21 resultados para crueldad
Resumo:
Ninguna práctica extiende un certificado que acredite una buena salud a futuro, ni que asegure longevidad apacible. Sin embargo, las experiencias de movimiento- sobre todo de índole consciente-, seguramente aporten herramientas y recursos a cada individuo para conectarse buenamente con su realidad corporal en permanente cambio. Escuchar al cuerpo, aún en la vejez, descifrar sus mensajes, ponerlo en situación de observación y registro son las claves para acompañar el proceso que enfrentan los adultos mayores. Aprender a transcurrir viva y activamente acorde a los tiempos y quehaceres ante los que nos pone la vida y no frente a ella como un combate, sino en ella misma puede ser un desafío. Pero pensemos que aún mejor es descubrir esa oportunidad más de aprender a disfrutarla. Conectarse amorosamente consigo es la clave para de-construir caminos que conduzcan a rehacer y reconstruir ese cuerpo que somos, plenos de experiencia, ese cuerpo ético y no disciplinado que se espera desde lo social. El método de la Sensopercepcepción colaborará en restablecer el cuerpo que somos para que no esté en soledad sino verdaderamente cuidado y reconocido. Como especialistas debemos saber que la juventud no vuelve y jamás se deberían alentar falsas expectativas que están destinadas al fracaso y en muchos casos enmascaran la crueldad del desengaño
Resumo:
Ana María Matute ha creado un cerrado mundo narrativo que mezcla ficción y realidad con un estilo particular, pleno de poesía pero cargado de crueldad. Parte de este mundo se forja por la convivencia de la mirada inocente de los niños con la desencantada de los adultos. Paraíso inhabitado (2008), última novela de Matute, cumple con la mayoría de los 'tópicos' que conforman el particular estilo de la autora: prevalece este choque de realidades enfrentadas que además tiene a la Guerra Civil como trasfondo histórico. El trabajo analizará el cruce de estas dos características: la mirada 'extrañada' de los niños protagonistas de la obra -que como todo niño 'matuteano' vivirá en un mundo de fantasía efímero antes de ingresar ya 'derrotado' al mundo adulto- que presenta una visión ?traslúcida? de la guerra civil, una apelación a la memoria de la narradora ya adulta que presenta casi sin intervenciones sus recuerdos de niña
Resumo:
El público es una obra teatral que federico García Lorca escribió en 1930, fue leída a fines de ese mismo año y en 1936, pero permaneció inédita hasta 1976, cuando fue publicada en versión incompleta. El recorrido del texto es tan complicado como su lectura para una posible puesta en escena. Obra calificada de 'irrepresentable' y 'teatro bajo la arena', explora nuevos recorridos de textualidad escénica. Teatro de ruptura: ruptura con la lógica convencional de las palabras; ruptura de los límites entre arte y realidad; ruptura de la línea luminosa de las candilejas, que marcaba la separación tradicional de actores y espectadores. Obra de complejas extensiones que obliga a indagar su vinculación con las vanguardias históricas y con el surrealismo en particular. Teatro de máscaras, disfraces y pelucas que marca la representación dentro de la representación al mejor estilo barroco. Texto que deconstruye Romeo y Julieta, la universal pareja shakesperiana, y permite aproximaciones a las teorías modernas de género y a la tendencia 'queer'. Obra con ecos de Pirandello y de Cocteau, con influencias de Buñuel y Dalí que invaden el espacio escénico de imágenes cinematográficas y plásticas. Pieza precursora que anuncia a Artaud y a Beckett, al teatro de la crueldad y al teatro del absurdo. Dramaturgia que asombra en el siglo XXI
Resumo:
El dilema de la política acerca del sujeto universal de la revolución y del cambio social se mantiene en la forma de una pregunta nunca resuelta satisfactoriamente por las diversas organizaciones y expresiones de la izquierda vernácula: ¿liberación de las mujeres y los hombres o liberación de la "humanidad"? Este interrogante no es nuevo ni responde solamente a la complejización de la categoría "sujeto" propia de las filosofías más actuales; fue planteado por algunas mujeres al interior del anarquismo local de fines del siglo XIX. Respondiendo a la convocatoria masculina comprometida con la emancipación de la mujer, las anarquistas sostienen un