72 resultados para Freud, Sigmund 1856-1939. Biografía


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El presente trabajo se inscribe en un trabajo interno en el marco de la cátedra Teoría Psicoanalítica de la universidad Nacional de La Plata. En él nos proponemos realizar un recorrido por lo que S. Freud designó como 'ombligo del sueño' y el anudamiento de este punto de indecible, límite a la interpretación, con los conceptos de deseo y pulsión, para lo cual nos vamos a servir de la respuesta que le da J. Lacan a una pregunta que le realiza Marcel Ritter. La propuesta será avanzar en primer lugar en una lectura del capítulo VII del texto La interpretación de los sueños que se orientará por la sugerencia freudiana de tratar a los sueños como una urdimbre, hacer entonces de este texto un tejido. 'La Psicología de los procesos oníricos' titula Freud a este capítulo; y en la introducción del mismo articula su 'proyecto' de trabajo: 'obtener o fundamentar, una inferencia acerca de la construcción y el modo de trabajo del instrumento anímico'. 'Proyecto' decimos porque al leer este capítulo encontramos las trazas de ese texto sofocado, con el que sin lugar a dudas conversa: El proyecto de Psicología para neurólogos, al que tal vez podamos referirnos para esclarecer algunos puntos. 'Aun en los sueños mejor interpretados es preciso a menudo dejar un lugar en sombras, porque en la interpretación se observa que de ahí arranca una madeja de pensamientos oníricos que no se dejan desenredar, pero que tampoco, han hecho otras contribuciones al contenido del sueño. Entonces ese es el ombligo del sueño, el lugar en que él se asienta en lo no conocido. Los pensamientos oníricos con que nos topamos a raíz de la interpretación tienen que permanecer sin clausura alguna y desbordar en todas las direcciones dentro de la enmarañada red de nuestro mundo de pensamientos. Y desde un lugar más espeso de ese tejido se eleva luego el deseo del sueño como el hongo de su micelio'. Avanzaremos tomando esta cita freudiana como punto de partida, para esclarecer este concepto oscuro y pocas veces referido por Freud, realizando un rodeo por los diferentes apartados del texto en el intento de situar el ombligo del sueño en este primer ordenamiento metapsicológico. En segundo lugar proponemos una lectura del concepto de ombligo del sueño a partir de la elaboración teórica de J. Lacan. En enero del año 1975 se lleva a cabo una jornada de trabajo en Estrasburgo, es en el marco de esa actividad que Marcel Ritter interviene realizando una aclaración sobre el término freudiano \'Das Unerkannte\', el cual es posible traducirlo como \'lo no-reconocido\', y que Freud lo articula al \'ombligo del sueño\'. Proponemos trabajar una pregunta que le hace M. Ritter a J. Lacan en el marco de esas jornadas. Proponemos descomponer esa pregunta y trabajarla en tres partes: 1 ? ¿en este no ? reconocido, podemos ver ahí lo real no simbolizado? 2 - ¿de qué real se trata, es lo real pulsional? 3- ¿qué relaciones hay entre éste real con el deseo, ya que Freud articula el ombligo del sueño con el deseo?

