24 resultados para Movimiento católico
em Andina Digital - Repositorio UASB-Digital - Universidade Andina Simón Bolívar
Resumo:
Frente a la globalización neoliberal: ¿qué movimiento feminista necesitamos? El mal llamado movimiento antiglobalización está contra la globalización existente, no contra una globalización de lo mejor que ha inventado e ideado la humanidad. Ese movimiento necesita del feminismo y de las feministas para que ese otro mundo que sí es posible también incluya nuestros sueños de un mundo sin discriminaciones contra las mujeres. Sólo con la inclusión de nuestros anhelos, ese otro mundo realmente será posible.
Resumo:
En Colombia, los movimientos sociales buscan recuperar el espacio público y el de la ciudadanía, en un contexto donde el Estado bipartidista es débil a la vez que excluyente, donde los conflictos sociales se han desbordado y la violencia ha llegado a límites insospechados. Parte de estos movimientos sociales, el movimiento de los Derechos Humanos enfrenta diversos obstáculos: conflicto armado interno, paramilitarismo, impunidad, desplazamiento forzado, que dificultan el desarrollo de su labor.
Resumo:
Los movimientos sociales latinoamericanos, especialmente en las últimas décadas, se han constituido en importantes actores sociales y políticos. Las diferentes reflexiones y análisis que han surgido a partir de un conjunto de movilizaciones sociales reflejan, a su vez, la significación de dichos movimientos en la re-configuración de las sociedades. En el caso ecuatoriano, el movimiento indígena durante la década de los noventa, dio inicio a un proceso de autorepresentación caracterizado por el protagonismo de los sectores indígenas en la formulación de sus demandas y propuestas. Este proceso originó la constitución de los indígenas como sujetos políticos, portadores de nuevas apuestas que pretenden el establecimiento de un orden social más equitativo. A partir, justamente, de la importancia del movimiento indígena ecuatoriano en la transformación del escenario político, cabe una reflexión de los planteamientos relacionados con su propuesta de democracia participativa. La tendencia general considera a los movimientos sociales portadores de una alternativa frente a las democracias liberales. Por lo tanto, es necesario analizar los elementos que están presentes en ambas propuestas y las relaciones que se establecen entre las mismas.
Resumo:
El movimiento de mujeres en su diversidad, está presente en este proceso de definición de una nueva carta constitucional, con las esperanzas puestas en cambios estructurales para el país y para las mujeres. Se llega aquí tras una larga trayectoria de lucha por los derechos de las mujeres y por construir una democracia plena. En los últimos años de hegemonía neoliberal que afectó particularmente al tejido social, el movimiento de mujeres ha sostenido la acción ciudadana creando espacios y mecanismos de resistencia y de participación; ha defendido lo público como requisito de los derechos de todas y de todos, y ha luchado para que éstos tengan una aplicación real, sin discriminación de ningún tipo.
Resumo:
Las preguntas por los métodos en ciencias sociales parecen responderse con facilidad en los manuales, el simple ejercicio de definir el enfoque que utilizaremos (cuantitativo o cualitativo) supone la apertura a la claridad. En este sentido los cuestionamientos acerca de qué es lo que vamos a estudiar, por cuánto tiempo, quiénes conformarán nuestra muestra, cómo abordaremos a los sujetos de estudio, qué tipo de preguntas, encuestas o modalidades de conversación grupales aplicaremos, de qué modo validaremos nuestros resultados y tantas otras preguntas, aparecen como estrategias y técnicas metodológicas con simulaciones contextuales que en muchos aspectos aclaran los tecnicismos, pero que no agotan las múltiples críticas y preguntas que dichos métodos también presentan. En los métodos de manual, particularmente la etnografía, las estrategias aparecen unas seguidas de otras como una multiplicidad de opciones a la mano que podemos elegir según el imaginario que hemos proyectado inicialmente. Siguiendo las pautas tendemos a olvidar que los sujetos de estudio son personas hombres y mujeres que piensan, accionan y reaccionan de distintos modos afectando las metodologías y estrategias seleccionadas, de tal modo que el manual debe ser siempre el repertorio de opciones posibles de modificarse, nunca la guía final de nuestros estudios. Estos cuestionamientos acompañaron muchos de mis procesos y experiencias con los métodos de campo, a partir de los cuales presentaré algunos aspectos que me parece interesante exponer.
