2 resultados para Encarnación
em Andina Digital - Repositorio UASB-Digital - Universidade Andina Simón Bolívar
Resumo:
El presente trabajo tiene como centro fundamental el tema de la caída y su relación con la muerte y el lenguaje. Al conjunto de estos elementos hemos dado en denominar Poética de lo Icárico tomando dicho nombre del mito griego de Ícaro. El trabajo de exposición de esta poética aparece configurado en tres capítulos. En el primero se postula un plano para la génesis y el concepto de lo icárico a partir de los tres héroes míticos de la caída: Ícaro, Lucifer y Cristo; el objetivo aquí es identificar y desarrollar los elementos que estructuran esta poética. El segundo capítulo avanza hacia la manifestación de lo icárico en la modernidad, principalmente en autores como Charles Baudelaire, Friedrich Nietzsche, pero, sobre todo, a partir de Baudelaire se analiza una cuarta encarnación del héroe mítico de lo icárico en la figura del poeta moderno; la presencia de Nietzsche está directamente relacionada con la crítica y desmonte de este héroe tal y como llega a Baudelaire, desde el espacio del mito, pero así mismo son importante autores como Lewis Carroll y Carlos Castaneda, quienes preludian ya el desarrollo de la relación de la caída con el lenguaje. La plenitud de este desarrollo se lleva a cabo en el tercer capítulo con el análisis del poema Altazor, del poeta chileno Vicente Huidobro. La tesis que sustenta este capítulo y culmina el trabajo de exposición, plantea el poema de Huidobro como la puesta en plenitud de la poética de lo icárico que se resuelve precisamente en el momento en que Huidobro logra que la caída funcione dentro del poema como su esencia misma, en la medida en que lo determina o determina de manera absoluta el lenguaje con el cual está escrito, y, de este modo, con Huidobro, la relación inicial entre la caída, la muerte y el lenguaje termina siendo la totalidad misma de un poema que, en cuanto a lo icárico, abre para la poesía hispanoamericana nuevas posibilidades de lo poético.
Resumo:
La presencia de la congregación bethlemita en el Ecuador, surgió a finales del siglo XIX en la ciudad de Tulcán. La Madre Encarnación, Superiora del instituto de hermanas bethlemitas, junto a su comunidad fundó el colegio Sagrado Corazón de Jesús, y su finalidad fue la formación integral de la persona, concretamente dedicado a la enseñanza de la mujer. Los afanes por consolidar proyectos significativos para la cultura de los pueblos en el país, evidenciaron adelantos en la época de García Moreno, espacio en el que se configuró un nuevo estado en torno a la religión. Su intención fue establecer un sistema de educación confesional pública, contando con distintas órdenes religiosas. El presidente García Moreno invitó también a la madre Encarnación Rosal para encargarle una fundación en Quito por el año 1874, hecho que se hizo realidad una década más tarde. La Revolución Liberal de 1895, imprimió uno de los capítulos más importantes en la historia ecuatoriana, al impulsar la educación laica y gratuita, a más de promover la inclusión de la mujer en el campo de la enseñanza y por ende su inserción en la esfera pública. La orden de los hermanos bethlemitas, primera fundación en América y extendida por Perú, México, Argentina, la Habana y Ecuador, fue fundada por el Santo hermano Pedro de Betancur en Guatemala en el siglo XVII y su continuidad es obra de la Beata madre Encarnación Rosal con la reforma que ella impulsó en el siglo XIX. La visión de la educación femenina bethlemita en la ciudad de Tulcán, se consolidó el 14 de agosto de 1886, cuando la comunidad de religiosas bethlemitas asumió la misión de moldear con normas de virtud, almas para el hogar y la sociedad, con una malla curricular organizada en base a la ciencia, el arte y las actividades domésticas. La experiencia educativa bethlemita en el transcurso de la historia ratificó su vocación de servicio con una orientación específica hacia la educación en los niveles primario y medio. En la actualidad el colegio Sagrado Corazón de Jesús contribuye, a la formación integral de la niñez y juventud en lo académico, espiritual, humano y cultural, en relación con los objetivos de la educación pública que proyecta una educación para la calidad y la calidez, la corresponsabilidad y la excelencia académica.