19 resultados para Hortalizas
Resumo:
A nivel mundial según la OMS (Organización Mundial de la Salud) existe un aumento de casos de tuberculosis, Mal de Chagas y Hepatitis sobre todo en países en donde les es difícil evitar el ingreso de trabajadores golondrinas. Se trata de trabajadores que provienen de países pobres con una mala alimentación y programas de vacunación deficientes. El departamento de San Rafael Mendoza no esta exento de esta situación, el trabajo migrante (Trabajadores Golondrinas) en San Rafael, comienza, conjuntamente con el inicio de la cosecha de frutas y hortalizas desde el mes de Diciembre en adelante, prolongándose su estadía hasta la vendimia , en algunos casos , continua con las cosecha de aceitunas. Estos grupos según el Jefe de Inspectores de la Subsecretaria y Seguridad Social Delegación. San Rafael, son aproximadamente entre mil doscientos a mil quinientos trabajadores, que van llegando en forma aislada y en grupos provenientes de en su mayoría del norte argentino como así también de nacionalidad boliviana y paraguayos. Grupos más pequeños se quedan en zona rurales de plantaciones de ajos, hortalizas trabajando también en hornos de ladrillos, produciendo asentamientos en construcciones totalmente precarias, viviendo en hacinamientos; con mala alimentación e higiene inadecuada lo que facilita la proliferación de las conocidas como Enfermedades de la Pobreza. En el Departamento de San Rafael los trabajadores golondrinas se asientan principalmente en los Distritos de Villa Atuel, Cañada Seca y La Llave. Esta situación de debe principalmente a los siguientes factores: - Posibilidad de actuar como mano de obra barata. - Centros de producción de ladrillos. (hornos). 2 - La falta de exigencia por parte de los trabajadores golondrinas de condiciones dignas en las viviendas a ocupar. Al contrario de otras zonas de la provincia en donde los empleadores son propietarios de fincas o empresas agrícolas, los mismos compatriotas de los trabajadores golondrinas son quienes los traen y los contratan para tener mano de obra barata que habrá de ser alojada en condiciones precarias, viviendas que en el mejor de los casos será de adobe y techos de paja, sanitarios inexistentes, falta de agua potable y hacinamiento. Estas condiciones sumadas a enfermedades preexistentes forman un caldo de cultivo ideal para el desarrollo de las llamadas Enfermedades de la Pobreza. Instrumentar acciones destinadas a combatir esta situación se ven dificultadas por la falta de control por parte de organismos que tienen competencia en inmigración y salud (Gendarmería, Dirección de Migraciones, Área Departamental de Salud, Secretaria de Trabajo, etc.) esta falta de control no se debe a ineficiencia sino fundamentalmente a la falta de políticas coordinadas y de medios para llevarlas a cabo. Una de las últimas acciones llevadas a cabo en este sentido es un Congreso llevado a cabo en la Provincia de Mendoza en el año 2009 y en el cual se obtiene como resultado que en próximas reuniones se comenzaran a considerar acciones coordinadas en este sentido. Carecemos de datos estadísticos que nos permitan corroborar aquellos datos que la realidad nos muestra, y la obtención de los mismos se ve dificultada por: - La población objeto de este estudio no concurre habitualmente al hospital ni a los centros de salud. - La dificultad de acceder a los trabajadores por la negativa de los empleadores a facilitar este contacto. 3 - Por el temor de los trabajadores y sus familias a ser entrevistados y que como consecuencia de ello tener problemas con los inspectores de la Sub Secretaría de Trabajo y las autoridades de Gendarmería. Para emprender esta investigación, se debió apelar a recursos en gran medida “informales", medio de movilidad propio de los autores de la investigación y no apto para transitar por las zonas de asentamiento, personal que colaboro integrado por una agente sanitario y por un integrante de la comunidad boliviana. El lenguaje a utilizar también se convirtió en una barrera importante ya que en gran medida los trabajadores utilizan su lengua materna o de origen, que es el quechua y además desconocen términos específicos referidos a enfermedades y sintomatología de las distintas enfermedades. La imposibilidad de un control efectivo, el desconocimiento de datos estadísticos sobre las llamadas Enfermedades de la Pobreza, contribuyen en forma conjunta con los otros factores como hacinamiento, mala alimentación, falta de atención sanitaria, etc. a potenciar la posibilidad de que la población objeto de este estudio no solo aumente sus padecimientos sino que se convierta en un vector importante de estas enfermedades.
