benjamin y Heidegger son autores enfrentados, casi como víctima y victimario. Este trabajo pretende mostrar que, sin embargo, coinciden en puntos de su crítica a la modernidad y que esa convergencia puede establecerse en una lectura de la obra de Marcel Proust. En efecto, en ambos hay un cuestionamiento a la reducción epistemológica que la modernidad hace de la experiencia y que la convierte en excluyente de cualquier otro aspecto de la vida. De ella deriva la racionalidad técnica, la reducción del mundo a objeto, la mecanización y el aislamiento del pasado y la tradición. Por su parte, desde el comienzo de la novela proustiana, un individuo sin rostro que se pregunta qué hora es y en qué cama está, en un estado de despojamiento total, plasma lo que ambos autores entenderían por experiencia, lo que M. Jay llama una experiencia sin sujeto: el torrente de la conciencia, sin distinción sujeto-objeto, cuya autocomprensión es inseparable de la comprensión de su mundo (Heidegger); un momento dialéctico por excelencia, una constelación espacio-temporal donde las fronteras entre sueño y vigilia, pasado y presente se vuelven evanescentes (Benjamin)
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El texto presenta un análisis de la estructura del tiempo mesiánico que Benjamin intenta pensar desde el punto de vista de su indisoluble conexión con los conceptos de felicidad y redención. El recorrido conceptual va desde los escritos de juventud, en los que la constelación felicidad-redención adquiere una fisonomía definida -conjugándose con una crítica elegante y puntual de la modernidad- a las tesis Sobre el concepto de historia, en las cuales tal constelación se entrelaza con la figura del Eingedenken, que determina un desplazamiento conceptual importante en el horizonte teórico del autor, y representa además la especificidad y la riqueza de su reflexión sobre el tiempo y la historia
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Fil: García Bossio, María Pilar. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación; Argentina.
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La ponencia que presentamos parte de considerar que los 'ex' CCDTyE devenidos Espacios para la Memoria se debaten en la tensión entre aquello que fueron, que representaron y que los constituyó como tales -ámbitos de producción del aniquilamiento-; y esto que hoy se pretende en tanto sitios de memoria, lo que implica considerar la eclosión de temporalidades disímiles y dislocadas que se yuxtaponen y coinciden en un mismo espacio. Atentos a estas cuestiones, entonces nos preguntamos: ¿Es posible aprehender esta complejidad y los modos en que adviene la construcción de memoria en estos espacios sociales desde la linealidad del tiempo, entendiendo a los hechos históricos como una unidad significativa que se despliega en el continuum del devenir histórico? ¿O quizás resulte más potente considerar la complejidad en los procesos de construcción del recuerdo desde una mirada que contemple la mutua penetración entre pasado y presente, y por ende lo abierto en la temporalidad? Con el objetivo de explorar este problema, nos proponemos rastrear elementos analíticos en la clave interpretativa acerca de la Historia desarrollada por Walter Benjamin, para desde allí aproximarnos a la ruina como nudo problemático que nos brinde acceso al modo particular en que adviene la temporalidad y la experiencia de rememoración en los 'ex' CCDTyE
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En este trabajo me propongo analizar la influencia de la revolución de Haití en las independencias de Venezuela y Colombia durante los años 1804-1825. Miintención es demostrar que las repercusiones del proceso haitiano fueron vastas, complejas y sufrieron importantes cambios durante el transcurso de los años. En líneas generales, la revolución generó pánico entre las elites criollas y peninsulares y esperanzas entre grupos de esclavos y pardos. Inicialmente los sectores criollos revolucionarios buscaron evitar todo contacto con la isla y eludir el modelo insurgente haitiano por considerar que produciría en la Tierra Firme una "guerra de razas" y una hecatombe similar a la que, en su opinión, allí había acontecido. Sin embargo, a partir de 