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El presente trabajo es producto de una serie de entrevistas y estudio bibliográfico realizado en el marco del Proyecto de Investigación Historias de la Psicología y el Psicoanálisis en La Plata (1946 - 1990), de la Cátedra Corrientes Actuales en Psicología. El objetivo es indagar el modo en que la teoría psicoanalítica de Jacques Lacan se implanta y comienza a desarrollarse en nuestra ciudad. La metodología utilizada ha sido la realización de entrevistas, estudio de textos y relevamiento de archivos. En este trabajo se sostiene como hipótesis el establecimiento de dos niveles de análisis para una historia de la implantación del psicoanálisis francés en la ciudad de La Plata. El primer nivel es teórico - clínico y el otro nivel, institucional, refiere a la creación de Instituciones Psicoanalíticas y su incidencia en el movimiento psicoanalítico local. En términos teórico - clínicos las primeras lecturas de Lacan se ubican en una dimensión que es necesariamente dialógica con otras disciplinas, como la antropología estructural (Lèvi - Strauss, C.1958), los desarrollos en lingüística (Saussure, F. 1916; Jakobson, R. 1963) y la epistemología francesa (Bachelard, G., 1938) pero no sólo hay un nivel teórico, sino que éste está necesariamente articulado con la clínica. En este nivel, hay un pasaje del kleinismo al lacanismo, pasaje que se opera a partir de los obstáculos que la clínica kleiniana ofrecía, el problema en los marcos teórico - clínicos de ese momento era el de la traslación de la clínica kleiniana a la clínica de adultos y de la relación imaginaria del analista con el analizante, uno de los problemas de esta clínica es el desplazamiento del concepto de castración al de frustración. En 1979, en el marco de las insuficiencias de la clínica kleiniana, el impacto del estructuralismo y del movimiento antipsiquiátrico se crea la primer institución psicoanalítica lacaniana de La Plata: La Escuela Sigmund Freud. Entre sus fundadores e integrantes estaban: Alberto Franco, July Meroff, José Matusevich, Gustavo Carranza. Las conferencias que se dictaron ese año fueron: El deseo inconciente, cuestión esencial del psicoanálisis a cargo de Raúl Sciarretta; Por qué Lacan? de Juan Carlos Indart; Retorno a Freud Rolando Karothy; La reconstrucción y el chamán Roberto Harari. A lo largo de 1979 se desarrollaron las conferencias, en 1980 comenzaron los cursos. Esta Escuela estaba estructurada en un plan de estudio de tres años, asistía un invitado por mes: Franco, A.; Sciarretta, R.; Indart, J. C. estaba en el eje de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Es de destacar que la lectura tanto de Freud, como de Lacan nunca es pura, sino tamizada en función de otros autores y referencias. El Psicoanálisis francés en La Plata es interpretado desde diferentes vías de recepción. El Psicoanálisis francés comienza a leerse en un ámbito no académico y esto está enmarcado por coordenadas históricas, hay lecturas alternativas, comienza la época de los grupos de estudio, la creación de instituciones, nuevos autores y editoriales. Comienza un Psicoanálisis no ortodoxo, no inglés sino francés: el Psicoanálisis de Jacques Lacan, lecturas de gran repercusión tanto en la Historia del Psicoanálisis local como en sus aplicaciones clínicas

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De lo que se trata es de reflexionar sobre zonas de la práctica corporal que no se reflexiona, correrse del centro, romper con la tendencia centrípeta y trasladarse al límite. En lo que respecta al cuerpo, el reflexionar sobre su práctica, sobre sus formas de percibir, de hacer y de decir, no puede hacerse de otra forma que involucrando el mismo en lo concreto y reflexionando sobre lo invisible de lo visible, lo oculto, lo no dicho, sobre lo sujetado y todo aquello que fue corrido del centro y se encuentra en los límites subyaciendo la práctica. Este desplazamiento al límite de la práctica permite cuestionar lo central (normas, códigos, hábitos), aquellas configuraciones de movimientos establecidas, aquello de lo que no podemos dar cuenta porque no sentimos que haya algo de lo cual dar cuenta. Así el límite se constituye como el espacio donde la naturalización de ciertas formas de acción pierde su consistencia, y parece hacerse tangible la transformación. Este posible cambio, producto de la lucha en los límites, lo pensamos enmarcado en una práctica corporal concreta como el contac improvisación mediante un hacer disciplinado y una práctica caracterizada por cierta ascesis

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Gombrowicz ingresa en el sistema literario argentino en 1939 y se ubica en sus márgenes cuando el mismo se ordena paulatinamente alrededor de Sur, el suplemento literario de La Nación y lo que algunos críticos como Martín Prieto designan el "imperio malleísta". No obstante, al abandonar el país en abril de 1963, el escenario de las letras locales es diferente: no sólo el imperio de Mallea es reemplazado a mediados de los años cuarenta por un nuevo modelo de escritura promovido por algunos escritores afines a Sur sino que, de cara a los años sesenta, aparecen nuevos agentes que desplazan a la revista dirigida por Victoria Ocampo e instalan un debate teórico, estético y político inédito en Argentina. De forma paralela a estos re-posicionamientos en el sistema local comprendido entre fines de los años treinta y mediados de años sesenta, el derrotero por el que transcurre la trayectoria de Witold Gombrowicz en nuestro país lo encuentra durante este período permanentemente marginado de las instancias locales de consagración. En este sentido, en el presente trabajo se propone examinar desde una concepción del discurso como práctica las estrategias discursivas realizadas por el autor de Ferdydurke en el marco de un proceso de gestión de la propia competencia para redefinir su "identidad social" y ser reconocido e incorporado por sus pares a esa trama de relaciones específicas que hacia la década del sesenta comienza a girar en torno a los nombres de Borges en Argentina y de Cortázar en el extranjero

