37 resultados para COMERCIO DEL COMBUSTIBLE - VENEZUELA - 2003-2009


Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye bibliografía

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Los efectos negativos de la crisis económica y financiera global, la peor desde los años treinta, sobre América Latina y el Caribe han sido bastante menores a los que inicialmente se habían temido. Si bien en 2009 se interrumpió un período de expansión y el producto regional se contrajo un 1,9%, el impacto de la crisis fue acotado debido a la aplicación de políticas fiscales y monetarias contracíclicas por parte de muchos gobiernos de la región. La recuperación de nuestras economías, sobre todo en América del Sur, va de la mano de la rápida reactivación de las economías emergentes de Asia con sus consecuencias favorables para el comercio mundial. Algo similar se puede constatar respecto del impacto de la crisis en los mercados laborales de América Latina y el Caribe. Si bien millones de personas sufrieron la pérdida de empleo o tuvieron que asumir un puesto de trabajo de menor calidad, la caída de los niveles de empleo -incluido el empleo formal-- fue menor que la prevista inicialmente. Por otra parte, los salarios reales subieron levemente en el contexto de una inflación decreciente. De esta manera, el mercado laboral estabilizó la demanda interna, lo que favoreció la reactivación iniciada en muchos países hacia fines de 2009.La mejora de las condiciones comerciales y financieras internacionales, así como el repunte de la demanda interna impulsada por las políticas macroeconómicas, hacen posible que las estimaciones de crecimiento de la economía de la región para 2010 se sitúen -según diversas fuentes- en torno al 6%.Como se detalla en la primera parte de este Boletín, a nivel regional esta reactivación se ha expresado en la generación de empleo formal, el aumento de la tasa de ocupación, el descenso del desempleo y la subida moderada de los salarios reales. Específicamente, se estima que la tasa de desempleo regional bajará 0,6 puntos porcentuales, del 8,1% en 2009 al 7,5% en 2010.Cabe señalar, sin embargo, que el desempeño de los países y subregiones ha sido muy desigual. Por un lado, destaca el Brasil, donde el elevado crecimiento económico se acompañó de una dinámica generación de empleo formal y la tasa de desempleo descendió a niveles no registrados desde hacía mucho tiempo. Otros países de América del Sur se han beneficiado de la fuerte demanda de recursos naturales por parte de los países asiáticos. Ello, sumado al aumento de la demanda interna, elevó su crecimiento económico y tuvo un impacto positivo en los indicadores laborales. Por otro lado, en algunos países y subregiones, sobre todo en el Caribe, la reactivación todavía es muy débil y los indicadores laborales continúan deteriorándose.De esta manera, la reactivación de la economía regional en 2010 puede caracterizarse como dinámica pero desigual. Para 2011 las estimaciones de crecimiento son menos favorables. Los riesgos relacionados con los desequilibrios de la economía mundial y el término de los paquetes fiscales contracíclicos incidirían en un crecimiento económico regional más acotado en 2011. En consecuencia, para 2011 se espera una leve reducción adicional de la tasa de desempleo, de entre 0,2 y 0,4 puntos porcentuales.Sin embargo, estos indicadores de recuperación no garantizan un crecimiento con trabajo decente a largo plazo. Para reforzar la mejora de los indicadores laborales y generar más empleo productivo y trabajo decente, los países de la región deben fortalecer sus políticas macroeconómicas, mejorar la coordinación de políticas a nivel regional y global, identificar y eliminar cuellos de botella en el mismo mercado laboral y reforzar los instrumentos que promuevan una mayor igualdad.Adicionalmente, la región -al igual que el resto del mundo- enfrenta el reto de transformar su manera de producir para desarrollar economías sustentables en el largo plazo. El cambio climático y el reto correspondiente de desarrollar y fortalecer patrones de producción y consumo bajos en emisión de carbono también afectarán la manera de trabajar. Hay un gran desafío en la generación de empleos verdes que combinen trabajo decente con su inserción en pautas productivas ambientalmente sostenibles. Con esta perspectiva, en la segunda parte de este boletín se discute el enfoque de los empleos verdes, aportando algunos antecedentes acerca de los retos y oportunidades que permitirían transitar hacia una economía sostenible en la región y se presentan, además, un conjunto de opciones para abordar los temas ambientales y las repercusiones del cambio climático en el mundo del trabajo.Aunque el debate en torno al concepto de empleos verdes es relativamente reciente en la región, ya existen ejemplos concretos y varios países han avanzado en la aplicación de políticas y programas en ese ámbito. Por ejemplo, Costa Rica ha formulado una Estrategia Nacional de Cambio Climático y entre sus mayores logros se encuentra la formación profesional en el ámbito de la gestión de recursos naturales. En el Brasil, se ha incrementado la producción de combustibles a partir de la biomasa y se están construyendo viviendas sociales con paneles solares. Varios otros países de la región están avanzando en áreas como el ecoturismo, la agricultura sostenible, la infraestructura para la adaptación al cambio climático y la formalización de las personas que trabajan en el reciclaje de residuos domésticos.La transformación hacia una economía medioambientalmente más sostenible puede llevar a la destrucción de empleos en algunos sectores económicos y a la creación en otros. Inevitablemente, el mundo del trabajo experimentará cambios importantes. Enfocando el tema a través del diálogo social y de políticas públicas apropiadas existe la oportunidad de crear más empleos decentes a través de esta transformación, contribuyendo así al crecimiento de la economía, la construcción de mayores niveles de igualdad y la protección del medio ambiente.

