3 resultados para Sanita Pintor
em Andina Digital - Repositorio UASB-Digital - Universidade Andina Simón Bolívar
Resumo:
El estreno de la película Las tres ratas, basada en la novela homónima de Alfredo Pareja, se realizó en 1946 en Argentina y, en Ecuador, dos años después. Aunque inicialmente el autor se sintiera muy desencantado con esta adaptación, participó en la recuperación de la misma, y su reestreno en 1989, en un contexto muy distinto. En este año culminaba el proyecto -iniciado en 1981 por Cinemateca Nacional- de acopiar el patrimonio cinematográfico del Ecuador, como memoria del país. En 1989, la institución gestionó la declaratoria del cine ecuatoriano como parte del Patrimonio Cultural del Estado, y la delegación de esa custodia a la misma Cinemateca. Alfredo Pareja tuvo un rol importante en la recuperación, por vía diplomática, de una copia de Las tres ratas, y contribuyó adicionalmente con documentos relativos a varias películas del novelista Demetrio Aguilera Malta. Fue un impulsor del proyecto global, pese a la ambigüedad de sentimientos vinculados con los estrenos de cuarenta años atrás, de lo cual da fe un fragmento de carta de Alfredo Pareja al pintor Galo Galecio, de 1946.
Resumo:
El miércoles 6 de febrero de 1861, el periódico oficial El Nacional, que circulaba en Quito, publicó el “Reglamento la Academia de Dibujo o Academia Ecuatoriana”, fechado el 26 de diciembre del 1861 y firmado por su director, el pintor Luis Cadena, y su secretario el señor Nicolás Manrique. Este documento forma parte de una serie de evidencias del proceso de construcción de un campo artístico moderno a lo largo del siglo XIX e inicios del XX.
Resumo:
El presente estudio aborda el desencanto en la narrativa ecuatoriana, y cuyo objetivo es reconocerlo como una forma de ser y estar de los protagonistas de tres novelas: Teoría del desencanto (1985) de Raúl Pérez Torres, Ciudad sin Ángel (1995) de Jorge Enrique Adoum y La Madriguera (2004) de Abdón Ubidia. Cómo sienten y viven el desencanto a partir de un hecho puntual, y que es trasversal a todos: la pérdida de las utopías. Por otro lado se busca determinar si el desencanto es el mismo en cualquier época o es el producto de las circunstancias particulares en cada una de ellas. Así, Manuel, el protagonista de Teoría del desencanto (1985) de Raúl Pérez Torres, vive el desencanto de la imposibilidad de una revolución en los años setenta, Bruno Salerno, de Ciudad sin Ángel (1995) de Jorge Enrique Adoum, vive el desencanto del exilio y la pérdida de la mujer amada, también en los años setenta, durante las dictaduras, y Bruno Pintor en La Madriguera (2004) de Abdón Ubidia, vive el desencanto de la pérdida de las sensibilidades ante el final del siglo XX, atrapado en una ciudad de cemento, habitada por hombres y mujeres de plástico. Sin embargo, estos tres momentos del desencanto se perciben como uno solo cuando nuestros protagonistas hacen de las expresiones artísticas su forma de enfrentarse a las pérdidas de las utopías, al sistema social de cada época, e incluso a su propio arte, al que ven como un ejercicio inútil para sus propósitos, aunque posteriormente se reconcilien con él. Del desencanto regresan al encanto primero, y se dan una nueva oportunidad después de haber perdido las esperanzas. Para la consecución del objetivo planteado se recurrió, en el estudio de las novelas utilizadas, a varias disciplinas tales como la teoría literaria, la sociología enfocada en la literatura y la historia. Se ha considerado que los argumentos planteados se desarrollan en momentos y espacios reales de la historia del Ecuador y América Latina, donde sus personajes interactúan con coyunturas y contextos definidos. Entre ellos podemos nombrar las dictaduras del Cono Sur, el auge petrolero, la crisis económica, así como las consecuencias de la crisis de la modernidad y la entrada de la posmodernidad hacia el final del milenio.