diálogo en el que se evidencia la construcción de un sujeto de la política ineludiblemente generizado. Los términos de ese debate continúan siendo inquietantemente actuales. A partir de las más recientes críticas al pensamiento de la filosofía política clásica se vuelve difícil pensar un sujeto esencial de la historia, anterior a su entrada a la cultura, y ni siquiera un cuerpo biológico en espera de su significación social. En este sentido, la identidad es una práctica significante en un campo cultural determinado a partir de ciertas reglas, en parte derivadas de una matriz jerárquica que asocia diferenciaciones de género y heterosexualidad obligatoria. Esta asociación explicaría la centralidad de las discusiones acerca de la procreación, las relaciones afectivas o el ejercicio de la sexualidad tanto en el viejo anarquismo como en las más recientes expresiones anticapitalistas. Sin sujeto anterior al campo de disputa que lo constituye, la política se expande por sobre la representación o la búsqueda de reconocimiento y de derechos. En este sentido, una actividad política posible sería identificar las estrategias de repetición subversiva válidas para un campo determinado que provoquen desestabilización y desplazamientos.A fines del siglo XIX el anarquismo se supone una expresión de cambio radical. Sin reformas ni atenuantes propone la destrucción general del capitalismo y todas sus expresiones, desde la economía a las formas de relación afectiva. Los teóricos y propagandistas piensan en las mujeres y su necesaria emancipación de los roles a los que la crueldad del sistema las ha condenado. A esos modelos le oponen la mujer anarquista y para eso la llaman a la lucha. Sostenemos que la escritura por parte de las mujeres anarquistas en la Argentina del siglo XIX XX constituye una estrategia política, un ejercicio propiciado por un campo cultural específico en el cual la prensa anarquista es el medio de difusión, concientización y llamado a la acción por excelencia. En ese contexto, el lenguaje escrito no es un instrumento más de la práctica constitutiva, sino el espacio privilegiado en el cual el ejercicio de la escritura por parte de las mujeres se revela como una práctica subversiva potenciada por el estilo revulsivo del discurso. Sin esa práctica, el debate sobre la construcción de un sujeto político ineludiblemente generizado se hubiera perdido, otra vez, en la falsa estabilidad de un sujeto universal
Resumo:
El dilema de la política acerca del sujeto universal de la revolución y del cambio social se mantiene en la forma de una pregunta nunca resuelta satisfactoriamente por las diversas organizaciones y expresiones de la izquierda vernácula: ¿liberación de las mujeres y los hombres o liberación de la "humanidad"? Este interrogante no es nuevo ni responde solamente a la complejización de la categoría "sujeto" propia de las filosofías más actuales; fue planteado por algunas mujeres al interior del anarquismo local de fines del siglo XIX. Respondiendo a la convocatoria masculina comprometida con la emancipación de la mujer, las anarquistas sostienen un diálogo en el que se evidencia la construcción de un sujeto de la política ineludiblemente generizado. Los términos de ese debate continúan siendo inquietantemente actuales. A partir de las más recientes críticas al pensamiento de la filosofía política clásica se vuelve difícil pensar un sujeto esencial de la historia, anterior a su entrada a la cultura, y ni siquiera un cuerpo biológico en espera de su significación social. En este sentido, la identidad es una práctica significante en un campo cultural determinado a partir de ciertas reglas, en parte derivadas de una matriz jerárquica que asocia diferenciaciones de género y heterosexualidad obligatoria. Esta asociación explicaría la centralidad de las discusiones acerca de la procreación, las relaciones afectivas o el ejercicio de la sexualidad tanto en el viejo anarquismo como en las más recientes expresiones anticapitalistas. Sin sujeto anterior al campo de disputa que lo constituye, la política se expande por sobre la representación o la búsqueda de reconocimiento y de derechos. En este sentido, una actividad política posible sería identificar las estrategias de repetición subversiva válidas para un campo determinado que provoquen desestabilización