33 resultados para Movimiento de Trabajadores Desocupados
em Andina Digital - Repositorio UASB-Digital - Universidade Andina Simón Bolívar
Resumo:
El propósito de esta investigación es adentrarse en la historia de un pasado reciente de los países latinoamericanos y particularmente del Ecuador, a través de la canción social. Quizás el canto es el mejor reflejo de una época marcada por la lucha y la confrontación social. El presente trabajo constituye un primer acercamiento al estudio de la Nueva Canción, género musical que marcó la América Latina de los años sesenta, setenta y ochenta. La Nueva Canción recupera la riqueza de la música popular y de raíz folclórica, con una visión diferente sobre los seres humanos y del mundo que les rodea; música y canto se convierten en mensajeros de una visión ideológica y política que busca transformar la estructura de la sociedad. Obreros, campesinos, estudiantes, indígenas pobladores barriales, son los sujetos de este canto que, de manera vital, expresa el sentir de los pueblos que anhelan justicia social, libertad y democracia. La Nueva Canción nace en las universidades y llega a plazas, fábricas, teatros, campos y ciudades, acompaña a los estudiantes en las movilizaciones; a los obreros y trabajadores en las huelgas y tomas de fábricas, a los indígenas en la defensa de la tierra, a los pobladores que luchan por una vivienda digna; a los candidatos de la izquierda marxista, en la difusión de sus programas de gobierno y propuestas políticas.
Resumo:
La presente tesis estudia los orígenes del movimiento obrero en las minas de la Sierra Central del Perú a inicios del siglo XX. Ello mediante el análisis de una breve coyuntura de movilización sindical ocurrida entre diciembre de 1928 y noviembre de 1930. El eje analítico de la investigación es doble. De un lado, se examina el rol decisivo que en dicha coyuntura de agitación sindical tuvo un grupo de obreros intelectuales, quienes asumieron el liderazgo del naciente movimiento obrero. De otro lado, se estudian los vínculos entre estos trabajadores y el “Grupo de Lima” dirigido por José Carlos Mariátegui. La tesis consta de cuatro capítulos, dedicados a analizar los sucesivos momentos de la coyuntura de movilización sindical. El primer capítulo contextualiza el análisis en el escenario regional de la Sierra Central peruana, así como en los cambios vinculados a la presencia de la empresa monopólica Cerro de Pasco Copper Corporation a partir de 1902. El segundo capítulo reconstruye los inicios de la agitación obrera, así como los vínculos entre los trabajadores y el “Grupo de Lima”, que se hallaba abocado a la formación del Partido Socialista y la CGTP, la primera organización sindical de alcance nacional en Perú. El tercer capítulo aborda la lucha en pos de la sindicalización, tomando en cuenta las dificultades planteadas por la condición obrera prevaleciente en las minas, el estallido de protestas y la influencia de los militantes comunistas. Finalmente, el cuarto capítulo estudia el momento culminante del período: la realización del Congreso Minero del Centro, la creación de la primera Federación de Trabajadores Mineros y la dura represión gubernamental en contra de los trabajadores, cuyo desenlace fue la desarticulación del movimiento obrero en ciernes.
