225 resultados para Política cultural en Medellín
Resumo:
La pregunta acerca de la relación entre escritura moderna, ligada a una firma, a una imagen de autor, y el acervo folklórico con el que dialoga, aún comporta una exigencia crítica en torno a la obra de Violeta Parra. La relación entre Décimas autobiográficas y Cantos folklóricos chilenos, desde una perspectiva que pone en el centro la escritura como experiencia, puede cuestionar el aspecto teleológico con que se ha leído ese diálogo. El punto de análisis será esa zona inestable de las huellas de escritura, la operación sobre el acervo colectivo. El cuerpo, como ausencia y metáfora, es uno de los puntos de intensidad donde esas huellas textuales de la tradición pugnan por cobrar sentido; pero esos espacios, para usar una palabra parriana, 'mudan' constantemente
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La pregunta acerca de la relación entre escritura moderna, ligada a una firma, a una imagen de autor, y el acervo folklórico con el que dialoga, aún comporta una exigencia crítica en torno a la obra de Violeta Parra. La relación entre Décimas autobiográficas y Cantos folklóricos chilenos, desde una perspectiva que pone en el centro la escritura como experiencia, puede cuestionar el aspecto teleológico con que se ha leído ese diálogo. El punto de análisis será esa zona inestable de las huellas de escritura, la operación sobre el acervo colectivo. El cuerpo, como ausencia y metáfora, es uno de los puntos de intensidad donde esas huellas textuales de la tradición pugnan por cobrar sentido; pero esos espacios, para usar una palabra parriana, 'mudan' constantemente
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La pregunta acerca de la relación entre escritura moderna, ligada a una firma, a una imagen de autor, y el acervo folklórico con el que dialoga, aún comporta una exigencia crítica en torno a la obra de Violeta Parra. La relación entre Décimas autobiográficas y Cantos folklóricos chilenos, desde una perspectiva que pone en el centro la escritura como experiencia, puede cuestionar el aspecto teleológico con que se ha leído ese diálogo. El punto de análisis será esa zona inestable de las huellas de escritura, la operación sobre el acervo colectivo. El cuerpo, como ausencia y metáfora, es uno de los puntos de intensidad donde esas huellas textuales de la tradición pugnan por cobrar sentido; pero esos espacios, para usar una palabra parriana, 'mudan' constantemente
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La pregunta acerca de la relación entre escritura moderna, ligada a una firma, a una imagen de autor, y el acervo folklórico con el que dialoga, aún comporta una exigencia crítica en torno a la obra de Violeta Parra. La relación entre Décimas autobiográficas y Cantos folklóricos chilenos, desde una perspectiva que pone en el centro la escritura como experiencia, puede cuestionar el aspecto teleológico con que se ha leído ese diálogo. El punto de análisis será esa zona inestable de las huellas de escritura, la operación sobre el acervo colectivo. El cuerpo, como ausencia y metáfora, es uno de los puntos de intensidad donde esas huellas textuales de la tradición pugnan por cobrar sentido; pero esos espacios, para usar una palabra parriana, 'mudan' constantemente
Resumo:
La doctrina cultural del realismo socialista fue aprobada por el Partido Comunista de la Unión Soviética e incorporada a la política oficial del gobierno soviético tras la realización en 1934 del Primer Congreso de la Unión de Escritores Soviéticos. Por su intermedio se establecían los parámetros metodológicos y estéticos a los que debía atenerse toda producción artística dentro de la Unión Soviética. A partir de entonces, cualquier posibilidad de independencia relativa de la cultura y el arte en relación a la política oficial quedaba severamente cuestionada. Esta situación de subordinación se producía en tiempos en que la Tercera Internacional comenzaba a abandonar la táctica de clase contra clase para pasar a volcarse a la conformación de frentes populares, generando efectos significativos en el proceso de construcción de una cultura proletaria. El objetivo de esta ponencia es indagar sobre las repercusiones registradas por esta relación entre política cultural y política a secas, entre realismo socialista y viraje político, en el interior del proyecto cultural del Partido Comunista Argentino para el proletariado de su país hacia mediados de la década de 1930. A tal fin, se analizará de qué manera fue asumida por el PCA la conversión de la cultura como herramienta de guerra de clases en herramienta de lucha por la libertad democrática contra el autoritarismo reaccionario
Resumo:
La compleja vida cultural en la década del '30, más concretamente la que precede y se trasunta en el ensayo publicado en 1933, Radiografía de la pampa de Ezequiel Martínez Estrada, encuentra asidero en la reconstrucción de la zigzagueante tanto como problemática ubicación del escritor argentino en la escala social de producción. Aludir a las redes intelectuales que se tejieron y a las políticas culturales que se llevaron a cabo en relación con el proceso de profesionalización creciente, pero vivido como agónico por las figuras de la inteligencia en el país, implica un minucioso trabajo exploratorio, cuyo cauce confluye en las diferencias cualitativas inherentes a las relaciones que entablaron entre sí los intelectuales, visibles, en particular, a través de las cartas y relatos que sobre estos vínculos se publicaron. Nos referimos a la articulación posible entre el discurso del mencionado ensayo con el de El hermano Quiroga, que incluye las cartas enviadas por Quiroga a Martínez Estrada, al ensayo Leopoldo Lugones, retrato sin retocar , así como a las cartas de Martínez Estrada a Samuel Glusberg, editor de numerosas de sus obras bajo el sello Babel. La presente propuesta de investigación se orienta sobre la premisa, expresada por la crítica, de que las conexiones entre los textos y las circunstancias político-culturales a las que refieren resultan desacompasadas y asimétricas, así como su construcción implica una deliberada invención que no excluye la ficcionalización. Con estos supuestos se abordará la lectura de un posicionamiento: el de Martínez Estrada en el marco de la cultura nacional.