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

La producción de shale gas o gas natural de lutita en los Estados Unidos ha sorprendido al mundo por su rápido desarrollo y repercusión en la disminución del precio del combustible y el aumento de reservas de hidrocarburos. Este desarrollo ha crecido junto con la oferta de petróleo y de condensados de gas natural. Se estima que los Estados Unidos serían autosuficientes en petróleo y superavitarios en gas natural en menos de 30 años. El renovado impulso de los hidrocarburos no-convencionales empieza a ser visto como una "revolución energética" que dará nuevo dinamismo a la economía de ese país. Por su novedad, la evaluación completa de estos desarrollos confronta dificultades metodológicas, estadísticas y de conocimiento científico, tecnológico, social y económico. Las regiones de los Estados Unidos y Canadá con yacimientos de shale gas comprobados son muchas. Sin embargo, dado lo novedoso de su explotación, no existe historial suficientemente largo para sacar conclusiones sobre procesos de exploración, picos y declives de producción y técnicas de recuperación de los recursos. Las analogías y extrapolaciones de las experiencias varían entre plays o conglomerados de yacimientos. Las dudas crecen ante la discordancia entre la creciente producción de gas y precios de mercado inferiores a los costos. También se escuchan advertencias sobre los potenciales efectos nocivos de su explotación en el medio ambiente y comunidades aledañas. Hay dudas sobre los posibles efectos de la técnica de "fracturamiento hidráulico" (fracking) y los disolventes químicos empleados en mantos freáticos y agua potable. Este documento se compone de cinco capítulos. En el primero se aborda el tema de la explotación de shale gas, desde el origen, la producción, la economía y los impactos de la exploración y producción de shale gas, hasta algunas peculiaridades del entorno de negocios y de los sistemas legal, financiero e impositivo. Dada su vasta experiencia en producción de hidrocarburos, los Estados Unidos cuentan con numerosas empresas proveedoras de bienes y servicios para la exploración y explotación de shale gas. Legisladores y autoridades de todos los niveles aplican instrumentos legales y procesan debates y opiniones para ir encontrando soluciones a los retos y cuestionamientos relacionados. En el capítulo II se presenta un análisis de escenarios y proyecciones al año 2035. Se discuten las dinámicas que pueden convertir a los Estados Unidos en exportador neto de gas natural. Se asume que el energético menos costoso termina dominado el mercado. Sin embargo, el shale gas tiene un largo proceso por recorrer antes de desbancar a las grandes industrias de energía con muchas décadas en el mercado. Se revisa el crecimiento de reservas y producción en abasto a una demanda creciente, que a su vez requerirá que los sistemas de transporte, almacenamiento y distribución de combustible se sigan expandiendo y que los precios de mercado continúen bajos o aumenten lentamente, mientras los del crudo serían sustancialmente mayores. Esta diferencia de precios está motivando la sustitución de combustibles. Las tecnologías de "gas a líquidos", "gas comprimido", "celdas de gas metano" y otras seguirán abriendo espacio, hasta sustituir las tecnologías basadas en hidrocarburos líquidos que han dominado el desarrollo energético por más de un siglo. La etapa de transición hacia lo que los teóricos consideran que será la era de los energéticos renovables se está volviendo realidad. Pero no hay indicios de que los combustibles tradicionales simplemente desaparecerán para dar paso a los energéticos renovables. Más bien, el shale gas se desarrolla como una nueva capa tendiente a envolver todo el mercado, sobre la cual se irá acomodando gradualmente el resto de los energéticos renovables. Así está sucediendo ya en la industria eléctrica debido a la flexibilidad de los ciclos combinados basados en gas natural, en especial su capacidad de reducir e