4 resultados para patentes
em Acceda, el repositorio institucional de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. España
Resumo:
[ES] Actualmente el análisis de la producción científica es objeto de atención de estudiosos/as que, con las limitaciones propias de todo sistema de evaluación, proponen la utilización de unos indicadores para conocer la productividad de los/las científicos y el impacto de sus actividades. La productividad científica de un investigador/a se mide generalmente por el número de artículos originales de investigación que pública, el número de patentes o el desarrollo y aplicación de nuevas técnicas. Habrá que considerar con cautela que la cantidad no significativas calidad. La presión que el investigador/a sufre sobre todo en el ámbito académico, puede provocar distorsiones en el análisis. Sin embargo como mínimo la producción de un científico significa que éste cara a la investigación es activo. El por qué de este tipo de análisis y su implantación en la evaluación investigadora, viene determinado por intentar tener unos indicadores que midan e interpreten el conocimiento científico y su crecimiento. La información básica la ofrecen las publicaciones y la aplicación a éstas de técnicas bibliométricas. Los indicadores bibliométricos se dirigen a medir la cantidad, impacto y significado de la producción científica. Deben manejarse teniendo en cuenta siempre sus limitaciones. Un trabajo se considera más o menos importantes y tiene la posibilidad de ser difundido más o menos rápidamente en función de la revista donde se publique. El rigor más o menor exigente de los filtros de los manuscritos, hacen que la publicación un recursos con una calidad determinada. Un número alto de citas de los trabajos presuponen una contribución al conocimiento. Pero el simple recuento de publicaciones tiene defectos, no se tiene en cuenta la creatividad, la influencia y la calidad de los conocimientos que contienen.
Resumo:
[ES] La investigación que se resume en el presente artículo, da evidencia de la posibilidad de lograr exitosamente una taxonomía de laurásea canaria de forma automática, usando muestras de hojas. Imágenes digitalizadas por medio de un escáner, de un muestrario de hojas, son usadas como elementos de clasificación. Éstas son procesadas, extrayendo parámetros discriminantes que, por medio de diferentes modelos de aprendizaje automático, los identifican como descriptivos de pertenencia a una especie. El resultado se presenta con un valor de evidencia, medición que permite evaluar el peso de parámetros o conjuntos de parámetros en la clasificación. El sistema podría ser usado para determinar parámetros taxonómicos que permitan establecer un sistema de patentes de plantas desarrolladas o descubiertas, de interés económico.
Resumo:
[ES] El Banco Español de Algas (BEA) es un servicio nacional de I+D+i adscrito a la Fundación Parque Científico Tecnológico de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que tiene como objetivos generales el aislamiento, identificación, caracterización, conservación y suministro de microalgas y cianobacterias. La acreditación ante el Gobierno de España como autoridad internacional para el depósito de microorganismos confiere al BEA la función de depositario de algas con fines de reconocimiento de la propiedad intelectual ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y la Oficina Española de Patentes y Marcas. El BEA es miembro de la Organización Europea de Colecciones de Cultivo (ECCO), de la Federación Mundial de Colecciones de Cultivo (WFCC) y está incluido en el Centro Mundial de Datos sobre Microorganismos (WFCC-MIRCEN). Además de estas funciones, el BEA es un servicio que facilita el desarrollo de un nuevo sector bioindustrial basado en el cultivo y las aplicaciones de las microalgas. En la actualidad mantiene una colección de, aproximadamente, 1200 cepas (21 Clases; 135 Géneros) agrupadas en una serie de catálogos constituidos en función del origen (tipo de ambiente, campaña de bioprospección, etc.), estado de axenitud y sus aplicaciones reales y/o potenciales. Sin embargo, y de acuerdo con datos científicos contrastados, sólo el 20% de las cepas han sido descritas como cultivables y/o fuente de algún tipo de metabolito de interés biotecnológico. Esto implica que el 80% restante, más de 900 cepas de la colección, son objeto potencial de estudio científico-tecnológico con posibilidades en los campos de (1) alimentación humana (nutracéutica) y animal; (2) sustancias bioactivas; (3) cosmética; y (4) biocombustibles.