Resumo:
A partir de un discurso anclado en la necesidad de modernización cultural e institucional, el campo letrado de la primera mitad del siglo XIX establece nuevas formas de intervención pública en procura de captar (y mediar con) los diversos intereses del público lector. Las nuevas promociones letradas intentan llevar adelante esa tarea en los intersticios dejados por la prensa política y doctrinaria, reformulando su relación con el espacio público, y apelando a una serie de géneros menores (crónicas de moda, artículos satíricos, relatos de costumbres) que dialogan con las formas emergentes del mercado, la lógica del consumo, los temas "banales", etc. Ese nuevo emplazamiento permite revisar los modos en que la élite letrada diagramó sus proyectos literarios, culturales y políticos en el marco de las publicaciones periódicas de la primera mitad del siglo XIX.
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La doctrina cultural del realismo socialista fue aprobada por el Partido Comunista de la Unión Soviética e incorporada a la política oficial del gobierno soviético tras la realización en 1934 del Primer Congreso de la Unión de Escritores Soviéticos. Por su intermedio se establecían los parámetros metodológicos y estéticos a los que debía atenerse toda producción artística dentro de la Unión Soviética. A partir de entonces, cualquier posibilidad de independencia relativa de la cultura y el arte en relación a la política oficial quedaba severamente cuestionada. Esta situación de subordinación se producía en tiempos en que la Tercera Internacional comenzaba a abandonar la táctica de clase contra clase para pasar a volcarse a la conformación de frentes populares, generando efectos significativos en el proceso de construcción de una cultura proletaria. El objetivo de esta ponencia es indagar sobre las repercusiones registradas por esta relación entre política cultural y política a secas, entre realismo socialista y viraje político, en el interior del proyecto cultural del Partido Comunista Argentino para el proletariado de su país hacia mediados de la década de 1930. A tal fin, se analizará de qué manera fue asumida por el PCA la conversión de la cultura como herramienta de guerra de clases en herramienta de lucha por la libertad democrática contra el autoritarismo reaccionario
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La compleja vida cultural en la década del '30, más concretamente la que precede y se trasunta en el ensayo publicado en 1933, Radiografía de la pampa de Ezequiel Martínez Estrada, encuentra asidero en la reconstrucción de la zigzagueante tanto como problemática ubicación del escritor argentino en la escala social de producción. Aludir a las redes intelectuales que se tejieron y a las políticas culturales que se llevaron a cabo en relación con el proceso de profesionalización creciente, pero vivido como agónico por las figuras de la inteligencia en el país, implica un minucioso trabajo exploratorio, cuyo cauce confluye en las diferencias cualitativas inherentes a las relaciones que entablaron entre sí los intelectuales, visibles, en particular, a través de las cartas y relatos que sobre estos vínculos se publicaron. Nos referimos a la articulación posible entre el discurso del mencionado ensayo con el de El hermano Quiroga, que incluye las cartas enviadas por Quiroga a Martínez Estrada, al ensayo Leopoldo Lugones, retrato sin retocar , así como a las cartas de Martínez Estrada a Samuel Glusberg, editor de numerosas de sus obras bajo el sello Babel. La presente propuesta de investigación se orienta sobre la premisa, expresada por la crítica, de que las conexiones entre los textos y las circunstancias político-culturales a las que refieren resultan desacompasadas y asimétricas, así como su construcción implica una deliberada invención que no excluye la ficcionalización. Con estos supuestos se abordará la lectura de un posicionamiento: el de Martínez Estrada en el marco de la cultura nacional.