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Este trabajo forma parte de un recorrido de investigación que el autor realiza en el marco de una Beca otorgada por la SeCyT de U.N.L.P. Se analizan ciertos aspectos de la Estética Trascendental de Kant, especialmente lo referido a tiempo y espacio como condiciones a priori del conocimiento sensible. Luego se analizan algunas hipótesis de Freud sobre el origen del tiempo y su relación con el espacio. Por último, se intenta dilucidar la oposición existente entre las tesis de ambos autores. En Crítica de la razón pura Kant define la noción de a priori como un saber independiente de la experiencia; no de una experiencia concreta sino de la experiencia en general. El espacio y el tiempo son consideradas categorías que funcionan como la condición subjetiva de toda sensibilidad. El espacio es esencialmente uno y se concibe que el sujeto cognoscente no puede representarse ningún fenómeno en la no- espacialidad. Del mismo modo el tiempo no es un concepto empírico que se derive de una experiencia sino que es una representación necesaria que está a la base de todas las intuiciones. Si bien es posible representar la ausencia de fenómenos en un tiempo determinado, no es posible concebir la inexistencia del tiempo mismo. Para Kant, estas condiciones a priori de toda experiencia sensible no son individuales ni empíricas sino que son trascendentales (universales y necesarias). Es por eso que lo que no aparece en el tiempo y en el espacio no es susceptible de ser conocido y no se puede decir que exista. Nada puede predicarse de la cosa-en-sí. Por otro lado, es necesario recordar la ubicación que Kant le dio a la Psicología, negándole el estatuto de ciencia del alma. Siguiendo el supuesto de que la ciencia sólo puede fundarse en las matemáticas, Kant afirma que la Psicología no puede ser una ciencia racional porque las matemáticas no logran ser aplicadas a los fenómenos de los que aquella se ocupa. Aplicación que solo puede realizarse para los fenómenos que cuentan con las dimensiones del espacio y el tiempo; y que se ve imposibilitada a los fenómenos psíquicos porque ellos carecen, según Kant, de localización espacial. Freud realiza en diversos pasajes una referencia (no siempre explícita) al filósofo alemán. Mientras que en algunas referencias (las más tempranas cronológicamente) se advierte una importación de ciertas ideas kantianas, en otras (más tardías en la obra freudiana) se hace explícita una crítica a sus principales consideraciones gnoseológicas. Freud parte de dos hipótesis específicas que lo llevan a oponerse a la universalidad de las formas kantianas: una inherente a la espacialidad (no anatómica) de los fenómenos psíquicos y otra sobre la atemporalidad de los procesos inconcientes. La espacialidad constante de los fenómenos psíquicos es interdependiente de la temporalidad excitatoria. La apelación al supuesto auxiliar de una energía psíquica es otra premisa central del argumento freudiano sobre el origen de las representaciones de tiempo y espacio. A partir de la lectura de los textos freudianos es posible esbozar la hipótesis de una fundamentación empirista respecto del origen de las categorías de tiempo y espacio consideradas

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Este trabajo, realizado en el marco del programa de adscriptos y auxiliares de la cátedra de teoría psicoanalítica, se propone rastrear las diversas concepciones de cuerpo que aparecen en dos textos representantes de momentos específicos de la obra freudiana: 'Tres ensayos de teoría sexual' (1905) e 'Introducción del narcisismo' (1914). La pregunta que orientó este trabajo de investigación fue: ¿Es el cuerpo un concepto en la obra freudiana?, que puede especificarse en las preguntas siguientes: ¿Qué cuerpo supone hablar de pulsión sexual? ¿Confluyen las diversas nociones de cuerpo? ¿Cómo? ¿Se puede pensar en la supremacía de unas sobre las otras? ¿Qué concepción de cuerpo subyace al autoerotismo? ¿Y qué concepción al narcisismo? Con estas claves de lectura se realizó una revisión de los artículos mencionados en pos de situar qué noción de cuerpo subyace a los mismos. La metodología elegida para esta investigación fue la de la revisión bibliográfica a partir de una clave de lectura. Dicha revisión es entendida como un rastreo histórico, pensando en una historia regida por el nachträglich, donde un segundo momento de la lectura modifica lo comprendido hasta entonces, y no una historia lineal donde lo antes dicho queda sólo como registro. La revisión realizada llevó a establecer que en 1905, la noción de cuerpo aparece en referencia a las partes del cuerpo, contrastando esta parcialización del cuerpo con el uso de la noción en singular, un cuerpo y con la idea del cuerpo como propio, como un todo. Se suman a estos usos, el del cuerpo como bisexual y el del cuerpo ligado a lo orgánico. En 1905 es el cuerpo en relación a la sexualidad el que se va erogeneizando a través del recorrido que hace la pulsión parcial, deviniendo así un cuerpo fragmentado tanto por las zonas erógenas como a partir de los objetos. Agregándole, en 1915, a cada alteración de la erogeneidad en el interior de los órganos, una alteración paralela de la investidura libidinal dentro del yo. A partir del movimiento libidinal del narcisismo se constituye el cuerpo como uno, en el sentido del cuerpo unificado de una imagen. Al cuerpo como lugares del mismo que responde a la lógica pulsional de la satisfacción, se agrega el yo-cuerpo que se nombra como uno y que responde a la lógica de la identificación. Como conclusión inicial, encuentro que la noción de cuerpo no es unívoca, sino que además es problemática en su designación, dado que conviven en ella varios sentidos. La referencia de lo que denominamos 'cuerpo' dependerá del registro desde el cual estemos hablando, no siendo una categoría dada desde los orígenes de la vida psíquica, sino una concepción a 'construir', cuya dinámica no supone la superación sino la articulación de diversas referencias y lógicas de funcionamiento que se relacionan sin anularse o suprimirse en vías de una síntesis