Resumo:
Esta investigación pretende aportar algunas respuestas que permitan vislumbrar hasta qué punto las corrientes ideológicas dominantes en el primer tercio del siglo XX posibilitaron el aparecimiento del trabajador ecuatoriano en los hechos literarios y su organización como movimiento obrero en los hechos políticos. La obra literaria que se produjo en la década de 1930, en especial las novelas, Trabajadores de Humberto Salvador, En las calles de Jorge Icaza y El muelle de Alfredo Pareja Diezcanseco, propusieron elementos de ruptura en el lenguaje y en el discurso, y aportaron reflexiones sobre la multiplicidad y la diferencia de los trabajadores en el Ecuador en relación al obrero tipo resultante de un proceso de desarrollo industrial. Para entender el desarrollo del realismo social como fenómeno que alentó la narrativa crítica en el Ecuador en la década de 1930, planteamos por un lado, el concepto de mímesis escrituraria de Walter Benjamin porque da cuenta del proceso de asimilación que algunos escritores de izquierda asumieron en la medida en que representaron los intereses del movimiento obrero. Y por otro lado, abordamos la categoría nacional popular de Antonio Gramsci, ya que esta nos permite observar la importancia del fenómeno literario desde una perspectiva ideológico-política. En nuestro análisis proponemos que los esquemas de la III Internacional no se pusieron totalmente en marcha en nuestro país, pues la literatura ecuatoriana de la década de 1930 no trasuntó imaginarios foráneos, más bien recreó las expresiones políticas, y estéticas que emergieron tras el advenimiento del socialismo, la emergencia de la clase trabajadora y la crisis de representación de las expresiones de la burguesía. A pesar de ello el discurso de lo nacional popular, tanto en el campo literario como político encontró límites, ya que los intelectuales al poco tiempo desenfocaron su mirada de las problemáticas de la nación, particularmente del movimiento obrero, lo que provocó y continúa provocando una simplificación en la comprensión del significado proletario.
Resumo:
La ciudad del migrante es una más entre las múltiples que coexisten y se entrecruzan en Quito. Es la ciudad que surge del diario enfrentamiento del migrante con la urbe. Es la ciudad percibida, imaginada, vivida cotidianamente por el indígena que llega a Quito en busca de trabajo. A partir de las prácticas que despliega en la urbe, el migrante indígena configura una ciudad en movimiento cuyas fronteras no están claramente definidas y cuya estructura, como un conjunto de redes fluidas, cambia en el tiempo y en el espacio. Acceder a la representación de esa ciudad, de ese Quito construido a partir de prácticas efímeras, apegadas a las ocasiones específicas en que ocurren, solo es posible si se estudian los relatos de esos migrantes que narrativizan ese mismo enfrentamiento y la apropiación de la ciudad. Al estudiar los relatos la autora busca otro texto en estos textos: la ciudad con los sentidos que el migrante ha adscrito, los lugares significativos que él ha establecido, las connotaciones que estos lugares provocan. Estos sentidos no son fijos ni definitivos. Siempre habrá algo que cambie, que falte, que se escape: la ciudad es un tejido que está perpetuamente resignificándose. Pero la ciudad es también esa trama móvil e inestable de redes de socialidad y de transacción que le permiten al migrante indígena ubicarse y desplazarse en un espacio y en un tiempo que no coinciden con los que dejó en la comunidad. Es, en definitiva, un territorio nuevo que está incesantemente recreándose y redefiniéndose.
Resumo:
El Ecuador en noviembre del 2001, ratificó la Convención Internacional sobre la protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y sus Familiares. En cumplimiento de sus obligaciones internacionales, a cinco años de su ratificación formal y tres años de su entrada en vigor a nivel internacional, ha presentado su Primer Informe de Cumplimiento. Ante ello, la sociedad civil organizada en Ecuador, a través de la Coalición Interinstitucional para el Seguimiento y Difusión de la Convención Internacional para la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y sus Familias en Ecuador, pone a consideración del Comité el presente Informe Sombra, con el cual se proporciona información de contexto general sobre la situación de los/as trabajadores migratorios/as como un insumo para la revisión preliminar del informe del Estado.
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Frente a la globalización neoliberal: ¿qué movimiento feminista necesitamos? El mal llamado movimiento antiglobalización está contra la globalización existente, no contra una globalización de lo mejor que ha inventado e ideado la humanidad. Ese movimiento necesita del feminismo y de las feministas para que ese otro mundo que sí es posible también incluya nuestros sueños de un mundo sin discriminaciones contra las mujeres. Sólo con la inclusión de nuestros anhelos, ese otro mundo realmente será posible.
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En Colombia, los movimientos sociales buscan recuperar el espacio público y el de la ciudadanía, en un contexto donde el Estado bipartidista es débil a la vez que excluyente, donde los conflictos sociales se han desbordado y la violencia ha llegado a límites insospechados. Parte de estos movimientos sociales, el movimiento de los Derechos Humanos enfrenta diversos obstáculos: conflicto armado interno, paramilitarismo, impunidad, desplazamiento forzado, que dificultan el desarrollo de su labor.
