47 resultados para Fresco, Manuel Angel, 1936-1940
Resumo:
En el primer capitulo, la tesis se centró en las Crónicas del bulevar [1902] que condensan el desdoblamiento de la práctica ugarteana, es decir su actividad literaria y la escritura de crónicas periodísticas con un sesgo político y sociológico. Uno de los rasgos característicos fue el establecimiento de diagnósticos acerca de las tendencias culturales europeas o latinoamericanas del presente, una operación retórica que puede leerse como indicio mismo de la modernización de las letras hispanoamericanas. En este capitulo puede verse el modo en que Ugarte evalúa el ejercicio de la crónica francesa, el caso Dreyfus, los congresos de la juventud o la Exposición Universal de 1900. Por un lado, me detuve en su recepción de la conferencia de Jaures sobre el arte y el socialismo, a partir de lo cual pude describir las claves de su intervención intelectual: un socialismo eufemizado; la fe en la ciencia propia del ensayismo latinoamericano, aun cuando los observadores de la época conocían las doctrinas antipositivistas por las ediciones españolas de Sempere, por ejemplo. Finalmente, la interpretación del sentido indefectible de la humanidad hacia el socialismo y la necesidad de inscribir las practicas artísticas en ese sentido, lo que le da argumentos contra el modernismo, al que tilda de individualista y residual. Por otro lado, la afirmación juvenilista ugarteana a través de la cual aparece un diálogo temprano con el discurso de Rodo: sus crónicas sobre la juventud francesa y sudamericana, respectivamente, encierran una concepción de esta última como fuerza política. En el segundo capitulo, analizo su reflexión en torno a la identidad latinoamericana dio lugar a un progresivo abandono del dogma de la desigualdad de las razas y su función disonante respecto de las lecturas de la sociología positivista. A su vez, en relación con las reflexiones sobre la identidad latinoamericana, la te matización del discurso latinista europeo en función de estas. Esto permitió explicar tanto la singularidad de su programa de unión continental, cuanto las características del discurso antiimperialista que desarrolla tempranamente. En el capítulo 3, para comprender continuidades y desvíos respecto de la tradición antinorteamericana rioplatense, resulto necesario situar a Ugarte en el marco de dicha tradición. Allí pude reconocer una configuración epocal, legible en Martí, Darío, Rodo, Ugarte y García Calderon, caracterizada por la afirmación de "la América latina" como tierra de promesas, capaz de redimir al propio Occidente. La investigación me llevo, asimismo, a identificar con precisión no solo los puntos de contacto y diferencias de las intervenciones latinoamericanistas de Ugarte en relación con los socialistas argentinos, sino las propias tensiones doctrinarias que surgían de la posición periférica de los actores analizados, en el interior de dicha formación, en su etapa de constitución como partido que pretendía dar un marco nacional a sus acciones. La intervención universalista autorizada en el cientificismo, así como la afirmación identitaria continental, permiten a su vez explicar el ejercicio ugarteano de la critica literaria analizado en el cuarto capitulo. Lo primero quedo claro en la insistente patologización de los poetas modernistas y de la poética misma y de sus efectos. También advertí los modos singulares con que Ugarte interviene en el diseño de un programa para la literatura latinoamericana en el momento de emergencia de un campo intelectual en formación. En el último capitulo, reconstruí la trayectoria literaria ubicando tres momentos: los comienzos en Buenos Aires, con la creación de la Revista literaria, que revelan una temprana tendencia al emprendimiento de proyectos culturales, paralelamente a una iniciativa "religadora" [Zanetti] entre los escritores jóvenes del continente. El segundo momento, el más fecundo, se ubica entre su llegada a Paris y 1910, poco antes de su partida hacia América; intente mostrar que las primeras publicaciones retoman varios de los temas modernistas. En 1924 ubique el 3er momento de la trayectoria, en que Ugarte vuelve a la escribir después de 14 años de silencio literario. Ugarte incursiona en la novela, introduciendo procedimientos autorreferenciales pirandelianos, a través de una fabula alegórica con motivos modernistas [las mascaras, Pierrot, el poeta victima del mundo burgués]. Intente mostrar que Ugarte resuelve imaginariamente, dándole un cierre, los modos de su intervención intelectual marcada por el profetismo. La escritura libera así fantasmas políticos y autobiográficos, y propone una distopía respecto de los destinos emancipatorios de las sociedades modernas, exhibiendo una gran lucidez respecto de los resortes de la dominación simbólica
Resumo:
La revista La lectura (1901-1920) fue la tribuna principal elegida, en España, por el escritor argentino Manuel Ugarte para intervenir en los debates sobre la producción intelectual y literaria latinoamericana. Uno de dichos debates gira en torno a la estética modernista, que motiva su artículo "Las razones del arte social" (1907), en el que responde a una reseña de Angel Guerra (seud. de José Betancort Carrera) publicada en la revista. Allí aparecen sintetizadas las ideas que Ugarte venía elaborando desde 1900: su disputa con la poética modernista ya consagrada; la invención de un arte para el presente, definido a partir de un repertorio vitalista, con ciertos ribetes de higienismo y de evolucionismo; inscripción en la doctrina artístico-social del romanticismo francés, recortada en el ethos militante, con su ingrediente antiintelectualista. Por otra parte, en sus "Crónicas americanas" (1907/1908), el autor se propone dar difusión a las producciones hispanoamericanas. Las crónicas confluyen en la pregunta sobre la medida y la forma en que se podía o debía "utilizar los elementos americanos". En estas colaboraciones mensuales, aparecen los tópicos y principios que Ugarte venía elaborando, esta vez orientados a demostrar que el proceso de constitución de la literatura hispanoamericana moderna ya estaba en marcha. Así, selecciona en sus lecturas casos que le permitan ilustrar su idea de que el modernismo o bien tiene resabios que deben ser superados, o bien ya lo ha sido. Al mismo tiempo, irá exponiendo un programa alternativo: materiales locales, autóctonos; abandono de lo "artificioso"; fundamento último en la doctrina del arte social; en último lugar, estilo "universal", esto es no convencional y moderno -que está asociado a lo europeo. En otras palabras, afirma el valor legítimo dominante, de innovación antes que tradicionalista, pero restándole todo componente vanguardista.