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Como equipo de la cátedra "Pedagogía" del segundo año de las carreras de profesorado para la escuela secundaria plantearemos algunos interrogantes y reflexiones acerca de algunas cuestiones que consideramos prioritario instalar en el trayecto formativo del que participamos propiciando su problematización. Los ejes de construcción de la ciudadanía, la búsqueda de modelos sociales más justos y la posibilidad de una pedagogía de la diferencia se piensan atravesando la formación docente en vistas a la refundación de sentidos sobre el papel de la educación y del docente en la actualidad. Los cambios en el rol del estado, las transformaciones sociales, económicas y culturales acaecidas en las últimas décadas, las modificaciones en los vínculos intergeneracionales y su impacto en la educación formal requieren analizar las posibilidades y las nuevas condiciones del trabajo formativo escolar. La formación docente es pensada como un tránsito guiado por un conjunto de saberes, conformado por un itinerario de prácticas sociales orientadas por expectativas puestas en el futuro. Este recorrido supone tramos compartidos con otros que posibilitarán a los nuevos docentes la construcción de una identidad profesional, abriendo juegos de identificación y diferencias. Y esta definición es lo que en la actualidad suele inquietarnos por lo que resulta necesario redefinir el sentido de la educación en un nuevo mapa cultural. En ese sentido nos preguntamos cómo pensar una propuesta formativa que articule el respeto a la heterogeneidad cultural y la transmisión de diversos bienes culturales que posibiliten la inclusión social. Creemos en su posibilidad y que ello requiere instalar algunas cuestiones de debate al interior del currículum. La reflexión tiende a habilitar espacios para la construcción de saberes, prácticas y relaciones más plurales, democráticas y comprometidas con las realidades escolares y sociales actuales. Esta mirada supone la formación de docentes que superen posiciones dicotómicas y volver a pensar sentidos fundantes de la relación educación y sociedad, entre ellos la dimensión política, la educación como proyecto, la ciudadanía, la otredad, la justicia, la diferencia, la transmisión. Implica como institución formadora la apertura a nuevas problemáticas que necesitan instalarse en los debates y evitar acotar la propuesta de formación a saberes instrumentales comprendiendo la enseñanza desde su dimensión histórica, política, cultural y social. La indagación sobre estos sentidos intentará posibilitar situarse y actuar desde otro espacio favoreciendo transformaciones en el escenario social actual.
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A partir de un discurso anclado en la necesidad de modernización cultural e institucional, el campo letrado de la primera mitad del siglo XIX establece nuevas formas de intervención pública en procura de captar (y mediar con) los diversos intereses del público lector. Las nuevas promociones letradas intentan llevar adelante esa tarea en los intersticios dejados por la prensa política y doctrinaria, reformulando su relación con el espacio público, y apelando a una serie de géneros menores (crónicas de moda, artículos satíricos, relatos de costumbres) que dialogan con las formas emergentes del mercado, la lógica del consumo, los temas "banales", etc. Ese nuevo emplazamiento permite revisar los modos en que la élite letrada diagramó sus proyectos literarios, culturales y políticos en el marco de las publicaciones periódicas de la primera mitad del siglo XIX.
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Como equipo de la cátedra "Pedagogía" del segundo año de las carreras de profesorado para la escuela secundaria plantearemos algunos interrogantes y reflexiones acerca de algunas cuestiones que consideramos prioritario instalar en el trayecto formativo del que participamos propiciando su problematización. Los ejes de construcción de la ciudadanía, la búsqueda de modelos sociales más justos y la posibilidad de una pedagogía de la diferencia se piensan atravesando la formación docente en vistas a la refundación de sentidos sobre el papel de la educación y del docente en la actualidad. Los cambios en el rol del estado, las transformaciones sociales, económicas y culturales acaecidas en las últimas décadas, las modificaciones en los vínculos intergeneracionales y su impacto en la educación formal requieren analizar las posibilidades y las nuevas condiciones del trabajo formativo escolar. La formación docente es pensada como un tránsito guiado por un conjunto de saberes, conformado por un itinerario de prácticas sociales orientadas por expectativas puestas en el futuro. Este recorrido supone tramos compartidos con otros que posibilitarán a los nuevos docentes la construcción de una identidad profesional, abriendo juegos de identificación y diferencias. Y esta definición es lo que en la actualidad suele inquietarnos por lo que resulta necesario redefinir el sentido de la educación en un nuevo mapa cultural. En ese sentido nos preguntamos cómo pensar una propuesta formativa que articule el respeto a la heterogeneidad cultural y la transmisión de diversos bienes culturales que posibiliten la inclusión social. Creemos en su posibilidad y que ello requiere instalar algunas cuestiones de debate al interior del currículum. La reflexión tiende a habilitar espacios para la construcción de saberes, prácticas y relaciones más plurales, democráticas y comprometidas con las realidades escolares y sociales actuales. Esta mirada supone la formación de docentes que superen posiciones dicotómicas y volver a pensar sentidos fundantes de la relación educación y sociedad, entre ellos la dimensión política, la educación como proyecto, la ciudadanía, la otredad, la justicia, la diferencia, la transmisión. Implica como institución formadora la apertura a nuevas problemáticas que necesitan instalarse en los debates y evitar acotar la propuesta de formación a saberes instrumentales comprendiendo la enseñanza desde su dimensión histórica, política, cultural y social. La indagación sobre estos sentidos intentará posibilitar situarse y actuar desde otro espacio favoreciendo transformaciones en el escenario social actual.