incrementar su carga, conservando altos rendimientos térmicos. Esta flexibilidad permitirá que el resto de las fuentes alternativas (eólica, solar, mareomotriz y las que se vayan incorporando), cuya capacidad de generación es variable, se acomoden en forma combinada. En el III capítulo se describe la situación del gas natural en México, donde los bajos precios del combustible, el avance tecnológico, el manejo político del marco legal ambiental y social, además de la expansión de las redes de transporte, almacenamiento y distribución, también están cambiando. Se espera que el shale gas sea una nueva fuente de riqueza y de energía a bajo costo, pero, el proceso tomará varios años o décadas antes de que las expectativas se hagan realidad. Existen dudas sobre la forma de materializar este potencial en el país. Un primer problema para México es su propia definición constitucional de la propiedad y explotación de los hidrocarburos por un monopolio de Estado, Pemex. Este modelo resulta inadecuado para explotar shale gas a gran escala. Otro problema está representado por los altos costos de logística presionados por la rapidez del ciclo de producción, cuyos picos y declives se alcanzan a pocas semanas de iniciada la perforación. El declive puede ser tan rápido hasta volver incosteable mantener los equipos en un solo lugar por demasiado tiempo. Pemex no parece adaptada para trabajar en una dinámica logística de gran velocidad, en la que los equipos de perforación y de trabajadores deben desplazarse entre numerosas operaciones. Por estas razones, México parece destinado a experimentar una primera etapa consumiendo shale gas barato importado de los Estados Unidos. Para ello se construyen redes de gasoductos a lo largo de la frontera, por donde se irá recibiendo el gas y acostumbrándose a él. Después vendrán los grandes debates nacionales para decidir quiénes serán los protagonistas de este nuevo desarrollo, si Pemex o empresas privadas. Las reformas resultantes deberán plasmarse en la Constitución y reglamentarse en leyes secundarias; se diseñarán nuevos modelos impositivos y regulatorios. A esto se agregará la preocupación por los impactos sociales y ambientales de esta industria, la escasez de proveedores especializados y la necesidad de capacitar gran número de trabajadores, los cuales podrían ser contratados por Pemex o por el sector privado, dependiendo del modelo que se adopte en las reformas. El ritmo de aprovechamiento del shale gas mexicano será lento. Este reto no ha sido discutido en México. Se habla de los reacomodos del mercado de gas natural como fenómeno de corto plazo, referido a los precios presentes. Mientras tanto, el desabasto de gas natural se convierte en tema central de la política industrial. ¿Quién pagará el sobreprecio del gas natural licuado (LNG) en las escasas terminales de regasificación del país? En el capítulo IV se presenta el balance de exportaciones e importaciones de gas natural de América del norte. El reto de México a mediano plazo se perfila como la necesidad de desarrollar su propia industria gasera y extender las redes de gasoductos y de electricidad, hasta unir el sur y el norte del país, desarrollando simultáneamente la región oeste en la costa del Pacífico. Con el gas natural como punta de lanza, la industria energética irá configurando una nueva geografía industrial. Ahora corresponde al sistema político crear las condiciones institucionales para que esa dinámica se extienda por todo el territorio nacional. En el capítulo V se abordan algunas implicaciones y retos para los países de Centroamérica. Se discute la posibilidad de consolidar consorcios regionales sólidos, capaces de negociar contratos con México para abastecer gas natural a largo plazo, además de financiar los gasoductos necesarios. También se analizan algunos escenarios favorables en el caso de la negociación de suministros de gas natural en el marco de los tratados de libre comercio que los países de dicha subregión tienen con los Estados Unidos.