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Los movimientos sociales latinoamericanos, especialmente en las últimas décadas, se han constituido en importantes actores sociales y políticos. Las diferentes reflexiones y análisis que han surgido a partir de un conjunto de movilizaciones sociales reflejan, a su vez, la significación de dichos movimientos en la re-configuración de las sociedades. En el caso ecuatoriano, el movimiento indígena durante la década de los noventa, dio inicio a un proceso de autorepresentación caracterizado por el protagonismo de los sectores indígenas en la formulación de sus demandas y propuestas. Este proceso originó la constitución de los indígenas como sujetos políticos, portadores de nuevas apuestas que pretenden el establecimiento de un orden social más equitativo. A partir, justamente, de la importancia del movimiento indígena ecuatoriano en la transformación del escenario político, cabe una reflexión de los planteamientos relacionados con su propuesta de democracia participativa. La tendencia general considera a los movimientos sociales portadores de una alternativa frente a las democracias liberales. Por lo tanto, es necesario analizar los elementos que están presentes en ambas propuestas y las relaciones que se establecen entre las mismas.
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El movimiento de mujeres en su diversidad, está presente en este proceso de definición de una nueva carta constitucional, con las esperanzas puestas en cambios estructurales para el país y para las mujeres. Se llega aquí tras una larga trayectoria de lucha por los derechos de las mujeres y por construir una democracia plena. En los últimos años de hegemonía neoliberal que afectó particularmente al tejido social, el movimiento de mujeres ha sostenido la acción ciudadana creando espacios y mecanismos de resistencia y de participación; ha defendido lo público como requisito de los derechos de todas y de todos, y ha luchado para que éstos tengan una aplicación real, sin discriminación de ningún tipo.
Resumo:
Las preguntas por los métodos en ciencias sociales parecen responderse con facilidad en los manuales, el simple ejercicio de definir el enfoque que utilizaremos (cuantitativo o cualitativo) supone la apertura a la claridad. En este sentido los cuestionamientos acerca de qué es lo que vamos a estudiar, por cuánto tiempo, quiénes conformarán nuestra muestra, cómo abordaremos a los sujetos de estudio, qué tipo de preguntas, encuestas o modalidades de conversación grupales aplicaremos, de qué modo validaremos nuestros resultados y tantas otras preguntas, aparecen como estrategias y técnicas metodológicas con simulaciones contextuales que en muchos aspectos aclaran los tecnicismos, pero que no agotan las múltiples críticas y preguntas que dichos métodos también presentan. En los métodos de manual, particularmente la etnografía, las estrategias aparecen unas seguidas de otras como una multiplicidad de opciones a la mano que podemos elegir según el imaginario que hemos proyectado inicialmente. Siguiendo las pautas tendemos a olvidar que los sujetos de estudio son personas hombres y mujeres que piensan, accionan y reaccionan de distintos modos afectando las metodologías y estrategias seleccionadas, de tal modo que el manual debe ser siempre el repertorio de opciones posibles de modificarse, nunca la guía final de nuestros estudios. Estos cuestionamientos acompañaron muchos de mis procesos y experiencias con los métodos de campo, a partir de los cuales presentaré algunos aspectos que me parece interesante exponer.
Resumo:
Este artículo analiza la manera en que las nuevas políticas culturales e identitarias del movimiento indígena del Ecuador han venido desarrollando, recuperando y (re)creando nuevas formas de conocimiento y de agencia social. Al destacar la construcción de marcos epistemológicos tanto indígenas como interculturales que desafían las geopolíticas de conocimiento dominante y el disciplinamiento de la subjetividad, el artículo demuestra qué está actualmente en juego con la pregunta: ¿Qué conocimiento?