Resumo:
Este artículo analiza la manera en que las nuevas políticas culturales e identitarias del movimiento indígena del Ecuador han venido desarrollando, recuperando y (re)creando nuevas formas de conocimiento y de agencia social. Al destacar la construcción de marcos epistemológicos tanto indígenas como interculturales que desafían las geopolíticas de conocimiento dominante y el disciplinamiento de la subjetividad, el artículo demuestra qué está actualmente en juego con la pregunta: ¿Qué conocimiento?
Resumo:
El presente ensayo es un trabajo de la memoria social sobre el movimiento Alfaro Vive Carajo (AVC) que trascendió durante la década de los 80 en la escena política nacional a partir de acciones armadas poco o nada usuales. El documento reflexiona sobre el olvido intencionado que se ha hecho, tanto desde la historiografía como desde el estudio de la política del país, respecto a este actor social. Al recordarlo, se contextualiza el panorama de las insurgencias en América Latina y el Ecuador, lo que deja ver su protagonismo e incidencia en el presente, ya que el AVC construyó una identidad que se irradia en diversos escenarios, incluso en el de sus oponentes más visibles, como el del Partido Social Cristiano, pues fue durante el gobierno de León Febres Cordero, su máximo líder hasta hoy, que se instauró una política de terror desde el Estado para controlar a la oposición, a nombre de “combatir a la subversión”. Este aspecto, influyó en lo que posteriormente sería la emergencia indígena en el Ecuador, específicamente, porque aquel escenario canalizó un ambiente social dispuesto al diálogo entre la sociedad civil y el Estado. La transición que vivió el país durante la década de los 80 hace del AVC un actor político que incidió en el protagonismo de los movimientos sociales con un interés democrático, antes que de lucha de clases, como el movimiento de mujeres, de derechos humanos e indígena. No se trata de un antecedente cronológico que evolucionó de una forma a otra, sino de un referente que de manera paralela y desde diferentes políticas se cruzaron. El ensayo además introduce reflexiones relacionadas a la manera de narrar la memoria colectiva, ya que hace del testimonio la voz del documento, es decir, resalta la subjetividad de quien relata, no sólo por la proximidad con la experiencia referida, sino también por su agenda política implícita. Es una voz que camina en los trayectos paralelos de la ficción que transforma en lenguaje aspectos, cualidades y valores de la realidad que la ciencia describe, argumenta y demuestra. Por otro lado, el hablar del pasado se lo hace desde la cárcel, porque fue allí donde se develaron, en parte, las identidades clandestinas de los “subversivos”. La cárcel interpeló de forma imperativa y esto permitió poner al descubierto la manera de actuar de la organización clandestina, sobre todo, de ciertos liderazgos que se configuraron y dieron a conocer sus mejores performatividades. Trabajo de la memoria colectiva que deja abierto la articulación de otras voces.
Resumo:
El propósito de esta investigación es adentrarse en la historia de un pasado reciente de los países latinoamericanos y particularmente del Ecuador, a través de la canción social. Quizás el canto es el mejor reflejo de una época marcada por la lucha y la confrontación social. El presente trabajo constituye un primer acercamiento al estudio de la Nueva Canción, género musical que marcó la América Latina de los años sesenta, setenta y ochenta. La Nueva Canción recupera la riqueza de la música popular y de raíz folclórica, con una visión diferente sobre los seres humanos y del mundo que les rodea; música y canto se convierten en mensajeros de una visión ideológica y política que busca transformar la estructura de la sociedad. Obreros, campesinos, estudiantes, indígenas pobladores barriales, son los sujetos de este canto que, de manera vital, expresa el sentir de los pueblos que anhelan justicia social, libertad y democracia. La Nueva Canción nace en las universidades y llega a plazas, fábricas, teatros, campos y ciudades, acompaña a los estudiantes en las movilizaciones; a los obreros y trabajadores en las huelgas y tomas de fábricas, a los indígenas en la defensa de la tierra, a los pobladores que luchan por una vivienda digna; a los candidatos de la izquierda marxista, en la difusión de sus programas de gobierno y propuestas políticas.