Resumo:
La literatura y la cultura españolas de los últimos setenta años no pueden comprenderse de manera completa si no se consideran las consecuencias derivadas de la Guerra Civil de 1936, entre las cuales el exilio de miles de republicanos opuestos al régimen franquista ocupa un espacio de gran relevancia. Pero ese exilio presenta una geografía disímil y heterogénea en todos los niveles, por lo que todavía queda mucho por profundizar. Esta propuesta penetra en uno de sus capítulos más angustiantes: la experiencia de los campos de concentración habilitados en el sur de Francia a principios de 1939 para la reclusión de los españoles, del cual ha surgido desde entonces y hasta la actualidad una densa cantidad de textos testimoniales que la relatan. Uno de ellos es Alambradas. Mis nueve meses por los campos de concentración de Francia, publicado en 1941 por Manuel García Gerpe, quien se estableció en Buenos Aires luego de pasar por los campos. En esta oportunidad, la comunicación se hace eco de uno de los objetivos pendientes: recuperar para el análisis interpretativo los discursos de aquellos sujetos que se han mantenido en la periferia del canon y de los criterios específicos con que se ha abordado el corpus de la literatura exiliada
Resumo:
La revista La lectura (1901-1920) fue la tribuna principal elegida, en España, por el escritor argentino Manuel Ugarte para intervenir en los debates sobre la producción intelectual y literaria latinoamericana. Uno de dichos debates gira en torno a la estética modernista, que motiva su artículo "Las razones del arte social" (1907), en el que responde a una reseña de Angel Guerra (seud. de José Betancort Carrera) publicada en la revista. Allí aparecen sintetizadas las ideas que Ugarte venía elaborando desde 1900: su disputa con la poética modernista ya consagrada; la invención de un arte para el presente, definido a partir de un repertorio vitalista, con ciertos ribetes de higienismo y de evolucionismo; inscripción en la doctrina artístico-social del romanticismo francés, recortada en el ethos militante, con su ingrediente antiintelectualista. Por otra parte, en sus "Crónicas americanas" (1907/1908), el autor se propone dar difusión a las producciones hispanoamericanas. Las crónicas confluyen en la pregunta sobre la medida y la forma en que se podía o debía "utilizar los elementos americanos". En estas colaboraciones mensuales, aparecen los tópicos y principios que Ugarte venía elaborando, esta vez orientados a demostrar que el proceso de constitución de la literatura hispanoamericana moderna ya estaba en marcha. Así, selecciona en sus lecturas casos que le permitan ilustrar su idea de que el modernismo o bien tiene resabios que deben ser superados, o bien ya lo ha sido. Al mismo tiempo, irá exponiendo un programa alternativo: materiales locales, autóctonos; abandono de lo "artificioso"; fundamento último en la doctrina del arte social; en último lugar, estilo "universal", esto es no convencional y moderno -que está asociado a lo europeo. En otras palabras, afirma el valor legítimo dominante, de innovación antes que tradicionalista, pero restándole todo componente vanguardista.