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Desde los comienzos del Psicoanálisis, Sigmund Freud planteó la elaboración de una teoría clínica propia del psicoanálisis que fuera diferente de las formuladas por la Psiquiatría, lo que implicaba: por una parte, una nosografía particular, es decir, una identificación de los síntomas ajustada y, en segundo lugar, teorías explicativas propias. En líneas generales, Freud realizó este proceso derivándolo de la clínica psiquiátrica. Contemporáneo de la construcción del edificio nosográfico de su época, el creador del psicoanálisis fue retomando categorías diagnósticas de la psiquiatría con el propósito de interrogar cuál era la incidencia del inconciente por él descubierto en los síntomas de los pacientes. Este cuestionamiento implicó una nueva operación que es la que determinó la especificidad del psicoanálisis desde dos vertientes, por otra parte indisociables: una, la epistémica, desde la exploración del inconciente, a partir de la palabra, los significantes y los deseos. La otra vertiente, tributaria de la anterior, es terapéutica, en la medida en que en ese acto se obtienen modificaciones en los síntomas. El objetivo del presente trabajo, enmarcado en el proyecto de investigación 'Lógica y alcance de las operaciones del analista según Freud: Colegir (erraten), interpretar, construir', acreditado en el programa de incentivos del Ministerio de Educación de la Nación, y dirigido por el Prof. Carlos Escars, es abordar el concepto de construcción, noción que, junto con la de interpretación, son vertebradoras de la actividad del analista, e interrogar si es posible señalar analogías o diferencias con la figura lógica denominada abducción, o también retroducción. Cabe señalar que el interés suscitado en el concepto de construcción se sustenta en que, a lo largo de la obra de Sigmund Freud, no ha recibido un tratamiento unívoco por parte del autor, adquiriendo particular relevancia a partir de 1920, segunda época de la técnica analítica en la que hace prevalecer la construcción sobre la interpretación. A partir de 1937, en su artículo sobre las construcciones, ('Construcciones en el análisis'), Freud da cuenta de la actividad del analista en términos de la metáfora arqueológica, acentuando la diferencia entre los roles del paciente y del analista y de sus lugares en el proceso de una cura. Aquí puede establecerse que la preocupación por alcanzar ese núcleo de real, la verdad histórica que falta al discurso del paciente, se produce por el proceso de intercambio que, a partir de una construcción, desencadena en el otro una articulación de su historia: es en la medida en que un fragmento de realidad histórica ha sido perdido que la construcción se impone. De la lectura de los textos han surgido varios interrogantes que permiten articular dos dominios: el de la dinámica de la cura y el del valor de las construcciones y de los problemas que surgen de la técnica. En esa perspectiva, el trabajo plantea si es posible darle estatuto de proceso lógico a la cura analítica, en la medida en que hablar de conclusión de la cura, introduce una relación con la lógica, un entonces implícito o explícito

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La popularidad de las biografías noveladas en los años 20-30 del siglo XX en España se hace notar en las ediciones de la Revista de Occidente, en las que se publican tanto textos extranjeros como biografías escritas por Fernando Vela, Benjamín Jarnés o Rosa Chacel. Definidas por los propios autores como producciones 'entre la historia y la literatura', cuyo proceso de creación se basa en la evocación o intuición de la vida biografiada, la biografía se aleja de la 'imparcialidad documental del historiador' para penetrar en el 'punto de vista del escritor'. Nuestro trabajo pretende mostrar la importancia que adquiere este género dentro de la Revista de Occidente, al operar como una especie legitimador de la teoría 'vitalista' y el perspectivismo de Ortega y Gasset, una vez que invierte el concepto de historia, que deja de ser un proceso colectivo para convertirse en la expresión de un ser en el mundo y establece el protagonismo del individuo, sea el biógrafo o el biografiado