Resumo:
En la historia del Ecuador contemporáneo, desde 1990 en que se lleva a efecto el primer levantamiento indígena nacional aparece el movimiento indígena como un nuevo actor social que trastorna su condición social, el rol que tradicionalmente le había sido asignado por la sociedad y el Estado ecuatoriano y trata de conquistar un espacio público que le había sido negado por muchos siglos debido a la situación indígena de exclusión y marginación social. A partir de 1990 y los sucesivos años, década que se caracteriza en el Ecuador como un acumulado de nuevas movilizaciones y levantamientos indígenas de sentido nacional, el movimiento indígena se transforma en un nuevo actor social necesario en la sociedad debido a que asume una funcionalidad política que va más allá de su base organizacional y a través de una nueva discursividad y praxis política busca expresar un sentimiento social que ya no encaja en el discurso ni la práctica política decadentes del sindicalismo ni de los partidos políticos tradicionales. Desde el ámbito estrictamente del Estado, éste tampoco vino representando los intereses de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Ecuador, a pesar de que algunos gobiernos crearon ciertas oficinas de atención a los sectores indígenas en el Ministerio de Bienestar Social. El Estado en sí mismo no había trastocado desde su formación original su fundamental principio uninacional concebido desde la ideología del mestizaje racial. Ante los hechos de exclusión de larga data de los Pueblos Indígenas promovidos por el Estado ecuatoriano y ante hechos más inmediatos tales como los ajustes estructurales, la modernización del Estado de tendencia privatizadora, la intervención de políticas internacionales, etc., el movimiento indígena asume en la década del noventa su rol protagónico, mediante propuestas substancialmente indígenas que buscan el reconocimiento del Ecuador como un país pluricultural, multiétnico y plurinacional, en el sentido de democratizar la sociedad y el Estado ecuatoriano. En este plano la participación indígena y negra se tornaría necesaria como búsqueda de aquello de Nunca más un Ecuador sin nosotros. La investigación que plantéo se inscribe en este contexto. Los Pueblos y Nacionalidades Indígenas, mediados por el movimiento indígena, por un lado, durante la década del noventa intentaron ir configurando un mayor acercamiento con el Estado a través del diálogo y la negociación política, y por otro lado, la estructuración de nuevas relaciones entre los indígenas y el Estado por medio de la creación de instituciones, tales como la Comisión Coordinadora de Asuntos Indígenas, la Secretaría Nacional de Asuntos Indígenas y Minorías Etnicas, SENAIME, el Consejo Nacional de Planificación y Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Negros del Ecuador, CONPLADEIN y el Consejo de Desarrollo de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador, CODENPE. El objetivo de la investigación consiste en analizar para que sirvió cada movilización indígena ante el Estado ecuatoriano durante los acontecimientos indígenas de 1990, 1992, 1994 y 1997 y la emergencia de una nueva institucionalidad entre los indígenas y el Estado ecuatoriano desde 1990 hasta 1998. En dicho marco de estudio lo que me interesa averiguar es ¿para qué sirvió cada movilización ante el Estado ecuatoriano durante los sucesos indígenas de 1990, 1992, 1994 y 1997? y ¿cómo después de cada movilización indígena surgió una nueva institucionalidad entre los indígenas y el Estado?
Resumo:
"La patria sudafricana que nos acoge en Ciudad del Cabo demostró en la lucha victoriosa contra el régimen del apartheid que los pueblos pueden derrotar los imperios, y la injusticia extrema que los sustenta. Inspirados en ese ejemplo histórico de coraje y fuerza, acudimos a esta asamblea para hacer visible ante el mundo que somos capaces de rebelarnos; que la energía solidaria y creatividad que emana de nuestras comunidades y culturas es el mejor antídoto contra la irracionalidad y ceguera de esa minoría poderosa que obstaculiza la construcción de un mundo centrado en la vida, en la vigencia solidaria del bien común y en la multiplicación de modos de vivir saludables y bio-seguros."
Resumo:
Conferencia que analiza las prácticas del deporte desde una perspectiva crítica, su mercantilización ahora casi universal presionada por el sistema de monopolización empresarial de los escenraios, equipos y recursos de eicha práctica. Desde la perspectiva de la determinación social de la salud, analiza la historicidad de lo biológico, y con base en todo lo a anterior, propone algunos lieneamientos hacia un nuevo proyecto epistemológico y político para la activoidad física y el deporte como elementos a rescatar para un vivir saludable.