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye bibliografía.

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye bibliografia

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Tal como se había previsto en el primer boletín conjunto preparado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); y la Organización Internacional del Trabajo (OIT);, la crisis económica continuó golpeando a los países de América Latina y el Caribe durante el segundo trimestre de 2009. Los mercados internacionales se mantuvieron débiles, lo que afectó las exportaciones regionales de bienes y servicios, las remesas y la inversión extranjera directa continuaron cayendo, el crédito perdió dinamismo y la masa salarial se contrajo, sobre todo por la pérdida de empleo. En consecuencia, las proyecciones de crecimiento de muchos países debieron corregirse a la baja. Por otra parte, desde fines del año pasado, aunque con marcadas diferencias entre los países de la región, se viene implementando una política contracíclica para compensar con el gasto público la debilidad de la inversión y el consumo privados y estimular la reactivación de la demanda agregada.En este segundo boletín, la CEPAL y la OIT señalan cómo se ha profundizado el impacto de la crisis en los mercados de trabajo de la región en el primer semestre de este año y analizan las opciones y los avances de la inversión pública en infraestructura y de los programas de empleo de emergencia para contrarrestar los efectos de la crisis en el mercado de trabajo.Prácticamente en todos los países se registró un aumento de la tasa de desempleo en comparación con el año anterior y esta situación empeoró en el segundo trimestre respecto del primero. En el segundo trimestre, el desempleo urbano superó la tasa del mismo período del año anterior en un punto porcentual (un 8,5% frente a un 7,5%);, mientras que en el primero esta brecha fue de 0,6 puntos porcentuales. Además, algunos indicadores muestran un aumento de la informalidad, un debilitamiento del empleo con protección social y una contracción del empleo de jornada completa.Si se analiza la evolución de los mercados laborales en el primer semestre y se considera la proyección de una caída del producto regional del 1,9% en 2009, se estima que la tasa de desempleo urbano regional rondará el 8,5% en el promedio anual. Esta proyección es ligeramente menos pesimista que la adelantada en el primer boletín, lo que tendría su principal explicación en la caída de la tasa de participación que se observa en el primer semestre y se mantendría vigente durante todo el año. Si no se diera esta reducción de la oferta laboral, que en buena parte se debería a un efecto de "desaliento", el promedio anual de la tasa de desempleo urbano se ubicaría entre el 8,8% y el 8,9%. De esta manera,el número de desempleados abiertos urbanos aumentaría 2,5 millones, pero, si se incluye a los "desalentados", el número de personas adicionales que no encuentran espacio en el mercado laboral urbano crecería a 3,2 millones.Sin embargo, como ocurre a nivel mundial, algunas señales indican que la crisis económica en la región habría tocado fondo a mediados de año. En muchos países se ha detenido la caída de la producción y hay indicios de una incipiente recuperación que motiva un cauto optimismo, ya que esto favorecería la evolución de los mercados laborales en el cuarto trimestre. Sin embargo, consideramos que la recuperación será gradual y no se dará de manera homogénea en todos los países de la región.Es importante destacar que los problemas laborales no se resolverán con el retorno a un sendero ascendente de crecimiento. En primer lugar, es de esperar que la recuperación del empleo se dé con un cierto rezago respecto de la actividad económica. En segundo término, con un crecimiento económico que a corto plazo continuará siendo moderado y no volverá a las tasas registradas entre fines de 2003 y mediados de 2008, la demanda laboral seguirá débil y eso repercutirá en la generación de empleo de buena calidad. Por lo tanto, los países no deben desistir de los esfuerzos para estimular la defensa y la creación de puestos de trabajo decente y deben reforzar la efectividad y eficiencia de los instrumentos disponibles. De esta manera, la región no solo enfrentará mejor los desafíos de la recuperación económica, sino que también fortalecerá las bases para lograr la inclusión social y poder avanzar en mejores condiciones hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Cuantifica, para el período 1973-1983 el comercio internacional de Argentina hacia un grupo de países ubicados en la línea de comercio del Pacífico abarcando la determinación de la especialización sectorial del comercio con cada uno de estos países