4 resultados para pecado
Resumo:
Nuevo paradigma para algunos, o simple eslogan político-mediático para otros, el concepto de desarrollo sustentable levanta reacciones contradictorias en el mundo científico. Existen notables diferencias en el acercamiento al desarrollo sustentable entre los representantes de las ciencias naturales y los de las ciencias humanas. El carácter nómada del concepto (Stengers, 1987) de desarrollo sustentable es percibido por ciertos investigadores en geografía como una verdadera tara genética, cuando otros piensan por el contrario que puede servir de palanca para renovar el acercamiento geográfico a los grandes problemas contemporáneos. ¿Para la investigación en geografía, qué postura es conveniente adoptar? ¿El desarrollo sustentable, como concepto nómada, puede convertirse en una herramienta eficaz e innovadora? ¿O bien su incertidumbre semántica nos conduce de manera inexorable hacia un vagabundeo de las ideas? El objetivo central de esta reflexión es intentar situar el concepto de desarrollo sustentable en la órbita del pensamiento geográfico, en una óptica comparativa con disciplinas vecinas y cuestionando a su vez su interés para la investigación en nuestro campo disciplinario. Para ello, es necesario en primer lugar acercarse sin tabúes a los problemas planteados por este concepto: ¿Debe considerarse el nomadismo conceptual del desarrollo sustentable como una especie de pecado original que lo convertiría en un instrumento inoperante para la geografía? En segundo lugar, desmitificando la novedad aparente del concepto, conviene analizar cuáles son sus filiaciones con la geografía y otras disciplinas. Y finalmente, plantear casos concretos de utilización del concepto en la investigación geográfica (ciudad sustentable; bosques sustentables), subrayando sus aportes, pero también poniendo a la luz sus límites.
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Nuevo paradigma para algunos, o simple eslogan político-mediático para otros, el concepto de desarrollo sustentable levanta reacciones contradictorias en el mundo científico. Existen notables diferencias en el acercamiento al desarrollo sustentable entre los representantes de las ciencias naturales y los de las ciencias humanas. El carácter nómada del concepto (Stengers, 1987) de desarrollo sustentable es percibido por ciertos investigadores en geografía como una verdadera tara genética, cuando otros piensan por el contrario que puede servir de palanca para renovar el acercamiento geográfico a los grandes problemas contemporáneos. ¿Para la investigación en geografía, qué postura es conveniente adoptar? ¿El desarrollo sustentable, como concepto nómada, puede convertirse en una herramienta eficaz e innovadora? ¿O bien su incertidumbre semántica nos conduce de manera inexorable hacia un vagabundeo de las ideas? El objetivo central de esta reflexión es intentar situar el concepto de desarrollo sustentable en la órbita del pensamiento geográfico, en una óptica comparativa con disciplinas vecinas y cuestionando a su vez su interés para la investigación en nuestro campo disciplinario. Para ello, es necesario en primer lugar acercarse sin tabúes a los problemas planteados por este concepto: ¿Debe considerarse el nomadismo conceptual del desarrollo sustentable como una especie de pecado original que lo convertiría en un instrumento inoperante para la geografía? En segundo lugar, desmitificando la novedad aparente del concepto, conviene analizar cuáles son sus filiaciones con la geografía y otras disciplinas. Y finalmente, plantear casos concretos de utilización del concepto en la investigación geográfica (ciudad sustentable; bosques sustentables), subrayando sus aportes, pero también poniendo a la luz sus límites.
Resumo:
Con la tardía recepción de la Política de Aristóteles es posible verificar la presencia de un discurso naturalista como fundamento del ámbito político. Una de las premisa representativas de este discurso afirma que el hombre es político por naturaleza. Tomás de Aquino asume este fundamento naturalista no sin percibir que este nuevo discurso parece confrontar con ciertas formulaciones agustinianas. En efecto, las tesis agustinianas sugieren una estrecha vinculación entre la dimensión política y la naturaleza caída. El presente trabajo se propone, en primer lugar, señalar la importancia de esta confrontación que busca reestablecer la dimensión natural y, en segundo lugar, analizar algunas proyecciones de este cambio de perspectiva en Marsilio de Padua.
Resumo:
En este artículo abordamos dos de las múltiples corrientes estéticas presentes en el teatro argentino actual: la tendencia Moderna Realista y el teatro de Intertextualidad Posmoderna. Con respecto a la primera, tomamos como ejemplo el teatro de Roberto Cossa de la década del '90 (las piezas Don Pedro dijo no y Lejos de aquél, ambas de 1993, Viejos conocidos, de 1994, y Años difíciles, de 1997). Por su parte, para caracterizar el teatro de intertextualidad posmoderna, analizamos la pieza El pecado que no se puede nombrar, de 1998, del teatrista Ricardo Bartís. Se concluye que la coexistencia en el teatro argentino actual de la tendencia hacia el realismo crítico moderno más tradicional y de la tendencia más posmoderna o anticanónica, hace de nuestro teatro un ámbito de extremada riqueza y complejidad estéticas, lo cual nos obliga a estudiarlo en su heterogeneidad, respetando también nosotros, observadores de este fenómeno, la vigencia y fertilidad de ambas corrientes.