1812-1813 debido a las dificultades de la guerra de independencia una fracción de la elite criolla comenzó a estrechar vínculos con la República del Sur de Haití a través de contactos diplomáticos y corsarios. Estas primeras relaciones, más bien tímidas, fueron la condición de posibilidad de un cambio importante que sobrevino en 1816. En dicho año, debido a la reconquista de la expedición realista, la mayoría de los líderes independentistas huyeron de Tierra Firme y tuvieron que exiliarse en Haití, uno de los pocos lugares donde encontraron refugio y apoyo. En aquel contexto, se dio el pacto entre Alexandre Petión y Simón Bolívar, por el cual el primero se comprometió a aportar armas, barcos y hombres a la causa patriota a cambio de la emancipación de los esclavos hispanoamericanos. Este acuerdo fue fundamental ya que no sólo posibilitó la exitosa contraofensiva independentista, sino que además le dio un cariz social al proceso revolucionario de Venezuela y Colombia. Así, a partir de 1816 y hasta 1821, se dieron numerosos contactos e incluso el gobierno de Jean Pierre Boyer (sucesor de Alexandre Petión) colaboró con otras dos expediciones a cargo de Gregor Mac Gregor para liberar Panamá y Río Hacha. Sin embargo, el cambio no fue total y aún durante estos años, los líderes criollos continuaron teniendo reparos frente al peligro de la explosión de un nuevo Haití en la Tierra Firme hispana. Por último, el fin de la guerra de independencia abrió un nuevo contexto en el cual aquellos miedos se intensificaron debido a la movilización social interna. Esto derivó en nuevo alejamiento y el gobierno de Colombia no sólo se negó a mantener relaciones con Haití, sino que incluso lo excluyó del Congreso de Panamá.
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En este trabajo me propongo analizar la influencia de la revolución de Haití en las independencias de Venezuela y Colombia durante los años 1804-1825. Miintención es demostrar que las repercusiones del proceso haitiano fueron vastas, complejas y sufrieron importantes cambios durante el transcurso de los años. En líneas generales, la revolución generó pánico entre las elites criollas y peninsulares y esperanzas entre grupos de esclavos y pardos. Inicialmente los sectores criollos revolucionarios buscaron evitar todo contacto con la isla y eludir el modelo insurgente haitiano por considerar que produciría en la Tierra Firme una "guerra de razas" y una hecatombe similar a la que, en su opinión, allí había acontecido. Sin embargo, a partir de 1812-1813 debido a las dificultades de la guerra de independencia una fracción de la elite criolla comenzó a estrechar vínculos con la República del Sur de Haití a través de contactos diplomáticos y corsarios. Estas primeras relaciones, más bien tímidas, fueron la condición de posibilidad de un cambio importante que sobrevino en 1816. En dicho año, debido a la reconquista de la expedición realista, la mayoría de los líderes independentistas huyeron de Tierra Firme y tuvieron que exiliarse en Haití, uno de los pocos lugares donde encontraron refugio y apoyo. En aquel contexto, se dio el pacto entre Alexandre Petión y Simón Bolívar, por el cual el primero se comprometió a aportar armas, barcos y hombres a la causa patriota a cambio de la emancipación de los esclavos hispanoamericanos. Este acuerdo fue fundamental ya que no sólo posibilitó la exitosa contraofensiva independentista, sino que además le dio un cariz social al proceso revolucionario de Venezuela y Colombia. Así, a partir de 1816 y hasta 1821, se dieron numerosos contactos e incluso el gobierno de Jean Pierre Boyer (sucesor de Alexandre Petión) colaboró con otras dos expediciones a cargo de Gregor Mac Gregor para liberar Panamá y Río Hacha. Sin embargo, el cambio no fue total y aún durante estos años, los líderes criollos continuaron teniendo reparos frente al peligro de la explosión de un nuevo Haití en la Tierra Firme hispana. Por último, el fin de la guerra de independencia abrió un nuevo contexto en el cual aquellos miedos se intensificaron debido a la movilización social interna. Esto derivó en nuevo alejamiento y el gobierno de Colombia no sólo se negó a mantener relaciones con Haití, sino que incluso lo excluyó del Congreso de Panamá.