79 resultados para Ciro el Joven, Rey de Persia
Resumo:
El temprano y perdurable interés de Samuel Beckett por las artes pictóricas es conocido y está documentado en sus biografías más exhaustivas. Se manifestó de diversas maneras: en la amistad personal de Beckett con distintos artistas, en sus ensayos sobre pintura y en sus asiduas y concienzudas visitas a galerías y museos. Tal interés surge del atractivo que tienen para Beckett las imágenes en sí: las de su infancia, acuñadas por su memoria, y las de la fe religiosa en la que fue criado, por ejemplo, establecieron una base sobre la cual las imágenes creadas por pintores a los que admiraba acumularon capas de sentidos emocionales y sensoriales para el joven Beckett, como un espejo que refleja aspectos del pasado. En cierto punto, no obstante, el proceso se invierte: el 'espejo' del arte se proyecta hacia el futuro, en la medida en que las creaciones de Beckett son inspiradas y están imbuidas por las imágenes de aquellos pintores. El mismo Beckett señaló la conexión entre algunas de sus obras y pinturas específicas que las habían inspirado. Este trabajo se refiere a la conexión explícita entre Esperando a Godot y la pintura "Dos hombres contemplando la luna", de Caspar David Friedrich, y a aquella entre Not I and "La decapitación de San Juan el bautista", de Michelangelo Merisi da Caravaggio. Aunque no fue declarada por Beckett, se considera también la posible conexión entre Rockaby y pinturas tales como "Whistler's Mother", "La mecedora" de van Gogh o el "Retrato de Margaretha de Geer" de Rembrandt. Finalmente, se tendrá en cuenta la relación entre las posteriores piezas breves de Beckett y algunos aspectos de las artes pictóricas (reflejados en su manejo de la escenografía y el espacio escénico)
Resumo:
1962: en una mesa del Tortoni, la entrevista realizada para la revista Leoplan a una figura ya mítica en el campo de la edición y la novela popular como es Eduardo Zamacois ofrece un recorrido por la vida de este hombre que está redactando sus memorias, donde desfilan, entre otros temas, los inicios de las novelas semanales que él creó, y una infinidad de anécdotas sobre los escritores españoles que conoció a lo largo de sus 84 años (para esas fechas). En el cruce entre entrevistador y entrevistado es posible asomarse además a un campo de lectura que los dos comparten, desde distintas orillas: geográficas, generacionales, culturales. Estos encuentros entre 'un hombre que se va' y un joven escritor llegado de su Santa Fe natal para arraigarse en Buenos Aires son también un testimonio de lo que los años 60 hacen posible: la convivencia de intereses y curiosidades compartidas, la coexistencia de tradiciones y modernidades entre las páginas de una revista cultural destinada a un lector masivo. El autor entrevistado, ya lo dijimos, es Eduardo Zamacois. El joven escritor -aquí duplicado en periodista- es Francisco Urondo
Resumo:
En la novela El país del miedo, el joven escritor español Isaac Rosa reflexiona sobre los miedos y temores que preocupan a gran parte de la sociedad. Rosa aspira a hacer meditar al lector sobre el miedo y cómo este se ha convertido en un negocio. Con este libro, el autor nos invita a recapacitar sobre la influencia que ejercen las publicidades, el cine, los noticiosos y los medios de comunicación en general para esparcir y mantener el temor en la sociedad. La combinación de capítulos narrativos y capítulos ensayísticos le permiten al escritor incluir discursos que circulan en las ciudades desarrolladas. Nuestro propósito, por lo tanto, es analizar determinados capítulos, donde los discursos de los medios de comunicación influyen en la vida de los personajes de la novela. Pretendemos centrarnos en los discursos que limitan el accionar del protagonista. A partir de este análisis, queremos demostrar que Isaac Rosa advierte sobre la relación entre control, Estado y ciudadano
Resumo:
La novela Azul de Rosa Regàs contiene la relación de una historia sentimental de diez años que no se desarrolla linealmente, sino que se articula en una estructura de "tiempo reducido retrospectivo". El tiempo reducido abarca tres días. Un percance obliga a los viajeros del barco "Albatros" a cambiar el itinerario y detenerse en el puerto más cercano, en una pequeña isla. El texto entrelaza las dos historias: la de tres días correspondiente al nivel primario y la de diez años correspondiente al nivel secundario. La técnica de intercalar los fragmentos de cada nivel requiere el análisis de los recursos con que un relato aparece insertado en el otro. Los conflictos de la pareja central, en especial el del protagonista, dan lugar a diversas consideraciones sobre el tiempo: su pasar desgastante, los cambios en la persona y en el plano sociohistórico, y el contraste entre el tiempo subjetivo y el objetivo. En cuanto al espacio, la isla es el escenario propicio para la soledad en la que el joven protagonista vivirá experiencias comparables a una catábasis, a una revelación sobre sí mismo. Los efectos no son inmediatos ni decisivos. Martín Ures es introvertido, inseguro: varios factores lo ponen en desventaja frente a su entorno, pero el texto se concentra en señalar como factor definitorio su origen geográfico, es "hombre de tierra adentro". No se separa de su esposa. Para seguir juntos han tenido que recurrir al olvido y someterse a la ley universal del dolor. Por eso la novela que comienza hablando de la isla termina con una palabra que ensancha ampliamente la dimensión espacial y que en el contexto no está exenta de implicaciones temporales: ambos están inmersos en "el marasmo de dolor del mundo".
