6 resultados para Reducción de daños
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Resumo:
Para evaluar la posible disminución de la adición de cloruro de sodio, mediante el agregado de oleorresinas de especias, se elaboró una masa en la que se empleó 85 % de carne vacuna y 15 % de grasa. Se fraccionó en tres lotes, adicionándoles: 1000 mg/kg de oleorresina de Origanum x Majoricum, 750 mg/kg de la de Capsicum annum o de la de Acantholippia seriphioides, respectivamente. Luego se dividieron en cinco porciones iguales y se agregó sal, hasta alcanzar contenidos de 0.00 %; 0.25 %; 0.50 %; 0.75 % y 1.00 %. Se homogeneizaron y se elaboraron medallones de 100 g, que se cocinaron en horno hasta alcanzar una temperatura interna de 72 °C. Se realizó una evaluación sensorial con 15 jueces semientrenados, solicitándoles que asignaran puntajes, mediante escalas estructuradas de siete puntos e indicaran cuál/es rechazarían. Los puntajes asignados por el panel se sometieron a un análisis exploratorio de datos, a las pruebas de Page y de comparaciones múltiples. Los medallones adicionados con los tres tipos de oleorresinas para las dosis de sal ensayadas presentaron diferencias (= 0.05): las dosis de 0 y 1% fueron las menos aceptadas y la de 0.25 % fue la más aceptada. El 50 % de los jueces rechazó el medallón con 0 % de sal, para los tres tipos de oleorresinas. En las condiciones ensayadas, la incorporación de oleorresinas en dosis de 1000 mg/kg para orégano o de 750 mg/kg para pimiento y tomillo mendocino, permite formular medallones de carne vacuna, con bajo contenido de sal y alta aceptación.
Resumo:
Se trata de confirmar la hipótesis de que en vid, el daño por granizo produce secuelas en futuras producciones y determinar su magnitud con relación al daño tasado. Las pérdidas por granizo se pueden desagregar en: • Disminución del volumen cosechado el año del siniestro. • Secuelas en la futura capacidad productiva. • Pérdida del valor comercial del remanente cosechado. Analizados 268 casos debidamente documentados se concluye que: • Sólo para daños entre 90 y 100 % se puede probar estadísticamente que la producción de la primera y segunda temporadas, posteriores al evento, disminuyen por daños de granizo, conforme al modelo lineal: y = -0.16 + 0.23 x, donde y es la relación de cada producción con la producción media sin granizo y x, el tiempo en años, arrojando un R2 de 75.24. • Para daños inferiores a 90 % las secuelas quedan enmascaradas por la variación natural de la producción. • Para daños menores al 90 % se aconseja no considerar las secuelas fruto de la relación: % de daño-producción, ya que no se ha podido aislar su variabilidad.
Resumo:
El objetivo fue determinar la concentración efectiva media de reducción del crecimiento radical (CE50), de una formulación del herbicida glifosato mediante bioensayos de germinación con semillas de lechuga y de trigo. Para lechuga se probaron 9 dosis/tratamientos decrecientes entre 1.215 y 0,01215 g i.a.ha-1 (formulado: Sal amónica de la N-Fosfonometil glicina, 40,5 [g e.a. glifosato 36,9% p/v]) y para trigo 5 dosis decrecientes (entre 12,15 y 1,215 g i.a.ha-1) y su respectivo control negativo (agua destilada). Se utilizaron cajas de Petri, con papel de filtro en la base humedecido con 3 ml de la solución correspondiente. Se sembraron 20 semillas por caja, distribuyéndose los tratamientos en bloques al azar con 4 repeticiones, en cámara de crecimiento a 20°C con alternancia de luz y oscuridad. Se midió la longitud radicular de todas las semillas de cada tratamiento con calibre digital. Se determinó el porcentaje de germinación y se calculó el índice de germinación. Las CE50, es decir, las dosis que redujeron en un 50% el crecimiento radical para lechuga y trigo, fueron 6,682 y 9,416 g i.a.ha-1, respectivamente. Los materiales probados resultaron sensibles a distintas dosis de glifosato y por lo tanto pueden utilizarse como indicadores biológicos de toxicidad específica.
Resumo:
Imidacloprid es un insecticida utilizado en lechuga para el control de diversas plagas. El objetivo de esta tesis fue estudiar la degradación de Imidacloprid en el cultivo de la lechuga, realizando dos aplicaciones cada 15 días; y determinar el porcentaje de reducción de residuos de Imidacloprid mediante tratamientos de lavados doméstico. En ambos ensayos se aplicó Imidacloprid OD 20% en una dosis de 90 cm3 /hl según la guía de productos fitosanitarios para la República Argentina. La degradación de residuos de cada aplicación se estudió durante 15 días con toma de muestras periódicas. En el ensayo de lavado se hicieron dos tratamientos, uno por inmersión y otro de lavado manual. Para la extracción de los plaguicidas del tejido vegetal se utilizó el método de Luke modificado por el laboratorio de Análisis de pesticidas de la EEA MENDOZA de INTA y la determinación de residuos se realizó mediante UPLC MS MS. En el ensayo a campo, las curvas de degradación tanto en la primera como en la segunda aplicación, mostraron una disminución importante de su concentración durante los primeros 7 días de la aplicación. En la primera la disminución fue del 95.7% mientras que en la segunda fue del 96.7%. En el ensayo de lavado se observó que el lavado por inmersión redujo significativamente los residuos de Imidacloprid en aproximadamente 51.2%, mientras que el lavado manual redujo solo el 28.17%. Por lo que el lavado por inmersión es más efectivo en la disminución de los niveles de Imidacloprid.
Resumo:
Fil: Quiroga, Silvia. Universidad Nacional de Cuyo. Facultad de Filosofía y Letras
Resumo:
Las normativas legales sobre residuos de plaguicidas son cada vez más exigentes a nivel mundial. Con frecuencia hay una reducción significativa en el Límite Máximo de Residuos (LMR) y en casos severos la prohibición de su uso. La estrategia de control fitosanitario debe tener en cuenta los niveles de residuos que quedan en la fruta que llega al consumidor y la cinética de disipación que disminuye los riesgos toxicológicos y comerciales. El clorpirifos es un insecticida organofosforado, liposoluble, cuyo modo de acción es por contacto, ingestión o inhalación. Es utilizado por la mayoría de los productores, para el control de diversas plagas debido a que es económico y efectivo. En cultivos de tomate es utilizado para controlar a Tuta absoluta la “polilla del tomate", debido a su importancia en relación a los daños ocasionados en el cultivo (CITEF, 1977) y a Bemisia tabaci la “mosca blanca", por su incidencia durante todo el año y su agresividad como plaga de los cultivos hortícolas especialmente solanáceas, obliga a realizar una gran cantidad de pulverizaciones para mantenerla por debajo de los umbrales de daño económico. Tiene una amplia distribución y un gran impacto en los cinturones hortícolas de casi todo el país (SYNGENTA, 2011). Dicho plaguicida es muy tóxico o moderadamente tóxico para aves y humanos, según las formulaciones disponibles en el mercado, muy tóxico para abejas y extremadamente tóxico para peces (CASAFE, 2011). La legislación argentina establece un LMR de 0.5 mg/Kg. para fruto de tomate entero y un periodo de carencia (plazo de seguridad entre última aplicación y cosecha del producto) de 21 días (SENASA, 2010). La finalidad del trabajo es ofrecer al sector agrícola información sólida que le permita predecir la concentración de clorpirifos desde el momento de la aplicación y así evitar excesos de residuos en los frutos para consumo o comercialización.