3 resultados para Plant growth retardants

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El proceso de fructificación y desarrollo en tomate puede ser inducido naturalmente por polinización o partenocarpia y artificialmente por aplicación de reguladores; esta respuesta es variable según tipo y dosis de hormona, momento de aplicación y cultivar involucrado. El objetivo de este trabajo fue evaluar la capacidad de auxinas y giberelinas para inducir el desarrollo partenocárpico en genotipos de crecimiento indeterminado. Como factores se consideraron tipo de regulador -AG3 y β-NOA- en dosis fija, momento de aplicación -0, 5, 12, 19, 26 dpa- y genotipo -Rutgers, Fortaleza F1 y Colt 45-. Las mejores respuestas a nivel de porcentaje de fructificación y peso fresco se obtuvieron con β-NOA en comparación con AG3. Considerando todos los factores analizados, solamente la aplicación de β-NOA a 5 dpa permitió alcanzar porcentajes de fructificación y tamaño final de frutos similares a los obtenidos por autopolinización. El período de sensibilidad y el tamaño final de los frutos presentaron interacción con las variables genotipo, momento de aplicación y tipo de regulador. Se observó además que AG3 provocó un escaso desarrollo placentario y ausencia de óvulos mientras que β-NOA indujo un desarrollo de placentas y óvulos similar al de los frutos obtenidos por autopolinización.

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Las hormonas vegetales son capaces de controlar el desarrollo reproductivo, desde la diferenciación floral hasta los últimos estadios del desarrollo de los frutos. En particular, la etapa de fructificación y desarrollo depende del contenido endógeno de estas sustancias, y es posible manipular la iniciación del desarrollo del fruto por aplicación externa de hormonas. Previamente se evaluó el proceso de fructificación y desarrollo en el cultivo de tomate en invernadero en respuesta a la aplicación de b-NOA y AG3 en dosis fijas: se observó sensibilidad diferencial dependiendo del genotipo y tipo de regulador. El objetivo de este trabajo fue establecer dosis y momento óptimo para la aplicación de b-NOA y AG3 como formas de mejorar la fructificación y el desarrollo de frutos partenocárpicos. Como factores se consideraron tipo de regulador -b-NOA y AG3- en dosis y momentos de aplicación variables. Empleando ovarios no polinizados como sistema experimental fue posible concluir que la aplicación de 40 ppm de b-NOA a 7 días post antesis ofrece las mayores ventajas desde el punto de vista del rendimiento y menor impacto fisiológico, sin alterar el período de desarrollo de los frutos.

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En una plantación de kiwi situada en Balcarce (provincia de Buenos Aires, Argentina), se evaluó el efecto de la fertilización nitrogenada y potásica sobre el crecimiento de la planta durante la etapa de implantación, en la temporada 2008 - 2009. Los tratamientos fueron T: control sin fertilizar, N: fertilizado con nitrógeno (48 kg/ha N), K: fertilizado con potasio (60 kg/ha K) y NK: fertilizado con nitrógeno y potasio (48 kg/ha N - 60 kg/ha K). Se realizaron muestreos periódicos de: longitud de tallo, longitud del último entrenudo y área foliar. Se determinó el diámetro del tallo a fin de temporada y la distribución de raíces en el perfil de suelo en plena dormición. Se efectuaron análisis foliares de macronutrientes, así como N mineral, N anaeróbico (NAN) y carbono orgánico (CO) en el suelo. El suelo correspondió a un Argiudol, con niveles de NAN entre 85 - 100 mg/kg y de CO de 45 - 50 g/kg en los primeros 30 cm. Los resultados obtenidos, en cuanto al crecimiento de la parte aérea de la planta, no constituyen evidencia suficiente para justificar la fertilización con N y K bajo las condiciones experimentales del estudio. Aun en el T, los niveles foliares de N y K se mantuvieron dentro de los estándares normales. El sistema radical, observado durante el reposo, se habría visto beneficiado por la fertilización nitrogenada. En el estrato de suelo comprendido entre 10 y 20 cm se determinó un promedio de 61 raíces/100 cm2, en el tratamiento N, 40 en el tratamiento combinado NK, 28 en el tratamiento K, y 19 en el testigo.