Resumo:
El prólogo de la tragedia despliega dos espacios distintivos: las silvae de Hipólito y el opresivo y lujurioso espacio interior del palacio de Fedra. Cada personaje es definido por las características de los espacios que sus discursos configuran: los castos y salvajes bosques de Hipólito revelarán, bajo su manto de agreste tranquilidad, una violenta y estéril dicción que sugiere una inadecuación del personaje al paradigma de sapiens que parte de la crítica ha visto en él, mientras que el espacio interior de Fedra estará lleno de llamas y vapor, símbolos de su pasión. Ambos mundos conviven a modo de compartimentos estancos: frío y llamas, castidad y libido, nieve y vapor conviven pacíficamente, y en esta convivencia no hay ni catástrofe ni tragedia. Éstas se desarrollan y toman fuerza a medida que Fedra se adentra discursivamente en los dominios de Hipólito y los tiña progresivamente con su discurso, convirtiéndolo finalmente en un locushorridus donde el joven cazador huirá horrorizado como las bestias que solía perseguir. Por lo tanto tragedia y catástrofe ocurren cuando las silvae de Hipólito se convierten en el acechante Nemus habitado por lujuriosas criaturas gracias a la intrusión discursiva que la reina realiza en el áspero paisaje configurado en la monodia inicial del personaje
Resumo:
Teseo aparece en tres tragedias como el importante rey de Atenas, que viene a socorrer, figura bien consolidada miticamente desde el siglo VI A.C. En Heracles de Euripídes y en Edipo en Colono de Sófocles, él aparece en la escena para socorrer dos grandes héroes, Heracles y Edipo, y en las condiciones penosas en las cuales estos encuentros ocurren, sobresale una profunda identificación entre los dos héroes - Teseo y Heracles, en una tragedia, y Teseo y Edipo en la otra - identificación en la grandeza humana y en el sufrimiento. Sin embargo este trabajo trata de la tercera tragedia, Las Suplicantes de Eurípides, en la cual Teseo es llamado a socorrer a Adrasto. Pero aquí nada aproxima a los dos, no hay ninguna afinidad. Adrasto es representado como una persona común, desprovisto de su honra del pasado y que sucumbe a la desgracia, puesto que ésta es atribuida a su insensatez.
Resumo:
En los primeros tres versos de Helena, Eurípides presenta las dos principales novedades argumentales respecto del tema: la esposa de Menelao se presenta ante los ojos de los espectadores en el ignoto Egipto y el personaje no es la mujer fatal de tantas obras, la princesa dominante y altanera orgullosa de su belleza y de la predilección de la que goza, sino que se ha convertido en una humilde suplicante, postrada ante una tumba para pedir la protección de los dioses, ya que quiere mantenerse intacta ante los reclamos matrimoniales de Teoclimeno, el nuevo rey egipcio. Geografía y escenografía jugarán un papel preponderante en la intencionalidad poética, y en este contraste de espacios y de tiempos cargados de sentido metafórico se terminará de dibujar el sentido de la tragedia: vida y muerte, juventud y vejez, verdad y apariencia, nombre y realidad; pero también la isla de Faros que está frente a Egipto, las islas en las que naufragaron tantos héroes griegos y la isla situada en frente de Atenas; también el pasado mítico de Helena y el futuro cultual de Atenas: todo se divide y contrasta armónicamente en Helena.
Resumo:
La imagen de las sociedades indígenas que habitaron las pampas rioplatenses con posterioridad al siglo XVI - y especialmente la visión acerca de su economía - ha sido objeto de una profunda revisión historiográfica y antropológica en las últimas décadas. La perspectiva que sólo se limitaba a consignar diversas formas predatorias fue reemplazada por un enfoque más amplio que reconoce la variedad y complejidad de la organización productiva. El propósito de este artículo - inscripto en ese enfoque - consiste en analizar las condiciones históricas que rodearon la incorporación y actualización de prácticas agrícolas por parte de los ranqueles durante la década de 1840, utilizando como fuente principal un texto descriptivo de las profundas transformaciones experimentadas por aquellos, redactado por el joven cautivo Santiago Avendaño y omitido en las versiones editadas de sus memorias. Luego de las gravosas derrotas sufridas en los años 30, los ranqueles lograron reconstruir su deteriorada base demográfica y económica, entre otros medios, incorporando contingentes boroganos, y con ellos ciertos manejos agrícolas de origen trasandino. La combinación de estos últimos con los tradicionales dio como resultado un conjunto flexible y diversificado que, unido a una nueva política de comensalidad consistente en la extensión fuera de sus límites normales de la reciprocidad generalizada, fue capaz de sustentar la recuperación social del grupo.