Resumo:
El presente ensayo es un trabajo de la memoria social sobre el movimiento Alfaro Vive Carajo (AVC) que trascendió durante la década de los 80 en la escena política nacional a partir de acciones armadas poco o nada usuales. El documento reflexiona sobre el olvido intencionado que se ha hecho, tanto desde la historiografía como desde el estudio de la política del país, respecto a este actor social. Al recordarlo, se contextualiza el panorama de las insurgencias en América Latina y el Ecuador, lo que deja ver su protagonismo e incidencia en el presente, ya que el AVC construyó una identidad que se irradia en diversos escenarios, incluso en el de sus oponentes más visibles, como el del Partido Social Cristiano, pues fue durante el gobierno de León Febres Cordero, su máximo líder hasta hoy, que se instauró una política de terror desde el Estado para controlar a la oposición, a nombre de “combatir a la subversión”. Este aspecto, influyó en lo que posteriormente sería la emergencia indígena en el Ecuador, específicamente, porque aquel escenario canalizó un ambiente social dispuesto al diálogo entre la sociedad civil y el Estado. La transición que vivió el país durante la década de los 80 hace del AVC un actor político que incidió en el protagonismo de los movimientos sociales con un interés democrático, antes que de lucha de clases, como el movimiento de mujeres, de derechos humanos e indígena. No se trata de un antecedente cronológico que evolucionó de una forma a otra, sino de un referente que de manera paralela y desde diferentes políticas se cruzaron. El ensayo además introduce reflexiones relacionadas a la manera de narrar la memoria colectiva, ya que hace del testimonio la voz del documento, es decir, resalta la subjetividad de quien relata, no sólo por la proximidad con la experiencia referida, sino también por su agenda política implícita. Es una voz que camina en los trayectos paralelos de la ficción que transforma en lenguaje aspectos, cualidades y valores de la realidad que la ciencia describe, argumenta y demuestra. Por otro lado, el hablar del pasado se lo hace desde la cárcel, porque fue allí donde se develaron, en parte, las identidades clandestinas de los “subversivos”. La cárcel interpeló de forma imperativa y esto permitió poner al descubierto la manera de actuar de la organización clandestina, sobre todo, de ciertos liderazgos que se configuraron y dieron a conocer sus mejores performatividades. Trabajo de la memoria colectiva que deja abierto la articulación de otras voces.
Resumo:
Durante las últimas tres décadas, en América Latina, una serie de movimientos y organizaciones sociales y políticas han cuestionado severamente la forma en que las relaciones sociales se tejen en torno al sistema mundo moderno/colonial. Los pueblos indígenas han sido los primeros en levantarse y proponer formas otras de relaciones sociales, más justas y dignas. Sin embargo, desde los sectores urbanos populares hemos comenzado a aprender de sus formas de subversión contenidas en sus diferentes proyectos políticos, aunque aún resta mucho por hacer al respecto. La presente tesis tiene el objetivo general de pensarnos desde nuestra realidad concreta (lo urbano popular) el objetivo de la transformación del Estado, de sus instituciones y de la sociedad que estas generan, en una constante comunicación con lo que movimientos como la CONAIE en Ecuador, la ACIN en Colombia y el EZLN en México están aportando desde sus propias trincheras. Para esta labor, la interculturalidad, una herramienta política conceptual acuñada en los movimientos y organizaciones indígenas andinos es nuestro eje vertebral. Primero para descubrir que se trata también de una herramienta utilizada implícitamente en el movimiento indígena zapatista mexicano y después para analizar una propuesta política convocada en 2005 por éste, la Otra Campaña, la cual invita a la realización de una serie de alianzas entre organizaciones, colectivos e individuos, de izquierda y de los sectores sociales de abajo, para transformar la realidad mexicana desde nosotros mismos y desde nuestras diferencias propias, como trabajadores del campo y la ciudad, amas de casa, jóvenes, mujeres, artistas, intelectuales, etc. La idea principal es que la interculturalidad, a la vez que permite visibilizar la clasificación jerárquica tanto económica como racial dominante, propone la unidad de los diferentes sectores sociales de abajo, respetando las diferencias de cada uno de ellos, para la transformación de las estructuras del Estado, las instituciones y la sociedad que éstas generan y su articulación con el sistema capitalista.
