1 resultado para Tierra Santa-
em Andina Digital - Repositorio UASB-Digital - Universidade Andina Simón Bolívar
Resumo:
El Pase del Niño Viajero es una fiesta popular de gran importancia en la ciudad de Cuenca, su poder aglutinador la convierte en una celebración multitudinaria a la que asisten miles de cuencanos y azuayos. Esta fiesta procesional tiene lugar cada 24 de diciembre. Se remonta a 1961, cuando el vicario de la arquidiócesis de Cuenca, monseñor Miguel Cordero, llevó la imagen del niño a recorrer Roma y Tierra Santa. Mi relación con este tema tiene origen en una identificación personal con Cuenca, mi ciudad natal. El colorido y vistosidad de la fiesta del Pase del Niño Viajero y sobre todo la devoción con la que mis padres y amigos cercanos participaban aún están presentes en mi memoria. No podemos negar las transformaciones que la modernidad ha provocado sobre la fiesta. Para muchos cuencanos, el Pase del Niño Viajero ha ido perdiendo su esencia: lo ven aparecer cada Navidad con otros rostros, personajes, música, etc. Ya no son únicamente los sectores dominantes quienes participan pues esta manifestación atrajo también a los sectores campesinos, y los migrantes y sus familias empezaron a apropiarse de su significado. La cultura es un escenario de luchas de sentido y la fiesta del Pase del Niño Viajero es un espacio privilegiado donde se expresan muy bien las relaciones de poder que existen entre los participantes. En él, los grupos sociales dominantes han tratado de legitimar sus pretensiones hegemónicas. Así pues, en un primer momento de mi investigación, localizaré a la fiesta, haré un abordaje histórico y etnográfico de la manifestación y su relación con la religiosidad y cultura popular; en un segundo momento, reflexionaré sobre la participación del migrante en la fiesta a través del estudio de los antecedentes del fenómeno migratorio en Azuay. Para finalizar, haré un análisis de las disputas generadas en el campo de lo simbólico: analizaré a la fiesta no sólo como el escenario donde se tejen relaciones de reciprocidad y redistribución, sino como un escenario de conflictos con gran cantidad de actores, momentos y formas. Específicamente, estudio cómo la fiesta entendida como tiempo sagrado, es vivida por el migrante azuayo ―actor subalternado por diversos poderes constituidos por los procesos de dominación― que en este espacio alza su voz y se viste de color.