Resumo:
En la actualidad la horticultura ocupa un espacio predominante en la producción agropecuaria, proveyendo productos indispensables para la alimentación humana, ya sea para ser consumidos en fresco o bien procesados con distintas tecnologías. La lechuga (Lactuca sativa L.) es una hortaliza de consumo mundial y su producción ha ido en aumento. En Mendoza, la comercialización de lechuga como ensalada, tiene gran importancia, a lo largo de todo el año. El contenido de nitratos en hoja es un aspecto importante de su calidad. Según especie, cultivar, parte de la planta, época y ambiente de cultivo, fertilización nitrogenada, esta hortaliza puede presentar contenidos de nitratos elevados, ocasionando indirectamente daños a la salud del consumidor. El objetivo de este trabajo es evaluar los contenidos de nitratos en lechuga cultivada con agua de riego superficial, durante cuatro ciclos agrícolas, en la 3ra Zona de Riego del Río Mendoza y verificar si existe correlación entre tales contenidos y los tenores de nitratos del agua de riego utilizada. La zona de estudio comprendió las localidades de Los Corralitos, La Primavera, Kilómetro 8, Mundo Nuevo y Las Violetas, correspondiente al área administrada por la Asociación de Inspecciones de Cauce de la 3ª Zona de Riego del Río Mendoza. Durante cuatro ciclos agrícolas, se realizó en forma periódica, la obtención de plantas de lechuga y de agua de riego, en cada uno de los puntos de muestreo establecidos previamente. En el laboratorio, las plantas de lechuga fueron secadas y molidas; posteriormente se determinó el contenido de nitratos mediante método colorimétrico. En el caso de las muestras de agua la determinación de nitratos se realizó en espectrofotómetro Hach. La distribución de los contenidos de nitratos en el total de las muestras de lechuga analizadas mostró que el 90% de los datos se encuentran entre 280 y 1744 g NO3 g-1 p.f. Los tipos comerciales mantecosa y morada presentaron tenores mayores que el tipo arrepollada, sin embargo no se encontraron diferencias significativas entre ellos. Con respecto a la evolución estacional, los contenidos de nitratos en otoño e invierno fueron significativamente superiores a los determinados en primavera. Los tenores encontrados, no superaron los límites máximos establecidos por la Unión Europea, en hortalizas de hoja para consumo en fresco (Reglamento CE N°1258/2011) Los valores de nitratos hallados en la totalidad de las muestras de agua de riego fueron siempre inferiores al límite fijado por la legislación vigente, observándose una alta variabilidad entre ellos. En los puntos de muestreo correspondientes al tramo final del recorrido del agua, se encontraron tenores mayores, resultando tales variaciones estadísticamente significativas. En el período invernal se detectaron concentraciones de nitratos más elevadas con respecto a los meses estivales, si bien las diferencias observadas entre las estaciones no resultaron significativas. No se halló correlación significativa entre los contenidos de nitratos en lechuga y los tenores de nitratos en el agua de riego. De los resultados obtenidos, se puede concluir que las condiciones edafoclimáticas y culturales de los agroecosistemas del Cinturón Verde de Mendoza, no favorecen la acumulación de nitratos en lechuga, si bien esta especie presenta una marcada tendencia a alcanzar altos contenidos de este compuesto. En nuestra región, es de suma importancia realizar acciones de información y divulgación del problema de la contaminación por nitratos de origen agrario, debido no sólo a los aspectos de calidad sino también a temas vinculados al impacto ambiental y al cuidado de los recursos hídricos.