Resumo:
A partir de un discurso anclado en la necesidad de modernización cultural e institucional, el campo letrado de la primera mitad del siglo XIX establece nuevas formas de intervención pública en procura de captar (y mediar con) los diversos intereses del público lector. Las nuevas promociones letradas intentan llevar adelante esa tarea en los intersticios dejados por la prensa política y doctrinaria, reformulando su relación con el espacio público, y apelando a una serie de géneros menores (crónicas de moda, artículos satíricos, relatos de costumbres) que dialogan con las formas emergentes del mercado, la lógica del consumo, los temas "banales", etc. Ese nuevo emplazamiento permite revisar los modos en que la élite letrada diagramó sus proyectos literarios, culturales y políticos en el marco de las publicaciones periódicas de la primera mitad del siglo XIX.
Resumo:
La doctrina cultural del realismo socialista fue aprobada por el Partido Comunista de la Unión Soviética e incorporada a la política oficial del gobierno soviético tras la realización en 1934 del Primer Congreso de la Unión de Escritores Soviéticos. Por su intermedio se establecían los parámetros metodológicos y estéticos a los que debía atenerse toda producción artística dentro de la Unión Soviética. A partir de entonces, cualquier posibilidad de independencia relativa de la cultura y el arte en relación a la política oficial quedaba severamente cuestionada. Esta situación de subordinación se producía en tiempos en que la Tercera Internacional comenzaba a abandonar la táctica de clase contra clase para pasar a volcarse a la conformación de frentes populares, generando efectos significativos en el proceso de construcción de una cultura proletaria. El objetivo de esta ponencia es indagar sobre las repercusiones registradas por esta relación entre política cultural y política a secas, entre realismo socialista y viraje político, en el interior del proyecto cultural del Partido Comunista Argentino para el proletariado de su país hacia mediados de la década de 1930. A tal fin, se analizará de qué manera fue asumida por el PCA la conversión de la cultura como herramienta de guerra de clases en herramienta de lucha por la libertad democrática contra el autoritarismo reaccionario
Resumo:
La compleja vida cultural en la década del '30, más concretamente la que precede y se trasunta en el ensayo publicado en 1933, Radiografía de la pampa de Ezequiel Martínez Estrada, encuentra asidero en la reconstrucción de la zigzagueante tanto como problemática ubicación del escritor argentino en la escala social de producción. Aludir a las redes intelectuales que se tejieron y a las políticas culturales que se llevaron a cabo en relación con el proceso de profesionalización creciente, pero vivido como agónico por las figuras de la inteligencia en el país, implica un minucioso trabajo exploratorio, cuyo cauce confluye en las diferencias cualitativas inherentes a las relaciones que entablaron entre sí los intelectuales, visibles, en particular, a través de las cartas y relatos que sobre estos vínculos se publicaron. Nos referimos a la articulación posible entre el discurso del mencionado ensayo con el de El hermano Quiroga, que incluye las cartas enviadas por Quiroga a Martínez Estrada, al ensayo Leopoldo Lugones, retrato sin retocar , así como a las cartas de Martínez Estrada a Samuel Glusberg, editor de numerosas de sus obras bajo el sello Babel. La presente propuesta de investigación se orienta sobre la premisa, expresada por la crítica, de que las conexiones entre los textos y las circunstancias político-culturales a las que refieren resultan desacompasadas y asimétricas, así como su construcción implica una deliberada invención que no excluye la ficcionalización. Con estos supuestos se abordará la lectura de un posicionamiento: el de Martínez Estrada en el marco de la cultura nacional.