Resumo:
El prólogo de la tragedia despliega dos espacios distintivos: las silvae de Hipólito y el opresivo y lujurioso espacio interior del palacio de Fedra. Cada personaje es definido por las características de los espacios que sus discursos configuran: los castos y salvajes bosques de Hipólito revelarán, bajo su manto de agreste tranquilidad, una violenta y estéril dicción que sugiere una inadecuación del personaje al paradigma de sapiens que parte de la crítica ha visto en él, mientras que el espacio interior de Fedra estará lleno de llamas y vapor, símbolos de su pasión. Ambos mundos conviven a modo de compartimentos estancos: frío y llamas, castidad y libido, nieve y vapor conviven pacíficamente, y en esta convivencia no hay ni catástrofe ni tragedia. Éstas se desarrollan y toman fuerza a medida que Fedra se adentra discursivamente en los dominios de Hipólito y los tiña progresivamente con su discurso, convirtiéndolo finalmente en un locushorridus donde el joven cazador huirá horrorizado como las bestias que solía perseguir. Por lo tanto tragedia y catástrofe ocurren cuando las silvae de Hipólito se convierten en el acechante Nemus habitado por lujuriosas criaturas gracias a la intrusión discursiva que la reina realiza en el áspero paisaje configurado en la monodia inicial del personaje
Resumo:
Teseo aparece en tres tragedias como el importante rey de Atenas, que viene a socorrer, figura bien consolidada miticamente desde el siglo VI A.C. En Heracles de Euripídes y en Edipo en Colono de Sófocles, él aparece en la escena para socorrer dos grandes héroes, Heracles y Edipo, y en las condiciones penosas en las cuales estos encuentros ocurren, sobresale una profunda identificación entre los dos héroes - Teseo y Heracles, en una tragedia, y Teseo y Edipo en la otra - identificación en la grandeza humana y en el sufrimiento. Sin embargo este trabajo trata de la tercera tragedia, Las Suplicantes de Eurípides, en la cual Teseo es llamado a socorrer a Adrasto. Pero aquí nada aproxima a los dos, no hay ninguna afinidad. Adrasto es representado como una persona común, desprovisto de su honra del pasado y que sucumbe a la desgracia, puesto que ésta es atribuida a su insensatez.
Resumo:
En los primeros tres versos de Helena, Eurípides presenta las dos principales novedades argumentales respecto del tema: la esposa de Menelao se presenta ante los ojos de los espectadores en el ignoto Egipto y el personaje no es la mujer fatal de tantas obras, la princesa dominante y altanera orgullosa de su belleza y de la predilección de la que goza, sino que se ha convertido en una humilde suplicante, postrada ante una tumba para pedir la protección de los dioses, ya que quiere mantenerse intacta ante los reclamos matrimoniales de Teoclimeno, el nuevo rey egipcio. Geografía y escenografía jugarán un papel preponderante en la intencionalidad poética, y en este contraste de espacios y de tiempos cargados de sentido metafórico se terminará de dibujar el sentido de la tragedia: vida y muerte, juventud y vejez, verdad y apariencia, nombre y realidad; pero también la isla de Faros que está frente a Egipto, las islas en las que naufragaron tantos héroes griegos y la isla situada en frente de Atenas; también el pasado mítico de Helena y el futuro cultual de Atenas: todo se divide y contrasta armónicamente en Helena.
Resumo:
La imagen de las sociedades indígenas que habitaron las pampas rioplatenses con posterioridad al siglo XVI - y especialmente la visión acerca de su economía - ha sido objeto de una profunda revisión historiográfica y antropológica en las últimas décadas. La perspectiva que sólo se limitaba a consignar diversas formas predatorias fue reemplazada por un enfoque más amplio que reconoce la variedad y complejidad de la organización productiva. El propósito de este artículo - inscripto en ese enfoque - consiste en analizar las condiciones históricas que rodearon la incorporación y actualización de prácticas agrícolas por parte de los ranqueles durante la década de 1840, utilizando como fuente principal un texto descriptivo de las profundas transformaciones experimentadas por aquellos, redactado por el joven cautivo Santiago Avendaño y omitido en las versiones editadas de sus memorias. Luego de las gravosas derrotas sufridas en los años 30, los ranqueles lograron reconstruir su deteriorada base demográfica y económica, entre otros medios, incorporando contingentes boroganos, y con ellos ciertos manejos agrícolas de origen trasandino. La combinación de estos últimos con los tradicionales dio como resultado un conjunto flexible y diversificado que, unido a una nueva política de comensalidad consistente en la extensión fuera de sus límites normales de la reciprocidad generalizada, fue capaz de sustentar la recuperación social del grupo.