Resumo:
En la historia del Ecuador contemporáneo, desde 1990 en que se lleva a efecto el primer levantamiento indígena nacional aparece el movimiento indígena como un nuevo actor social que trastorna su condición social, el rol que tradicionalmente le había sido asignado por la sociedad y el Estado ecuatoriano y trata de conquistar un espacio público que le había sido negado por muchos siglos debido a la situación indígena de exclusión y marginación social. A partir de 1990 y los sucesivos años, década que se caracteriza en el Ecuador como un acumulado de nuevas movilizaciones y levantamientos indígenas de sentido nacional, el movimiento indígena se transforma en un nuevo actor social necesario en la sociedad debido a que asume una funcionalidad política que va más allá de su base organizacional y a través de una nueva discursividad y praxis política busca expresar un sentimiento social que ya no encaja en el discurso ni la práctica política decadentes del sindicalismo ni de los partidos políticos tradicionales. Desde el ámbito estrictamente del Estado, éste tampoco vino representando los intereses de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Ecuador, a pesar de que algunos gobiernos crearon ciertas oficinas de atención a los sectores indígenas en el Ministerio de Bienestar Social. El Estado en sí mismo no había trastocado desde su formación original su fundamental principio uninacional concebido desde la ideología del mestizaje racial. Ante los hechos de exclusión de larga data de los Pueblos Indígenas promovidos por el Estado ecuatoriano y ante hechos más inmediatos tales como los ajustes estructurales, la modernización del Estado de tendencia privatizadora, la intervención de políticas internacionales, etc., el movimiento indígena asume en la década del noventa su rol protagónico, mediante propuestas substancialmente indígenas que buscan el reconocimiento del Ecuador como un país pluricultural, multiétnico y plurinacional, en el sentido de democratizar la sociedad y el Estado ecuatoriano. En este plano la participación indígena y negra se tornaría necesaria como búsqueda de aquello de Nunca más un Ecuador sin nosotros. La investigación que plantéo se inscribe en este contexto. Los Pueblos y Nacionalidades Indígenas, mediados por el movimiento indígena, por un lado, durante la década del noventa intentaron ir configurando un mayor acercamiento con el Estado a través del diálogo y la negociación política, y por otro lado, la estructuración de nuevas relaciones entre los indígenas y el Estado por medio de la creación de instituciones, tales como la Comisión Coordinadora de Asuntos Indígenas, la Secretaría Nacional de Asuntos Indígenas y Minorías Etnicas, SENAIME, el Consejo Nacional de Planificación y Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Negros del Ecuador, CONPLADEIN y el Consejo de Desarrollo de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador, CODENPE. El objetivo de la investigación consiste en analizar para que sirvió cada movilización indígena ante el Estado ecuatoriano durante los acontecimientos indígenas de 1990, 1992, 1994 y 1997 y la emergencia de una nueva institucionalidad entre los indígenas y el Estado ecuatoriano desde 1990 hasta 1998. En dicho marco de estudio lo que me interesa averiguar es ¿para qué sirvió cada movilización ante el Estado ecuatoriano durante los sucesos indígenas de 1990, 1992, 1994 y 1997? y ¿cómo después de cada movilización indígena surgió una nueva institucionalidad entre los indígenas y el Estado?
Resumo:
"La patria sudafricana que nos acoge en Ciudad del Cabo demostró en la lucha victoriosa contra el régimen del apartheid que los pueblos pueden derrotar los imperios, y la injusticia extrema que los sustenta. Inspirados en ese ejemplo histórico de coraje y fuerza, acudimos a esta asamblea para hacer visible ante el mundo que somos capaces de rebelarnos; que la energía solidaria y creatividad que emana de nuestras comunidades y culturas es el mejor antídoto contra la irracionalidad y ceguera de esa minoría poderosa que obstaculiza la construcción de un mundo centrado en la vida, en la vigencia solidaria del bien común y en la multiplicación de modos de vivir saludables y bio-seguros."