Resumo:
La literatura y la cultura españolas de los últimos setenta años no pueden comprenderse de manera completa si no se consideran las consecuencias derivadas de la Guerra Civil de 1936, entre las cuales el exilio de miles de republicanos opuestos al régimen franquista ocupa un espacio de gran relevancia. Pero ese exilio presenta una geografía disímil y heterogénea en todos los niveles, por lo que todavía queda mucho por profundizar. Esta propuesta penetra en uno de sus capítulos más angustiantes: la experiencia de los campos de concentración habilitados en el sur de Francia a principios de 1939 para la reclusión de los españoles, del cual ha surgido desde entonces y hasta la actualidad una densa cantidad de textos testimoniales que la relatan. Uno de ellos es Alambradas. Mis nueve meses por los campos de concentración de Francia, publicado en 1941 por Manuel García Gerpe, quien se estableció en Buenos Aires luego de pasar por los campos. En esta oportunidad, la comunicación se hace eco de uno de los objetivos pendientes: recuperar para el análisis interpretativo los discursos de aquellos sujetos que se han mantenido en la periferia del canon y de los criterios específicos con que se ha abordado el corpus de la literatura exiliada
Resumo:
En el primer capitulo, la tesis se centró en las Crónicas del bulevar [1902] que condensan el desdoblamiento de la práctica ugarteana, es decir su actividad literaria y la escritura de crónicas periodísticas con un sesgo político y sociológico. Uno de los rasgos característicos fue el establecimiento de diagnósticos acerca de las tendencias culturales europeas o latinoamericanas del presente, una operación retórica que puede leerse como indicio mismo de la modernización de las letras hispanoamericanas. En este capitulo puede verse el modo en que Ugarte evalúa el ejercicio de la crónica francesa, el caso Dreyfus, los congresos de la juventud o la Exposición Universal de 1900. Por un lado, me detuve en su recepción de la conferencia de Jaures sobre el arte y el socialismo, a partir de lo cual pude describir las claves de su intervención intelectual: un socialismo eufemizado; la fe en la ciencia propia del ensayismo latinoamericano, aun cuando los observadores de la época conocían las doctrinas antipositivistas por las ediciones españolas de Sempere, por ejemplo. Finalmente, la interpretación del sentido indefectible de la humanidad hacia el socialismo y la necesidad de inscribir las practicas artísticas en ese sentido, lo que le da argumentos contra el modernismo, al que tilda de individualista y residual. Por otro lado, la afirmación juvenilista ugarteana a través de la cual aparece un diálogo temprano con el discurso de Rodo: sus crónicas sobre la juventud francesa y sudamericana, respectivamente, encierran una concepción de esta última como fuerza política. En el segundo capitulo, analizo su reflexión en torno a la identidad latinoamericana dio lugar a un progresivo abandono del dogma de la desigualdad de las razas y su función disonante respecto de las lecturas de la sociología positivista. A su vez, en relación con las reflexiones sobre la identidad latinoamericana, la te matización del discurso latinista europeo en función de estas. Esto permitió explicar tanto la singularidad de su programa de unión continental, cuanto las características del discurso antiimperialista que desarrolla tempranamente. En el capítulo 3, para comprender continuidades y desvíos respecto de la tradición antinorteamericana rioplatense, resulto necesario situar a Ugarte en el marco de dicha tradición. Allí pude reconocer una configuración epocal, legible en Martí, Darío, Rodo, Ugarte y García Calderon, caracterizada por la afirmación de "la América latina" como tierra de promesas, capaz de redimir al propio Occidente. La investigación me llevo, asimismo, a identificar con precisión no solo los puntos de contacto y diferencias de las intervenciones latinoamericanistas de Ugarte en relación con los socialistas argentinos, sino las propias tensiones doctrinarias que surgían de la posición periférica de los actores analizados, en el interior de dicha formación, en su etapa de constitución como partido que pretendía dar un marco nacional a sus acciones. La intervención universalista autorizada en el cientificismo, así como la afirmación identitaria continental, permiten a su vez explicar el ejercicio ugarteano de la critica literaria analizado en el cuarto capitulo. Lo primero quedo claro en la insistente patologización de los poetas modernistas y de la poética misma y de sus efectos. También advertí los modos singulares con que Ugarte interviene en el diseño de un programa para la literatura latinoamericana en el momento de emergencia de un campo intelectual en formación. En el último capitulo, reconstruí la trayectoria literaria ubicando tres momentos: los comienzos en Buenos Aires, con la creación de la Revista literaria, que revelan una temprana tendencia al emprendimiento de proyectos culturales, paralelamente a una iniciativa "religadora" [Zanetti] entre los escritores jóvenes del continente. El segundo momento, el más fecundo, se ubica entre su llegada a Paris y 1910, poco antes de su partida hacia América; intente mostrar que las primeras publicaciones retoman varios de los temas modernistas. En 1924 ubique el 3er momento de la trayectoria, en que Ugarte vuelve a la escribir después de 14 años de silencio literario. Ugarte incursiona en la novela, introduciendo procedimientos autorreferenciales pirandelianos, a través de una fabula alegórica con motivos modernistas [las mascaras, Pierrot, el poeta victima del mundo burgués]. Intente mostrar que Ugarte resuelve imaginariamente, dándole un cierre, los modos de su intervención intelectual marcada por el profetismo. La escritura libera así fantasmas políticos y autobiográficos, y propone una distopía respecto de los destinos emancipatorios de las sociedades modernas, exhibiendo una gran lucidez respecto de los resortes de la dominación simbólica