Resumo:
Las normativas legales sobre residuos de plaguicidas son cada vez más exigentes a nivel mundial. Con frecuencia hay una reducción significativa en el Límite Máximo de Residuos (LMR) y en casos severos la prohibición de su uso. La estrategia de control fitosanitario debe tener en cuenta los niveles de residuos que quedan en la fruta que llega al consumidor y la cinética de disipación que disminuye los riesgos toxicológicos y comerciales. El clorpirifos es un insecticida organofosforado, liposoluble, cuyo modo de acción es por contacto, ingestión o inhalación. Es utilizado por la mayoría de los productores, para el control de diversas plagas debido a que es económico y efectivo. En cultivos de tomate es utilizado para controlar a Tuta absoluta la “polilla del tomate", debido a su importancia en relación a los daños ocasionados en el cultivo (CITEF, 1977) y a Bemisia tabaci la “mosca blanca", por su incidencia durante todo el año y su agresividad como plaga de los cultivos hortícolas especialmente solanáceas, obliga a realizar una gran cantidad de pulverizaciones para mantenerla por debajo de los umbrales de daño económico. Tiene una amplia distribución y un gran impacto en los cinturones hortícolas de casi todo el país (SYNGENTA, 2011). Dicho plaguicida es muy tóxico o moderadamente tóxico para aves y humanos, según las formulaciones disponibles en el mercado, muy tóxico para abejas y extremadamente tóxico para peces (CASAFE, 2011). La legislación argentina establece un LMR de 0.5 mg/Kg. para fruto de tomate entero y un periodo de carencia (plazo de seguridad entre última aplicación y cosecha del producto) de 21 días (SENASA, 2010). La finalidad del trabajo es ofrecer al sector agrícola información sólida que le permita predecir la concentración de clorpirifos desde el momento de la aplicación y así evitar excesos de residuos en los frutos para consumo o comercialización.
Resumo:
Actualmente no hay lugar a dudas de que la alimentación forma parte de uno de los eslabones principales para la prevención de múltiples patologías. Aunque éstas presenten una etiología multifactorial que incluye factores genéticos, clínicos y ambientales, se ha concluido que efectivamente la dieta desempeña un papel determinante en el desarrollo de diversas enfermedades. Los polifenoles y flavonoides son antioxidantes que bloquean los radicales libres en las membranas y las lipoproteínas. Purgan la sangre de radicales libres, capturándolos y evitando las reacciones en cadena que resulten perjudiciales. Es en la alimentación donde se encuentran las sustancias antioxidantes en forma de polifenoles. Existe mucha información errónea entre los consumidores sobre la disponibilidad de estos nutrientes según los tratamientos que se realicen en el alimento, descartando muchas veces, aquellos productos que son los que mayores concentraciones presentan. No existen estudios locales sobre la variación del contenido de polifenoles, en alimentos vegetales, según el método tecnológico al cual es sometido el mismo, por ello se propuso el presente trabajo de investigación. El análisis propuesto, se basa en la extracción de los polifenoles presentes en distintas matrices alimentarias mediante la técnica Folin-Ciocalteu y posteriormente la medición de la absorbancia correspondiente en un espectro de absorción Ultravioleta. Los datos obtenidos, fueron comparados estadísticamente, para determinar si presentan o no relevancia analítica. En el tomate que se encuentra en conserva se observó que el tomate con piel presentó un contenido superior respecto al fresco variando de 7,3 g/kg (fresco) a 8,1 g/kg (conserva con piel). Cuando el tomate es deshidratado, el contenido de polifenoles se ve incrementado a 28 g/kg. Se pudo cuantificar el contenido de polifenoles en vegetales en fresco resultando el de mayor aporte el tomate (7,3 g/kg), seguido del pepino (3,1 g/kg), y el pimiento y la berenjena (1,4 g/kg), siendo el de menor contenido el espárrago (1,2 g/kg). El mismo estudio en legumbres, arrojó que el poroto colorado tiene el mayor aporte de todos (12,2 g/kg), luego el poroto negro de 1,5 g/kg, siendo despreciable el del garbanzo con 0,10 g/kg.