2 resultados para Adán (Personaje bíblico)


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A partir de una especulación acerca de la preponderancia de trabajos dedicados al estudio del tiempo frente al espacio y sobre la terminología más precisa acerca de este último, se define la “" o “logotopía" como la lectura del espacio en literatura. Se considera este campo como un aspecto legible e interpretable. Se ve en el espacio un terreno que grandes autores (como Kafka, Marechal y Borges, por ejemplo), han sabido utilizar magistralmente alcanzando -tanto por medio de ilustraciones como por disposiciones tipográficas- un nivel de sugestión que supera el efecto de recepción previsible. El análisis acerca del modo de configuración del espacio en Adán Buenosayres permite demostrar ampliamente que el héroe marechaliano es creatura no sólo temporal sino espacial. Aun más, toda la obra narrativa de Marechal se organiza espacialmente. El espacio genera un conjunto de sistemas. Como la imagen de la cultura, su literatura es megasistema. El espacio es percibido por él en concentrada unidad, en ámbitos articulados, dispuestos en armonía y ensamble. Su combinación de espacios intramundanos y trasmundanos, articuldaos entre sí, no son otra cosa que la proyección de su propia concepción del mundo cristiana, del mundo, obra de un Dios creador.

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Este trabajo es una referencia precisa al capítulo I del Libro Cuarto del Adán Buenosayres, de Leopoldo Marechal, conocido como el episodio de “La glorieta de Ciro". Fuertemente afirmado en la Poética de Aristóteles, Marechal desarrolla tres conceptos correlativos para una teoría del arte: 1) la primer correlación une la verdad con la belleza, hay verdad y razón, es decir orden, en este sentido, el arte no se propone lo verdadero en tanto que verdadero, sino en tanto que bello; 2) la segunda correlación establece las pautas de la analogía poética, esencialmente metafórica; 3) la tercer correlación intenta una descripción de la inspiración como ascenso y descenso basada en el eidos o causa formal de las cosas. La conclusión se hace efectiva en la noción de “homologado" por medio de la cual el poeta, en tanto que imitador, es semejante a Dios en cuanto a la posibilidad de “crear nombrando". Es nuestra opinión que, sobre la base de estos tres conceptos correlativos, hay que entender las primeras imágenes del “Prólogo indispensable" que hablan de la “levedad" de un ataúd que “parecía llevar en su interior, no la vencida carne de un hombre muerto, sino la sutil de un poema concluido".