y desplazamientos.A fines del siglo XIX el anarquismo se supone una expresión de cambio radical. Sin reformas ni atenuantes propone la destrucción general del capitalismo y todas sus expresiones, desde la economía a las formas de relación afectiva. Los teóricos y propagandistas piensan en las mujeres y su necesaria emancipación de los roles a los que la crueldad del sistema las ha condenado. A esos modelos le oponen la mujer anarquista y para eso la llaman a la lucha. Sostenemos que la escritura por parte de las mujeres anarquistas en la Argentina del siglo XIX XX constituye una estrategia política, un ejercicio propiciado por un campo cultural específico en el cual la prensa anarquista es el medio de difusión, concientización y llamado a la acción por excelencia. En ese contexto, el lenguaje escrito no es un instrumento más de la práctica constitutiva, sino el espacio privilegiado en el cual el ejercicio de la escritura por parte de las mujeres se revela como una práctica subversiva potenciada por el estilo revulsivo del discurso. Sin esa práctica, el debate sobre la construcción de un sujeto político ineludiblemente generizado se hubiera perdido, otra vez, en la falsa estabilidad de un sujeto universal
Resumo:
El dilema de la política acerca del sujeto universal de la revolución y del cambio social se mantiene en la forma de una pregunta nunca resuelta satisfactoriamente por las diversas organizaciones y expresiones de la izquierda vernácula: ¿liberación de las mujeres y los hombres o liberación de la "humanidad"? Este interrogante no es nuevo ni responde solamente a la complejización de la categoría "sujeto" propia de las filosofías más actuales; fue planteado por algunas mujeres al interior del anarquismo local de fines del siglo XIX. Respondiendo a la convocatoria masculina comprometida con la emancipación de la mujer, las anarquistas sostienen un diálogo en el que se evidencia la construcción de un sujeto de la política ineludiblemente generizado. Los términos de ese debate continúan siendo inquietantemente actuales. A partir de las más recientes críticas al pensamiento de la filosofía política clásica se vuelve difícil pensar un sujeto esencial de la historia, anterior a su entrada a la cultura, y ni siquiera un cuerpo biológico en espera de su significación social. En este sentido, la identidad es una práctica significante en un campo cultural determinado a partir de ciertas reglas, en parte derivadas de una matriz jerárquica que asocia diferenciaciones de género y heterosexualidad obligatoria. Esta asociación explicaría la centralidad de las discusiones acerca de la procreación, las relaciones afectivas o el ejercicio de la sexualidad tanto en el viejo anarquismo como en las más recientes expresiones anticapitalistas. Sin sujeto anterior al campo de disputa que lo constituye, la política se expande por sobre la representación o la búsqueda de reconocimiento y de derechos. En este sentido, una actividad política posible sería identificar las estrategias de repetición subversiva válidas para un campo determinado que provoquen desestabilización y desplazamientos.A fines del siglo XIX el anarquismo se supone una expresión de cambio radical. Sin reformas ni atenuantes propone la destrucción general del capitalismo y todas sus expresiones, desde la economía a las formas de relación afectiva. Los teóricos y propagandistas piensan en las mujeres y su necesaria emancipación de los roles a los que la crueldad del sistema las ha condenado. A esos modelos le oponen la mujer anarquista y para eso la llaman a la lucha. Sostenemos que la escritura por parte de las mujeres anarquistas en la Argentina del siglo XIX XX constituye una estrategia política, un ejercicio propiciado por un campo cultural específico en el cual la prensa anarquista es el medio de difusión, concientización y llamado a la acción por excelencia. En ese contexto, el lenguaje escrito no es un instrumento más de la práctica constitutiva, sino el espacio privilegiado en el cual el ejercicio de la escritura por parte de las mujeres se revela como una práctica subversiva potenciada por el estilo revulsivo del discurso. Sin esa práctica, el debate sobre la construcción de un sujeto político ineludiblemente generizado se hubiera perdido, otra vez, en la falsa estabilidad de un sujeto universal