Resumo:
La novela Azul de Rosa Regàs contiene la relación de una historia sentimental de diez años que no se desarrolla linealmente, sino que se articula en una estructura de "tiempo reducido retrospectivo". El tiempo reducido abarca tres días. Un percance obliga a los viajeros del barco "Albatros" a cambiar el itinerario y detenerse en el puerto más cercano, en una pequeña isla. El texto entrelaza las dos historias: la de tres días correspondiente al nivel primario y la de diez años correspondiente al nivel secundario. La técnica de intercalar los fragmentos de cada nivel requiere el análisis de los recursos con que un relato aparece insertado en el otro. Los conflictos de la pareja central, en especial el del protagonista, dan lugar a diversas consideraciones sobre el tiempo: su pasar desgastante, los cambios en la persona y en el plano sociohistórico, y el contraste entre el tiempo subjetivo y el objetivo. En cuanto al espacio, la isla es el escenario propicio para la soledad en la que el joven protagonista vivirá experiencias comparables a una catábasis, a una revelación sobre sí mismo. Los efectos no son inmediatos ni decisivos. Martín Ures es introvertido, inseguro: varios factores lo ponen en desventaja frente a su entorno, pero el texto se concentra en señalar como factor definitorio su origen geográfico, es "hombre de tierra adentro". No se separa de su esposa. Para seguir juntos han tenido que recurrir al olvido y someterse a la ley universal del dolor. Por eso la novela que comienza hablando de la isla termina con una palabra que ensancha ampliamente la dimensión espacial y que en el contexto no está exenta de implicaciones temporales: ambos están inmersos en "el marasmo de dolor del mundo".
Resumo:
Teseo aparece en tres tragedias como el importante rey de Atenas, que viene a socorrer, figura bien consolidada miticamente desde el siglo VI A.C. En Heracles de Euripídes y en Edipo en Colono de Sófocles, él aparece en la escena para socorrer dos grandes héroes, Heracles y Edipo, y en las condiciones penosas en las cuales estos encuentros ocurren, sobresale una profunda identificación entre los dos héroes - Teseo y Heracles, en una tragedia, y Teseo y Edipo en la otra - identificación en la grandeza humana y en el sufrimiento. Sin embargo este trabajo trata de la tercera tragedia, Las Suplicantes de Eurípides, en la cual Teseo es llamado a socorrer a Adrasto. Pero aquí nada aproxima a los dos, no hay ninguna afinidad. Adrasto es representado como una persona común, desprovisto de su honra del pasado y que sucumbe a la desgracia, puesto que ésta es atribuida a su insensatez.
Resumo:
La novela Azul de Rosa Regàs contiene la relación de una historia sentimental de diez años que no se desarrolla linealmente, sino que se articula en una estructura de "tiempo reducido retrospectivo". El tiempo reducido abarca tres días. Un percance obliga a los viajeros del barco "Albatros" a cambiar el itinerario y detenerse en el puerto más cercano, en una pequeña isla. El texto entrelaza las dos historias: la de tres días correspondiente al nivel primario y la de diez años correspondiente al nivel secundario. La técnica de intercalar los fragmentos de cada nivel requiere el análisis de los recursos con que un relato aparece insertado en el otro. Los conflictos de la pareja central, en especial el del protagonista, dan lugar a diversas consideraciones sobre el tiempo: su pasar desgastante, los cambios en la persona y en el plano sociohistórico, y el contraste entre el tiempo subjetivo y el objetivo. En cuanto al espacio, la isla es el escenario propicio para la soledad en la que el joven protagonista vivirá experiencias comparables a una catábasis, a una revelación sobre sí mismo. Los efectos no son inmediatos ni decisivos. Martín Ures es introvertido, inseguro: varios factores lo ponen en desventaja frente a su entorno, pero el texto se concentra en señalar como factor definitorio su origen geográfico, es "hombre de tierra adentro". No se separa de su esposa. Para seguir juntos han tenido que recurrir al olvido y someterse a la ley universal del dolor. Por eso la novela que comienza hablando de la isla termina con una palabra que ensancha ampliamente la dimensión espacial y que en el contexto no está exenta de implicaciones temporales: ambos están inmersos en "el marasmo de dolor del mundo".