Resumo:
El trabajo es un análisis de sociología histórica comparada que, siguiendo la propuesta de B. Moore, se pregunta por el rol de las organizaciones indígenas y campesinas en el proceso de modernización de la sociedad ecuatoriana. En una perspectiva histórica establece los lazos entre el avance del capitalismo en el campo y las transformaciones socioeconómicas que dan paso, por un lado al debilitamiento de las viejas élites terratenientes, y por otro lado a la emergencia de los movimientos indígenas y campesinos. Asumiendo que la movilización social y política de las organizaciones rurales constituyen un impulso fundamental para eliminar las herencias coloniales y de hacienda, y así avanzar en la construcción de sociedad más democrática y justa, muestra las compleja trama de instituciones y prácticas que median la relación entre las élites terratenientes y los sectores indígenas campesinos: relaciones de propiedad y de poder que aseguran la posición de privilegios desde donde las élites terratenientes se han “modernizado” o, propiamente dicho, han diversificado sus actividades económicas, sin perder el control de la gran propiedad. Finalmente, al interrogarse por el rol de los indígenas y campesinos y las élites terratenientes, nos muestra que hay dos vías de “modernización conservadora”: una en la Sierra y otra en la Costa, una vía indígena en Chimborazo y una vía campesina en Los Ríos.
Resumo:
Los diagnósticos clínicos de “trastornos mentales” son categorías que aparecen dentro de un contexto particular, por lo que están cargados de significados y atravesado por una economía política del deseo. De tal manera, el diagnóstico puede marcar a las personas que los portan. Con esta premisa y desde un enfoque de los Estudios de la Cultura, esta investigación busca analizar las formas en que los sujetos diagnosticados con trastorno mental experimentan dicha marca y las narrativas que emergen de tal experiencia. En este estudio se presentan tres narraciones de personas diagnosticadas con trastorno bipolar, considerando que esta última es una categoría problemática, conectada con el ámbito social, médico, familiar, farmacológico y demás. Más que un trastorno, el estado bipolar expresa la complejidad humana, que ha sido marcada psiquiátricamente como una falencia. De ahí la importancia de registrar la manera en que estas experiencias se inscriben en la memoria de las participantes, a partir de su bitácora testimonial oral y corporal/ visual/emocional, que incorpora movimientos dancísticos para el registro visual.
Resumo:
El último tramo de la historia ecuatoriana evidencia la confrontación abierta entre dos mundos, vinculando dialécticamente al oprimido y al opresor: los pueblos y nacionalidades indígenas y los afrodescendientes frente a una sociedad mestiza dominante. No se trata solo de un problema de exclusión y asimetrías, sino también del desconocimiento sobre cómo superar la triple agresión de la que son víctimas los primeros: el despojo, la discriminación y el desprecio. La cultura dominante ha propugnado por la integración de los pueblos indígenas, para que estos asuman los códigos de conducta, de consumo y de intelección del mundo propios de la sociedad occidental. Aunque muchos indígenas van acogiendo tales patrones por una dinámica de sobrevivencia, en general se resisten a la asimilación cultural y a la pérdida de sus respectivas identidades. Ello se puso de presente con el levantamiento de junio de 1990, que marcó el inicio de un proceso orientado a la liberación de los pueblos indígenas. En el campo de las percepciones sociales, ese acontecimiento representa el inicio del tránsito de una visión racializada de lo indígena, al reconocimiento de la existencia de culturas diferentes. En efecto, la lucha del movimiento indígena en las últimas décadas se desarrolla en el marco de la recuperación o reafirmación de sus identidades y para ello, construyó formas complejas de organización y de interpelación al proyecto de configuración del Estado-nación. Estas formas de interpelación le dan sentido y constituyen el eje en torno al cual gira toda la trama de relaciones entre el Estado y las nacionalidades indígenas del Ecuador, frecuentemente tensas y conflictivas (Guerrero, 2000; Bretón, 2001; Carroll, 2002; Beck y Mijeski, 2001).